mujer y ave

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jueves, 21 de noviembre de 2013

Encuentro


Capítulo 1. Encuentro. Destino implacable

El aire silbaba constante e implacable en el rostro de la joven, casi arrancándole el aire que podían inhalar a duras penas.


 En verdad que por mucho tiempo había oído sobre los vientos que imperaban en esta zona del país, eran más fuertes y severos que el mismo puelche, que solía sentirse en la región de los lagos.



Sin embargo, esto superaba con creces todos los dichos y advertencias que recibió antes de trasladarse al lugar más inhóspito de todo Latinoamérica y que no todos deseaban llegar y si lo hacían era sólo por un aspecto económico y nada más, pues estar tan aislados de todo, en donde el paisaje estepario era la única compañía y panorama a lo largo de toda la jornada y de todos los días.


Bianca ¿te quedarás ahí todo el día? preguntó un hombre mediano, de cabellos grisáceos y que sujetaba firme su casco que ya se lo arrancaba el viento.
Claro que no respondió la muchacha no pensaba quedarme aquí, querido Atalía.
Eso me parece bien, ya que este jodido viento no va arreciar con nada y estoy más que seguro que deben haber ráfagas sobre los 130 kilómetros y así, no se puede trabajar o pararemos en la desembocadura de la primera angostura mencionó algo cansado Atalía.
Es increíble que sólo en esta región soplen vientos tan fuertes agregó Bianca.
Por eso me da coraje que en otras partes hagan un berrinche porque sopla una brisa de 80 kilómetros y decretan emergencia nacional y a nosotros nos dejan a la buena de Dios señaló con cierto disgusto Atalía, quien era el jefe de la joven.
¿Entonces continuaremos un rato más o haremos otra cosa? Inquirió la joven.
será mejor que regresemos al campamento y hablemos con Marcela, para que envié un informe a Santiago, con estás condiciones es imposible soldar esa línea y  expondríamos a estos viejos a un posible accidente expuso su jefe.
¿pero esto no debe entregarse hoy a más tardar? preguntó Bianca esta es la batería principal y no puede estar detenida más de dos días.
Muchacha, créeme que en los 30 años que llevo en este lugar, Enap, nunca ha dejado de producir el crudo que se lleva el resto del país en forma gratuita  mencionó Atalía así que sube a la camioneta y veamos que nos dice Marcela.
OKa, cómo tú ordenes afirmó la joven.


Antes de que el Inspector subiese al vehículo, ordenó a todo el personal de Nexo, abandonar el lugar por razones de seguridad hasta nuevo aviso. Luego de ello, se quitó su odiado casco y subió más que raudo a la camioneta y salieron raudos del lugar, ya que nada se podía hacer contra las condiciones climáticas de la zona.


A medida que el vehículo de la empresa se desplazaba por ese polvoriento camino de ripio, que hacia recuerdo a esas largas carreteras australianas que no se veía un alma por los alrededores, ya que eran grandes predios de estancieros que se dedicaban a la crianza de corderos y caballos y que habían llegado a un acuerdo con el estado de explotar petróleo y gas sin perjudicar sus negocios, ya que por resquicios legales, nunca se les pudo expropiar como era la idea de muchos parlamentarios y entidades de gobierno.


Los ojos grises de Bianca, se perdieron contemplando la basta pampa de la Patagonia, que eran tan desolados como el desierto del norte del país y que solía causar estragos en el ánimo de las personas, ya que muchos caían enfermos ante tanta soledad y silencia, como decían, los ovejeros; te que trabajaba en el campo a cargo de piños de oveja. Hay que amar la tierra para sentir ese apego por el campo y sus costumbres.


Atalía, ¿quién conducía la camioneta? no dejaba  de ver la aguja en el tablero y resoplaba con resignación, ya que no debía pasarse de los 80 Km en la velocidad, de lo contrario la chicharra y eso alertaba en el acto a operaciones y esto al RP, que por acuerdos con los ganaderos habían puesto como máximo esa velocidad para no estresar al ganado y perder futuras generaciones de ovejas que sería exportadas rumbo a Asia.


Aún no puedo entender como una muchacha inteligente y buena moza, allá escogido este lugar para venir a encerrarse por un año completo inquirió Atalía, para entrar en una plática y hacer ameno el viaje.
Jajaja bromeó Bianca eres único Ata.
¿Por q dices que soy único? preguntó el aludido.
Primero, reconoces que la inteligencia por sobre la belleza y eso es algo poco usual en un hombre explicó la chica segundo, ¿por q piensas que casi me vine a perder a este lugar? Acaso no hay más chicas que son ingenieras químicas que trabajan como ayudante de los operarios de planta. ¿Qué me dices de ellas?
Aclaremos  una cosa pequeña, que son solo cuatro chicas que acaban de egresar de la universidad  y recién llevan un par de meses trabajando expuso Atalía y a diferencia tuya, ellas trabajan roles de 7 x 7 y no como cierta señorita que conozco que estará todo un condenado año sin salir de este lugar. ¿No se le llama a eso, encerrarse?
Bueno, viéndolo de eso modo, tienes razón admitió Bianca Pero la verdad, mis motivos para haber solicitado tan larga estadía, ya que regresar  a Iquique continuamente iba a desgastarme y debía alejarme cuanto antes de ahí.


Atalía, le quedo viendo por el rabillo de sus ojos y se percató que la joven, quedaba algo melancólica después de haber dicho esa infidencia y buscó la forma de animarla.


Comprendo bien acotó el inspector sin embargo, nosotros somos privilegiados de tener a la primera y única mujer que es ingeniero en minas y que además, se perfeccionó en un país tan difícil como Australia, que son los reyes de la minería. Pero lo mejor de todo, es que es muy guapa, sexy y sencilla y muy buena jugando basquetbol, por Dios que nos has dado paliza a los más «avezados» muchachos de las viejos estandarte.


Aquel comentario, le causó mucha gracia…

Jajaja, veteranos, diría yo se mofó con picardía la chica.
¡Discúlpame! exclamó con espanto y risueño, Atalía. muchachos avezados, veteranos sueña a muy arrugado, como pasa, ¡Cuácale!
Jajaja rió de buena gana Bianca dejémoslo sin comentarios.
Sí, es lo mejor que oído en todo el santo día concordó Ata mira que si los muchachos oyen eso, se mueren ahí mismo.
Y así dicen que las mujeres son sensibles acusó Bianca ustedes se pasan.
Compréndenos, cuando pasan los añitos, debemos mostrarnos recios o sino nuestras brujas nos mandan a volar acotó divertido Atalía.
¡¿Brujas?! exclamó con espantó Bianca ustedes son el colmo, cuando llegan a casa te apuesto que le dicen, mi amor, mi vida, i princesa cada día estás más hermosa y nunca bruja, sino el tonto garrote que les espera.
¿tú cómo sabes? preguntó un asombrado Atalía, que no dejaba de verle con ojos saltones.
¡OH Vamos Ata! comentó Bianca porque es más que obvio que no vas a tratar así a tu esposa, porque si no los coscarean de lo lindo. Bien es sabido que en casa manda la mujer y no el hombre.
Eso se oyó demasiado feminista evidenció Ata.
Crecí viendo a mi padre ser un macho recio, fortachón y todo eso, pero llegando a casa con un solo grito de mi madre, llegaba a correr confidenció la muchacha y no es que sean brujas sino que a ustedes les encanta que las mujeres tomen las riendas en casa.
Eso no te lo voy a negar confesó Atalía es un asunto de estrategias nada más, no podemos abarcar todo en la vida.
¡Aha! Si como tú digas expuso Bianca, moviendo su cabeza, ya que nunca admitirían que la esposa gobernaba en casa.


En eso van llegando al campamento, cuando de pronto, el inspector, recordó algo…


¡Por la cresta! exclamó de súbito Atalía.
¿Qué sucede? preguntó Bianca, cuando ya la camioneta se estacionaba en obras.
Olvide las mediciones que hiciera Carlos, en el tanque de Daniel Este. explicó Atalía, que llevó su mano a la frente y dando pequeños golpes por el descuido.
Y esas las necesita don Alejandro recordó Bianca.
Ese es precisamente el problema, tendré que ir hasta Daniel Este y traerlas de lo contrario, queda un hecatombe mañana en Punta Arenas explicó Atalía.
Pero tú debes hacer el informe de la batería 1 señaló la chica y añadió si gustas voy yo de una carrera hasta Daniel y se las pido al operador de turno.
¿Harías eso por mí? inquirió su jefe.
Pues claro que sí hombre respondió Bianca.


Justo cuando la chica, se disponía en subir nuevamente a la camioneta, el inspector la detuvo…


Bianca, por lo que más quieras ten cuidado en el camino, ya que esta es la hora en que la dueña de los pozos, recorre con sus hombre todo la estancia para ver que sus animales estén bien y nosotros no hayamos provocado ningún daño previno Atalía será la primera vez que irás sola, ya que llevas muy poco tiempo en este sitio y no sabes que todo Enapino, evita cruzarse en esta hora con la dueña, porque si la pillas de malas pulgas es capaz de meterte un tiro sin asco.
Vaya, esa mujer tiene muy mala fama. concordó Bianca desde que llegue hace un mes que oído cosas horribles de esa señora.
Ruega para que en toda tu estadía, no te topes con la dueña aconsejó el inspector a nosotros nos detenido a punta de escopeta en el camino y a detenido las faenas durante una semana y solo RP han podido negociar con ella, bajos muchas multas para la empresa.
¿Ella les impone sanciones? preguntó una asombrada Bianca. ¡Por todos los cielos! Se parece a la Quintrala.
Un consejo, guárdate para ti ese comentario explicó Atalía mira que si llega a sus oídos, no entras más a la estancia.


Bianca, quedó de una pieza ante las palabras de su superior y con un suspiro de resignación, se limitó  encoger sus hombres y asentir con su cabeza en señal de haber entendido el mensaje.


Sigue mi consejo y todo estará bien indicó Atalía y palmeó el hombro de la muchacha. ahora ve y ojo al camino, modera la velocidad, te sugiero a 40 no más.
Está bien, Ata convino Bianca y se apresto a subir al vehículo.

En cosa de segundos, la camioneta se perdió de la vista del inspector y en eso, se topó con Marcela, jefa de inspectores que salió a su encuentro…


¿Dónde va Bianca? inquirió Marcela, una mujer muy alta y rubia, de carácter muy alegre y jovial.
Va a Daniel Este por unas mediciones que olvide, ya que yo debo entregarte el informe del desperfecto de la Batería 1 explicó Atalía.
Ata, ¿Qué has hecho? exclamó una preocupada Marcela Bianca está recién conociendo todo (exhaló una bocanada de aire) ruega para que no se tope con ella o de lo contrario estaremos en problemas, si esa mujer, la considera un peligro no dudará sacarla a patadas de su estancia.


El hombre, giró su cabeza y quedo viendo el camino por dónde se fuera la joven y una sonrisa se pintó en su rostro.


Confiemos en que todo saldrá bien y no seamos tan pesimistas señaló Atalía.
¿Desde cuándo te has vuelto tan confiado, Ata? inquirió con asombró Marcela, que nunca creyó oír semejante palabras de los hombres más cuidadosos de todo el campamento.
No me preguntes porqué mujer, pero le tengo fe a esa chica admitió el inspector.
Te estás volviendo viejo mi querido, Ata reprendió cariñosamente Marcela.
Los años no pasan en balde, Marce concordó Atalía ahora, vamos por ese informe y dejemos que el destino escriba una nueva historia, en estas tierras de nadie.
Ni modo asintió Marcela.


Ambos inspectores, se perdieron en las instalaciones de obras.
Mientras rumbo a Daniel, la camioneta seguía curso por el polvoriento camino. La joven Ingeniero, pensaba en algunos sucesos que le hicieron recordar su hogar y sintió nostalgia de añorar a sus padres y hermanas.


 No se dio cuenta de cómo piso el acelerador y ya bordeaba los 80 y estaba próxima a rebasarlo, cuando se percató a tiempo y evito que esa condenada chicharra suene.


¡Ups! Por poco y meto las patas se dijo Bianca. va a ser un largo año para acostumbrarme a todo esto y  a tanta regla que impera en este lugar.


Bajo despacio la velocidad e hizo caso a los consejos de Atalía y se fue a 40 Km por hora hasta llegar a Daniel Este y cruzar los dos portones que le impedían llegar  a las dependencias de la planta en la que estaban dichas mediciones.


 Una vez que cruzó los dos portones y cerrarlos, se encaminó a la planta que quedaba cercano a la playa.


El trayecto le tomó cuarenta minutos exactos y en verdad, era un viaje agotador sicológicamente, porque se debía tener mucho cuidado con las ovejas en todo el recorrido y así, no atropellarlas y darle motivos a la dueña de la estancia los pozos para quejarse y cobrar severas multas por los daños. Por lo que se debía detener cuando cada animalito que estuviese en el camino se dignará a cruzar y recién ahí, proseguir con la marcha.


Una vez que vislumbro la planta, pudo respirar más aliviada y ver que la camioneta del operador se encontraba en el lugar y no tendría que esperarlo por espacio de una hora y media que solían tardar de un lugar a otro, porque ellos tenían más de dos instalaciones a su cargo y que ver que todo funcionará en perfecto orden y sin alteraciones, para que así cada cliente en la ciudad pudiera recibir tranquilamente de su gas como su combustible.


Al fin llegué exclamó Bianca con una sonrisa en los labios y estacionó en el único lugar que quedaba disponible y como norma de la empresa debía ser en ese lugar y de cola.


Una vez que dejó su vehículo estacionado, se fue al módulo del operador, pero quedo sorprendida de no hallarle y solo ver que tampoco estaba la carpeta de Atalía.


¿Dónde rayos se metió? se preguntó para sí.


Salió del lugar y comenzó a recorrer las dependencias del lugar en busca del operador, ya estaba casi cerca de uno de los compresores, cuando oyó…


Bianca, por aquí llamó un muchacho alto y moreno, que desde la torre, la hacía señas a la muchacha para que se acercará.
Mauricio, no sabía que estabas tú de turno esta semana, ¿no se suponía que estabas con descanso? inquirió ésta.
Se suponía, pero Manuel enfermó y debí venir a reemplazarlo hasta que llegue Gonzalo de Punta Arenas señaló el joven, mientras bajaba las escalerillas.
Eso quiere decir que te irás pronto a casa comentó Bianca.
Más que seguro que mañana en la tarde ya estaré a bordo de ese bus rumbo a casita comentó Mauricio por cierto, ¿qué haces aquí y a estas horas?
Es una larga historias, jejeje bromeó Bianca sucede que he venido por una carpeta que se dejó olvidada y tiene cierta mediciones que tomará Carlos.
¿No me digas que Atalía se fue a olvidar de eso? preguntó un risueño Mauricio creo que él está afectando trabajar con una mujer tan hermosa como tú, lo tienes loquito.
Déjate de hablar payasadas recriminó Bianca y dame esas carpetas será mejor.
Cómo usted mande mi lady contestó divertido el operador, cuadrándose ante la joven como lo hace, la milicia.
Realmente eres un tonto acotó la chica dime dónde están antes que se me haga más tarde y pueda ver a cierta persona.
Ok, mujer respondió Mauricio y fueron hasta el modulo para entregarle la carpeta. toma y espero no la vayas a perder tú ahora.
Graciosito amonestó Bianca será mejor que me vaya cuanto antes.
Sí, es lo más aconsejable, porque puedes toparte con el monstruo de las pampas y hacerte que te pierdas bromeó Mauricio, haciendo gestos fantasmales para asustar a la joven.
Muy chistosito recriminó divertida Bianca ¡Cómo si existiera!
Pues, déjame decirte que ella existe, mi estimada señorita Rangel corrigió Mauricio. es el terror del sector y la región.
¿Te refieres a la dueña de los pozos? preguntó Bianca, que ya se subía al vehículo.
¿Quién más? aseveró el operador su fama es conocida por todos los ganaderos de la región. es una mujer intimidante y dicen que, es más mala que los calambres.
Por lo visto, esa mujer tiene méritos para ganarse la fama que tiene concluyó Bianca. en todos los casos, no conozco una así desde la dama de hierro.
Créeme que le gana y por lejos acotó Mauricio.
¿La conoces en persona? preguntó Bianca, un tanto curiosa.
Yo no, pero Manuel y Gonzalo sí, y dicen que es el mismo mandinga hecho mujer narró el joven.
Creo que ustedes exageran un poco.  Una cosa es que sea una mujer de carácter fuerte tal vez, pero de ahí que sea más mala que el mismo mal, no lo creo rebatió la joven.
Quizás dijo Mauricio como sea evita, estos horarios y estarás tranquila.
De acuerdo, lo tendré presente repuso Bianca nos vemos en el campamento.
Vale, cuídate dijo Mauricio y se despidió de la joven, alzando su mano y entrando a su módulo.
La camioneta, tomó el camino de regreso y como ya comenzaba a ponerse el sol, había que tomar más resguardos al conducir, ya que las ovejas se acercaban más al camino porque en la orilla se encontraban charcos de agua y solían beber cuando el sol se ocultaba.


Después de pasar los portones, todo el camino estaba casi lleno de algunos ejemplares que hacían de las suyas bebiendo a placer.
 Así, que para remediar esto y no ponerse tensa con tanto animal en el camino, encendió la radio del vehículo, pero no consiguió sintonizar ninguna señal por la lejanía de todo, por lo puso un CD que ya estaba puesto y se escuchó «More than this» de one direction. El tema, le trajo de inmediato recuerdos de cierta persona y eso, le provocó tristeza. No obstante, no quiso apagar el aparato y se dedicó a conducir y no pudiendo evitar que los recuerdos inundaran su mente.


 La canción aún no acaba de sonar, cuando justo en una curva y en pendiente, se topó de lleno con un corderito echado sobre el camino y por más que espero, para que se pusiera de pie y decidiera salirse del camino, no consiguió nada.


  Estuvo más de 10 minutos esperando que aquella criatura se levantara y ya cansada de la espera, se bajó de la camioneta para ver que sucedía con aquel corderito.


Mayúscula fue la sorpresa, que cuando llegó a su lado, se encontró con la sorpresa de que estaba herido de una de sus patitas y por eso estaba echado sobre el camino.


¡Pobrecito! exclamó Bianca, que se limitó a acariciarlo para tranquilizarlo, pues estaba muy temeroso y bramaba pidiendo ayuda.
Bianca, se enderezó y observó a todos lados en busca de algún trabajador u ovejero, pero no halló a nadie hasta donde sus ojos le permitían abarcar.


Por lo visto, no puedo dejarte así y aunque me metas en problemas, te ayudaré en lo que pueda dijo Bianca al pobre corderito.


Sacó de su pantalón, un pañuelo y limpió la herida del animalito, aunque bramaba del dolor, consiguió completar su misión, lo tomó en brazos como pudo y en eso, se escuchó…


¿Qué se supone que estás haciendo? exclamó una potente voz femenina a sus espaldas.


Bianca, sintió un escalofrió recorrerle toda la columna vertebral, tragando en seco y sólo con un suspiro profundo, decidió voltearse a ver, con el corderito aún en brazos.


Al dar la vuelta, se topó con una mujer que la apuntaba con una escopeta directo a la cabeza.


Ésta tenía un aspecto muy frío, cuyo rostro moreno denotaba autoridad, sus cabellos rizados y de un negro azabache, que se perdían por su espalda, le daban un aspecto como de gitana.
Sin duda que la mujer era hermosa, pero en ese momento su belleza paso a segundo plano, porque el arma que tenía en sus manos, era lo que realmente preocupaba.


Te lo vuelvo a repetir, ¿qué estás haciendo con ese cordero? preguntó en un tono amenazante la morena.
Pues lo que ves. Estoy ayudando a esta criatura que estaba herido y llevarlo a un lugar seguro para que no vayan atropellarlo comentó Bianca.
¿Cómo sé que no fuiste tú la que lo atropelló? acusó la mujer.
Perdóname, ¿pero vez acaso que mi vehículo tenga algún daño? o ¿sangre en la carrocería? confrontó Bianca si no te importa, me gustaría dejarlo en la orilla porque está asustado y porque además, pesa bastante y mis brazos se resienten un poco.
Muy bien dijo ella, mientras bajaba del caballo y seguía apuntando con el arma a la muchacha.


La ingeniero cruzó el camino y lo llevó hasta un lugar apartado en dónde no se expusiera y se regresó hasta dónde estaba su camioneta sin dejar de ser apuntada por la desconocida.


¿Podrías dejar de apuntarme con esa cosa? demandó Bianca mira que no soy ninguna delincuente y como te darás cuenta soy una empleada de Enap y sabrías dónde hallarme si quisiera arrancarme.
Me extraña  que Héctor, no te previniera al respecto de que ningún trabajador puede andar en horarios de arreo de animales aclaró la mujer, bajando el arma y sin dejar de ver a la joven.
A decir verdad, se me informó, pero dado que surgió un imprevisto tuve que salir y no me quedo más remedio que asumir explicó la joven además, ¿porque debo darle explicaciones a una desconocida? que ni siquiera tiene la educación de presentarse antes de hacer cualquier interrogatorio.


La mujer, clavó en ese instante sus ojos verdes en la muchacha y sin más rodeos, se presentó.


Mi nombre es Ariza informó la mujer, cruzando sus brazos sobre su pecho en forma muy arrogante y preguntó. Y... ¿Cuál es el tuyo?
Bianca dijo la ingeniero y no quiso saludar de manos como se debía por la postura de la otra. supongo que ¿tú has de ser hija de la dueña de la estancia de los pozos?


Los ojos verdes centellearon ante las palabras de la chica y se entrecerraron muchísimo.


¿Qué te hace suponer eso? preguntó con vivo interés Ariza.
Por tu aspecto juvenil, porque dudo mucho que tu madre; digo esto con respeto; ande a caballo recorriendo sus tierras Comentó Bianca.
Veo que piensas que la gente mayor no puede desenvolverse al igual que uno más joven recriminó Ariza.
Mira lo dije con respeto, pero todos sabemos que llegada una edad y por salud, dejan de realizar ciertas actividades que puedan resultar complejas para ellos explicó Bianca.
Cómo se nota que de la vida del campo no sabes prácticamente nada, muchachita soltó mordaz Ariza.
Pueda que no sepa mucho, porque me crecí en la ciudad y dónde las personas a cierta edad se cuidan mucho y eso no tiene nada de malo increpó Bianca, que comenzó a molestarse un poco por la actitud de la otra joven.
Las mujeres citadinas poco y nada saben de lo que es vivir en el campo y todo lo que ello implica reprochó Ariza vienen hasta acá dando lecciones de cómo vivir una vida saludable, cuando lo único que consiguen en la ciudad, es enfermarse más.
No sé ¿cuál sea tu problema? señaló Bianca pero de una cosa estoy segura, no metas al mismo saco a todos.
Y tú tampoco generalices con respecto a las personas y que pueden hacer o no a cierta edad rebatió Ariza.


Con un suspiro de cansancio, Bianca, comprendió que no iban a llegar  a ninguna parte, por lo que decidió terminar la charla e irse al campamento.


Ariza, no quiero ser descortés contigo, pero si no tienes cargos en mi contra con respecto a lo que sucedió con el corderito expuso Bianca me retiro, tengo un largo viaje aún al campamento.
Puedes marcharte cuando gustes respondió ésta, fríamente lo que si no vuelvas a cruzarte en mi camino en este horario.
No me digas. Ironizó Bianca, que le molestó la amenaza de la joven. ¿Acaso eres como tu madre? que le corre bala a todo.


Ariza, que ya se alistaba para subirse a su caballo, giró en seco y le quedo viendo fieramente y agregó…


Mide tus palabras advirtió Ariza, tras decir eso, dio la media vuelta y montó su cabello. No sin antes lanzarle una severa mirada a la joven.
¿Pero quién diablos se cree que es? Rabió Bianca, que al subir a la camioneta, tiro fuerte de la puerta. Qué tipa más arrogante y engreída, ni quiero ni pensar en cómo será la madre.


De lo molesta que estaba, se fue al máximo de la velocidad permitida y aunque en cosa de segundo estaba  oscuro y  media hora ya estaba en el campamento. No obstante, sus esfuerzos fueron en vano, ya que la oficina de obras ya estaba cerrada y tampoco halló a don Alejandro, por lo que se fue a su casa a descansar.


Tomó una ducha bien prolongada, vio algo de Tv y se fue a dormir, pero mientras dormía, no dejó de soñar con algo que la perseguía desde hace mucho tiempo…


«No importa dónde huyas, no podrás evadirla, porque es tú destino encontrártela en esta vida, te guste o no» susurró la voz de la anciana.


Nunca fue el gritó con el que despertó Bianca, asustada y que traspiraba como si hubiese corrido una maratón.
Otra vez esa pesadilla murmuró Bianca no me importa lo que hayas dicho, yo no permitiré que eso suceda, voy a truncarle la mano al destino.


Volvió sus ojos grises a su reloj y vio que despertó 15 minutos antes que sonará la alarma y de un brinco se fue a la ducha.


 Minutos después se vistió y se fue a los comedores a desayunar y comenzar así su jornada, como de costumbre se sentó junto  a su grupo de conocidos y platicaron los 20 minutos que les tomaba el desayuno.


A las 7:30 en punto estaba en la oficina de obras y busco a su jefe. Lo halló en compañía de Marcela, quienes le preguntaron sobre la carpeta y si no había tenido novedades en el trayecto.


Bianca, les narró cómo fue que se topó con una mujer muy desagradable y les refirió todo con lujo de detalles y cuando les digo el nombre de la mujer, tanto Atalía como Marcela se vieron fijamente y palidecieron al toque.


¿Has dicho Ariza? preguntó Atalía.


La joven no alcanzó a responder, cuando les interrumpieron…


Bianca, ¿podemos hablar un momentito? solicitó un hombre delgado con aspecto de serio.
Claro Don Alejandro Afirmó Bianca. ¿sucede algo?
Tenemos un problema mencionó Alejandro Bianca, te presentó a Héctor, quien es de la RP, asuntos ganaderos de Enap y que tiene trato directo con los estancieros.
Un gusto en saludarla Bianca dijo éste, extendiendo la mano a modo de saludo. Tal como lo mencionó Alejandro, soy el representante de la empresa ante los estancieros y se podría decir que mi labor es llegar a ciertos acuerdos con estas personas.
Comprendo dijo Bianca ¿pero qué tengo que ver yo en todo eso?
Mucho Bianca explicó Héctor hemos recibido una queja en tu contra.
¿En mi contra? preguntó anonadada la muchacha ¿qué fue lo que hice y de quién?


 En eso el RP, abrió la puerta de su despacho e hizo pasar a la joven, encontrándose con una mujer que estaba de espalda y dejaba ver su larga cabellera rizada hasta la altura de las rodillas y que de ahí solo se apreciaban un par de botas negras de montar.


Bianca, ayer protagonizaste un incidente con la dueña de la estancia los pozos, quien te encontró fuera de horas de trabajo. informó Héctor   y que además, halló una de sus ovejas heridas.
¿Cómo? inquirió la joven y añadió eso es imposible, con la única persona que me topé en el trayecto fue con su hija, que se llama Ariza y nada tengo que ver yo con esa oveja herida.

Héctor, la quedo viendo fijamente y agregó unos segundos después…


Bianca dijo Héctor te presentó a la dueña de la estancia los pozos, Ariza Pedrales.
En eso, la mujer que estaba de espalda, giró para ver directamente a los ojos a la muchacha.


 Aquellos ojos grises de Bianca, se abrieron como platos al contemplar de quién se trataba. Resultó ser nada menos que la misma mujer que tuvo la desafortunada suerte de toparse y de quién creyó que era la hija y que además, cruzaron algunos duros comentarios.


Nos volvemos a encontrar, Bianca señaló Ariza, con burla en sus ojos verdes.


« ¡Cielos! no puede ser, ¡maldito destino!» se lamentó interiormente Bianca.


En un plano, dos rostros se cruzaron y se podía apreciar como chocaban miradas entre burlas y fastidio. Unos ojos verdes cargados de ironía y unos grises que deseaban que la tierra la tragase en ese momento.


Hay veces en la vida que por más que trates, no puedes evadir la cita con el destino y más,  si ésta viene marcada desde hace mucho tiempo. Puedes huir, esconderte y desaparecer por un tiempo, pero tarde o temprano llegarás a su puerta y tendrás que decir seguir luchando o dar por perdido todo antes de siquiera comenzar.
La historia comienza a escribirse para una muchacha que huyó desde muy lejos para no toparse con quién la persigue desde la otra vida.

Podrá descubrir de quién se trata a tiempo, o quedará expuesta a un futuro incierto. Quién sabe lo que les deparé el futuro a estas dos mujeres que cruzaron caminos y comenzaron con el pie izquierdo.


1 comentario:

Ángelus dijo...

No importa las veces que lo lea, nunca deja de sorprenderme el primer encuentro entre Bianca y Ariza, discutiendo como dos niñas de colegio, y la sorpresa de Bianca cuando ve que Ariza es la famosa terrateniente a quien todos temen ^^.

Nunca dejas de sorprenderme, querida compañera. Y nunca dejes de hacerlo por favor.

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