Destino implacable, capítulo 25
_Ariza ¿Qué estoy haciendo? _ Susurró Bianca.
La angustia se palpaba tan fuerte y tan arrolladoramente que fue inevitable que de sus ojos se inundaran de lágrimas y pronto salieran a raudales como un mar contenido en una tormenta, no había nada que pudiese impedir que su poder devastador aflorara. No es exagerar, así de vertiginosa e impredecible se pueden volver las emociones.
_ No puedo continuar de este modo por causa de este vieja herida que no hace que
otra cosa, que perjudicarme cada vez más,
al punto que no solo terminaré lastimando
a Ariza sino que de paso a Marcela._ Se lamentaba profusamente la joven
Rangel._ ¡Qué desgracia la mía!
Decidió que debía salir del lugar y buscar una
manera de solucionar las cosas con Ariza y de paso seguir intentando mantener
su palabra de que cumpliría su promesa de darse ese tiempo. Si bien la comían
las ansias en demasía debía sobreponerse y continuar con su vida y no presa de
ese mismo pasado al que acusaba de haberle lastimado.
Sabía que hay cosas en esta vida que hay que dejar
de lado para retomar su camino y si ella no daba vuelta la página seguiría
presa de esas cadenas por un largo tiempo si no es que todo lo que le reste de
por vida.
Esa no era ella, estaba estancada, lo reconocía
pero no al punto de quedarse petrificada y que le impidiese actuar en
concordancia con la oportunidad de vivir y disfrutar la vida cómo debía ser y
no ser una mujer amargada y resentida.
_ Es hora de hacer algo con todo esto._ se animó
Bianca al cabo de unos momentos de divagar sobre su propio actuar.
Con esto en mente, se vistió y haciendo acopio de
su memoria para recordar el camino que había tomado en compañía de Ariza o
mejor dicho cuando llevada en brazos hasta aquella terma.
Mientras…
_ ¿Estás bien?_ fue la directa pregunta de Marcial
a su hermana a quién interceptó en el pasillo antes de que ella entrara a su
habitación.
La morena se recompuso sus facciones y quedo
viendo a su hermano, sabía que entre ellos no había mentiras. No destilaban a
engañarse y la sinceridad o brutal franqueza siempre había sido una de sus
consignas favoritas.
_ Estoy contrariada conmigo misma _ confesó Ariza
suspirando pesadamente_ No suelo ser paciente con el proceder de ningún otra
persona y estoy consciente de que se me conoce por lo arrogante y altiva como
han solido tildarme muchos por aquí. Pero la verdad, es que son medidas que uno
se ve obligado a tomar de lo contrario pasan por encima de una e irrespetan
hasta lo indecible.
_ Esto tiene alguna relación con la conducta de tu
esposa o está relacionado con algo más que no me has mencionado_ indicó
Marcial.
_ Mi esposa siempre será con quién trastabille por
su forma de ser para conmigo _ admitió por fin Ariza que era muy extraño verla
o sentirla tan vulnerable. _ No soy de piedra y por mucho que la pasión de mi
raza corra por mis venas, no soy infalible y he prometido no someter por la
fuerza aunque me asista el derecho de nuestro voto. Estoy lidiando en este
mismo instante un infierno de emociones y deseo que salen de lo profundo de mis
extrañas.
_ Asumo que ella está poniendo objeciones a tus
peticiones_ especuló Marcial.- o me equivoco.
_ Algo parecido_ admitió Ariza_ ella piensa que tiene
el derecho a desconfiar de mí por el proceder del pasado y que todas mis
acciones son deplorables y sin embargo cualquier cosa que diga la dichosa
mujercita está más que bien. ¡es tan humillante para mí¡
_ ¿Por qué lo conscientes entonces? _ pregunto su
hermano que para él eso jamás permitiría.
_ Porque en el fondo yo igual estoy lastimada a
causa del pasado y no puedo ni quiero permitirme volver a sentir esa sensación
de dejarla ir _ se sinceró Ariza sin contenerse más_ Puedo entender lo que se
siente vivir encadenada a ese temor que por momentos te nubla la razón y te
hace vulnerable y a la vez paranoico hasta casi enloquecer.
_ Dime una cosa honestamente, Hermana.- solicitó
Marcial_ ¿Te arrepientes de amarla o de nuestras costumbres?
_ De ningún modo Marcial_ Defendió su hermana_ La
amo como si fuese ayer y quizás más porque este sentimiento en vez de menguar
con sus continuos desaires, crece a tan nivel que incluso me sorprende a mí
misma al punto de cuestionarme en que no raye en la obsesión. También he
cuestionado esto más de una vez y por ello, puedo responderte de este modo y
con respecto a nuestras tradiciones jamás lo haría. Estoy orgullosa de que por
mis venas corra la sangre gitana.
_ ¿Entonces? _ insistió Marcial.
_ Solo fue un deshago, hermano _ admitió Ariza_ un
llamado a responder tu pregunta y sincerarme conmigo misma ante otra persona.
_ ¡Ven aquí¡ _ ordenó éste.
Ariza no dudo en acercarse a su hermano, quién la
tomó entre sus brazos para consolarla ya que podía entender un poco la presión
de su hermana y todos los esfuerzos que requería para lidiar con tanta desventura
desde hace mucho tiempo.
_ Como tú misma has dicho que buscas ganarte el
corazón de tu esposa Bianca, de un modo distinto que el pasado y las
tradiciones_ consoló Marcial_ No renuncies a tu objetivo, se fiel a lo que has
determinado.
_ ¡Oh Marcial¡ _ exclamó Una emocionada Ariza_
gracias por tus palabras hermano mío. No sabes lo que significa para mí tu
respaldo.
_ Lo sé_ coincidió éste._ siempre estaré ahí para
respaldarte y lo que esté a mi alcance para apoyar tus decisiones. Aunque estoy
consciente de que puedo ser intratable como hermano mayor.
Estaban hablando cuando llegó hasta ellos Bianca
que los quedo viendo por unos instantes y de una forma extraña aquella escena
le hizo recordar viejas vivencias de su pasado e hizo un esfuerzo sobre humano
para controlar esa molesta sensación y temor que la dejo congelada
anteriormente y que desató su ya mencionada furia y decisión de ayer.
No es cosa de percibir o presentir las malas
vibras, pero de que se sienten lo hacen y no son desconocidas para la dueña de
los pozos y levanto un poco el mentón para mirar de frente y encontrarse con la
mirada fulminante de Bianca.
¡Ahí estaba otra vez esa mirada! Tan acérrima como
en el pasado que llegó a estremecerla una vez más y tomó conciencia de que
debía zanjar cuanto antes cualquier mal entendido antes que le jugará en su
contra nuevamente.
_ Marcial _ demandó Ariza apartándose del abrazo
de su hermano_ Quiero que conozcas a Bianca.
Éste último se retiró de aquel abrazo para girarse
y quedar de frente con la mencionada. No dijo nada en unos segundos que
parecieron casi eternos y solo se dedicó a inspeccionarlas de pies a cabeza
como diseccionándola en el proceso.
_ ¿Así que tú eres la famosa Bianca? _ saludó con
cierta frialdad Marcial que era de guardar ciertos resentimientos hacia los que
lastimaban de algún modo a su familia_ Aquella mujer que ha osado despreciar a
Ariza dos veces ¿no es así Anaí?
_ ¡¿Cómo?¡ _ exclamó sorprendida ésta._ ¿de dónde
me conoce?
_ Él es Marcial. Mi hermano mayor _ ofició de
presentadora Ariza que no perdió de vista las reacciones de su Romí._ está en
conocimiento de mi vida pasada al igual que la relación que tenemos hoy la dos.
_ ¡Ya veo¡ _ solo atinó en decir Bianca que no le
gustó el escudriño y le supo mal de boca.
_ ¿Qué es lo que usted ve tan claramente? _
cuestionó de frentón Marcial.
_ Que estoy siendo cuestionada por mis acciones _
respondió Bianca_ por la forma de verme.
_ ¿Y qué esperaba usted recibir? _ amonestó Marcial_ que la reciba con los
brazos abiertos como si nada. Cuando fue la responsable del dolor de mi hermana
y que va por la vida pareciendo como la única que ha sufrido en esta historia.
Dos veces ha humillado a mi hermana y de gracias a Dios que no fue conmigo con
que usted se comprometió ante la ley gitana sino otro gallo le cantaría
señorita Rangel.
_ Marcial _ intervino a medias Ariza.
_ No intervengas hermana _ protestó éste_ Que a
esta señorita se le deben decir sus cuantas verdades por lo que son y no
presuma que es la única afectada con el pasado por lo que a mi concierne a
usted ninguna persona le puso un arma en la cabeza para que unirse con ella
ante nuestra ley. Usted eligió libremente hacerlo y falto al voto de respeto de
aprender a superar los obstáculos en conjunto. No fue más que una mujer egoísta
que solo le importó sus sentimientos y aún hoy sigue comportándose de igual
manera o tendrá el descaro de negarlo.
_ No es asunto suyo _ defendió Bianca que ya de
por sí lidiaba con sus propias culpas_ Es entre Ariza y yo.
_ Pues déjeme decirle que no es tan así _ Replicó
Marcial que era implacable hasta lo indecible_ Soy su hermano mayor y tengo
todo el derecho de hacer respetar a mi familia y a cobrar la afrenta que usted le
causo a mi hermana o me dirá que desconocía el alcance de nuestra ley cuando se
trata del honor gitano.
_ No _ respondió Bianca tragando grueso_ se paga
con sangre.
_ ¡Entonces¡ _ exclamó Marcial_ Verá que mi
hermana ha asumido la deshonra que usted debió afrontar y todo para que
continué irrespetándola porque no tuvo la decencia de oírla en el pasado.
_ Es algo que deseo remediar con Ariza _ dijo
Bianca tomando valor_ Sé que no actué bien y me apresuré en mi decisión, que
tengo un precio que pagar. Pero no estoy dispuesta a someterme por la fuerza
bajo ninguna circunstancia. Enmendare de una forma u otra mi error, pero será
con ella y solo con ella con quién decidiré.
Ahí estaba la nueva joven Bianca Rangel desafiando
una vez más su destino y no alcanzaba a vislumbrar el alcance de sus palabras y
la magnitud de éstas.
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