mujer y ave

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martes, 16 de enero de 2024

Huracan

Destino implacable, capítulo 25

 _Ariza ¿Qué estoy haciendo? _ Susurró Bianca.

La angustia se palpaba tan fuerte y tan arrolladoramente que fue inevitable que de sus ojos se inundaran de lágrimas y pronto salieran a raudales como un mar contenido en una tormenta, no había nada que pudiese impedir que su poder devastador aflorara. No es exagerar, así de vertiginosa e impredecible se pueden volver las emociones.

_ No puedo continuar de este modo por   causa de este vieja herida que no hace que otra cosa,  que perjudicarme cada vez más, al punto que no solo terminaré lastimando  a Ariza sino que de paso a Marcela._ Se lamentaba profusamente la joven Rangel._ ¡Qué desgracia la mía!

Decidió que debía salir del lugar y buscar una manera de solucionar las cosas con Ariza y de paso seguir intentando mantener su palabra de que cumpliría su promesa de darse ese tiempo. Si bien la comían las ansias en demasía debía sobreponerse y continuar con su vida y no presa de ese mismo pasado al que acusaba de haberle lastimado.

Sabía que hay cosas en esta vida que hay que dejar de lado para retomar su camino y si ella no daba vuelta la página seguiría presa de esas cadenas por un largo tiempo si no es que todo lo que le reste de por vida.

Esa no era ella, estaba estancada, lo reconocía pero no al punto de quedarse petrificada y que le impidiese actuar en concordancia con la oportunidad de vivir y disfrutar la vida cómo debía ser y no ser una mujer amargada y resentida.

_ Es hora de hacer algo con todo esto._ se animó Bianca al cabo de unos momentos de divagar sobre su propio actuar.

Con esto en mente, se vistió y haciendo acopio de su memoria para recordar el camino que había tomado en compañía de Ariza o mejor dicho cuando llevada en brazos hasta aquella terma.

Mientras…

_ ¿Estás bien?_ fue la directa pregunta de Marcial a su hermana a quién interceptó en el pasillo antes de que ella entrara a su habitación.

La morena se recompuso sus facciones y quedo viendo a su hermano, sabía que entre ellos no había mentiras. No destilaban a engañarse y la sinceridad o brutal franqueza siempre había sido una de sus consignas favoritas.

_ Estoy contrariada conmigo misma _ confesó Ariza suspirando pesadamente_ No suelo ser paciente con el proceder de ningún otra persona y estoy consciente de que se me conoce por lo arrogante y altiva como han solido tildarme muchos por aquí. Pero la verdad, es que son medidas que uno se ve obligado a tomar de lo contrario pasan por encima de una e irrespetan hasta lo indecible.

_ Esto tiene alguna relación con la conducta de tu esposa o está relacionado con algo más que no me has mencionado_ indicó Marcial.

_ Mi esposa siempre será con quién trastabille por su forma de ser para conmigo _ admitió por fin Ariza que era muy extraño verla o sentirla tan vulnerable. _ No soy de piedra y por mucho que la pasión de mi raza corra por mis venas, no soy infalible y he prometido no someter por la fuerza aunque me asista el derecho de nuestro voto. Estoy lidiando en este mismo instante un infierno de emociones y deseo que salen de lo profundo de mis extrañas.

_ Asumo que ella está poniendo objeciones a tus peticiones_ especuló Marcial.- o me equivoco.

_ Algo parecido_ admitió Ariza_ ella piensa que tiene el derecho a desconfiar de mí por el proceder del pasado y que todas mis acciones son deplorables y sin embargo cualquier cosa que diga la dichosa mujercita está más que bien. ¡es tan humillante para mí¡

_ ¿Por qué lo conscientes entonces? _ pregunto su hermano que para él eso jamás permitiría.

_ Porque en el fondo yo igual estoy lastimada a causa del pasado y no puedo ni quiero permitirme volver a sentir esa sensación de dejarla ir _ se sinceró Ariza sin contenerse más_ Puedo entender lo que se siente vivir encadenada a ese temor que por momentos te nubla la razón y te hace vulnerable y a la vez paranoico hasta casi enloquecer.

_ Dime una cosa honestamente, Hermana.- solicitó Marcial_ ¿Te arrepientes de amarla o de nuestras costumbres?

_ De ningún modo Marcial_ Defendió su hermana_ La amo como si fuese ayer y quizás más porque este sentimiento en vez de menguar con sus continuos desaires, crece a tan nivel que incluso me sorprende a mí misma al punto de cuestionarme en que no raye en la obsesión. También he cuestionado esto más de una vez y por ello, puedo responderte de este modo y con respecto a nuestras tradiciones jamás lo haría. Estoy orgullosa de que por mis venas corra la sangre gitana.

_ ¿Entonces? _ insistió Marcial.

_ Solo fue un deshago, hermano _ admitió Ariza_ un llamado a responder tu pregunta y sincerarme conmigo misma ante otra persona.

_ ¡Ven aquí¡ _ ordenó éste.

Ariza no dudo en acercarse a su hermano, quién la tomó entre sus brazos para consolarla ya que podía entender un poco la presión de su hermana y todos los esfuerzos que requería para lidiar con tanta desventura desde hace mucho tiempo.

_ Como tú misma has dicho que buscas ganarte el corazón de tu esposa Bianca, de un modo distinto que el pasado y las tradiciones_ consoló Marcial_ No renuncies a tu objetivo, se fiel a lo que has determinado.

_ ¡Oh Marcial¡ _ exclamó Una emocionada Ariza_ gracias por tus palabras hermano mío. No sabes lo que significa para mí tu respaldo.

_ Lo sé_ coincidió éste._ siempre estaré ahí para respaldarte y lo que esté a mi alcance para apoyar tus decisiones. Aunque estoy consciente de que puedo ser intratable como hermano mayor.

Estaban hablando cuando llegó hasta ellos Bianca que los quedo viendo por unos instantes y de una forma extraña aquella escena le hizo recordar viejas vivencias de su pasado e hizo un esfuerzo sobre humano para controlar esa molesta sensación y temor que la dejo congelada anteriormente y que desató su ya mencionada furia y decisión de ayer.

No es cosa de percibir o presentir las malas vibras, pero de que se sienten lo hacen y no son desconocidas para la dueña de los pozos y levanto un poco el mentón para mirar de frente y encontrarse con la mirada fulminante de Bianca.

¡Ahí estaba otra vez esa mirada! Tan acérrima como en el pasado que llegó a estremecerla una vez más y tomó conciencia de que debía zanjar cuanto antes cualquier mal entendido antes que le jugará en su contra nuevamente.

_ Marcial _ demandó Ariza apartándose del abrazo de su hermano_ Quiero que conozcas a Bianca.

Éste último se retiró de aquel abrazo para girarse y quedar de frente con la mencionada. No dijo nada en unos segundos que parecieron casi eternos y solo se dedicó a inspeccionarlas de pies a cabeza como diseccionándola en el proceso.

_ ¿Así que tú eres la famosa Bianca? _ saludó con cierta frialdad Marcial que era de guardar ciertos resentimientos hacia los que lastimaban de algún modo a su familia_ Aquella mujer que ha osado despreciar a Ariza dos veces ¿no  es así Anaí?

_ ¡¿Cómo?¡ _ exclamó sorprendida ésta._ ¿de dónde me conoce?

_ Él es Marcial. Mi hermano mayor _ ofició de presentadora Ariza que no perdió de vista las reacciones de su Romí._ está en conocimiento de mi vida pasada al igual que la relación que tenemos hoy la dos.

_ ¡Ya veo¡ _ solo atinó en decir Bianca que no le gustó el escudriño y le supo mal de boca.

_ ¿Qué es lo que usted ve tan claramente? _ cuestionó de frentón Marcial.

_ Que estoy siendo cuestionada por mis acciones _ respondió Bianca_ por la forma de verme.

_ ¿Y qué esperaba usted recibir?  _ amonestó Marcial_ que la reciba con los brazos abiertos como si nada. Cuando fue la responsable del dolor de mi hermana y que va por la vida pareciendo como la única que ha sufrido en esta historia. Dos veces ha humillado a mi hermana y de gracias a Dios que no fue conmigo con que usted se comprometió ante la ley gitana sino otro gallo le cantaría señorita Rangel.

_ Marcial _ intervino a medias Ariza.

_ No intervengas hermana _ protestó éste_ Que a esta señorita se le deben decir sus cuantas verdades por lo que son y no presuma que es la única afectada con el pasado por lo que a mi concierne a usted ninguna persona le puso un arma en la cabeza para que unirse con ella ante nuestra ley. Usted eligió libremente hacerlo y falto al voto de respeto de aprender a superar los obstáculos en conjunto. No fue más que una mujer egoísta que solo le importó sus sentimientos y aún hoy sigue comportándose de igual manera o tendrá el descaro de negarlo.

_ No es asunto suyo _ defendió Bianca que ya de por sí lidiaba con sus propias culpas_ Es entre Ariza y yo.

_ Pues déjeme decirle que no es tan así _ Replicó Marcial que era implacable hasta lo indecible_ Soy su hermano mayor y tengo todo el derecho de hacer respetar a mi familia y a cobrar la afrenta que usted le causo a mi hermana o me dirá que desconocía el alcance de nuestra ley cuando se trata del honor gitano.

_ No _ respondió Bianca tragando grueso_ se paga con sangre.

_ ¡Entonces¡ _ exclamó Marcial_ Verá que mi hermana ha asumido la deshonra que usted debió afrontar y todo para que continué irrespetándola porque no tuvo la decencia de oírla en el pasado.

_ Es algo que deseo remediar con Ariza _ dijo Bianca tomando valor_ Sé que no actué bien y me apresuré en mi decisión, que tengo un precio que pagar. Pero no estoy dispuesta a someterme por la fuerza bajo ninguna circunstancia. Enmendare de una forma u otra mi error, pero será con ella y solo con ella con quién decidiré.

Ahí estaba la nueva joven Bianca Rangel desafiando una vez más su destino y no alcanzaba a vislumbrar el alcance de sus palabras y la magnitud de éstas.


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