Capítulo 30, Hijas, la otra historia. (Laura y Carlina)
Sopló un poco de aire caliente en sus manos para darse un poco de calor ya que dónde se encontraba se caracterizaba por las lluvias y un frío extremo.
Uno, dos, tres intentos más y solo ahí consiguió entrar en calor y con un profundo suspiro se centró ahora sí en revisar por enésima vez el mensaje que le llegase a su móvil. No mentiría que no se esperaba uno de parte de su madre ya que era muy protectora con cualquiera de ellas dos y a lo sumo podrían recibir unos diez mensajes y cuatro llamadas a lo largo de un día rutinario.