Capítulo 25 En paralelo
Mientras nuestra historia se reescribía para estas mujeres
especiales con una doble dualidad, pero que sin duda las hace igual de humanas
y con las mismas necesidades que todo el resto.
En otro sector del céntrico
Viña del mar, otra historia es la que ahí se vivía o iniciaría a partir de una
conversación que estaba por desarrollarse y a la espera de ésta, el ambiente en
una suite en particular suscitaba lo siguiente:
—Le aconsejo que se mantenga quieta señorita — solicitó un hombre a cargo del cuidado de dos jóvenes.
En el acto, unos ojos almendrados fulminaron con la mirada
aquel sujeto que las tenía vigiladas y no las dejaba fuera de su alcance.
—¿Por qué lo ordena usted? — confrontó la muchacha con
claros signos de estar a un paso de sacar su lado más oscuro.
Con un suspiro de cansancio el hombre le quedo viendo a la
joven y siendo honesto consigo mismo, le preocupaba lidiar con aquella joven
porque estaba asumido que era incontrolable y la prueba de ello quedo
manifestada en el momento en que un miembro de la familia de su señora no podía
tampoco controlar a dicha jovencita.
Él al igual que sus colegas que estaban al servicio de cada
miembro de esta familia sabían que sus patronas tenían un gusto en particular
por mujeres y conocedores de lo que ello implicaba al momento de firmar sus
contratos, cumplían su cometido sin poner en tela de juicio nada en lo que
atañe a sus empleadoras.
Esta demás decir, que solo una de ellas no tiene un chofer
en particular por cuestiones de ser independiente y libre, aunque desde niña si
estuvo sujeta a ello por órdenes de su padre y hablamos en el caso particular
de Mirelles.
—No, es orden de mi señora — contestó el hombre. — Le
sugiero que se simplifique la vida y siga el ejemplo de su amiga.
—¿Y quién es su señora para que tenga que darle en el gusto?
— inquirió la joven.
—¡Laura! — llamó la otra joven tomándola del brazo. — Deja
al pobre hombre en paz.
—No soy como tú, Tania — replicó Laura con molestia. — No
dejo que medio mundo me diga lo que tengo que hacer y feliz de la vida. Este
hombre es un completo desconocido y suficiente tengo con aguantar a la idiota
de Martina como para calarme a toda esta gente.
—¡Oye que soy tu mejor amiga! — reprochó ofendida Briceño,
aunque en el sentido figurado. — ¡Consideración!
—No seas idiota — despotricó Tello con fastidio. — Sabes que
no lo dije de mala manera, solo me refiero a que no soy tan confiada como tú
con desconocidos.
—Corrección, no lo soy amiga mía — rectificó Tania. — sólo
que a Alex me pidió que confiará en ella y lo hago. Por eso estoy aquí.
—Ok, asumo que lo que te diga Mirelles es ley para ti —
contravino Laura con el ceño fruncido. — es tu dominante y harás todo cuanto
ella te ordene.
—Tampoco tan así — rebatió Briceño con diversión por lo
peleona que es su amiga. — cuando ella me lo pide del modo amable, le doy en el
gusto. Esa es la diferencia.
—¡Aha! Y yo soy santa Claus — siseó Laura con tozudez.
—Jajaja — terminó por reírse Tania porque sabía de sobra que
Tello era intratable cuando se ponía de malas o estaba muy insegura de un tema
en particular por eso su desconfianza. — eres una viejita navideña muy guapa
¿no lo crees?
—¡Vete al carajo! — bramó más tozuda que nunca Laura. —¡Y
vieja tu abuela!
—Jajaja — se volvió a burlar Tania que no podía luchar con
lo densa que podía ponerse su amiga, había una razón más profunda y no la
culpaba, pero le fascinaba verla pelear tanto casi como un gatito salvaje. — no
seas tan durazna (porfiada) mira que no tengo a mano tu mantita para ayudarte.
Eso fue la gota que rebalsó el vaso…
—¡Tania Briceño! — despotricó roja hasta las orejas Laura y
con unos ojos saltones por lo dicho. — ¿quién te apretó el cogote?
—Jijiji…Nadie — defendió ésta y de una abrazó a su loca
amiga. — Pero estás siendo densa amiga mía y estás desquitándote de este pobre
hombre. ¿reconócelo?
—Puede ser — asumió a medias Laura más calmada con ese
abrazo. —No me gusta que me hagan encerronas como las que me hizo Martina.
—Lo sé, princesa — repuso Tania reflexionando en lo sucedido.
— Debes hacérselo saber a ella y aunque no soporte mucho a esa colorina chupa
sangre, se nota que se preocupa por ti.
—¿Preocuparse por mí? Na — contradijo Laura. — Ella lo único
que pretende es someterme todo el tiempo y le voy a dar unos cuantos dolores de
cabeza hasta que acepte que es mi derecho a elegir.
—No olvides que es una dominante — dijo dudosa Tania. —
difícilmente le hagas cambiar de parecer, pero puedes negociar y es más
asertivo a mi parecer.
—¡Negociar mi nalga! — espetó Tello con el ceño fruncido. —
yo no voy a hacer su santa voluntad, no soy su propiedad ni lo seré.
—Estás involucrada con ella, te guste o no — objetó Briceño
sopesando las cosas. — Yo sé que nunca fue tu intención involucrarte con ella a
diferencia mía, pero estás con Martina y de cierta forma has aceptado su
dominio sobre ti, de lo contrario hubieses terminado con ello hace mucho rato.
Hay algo que te gusta de tu dominante y por eso, no has podido cortar ese lazo
que te une con Farkless.
¡Zuácate! Ahí está el golpe de gracia directo al corazón de
Tello que resintió de una aquella confesión. Quedo viendo a su amiga
directamente a los ojos. No pudo evitar reflejar en sus ojos todo su sentir.
—No soy como tú — refirió Laura con dolor. — nunca quise
involucrarme con una mujer y menos con el tipo de Martina. Estoy consciente que
tengo mis trancas y eso, pero ahora…
—¡¿Ahora qué?! — instó Tania quitando las lágrimas de los
ojos de su amiga con cariño y dolor a la vez. — Habla Laura. Dime lo que
sientes, no lo guardes para ti.
—Esa bendita mujer es tan asfixiante e insistente que… — confesó
asumida Laura. — que terminó por meterse en mi sistema. Ella me venció Tania
¿sabes lo que eso significa para mí?
—Lo sé mejor que nadie — concordó Briceño tomando entre sus
brazos a su querida amiga. — Sé lo que significa y aunque en un principio esa
mujer no me gustó por razones obvias, se nota que tú también dejaste grabado
algo en su corazón por la forma en que se comporta contigo de lo contrario no
hubiese insistido tanto.
—No lo sé Tani — repuso Laura insegura de muchas cosas con
respecto a su dominante. — creo que puede ser solo un capricho de su parte
porque debo ser la única persona que no deja se salga con la suya completamente
y eso la debe tener obsesionada. Martina no perdería su tiempo con una mujer
como yo teniendo todo el arrastre que tiene. La he visto con mis propios ojos,
es una coqueta descarada y sinvergüenza. Es duro para mí asumir que me estoy enamorando
de una mujer que nunca se tomará en serio una relación y menos querrá tener un
lazo más profundo como es la familia. Somos opuestas…Tania.
Esto dejo completamente dolida a Briceño que entendía los
cuestionamientos de parte de su mejor amiga y en parte también era un tema que
le tocaba más de una arteria a ella misma porque compartían el mismo sentir y
deseo.
—Laura — balbuceo apenas Tania.
—No digas nada — solicitó ésta más mortificada que nada. —
no hay nada más que se pueda hacer y por eso voy a luchar por recuperar mi
libertad. Quiero apartarme ahora antes que sea demasiado tarde para mí. Ella
puede tener a quién se le dé la gana y pronto se le pasará su empacho conmigo
te lo aseguro una vez que me haya marchado de su vida.
—¿Segura? — preguntó Tania insegura de eso último.
—Sí — aseguró Laura con algo en mente. — es lo mejor para
ambas porque no deseo seguir los pasos de mi madre.
—¿Qué tiene que ver tía Patricia en esto? — inquirió
sorprendida de la presunción.
—Martina me confeso que mamá fue en su juventud una sumisa —
reveló Laura sin emoción. — No es que deseé reprocharle sus acciones pasadas
porque yo soy solo su hija y además también terminé metida en esto y sería
hipócrita de mi parte y más, porque no tengo ningún derecho a criticarle sus
acciones cuando yo ando por las mismas. No te niego que me dejo sensible un
momento y ahora solo quiero hablar con ella y me cuente qué la llevo a estar en
este mundo cuando se nota que mamá siempre quiso una familia y cree en el amor
más que nadie. Además, tengo curiosidad ¿quién fue su dominante? Si fue un
hombre, aunque tengo mis dudas por lo vivido con Javier, nunca la he visto
involucrarse con hombre alguno después de su divorcio y eso me lleva plantearme
que debe ser una mujer ¿quién? Y ¿lo que significó en la vida de mi madre?
Decir que la mandíbula de Briceño estaba caída era quedarse
corta porque sus ojos, semblante hablaban de estar en shock total. Fue un
tremendo notición que jamás hubiese siquiera imaginado y de pronto eso la dejo
pensando en un hecho.
—Eso quiere decir que mamá también debe saber sobre el
pasado de tía Pati — musito Tania y de pronto le tomó sentido la confesión
hecha por su hermano por lo de visto en la oficina de su jefa. — ¡mierda! ¿no
puede ser?
—¿Qué sucede Tania? — preguntó preocupada Laura por el
semblante de su amiga.
—Laura — balbuceó compungida Tania llevando su mano a la
boca ante sus deducciones.
—¿Qué tienes? — insistió Laura ahora sí que entrando en
pánico. — ¡Habla!
—Creo…creo…que — intentaba decir con dificultad Briceño
pálida como cadáver.
—Tania ¿qué pasa? — exigió Tello sujetándola de los brazos. —Dime
¿qué tienes?
—Mamá — atinó en decir a Briceño.
—¿Qué pasa con tía Lucía? — cuestionó Laura.
—¡Oh por Dios! — exclamó Tania aún desconcertada con su
descubrimiento.
—Tania habla por favor — insistió Tello que no sabía que
pensar ante el comportamiento de su mejor amiga.
—Un minuto — solicitó ésta.
Y se le fue concedido por la otra parte, respiró unas
cuantas veces soltando todo en ello hasta recomponerse.
—¿Estás mejor? — preguntó Laura.
—Sí, ahora sí — respondió Briceño.
—¿Y? — apremió Tello.
—Laura estos días que no supe de ti, Álvaro estuvo hablando
sobre cosas de su trabajo, de su ascenso y capacitación — inició Tania
exposición de sus conjeturas y confesión a la vez. — y entre una de las cosas
que me confesó fue encontrar en la oficina de su jefa algunas fotografías de
mamá cuando era muy jovencita.
—¿Y eso que tiene de malo? — cuestionó Laura que no entendía
el alcance del comportamiento de su amiga. — pueden conocerse con la jefa de tu
hermano.
—Dime una cosa ¿tendrías fotografías en tu oficina de una
mujer que no es tu familia? sin mencionar que tu estado civil es, soltera —
replanteó Tania pasando sus manos sobre la frente de los nervios. — y que, además, son los únicos retratos
existentes que conciernen a esa mujer y para colmo sales abrazada a otra como
si fuesen una pareja de enamoradas ¿cómo llamas a eso?
—¡Mierda! — fue todo lo que exclamó Tello anonadada.
—Lo que te dice que si tía Pati fue sumisa en su juventud no
quita que mamá también lo haya sido. Ellas han sido inseparables desde hace
siglos — enfatizó Tania a la vez que seguía reflexionando y otro cosa le vino a
la mente de pronto. —¡que idiota que soy! Ahora tiene sentido todo.
—Tania — llamó Laura intentando distraer a su amiga porque
si para ella fue duro en su minuto asumir lo de su mamá cuanto más lo sería
para su amiga.
No obstante, fue en vano el intento porque fue ignorada de
plano simplemente y es que Briceño hervía en pensamientos.
—Por eso conocía sobre las tendencias de Alex — continuó con
sus reflexiones Tania en voz alta sin importar las miradas de Tello como de
Samuel (chofer de Calladrie) ¿ironías? No. ¿coincidencias? Tampoco
¿intenciones? Si, definitivamente.
—Tania — volvió a insistir Laura.
—Ellas dos se conocen desde hace mucho y por eso no se
soportan — seguía divagando Briceño caminando en el proceso absorta en sus
planteamientos solamente. — Y ¡Esa bruja chupa sangre! ¿Cómo no? También está
metida en el baile y si no recuerdo mal el haber escuchado decir Alexandra que
ellas son un grupo de seis amiguis… ¡Um!... lo que significa una sola cosa…Tenías
razón Laura que la parte dominante de tía Patricia debe ser una mujer y es una
del grupo de Mirelles (dicho con rabia) y la mujer que está con mamá también es
dominante y forma parte de ese grupito… ¡Mierda que la pario! ¿cómo rayos no me
di cuenta? Fui una estúpida ¿Qué confiara en ella me pidió? Soy una soquete. Ella
sabía de mamá y tuvo el descaro de callárselo sin asco. Voy a cantarles todas
sus verdades por manipuladora y mentirosa ¡Ya verás Alexandra Mirelles! Sabrás
con qué clase de ¡Niñata! Te fuiste a meter.
¡Rayos y centellas! Como suelen decir las caricaturas animadas,
se armó la grande en ese departamento y un infierno acaba de desatarse para dos
dominantes o mejor dicho para cuatro de ellas.
—¡Ups! — exclamó Laura que no daba crédito a lo que veía y
escuchó. — esto es muy malo (Viendo al hombre que estaba frente a ella y con
una mirada altiva, siseó) hacer enojar a Tania nunca ha sido aconsejable, su
señora está en problemas amigo mío. Quiero verte intentar detenerla ahora.
¡Suficiente advertencia! Eso le quedo claro al empleado de
Calladrie que sopesó de inmediato que esto pintaba mal. Sacó de inmediato de su
chaqueta su celular y marcó a un número en particular.
—Te aseguro que no podrás — se mofó Laura que ya estaba encima
del hombre.
Unos ojos color marrón quedaron viendo en shock al toparse
de lleno con los almendrados de Tello.
—¿Lo tienes? — preguntó Laura sin dejar de ver a los ojos
del hombre.
—Sí — fue la respuesta detrás del hombre.
De pronto todo se volvió borroso hasta oscurecerse por
completo y la marcación fue detenida. Estaba claro que el escenario había
cambiado por completo y estaba por venir lo mejor todavía.
—¿Y? — fue la pregunta.
—Pia Calladrie Defount — contestaron—Von Schroeder 1526.
—Es de la zona — repuso la otra. — Eso la hace del grupo de
Mirelles.
—Es guapa la mujer — señaló viendo una fotografía de una
rubia. —Realmente lo es y le da un parecido en facciones con Vane.
—Es hora de saldar cuentas — instó su contra parte sacándola
de su observación. — ¿no te parece?
—Por supuesto — afirmaron.
—Andando entonces — fue la demanda. —A Reñaca (viendo el GPS
de su celular)
La respuesta no se hizo esperar dejando silencio completo en
el lugar. Al cabo de unos minutos se abordaba un vehículo particular que se
perdería por las calles aledañas al centro mismo de la ciudad jardín.
Mientras en otro lugar y alejado del sitio en cuestión, tres
vehículos se abrían paso a través del congestionado transido de la ciudad
costera.
Le llevaría casi unos cuarenta minutos exactos salir del
taco y dirigirse con rumbo a Reñaca, más precisamente a la residencia de
Bezanni en busca de la versión de parte de dos sumisas. Lo que no contaban en
que el escenario había cambiado y ellas ni siquiera sospechaban.
Tiempo más tarde y en el interior de la propiedad estaba por
gestarse un hito y una conversación trascendental.
—Inés — llamaron.
—Dígame señorita Bezanni —respondió la mujer.
—Por favor, tráelas acá — ordenó Calixta.
—Como usted diga — repuso la empleada y se fue en busca de
las personas implicadas.
Unos suaves golpes en la puerta de un despacho se dejaron
sentir y al momento salieron abrirle.
—La señorita Bezanni solicita que se reúna con ella — dijo
la empleada.
—Gracias — repuso la persona de Lucia.
Dicho esto, la empleada se dirigió a otro lugar del inmueble
a cumplir con su cometido.
Por su parte, Lucía se armó de valor y salió del lugar con
dirección a la sala de estar.
Nuevamente otros golpes en la puerta de un dormitorio esta
vez y a los segundos salían al encuentro.
—Mi señora solicita que se presente ante ella — informó la
empleada a sabiendas de quién era la mujer y la disposición que fue solicitada
por Bezanni.
—Iré enseguida — fue el turno de Patricia en contestar.
—Le sugiero que no la haga esperar — indicó Inés
amablemente. — La señorita Bezanni no es dada en reiterar una orden dos veces.
—Lo entiendo, solo deme un minuto y estaré con su señora — adujo
Patricia.
—Bien — fue todo lo que dijo en respuesta la empleada y se
marchó del lugar sin más.
—Ni modo — murmuró Patricia tomando su celular y dejando un
mensaje a determinada persona.
La hora había llegado para aquellas dos mujeres que habían
dejado atrás esta vida hace un tiempo y que por causa de la decisión de sus
propias hijas se veían envueltas nuevamente en asumir un papel que traería
repercusiones a muy corto plazo personalmente hablando dado que habían dejado
un pendiente y que difícilmente pudo ser olvidado por sus dos dominantes y que
hoy sería traído a colación dando respuestas al pasado como también traería más
sorpresas a sus vidas. Sin mencionar el hecho o desliz que no previnieron ninguna
de las partes involucradas y que tiene relación a dos personitas que en
paralelo a ellas harían sus propios descubrimientos y tenían mucho que decir en
toda esta historia peculiar.
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