Capítulo 29 Espejo
II parte
Tras el retiro de aquellas tres mujeres, el silencio fue
cayendo tan suave y delicadamente como la garua que cae sobre el paraje y no se
sienta pesada, pero si refrescante. Lo peor de esta reunión ya había pasado y
zanjado muchas cosas a su haber. Retomado antiguas relaciones, lazos y, sobre
todo, la verdad había sido la gran triunfadora en este día.
—¡Al fin! — exclamó una extremadamente cansada Ariana que se desparramó sobre el sofá. — Todo acabó, porque no podría con otra ronda más y créanme que cuando digo que son estas cosas por las que me hice dominante ¡No hay como librarse por lo visto!
—Te creo — secundó Cata apoyando su rostro sobre su mano
derecha. — No podemos evadir aquello por lo cual fuimos creados y todo esto que
vivimos hoy me hace reflexionar en que estamos aportas del plazo final.
—¡Cierto! —convino Martina al traer a colación un tema
pendiente para ellas desde un acuerdo pactado hace mucho.
—Aunque me desagrade el tema, no tenemos escapatoria chicas
— coincidió Alexandra rascando su cabeza con un dejo de ansiedad.
—Solo Calixta y Pía ya tienen resuelto aquello— puntualizó
Ariana que siguió con la mirada a su amiga como estaba embelesada acariciando
los cabellos de su hija junto a su pareja—No sé si es correcto decirlo de este
modo Bezanni, siento que te queda bien el rol de madre y verte darle mimos a tu
hija es recordar a esa niña del pasado que abrazaba con todas sus fuerzas a su
muñequita que era como su propio bebe en aquel entonces.
—Ha pasado mucho tiempo de aquello — rememoró Calixta viendo
a sus amigas y regalarle una sonrisa a su sumisa (es algo que está arraigado en
su piel) — y les confieso sin tapujos que estoy bien con ello ahora. Son tantas
emociones y sentimientos a la vez que no creí poder vivir y ¡Mírenme! Tengo el
privilegio de poder disfrutar de tener una hija y poder hacer una vida con la
única mujer que realmente ha despertado esas vivencias desde que la vi esa
noche. Se nos tilda de ser mujeres frígidas e insensibles, faltas de amor,
controladoras entre tanta basura mal infundada, que ni siquiera dimensionan el
alcance de sus calumnias porque desconocen nuestra verdad y que nos llevó a
estar aquí. Lo único que estoy clara en este momento es que estoy a tope de
este sentimiento que calienta mi corazón y el deseo irrefrenable de dar todo de
mí por ver a Pri y a mi hija felices a mi lado. Sacarle provecho hasta el
último segundo a esta oportunidad y no le consentiré a persona alguna que ponga
en tela de juicio nuestra forma de amar y estilo.
—¡Bien dicho Bezanni! — alabó Cata sonriendo a más no poder.
— Que no te priven jamás de esa dicha.
—Concuerdo de igual modo contigo, Cali — respaldo y
manifestó Ariana. — Es un derecho que vale la pena defender a brazo partido.
—Pienso igual — concordó Alexandra. — La familia significa
mucho para mí y todo lo que ello implica.
—Ustedes cuatro tienen el mismo derecho a elegir plenamente
su vida — alentó Calixta tomando la mano de su pareja. — nosotras somos la
prueba de que se puede, no importa el momento o circunstancia, lo que cuenta es
ser fiel y defender aquello que vale la pena proteger y luchar.
—¡Así es! — coincidieron tres de las dominantes.
—Creo que llego la hora de sentar cabeza — asumió una reflexiva
Martina. — Es como lo que tú dijiste, Cali, la primera vez que conociste a
Patricia. Sabes cuándo estás frente a la persona correcta y que solo ella puede
despertar lo que era considerado imposible e impensado para otros.
—¡Martina! — exclamó asombrada Ariana. — ¿acaso estás
diciendo que Laura es esa persona para ti?
—Efectivamente Ari — correspondió Farkless y viendo a
Bezanni. — Es Laura la que me hace sentir tal cuál ha dicho Cali y voy a dar
todo mí para conseguir que ella me acepte y me elija por su compañera.
—¡Muy bien Farkless! — Aceptó la propia Calixta viendo a la
vez a su pareja mientras hablaba. — Tendrás tu oportunidad y has de saber que
el lazo de hermanas que nos une se intensificará más entre nosotras a causa del
vínculo con mi hija. Martina quiero que entiendas bien que es mi deber de madre
velar por Laura y nuestro acuerdo anterior queda sujeto a la decisión de ella,
si te acepta o no como su compañera de vida. Yo respetaré sus deseos ante todo
y en cuanto a lo que mencionó Tania sobre otras sumisas ¡Ahí te tengo malas
noticias! No te lo consentiré, aunque tú seas a una dominante, el respeto y
lealtad es intransable para mí y lo habíamos tocado en nuestra última plática. ¿qué
sucedió para que la hija de Lucía te lo haya sacado a colación?
—¡Uf! — resopló pesadamente nuestra pelirroja domina. — Fue
un error mío y lo reconozco. Tenía planeado enseñarle kitesurf aprovechando que
estábamos en Totoralillo y como es costumbre en mi gatita se opuso rotundamente
y perdí los estribos con ella y me escuchó decir que deseaba que mis sumisas
estuvieran en forma haciendo deportes y gimnasio. A partir de ahí, estuvo
insufrible al punto de que mis nervios estaban colapsando cuando recibí tu
llamada. Supongo que al estar junto a Tania nuevamente deben haber hablado
entre ellas y por eso sacó a colación ese punto. Salvo este incidente Cali,
quiero que sepas que he respetado nuestro acuerdo y solo Laura es mi única sumisa.
No te niego que a veces se pone cuesta arriba nuestra interacción porque tu
hija no se dejará someter y aunque me gusta toda ella en todos los aspectos,
tiene una vena rebelde que acaba con la paciencia de cualquier santo.
Apenas acabó de hacer sus descargos, se oyó…
—¡Jajaja! — estallaron en carcajadas Catalina como Ariana
que no se pudieron contener y terminaron por ceder ante toda la tensión y les
pareció sublime lo sucedido con su amiga y compañera.
—¡Oh, Martina! — se compadeció Alexandra que le sobó su
espalda a modo de consuelo y la entendía perfectamente.
—Realmente tienes un largo camino para conquistar a mi hija
y tendrás que replantearte tus tácticas, es mi consejo Magnolia — manifestó su
opinión Bezanni ante la explicación de su amiga. —tienes una ventaja mayor a tu
favor.
—¿Cuál sería? — preguntó de inmediato la pelirroja.
—Laura al igual que yo, le encanta la amabilidad, la
honestidad y la lealtad. — explicó Calixta observando las facciones de la otra
dominante. — explota aquello a tu favor de un modo delicado. Recuerda porque
somos dominantes y consigue atraer las corrientes a tu favor ¿entiendes a lo
que me refiero?
—Seguiré tu consejo al pie de la letra — accedió Martina y
viendo en dirección de la otra dominante, solicitó. — ¿puedo?
—¡Acércate! — instó Calixta.
—Ella es un ángel cuando duerme — confesó una enternecida
Farkless, acariciando la mejilla de su joven sumisa. — Te prometo que la
cuidaré y lucharé con todo por conquistarla y también me comprometo contigo,
Patricia. Ella es muy importante para mí ahora y no me rendiré.
—Solo quiero que me respondas una sola pregunta — fue el
turno de hablar de Pati.
—Formula tu pregunta por favor — apremió Martina. — para
responderla y sea tu señora testigo de mi afirmación.
—Hace un rato a tras te pregunté sobre la familia — aclaró
Patricia viéndola seriamente. — Quiero que me digas ¿cuáles son tus intenciones
con Laura en ese sentido?
—Lo respondí hace un rato a tras también Patricia — contestó
Farkless. — confesé que deseo sentar cabeza con tu hija y todo cuanto ello
implica y lo diré de este modo para que se entienda bien mis palabras, yo
Martina Farkless, me comprometo en hacer de Laura mi compañera de vida y si
ella acepta mis términos, solicitaré a bioferty inseminar mis óvulos para
concebir a nuestros hijos ¿contesta esto a tu pregunta?
—Lo hace Martina — aceptó Patricia y también acompañó esto
con— Entonces yo te ayudaré a conquistar a mi hija, nuestra hija (viendo a su
señora) conozco lo que Laura necesita y tal cual señaló Cali, debes cambiar de
táctica con ella, usa la amabilidad y verás que dejará de combatirte. Sorpréndela
con actos simples y pídele siempre su opinión en todo ámbito de cosas y verás
que te seguirá hasta el fin del mundo. Ella es leal y muy cariñosa cuando la
aprecian por lo que ella es, no cuando le imponen.
—¡Anotado! — convino radiante Martina de esta ayuda
inesperada de parte de la madre de Laura. Si bien se llevaron bien en sus
comienzos de conocerse, después del despido, la cosa cambio y hubo una tirante
y fría interacción cuando la pelirroja visitaba el hotel. — Aprecio mucho tus
consejos y los pondré en marcha una vez que mi gatita despierte.
—Solo por hoy deja que mi hija disfrute del tiempo con Cali
— solicitó Patricia. — Ellas necesitan fortalecer su vínculo. No estoy
pidiéndote que te mantengas al margen si no que le des su espacio y te integres
a esa interacción y de este modo ganarás puntos con Laura.
—De acuerdo — accedió Martina sonriendo a ambas madres de su
sumisa.
—Siendo así y viendo que ya está todo en una completa
tranquilidad aprovecharé para ir a mi cuarto a darme un baño antes que Inés nos
llamé a almorzar — indicó Ariana que estaba encaminando sus pasos con ese
propósito. — Cali me quedaré con ustedes por unos días, también quiero
compartir con las chicas ¿te parece?
—Por supuesto — respondió Bezanni sonriendo ante el gesto de
su familiar.
—Te acompaño, mi bruja — acotó Cata que se puso en marcha
también. — Y me sumo a la petición de Ari de quedarme una semana. Además, debemos
ver cómo ayudamos con la auditoria de Alex. No vamos a dejarte sola con esto.
Cuando nos alimentos como es debido nos pondremos a trabajar ¿Están de acuerdo?
—Apoyo — respaldó Martina. — Nos conectaremos desde mi
plataforma con tu portátil, Alex.
—Está bien — aceptó Mirelles.
—¿A quién has dejado a cargo del hotel en ausencia de Lucía?
—preguntó Calixta.
—Paula — contestó Alexandra.
—¿Esa preciosura está a cargo? — saltó de inmediato en
preguntar Minard.
—Sí — respondió con una sonrisa pícara Mirelles. — Esa
belleza como tú dices guía mi buque.
—Creo que te visitaré más a menudo amiga mía — soltó suelta
de cuerpo Catalina. —Tiene un encanto que me tiene gravitando como polilla
hacia ella.
—Lo sé muy bien — aseguró Alex traviesamente.
—Bueno creo que las viejas costumbres no acaban en esta
familia — se burló complacida Ariana. — ¿nos vamos encanto?
—Vamos — secundó Cata tomándola de la cintura y
descaradamente preguntó. — ¿no te gustaría una ducha compartida?
—No cumples con mis estándares que requiero para dejarme
atender por una sirviente — fue la aplastante respuesta de Banzer con total
altivez. — Así que, declino tu invitación encanto.
—¡Como eres! — protestó Cata tocando su pecho en forma
ofendida. —Y yo que iba a consentirte con un masaje tailandés de cuerpo entero
en traje de Eva ¡en fin! Tú te lo pierdes.
—¡Si cómo no! — se mofó divertida Ariana guiñándole un ojo a
las demás. — Hasta un rato más.
Ambas mujeres salieron al corredor haciendo de las suyas
entre bromas que se gastaban entre sí.
—Ellas nunca han dejado de coquetearse entre si — refirió
sonriente Martina. —Siempre me pregunté porque no se hicieron pareja ya que es
muy patente la conexión y la química entre ambas desde su adolescencia.
—No lo hicieron porque son familia y ese nexo es intransable
— aclaró Calixta viendo a sus otras compañeras. — no tenemos el lazo sanguíneo entre
nosotras, pero tenemos una conexión que es la mayor de todas y es el vínculo
que forjamos y nos hace una familia en toda regla.
—Podemos bromear y coquetear al igual que nosotras dos Tina
— puntualizó Alexandra tocando la mejilla de la pelirroja. — Pero jamás
cruzaremos ese límite porque nuestro amor de hermanas es mayor que cualquier
situación y lo sabes. El respeto y lealtad es más grande que otros que están
unidos por la sangre.
—Siempre lo he sabido — repuso Martina viendo en dirección
dónde se encontraba su chica. — viendo que mi gatita no despertará hasta como
en una hora más, iré a darme una ducha.
—Aprovecharé para hacer lo mismo — concordó Alex rascando su
cabeza. — dudo que Tania quiera hablar conmigo en este momento, así que me
enfocaré en avanzar con los balances finales para la auditoria.
—Debes tener un poco más de paciencia — aconsejó Calixta que
comprendía la desazón de Mirelles tras la reacción de la joven. — Es mucho lo
que deben asimilar ya que nuestras acciones pasadas les afectan directamente y
por lo demás, es un tiempo prioritario para Pía, quién debe tornar la corriente
de los hechos a su favor y tener la oportunidad de ser reconocida y aceptada por
sus hijos ¿no te parece a ti Alex? Es un derecho que le asiste y de igual forma
llegará tu momento para solucionar las cosas con Tania.
—Tienes razón en ello, Cali — asumió Alexandra reflexivamente.
— a diferencia de mi historia con Brigitte, Tania es un verdadero placer que me
he permitido, pasando por encima de mis principios y no me lamento de mi
decisión y es como tú dices, es tiempo para Pía. Ella tiene mucho que resolver.
—Celebró escucharte — acotó Bezanni. — Vayan las dos para
esa ducha y de paso de desestresarse de tanta tensión ¿no les parece?
—De acuerdo — aceptó Mirelles.
—Nos vemos chicas lindas — adujo Martina y tomando la mano
de Mirelles se fueron las dos platicando en el intertanto de su caminata.
Y de este modo quedaron solo Patricia, Calixta y Laura que seguía
profundamente dormida en brazos de su madre dominante.
—Pri — llamó Calixta viendo a su compañera.
—Dime — respondió ésta y luego, rectificó de inmediato. — Mi
señora, dígame.
—Ahora puedes llamarme como desees cariño — aclaró Calixta
tomando su mano y depositando un beso en ella. — No te contengas más y sé tú
misma en mi presencia. Ahora eres mi compañera y tienes tus derechos.
—Es algo que me tomará un tiempo acostumbrarme ya que
siempre ha sido Cali o señora — expuso su parecer Patricia. — y por mucho que desee
hacerlo también estoy consciente que hay un claro rigor de señorío que no debe
ser franqueado.
—Es verdad — concordó Calixta volviendo a depositar otro
beso en la mano de su sumisa. — En estricto rigor para nuestro círculo tú eres
mi sumisa como yo tu señora y de ese modo será delante de los demás. Sin
embargo, en nuestro hogar y con la familia seremos nosotras mismas. Pri quiero
que entiendas que no es solo acatar mis deseos, es un acuerdo mutuo entre las
dos y tu opinión, deseo y sentir es valioso para mí. Tengo obligaciones
referentes a tus necesidades y cuidados y las dejé plenamente establecidas en
el contrato que has firmado y ahora te asiste el derecho mayor de involucrarte en
todo lo referente a nuestra familia y todo lo demás. Quiero que confíes en mí
ahora más que nunca, soy y seré tu soporte y a diferencia del pasado no tengo
intención alguna de separarme de ti y de nuestras hijas, estoy para quedarme indefinidamente
¿lo entiendes?
—En parte — respondió Pati meditando en lo dicho. — Hay preguntas
que necesito hacerte.
—Dilas, cariño — alentó Calixta que continuó besando su mano
para infundirle valor.
—¿Es verdad que quieres que Carlina sea tu hija? — primera
pregunta de parte de Vidal directo al meollo del asunto. — a pesar de ser
Javier su padre.
—Pri — inició su descargo Bezanni dando otro beso a su mano.
— Puede que Javier sea el padre, más yo estoy decidida en hacer de Carlina mi
segunda hija. No necesito un examen de ADN o algo similar para constatar que
ese hombre no es más que un simple donante y tanto Laura como Carlina son tus
hijas y ahora por contrato y deseo, asumo esa responsabilidad con el mayor de
los honores.
—¿Cómo sabes lo de Javier? — inquirió una sorprendida
Patricia.
—Recuerdas lo que mencioné acerca de constatar que no ha
habido nadie después de mi — explicó Calixta continuando con sus mimos hacia su
pareja.
—Sí
— fue la respuesta de parte de Patricia.
—Para ser totalmente honesta, lo supe de inmediato apenas tuve
contacto físico contigo anoche— develó Bezanni con altivez. — si hubieras
permitido que otro hubiese mantenido relaciones contigo, me hubieses evitado al
instante ya sea porque me olvidaste o por vergüenza.
—¡Ya veo! — asumió Patricia. — ¿Así que te percataste de
ello?
—Siempre has sido un libro abierto para mí y te conozco como
la palma de mi mano — admitió sin vergüenza Calixta. — Temía que hubieras
dejado que otro tocase aquello que me pertenecía y más sabiendo que tenías dos
hijas. Me devoró por un tiempo ese pensamiento hasta que conseguí domesticar mi
emoción y asumí que podría darse esa situación. Por eso cuando tu cuerpo
respondió a mi tacto, lo comprobé enseguida y supe de este modo que ese hombre
no fue más que un simple donante o ¿me equivoco?
—No estás equivocada, Cali — ratificó Patricia tocando ella
la mejilla de su señora. — Javier aceptó ser un donante la primera vez y no
quería la responsabilidad que conlleva la paternidad y me ayudó a concretar mi
sueño de tener un hijo tuyo. Salvo que tuvimos que casarnos porque mi padre nos
obligó.
—¿Y con Carlina fue igual? — preguntó sin rodeos Calixta
meditando en lo expuesto por su sumisa.
—Similar — contestó Pati. — él fue donante, pero fecundé mis
óvulos y el proceso fue el mismo, inseminación, sin contacto entre los dos.
—Con mayor razón haré de Carlina, mi hija — decretó sin
empacho Calixta. — Un padre no es el que engendra sino el que forma el vínculo
con su hijo. Me ganaré ese derecho de serlo para ella, no cegaré hasta
conseguirlo ¿estás de acuerdo?
—Lo estoy, Cali — aceptó enternecida Patricia, dejando un
beso breve en los labios de su señora. — y no sabes lo que me emociona
escucharte decirlo. Estoy segura de que Carlina te aceptará y te querrá con el
tiempo.
—¿Alguna otra pregunta que desees hacer? — inquirió Calixta
después de ser consentida por pequeños piquitos en sus labios.
—¿Estuviste involucrada con otra mujer? — preguntó seria
Patricia sin disimular sus emociones.
—¡Oh Pri! — exclamó extasiada Calixta y su sonrisa era
dantesca y presumida. — ¡No puedo creer que estés celosa! Y veo que no asimilas
mis palabras anteriores y me veo en la obligación de afirmar con hechos este
asunto. Así que apenas despierte nuestra hija, vas a recibir en tu cuerpo mi
respuesta ¿lo entiendes?
—Sí, mi señora — contestó roja hasta las orejas una Patricia
que se hizo a la idea de su error y las consecuencias.
—Cariño — llamó Calixta. — ¡Levanta tu rostro! No debes
sentir vergüenza conmigo por tu comportamiento y menos con lo que vamos a hacer
en el baño juntas ¿de acuerdo?
—Sí — repuso Pati levantando su rostro sonrojado aún, pero
obediente a su señora.
—Además, te aclaro por única vez que solo tuve en todos
estos años novatas a las que inicié una noche solamente, nada importante —
confesó con total honestidad y sin empacho Bezanni. — y aunque era libre de
hacer cuanto se me antojará y no deberte explicación alguna de mis actos, tras
tu abandono. Nunca quise a otra mujer en mi vida después de ti. Mi ser entero
no me permitía involucrarme emocionalmente con ninguna otra sumisa. Espero no
tener que volver a explicarme en este punto y asumas que es debido a tu
impertinencia que hubo ese tipo de contacto ínfimo de lo contrario jamás hubiese
ocurrido porque tú eras mi sumisa, era tu derecho al cuál renunciaste. Eso
forma parte del pasado y ahora es tu deber reclamar tu lugar en mi vida como te
corresponde ¿se entiende?
—Sí y lo asumo plenamente — comprometió Patricia sus
términos y explicación. — reclamaré mi posición en tu vida.
—¡Excelente! — alabó Calixta y viendo el reloj de pedestal
en su sala, agregó. — ¿hay alguna forma de llevarnos a nuestra hija sin que se
despierte? Quiero pasar tiempo contigo antes de almorzar.
—Claro que la hay — confirmó Patricia sin revelar mucho. —
Laura es un verdadero tronco cuando duerme, puede pasarle un camión por encima,
pero no despertará teniendo a su mantita con ella.
—¡Um! — exclamó pensativa Bezanni hasta que encontró una
solución. — Necesito tu ayuda para levantarme.
—Ok — acotó Vidal y le ayudó a ponerse de pie.
Una vez conseguido, acomodó bien a Laura en sus brazos y
viendo a su pareja, solicitó.
—¡Vamos cariño! — demandó Calixta. — Es hora de reclamar
nuestros derechos.
No hubo respuesta de parte de su sumisa y madre de su hija,
sino que le acompañó con rumbo al dormitorio principal en que estuvo. Era una
alcoba muy grande y una cama impresionante en dónde podrían acomodarse
perfectamente las tres y velar por el descanso de su hija.
Esta historia tomaba el curso correspondiente a las
decisiones tomadas en el pasado y que hoy fueron un espejo de aquellos
acontecimientos. El reflejo de sus hijas…
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