mujer y ave

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domingo, 13 de julio de 2025

Reconociendo a los míos.

Polos opuestos



                            Alvaro              Vanessa

Capítulo 31 Reconociendo a los míos.

Cuando las manecillas de aquel antiguo reloj (una reliquia de familia) de pedestal marcaba las nueve en punto de la noche, un automóvil hacia su entrada a la propiedad de Bezanni. Bordeando los jardines hasta aparcarse en la entrada de dicha colosal vivienda y como se mencionó antes, estaba construida completamente en piedra que le daba un aspecto palaciego. Constaba de dos plantas con diez habitaciones con sus respectivos baños, 3 estudios, 3 garajes, 3 bungalós equipados y amoblados exclusivamente para los choferes, un amplio jardín con dos piletas, un sector de la casa destinado para el personal. Además de contar con una piscina que fue creada y amoldada a las rocas y que, a su vez, servía de muro de contención y protección contra las inclemencias de la naturaleza y de posibles malhechores.

En el momento que se aparcó el vehículo y descendieron sus ocupantes fueron recibidos por la dueña de casa y de su compañera. Amiga y familia que estaban en espera de ellos en el frontis de la casa.

—Mi señora, señorita Bezanni — dijo Samuel viendo a las dos mujeres. — He cumplido con sus órdenes de traerles a los jóvenes junto con el pedido de Sikel.

Reconociendo a los míos.

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