Aras del pasado, capítulo 8
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Todo era exactamente como en sus
sueños, no tenía palabras para describir las emociones que se agolpaban en todo
su ser. Es lo más loco que había hecho en su vida, pero sin duda, el viaje
había valido la pena. Ver que todo estaba ahí delante de sus ojos y que ya no
eran unos simples bocetos o sueños, sino que real, llenaba su espíritu de una
inmensa alegría, por no era producto de su imaginación.
Tan cautiva y absorta estaba por todo los que iba descubriendo a su paso, que
no se percataba que esos penetrantes ojos azules, le miraban con curiosidad e
inquietud.
Para Anabelle, ser anfitriona y mostrar su hogar a sus huéspedes, era algo muy
común y protocolar, muy al estilo Inglés, pero esta vez era diferente.
Verla allí, observándolo todo con admiración y ver sus verdes ojos resplandecer
ante lo que tenía enfrente de sí, además su rostro reflejaba asombro y a
la vez alegría.
Se podía decir que Raniel, era un libro abierto en esos momentos, no escondía
nada, era como un espejo transparente, dónde se apreciaba la pureza e inocencia
de su corazón.
Esto era lo que más inquietaba a Anabelle, nunca había conocido a una persona
como ella y a pesar de las pocas horas que llevaba en casa, había conseguido
llamar poderosamente su atención.
El magnetismo que emanaba de ella, su olor, franqueza y la jovialidad con
la que rápidamente conquistaba a las personas, dejaban una
sensación extraña en Anabelle. Ésta se sentía vulnerable a su lado, desde el
preciso momento en que la conoció; pero lo que más le causaba espanto, era
el egoísmo que comenzaba a surgir dentro de su corazón, puesto que la joven Raniel,
ya tenía cautivados a Alesia y a su hermano Charles, quién le comento lo
hermosa que era la muchacha y que sí podía averiguar si tenía novio.
Para Anabelle era tremendamente dificultoso reconocer que una chica llamase su
atención, a pesar de que ella no era homofóbica ni nada por estilo, de hecho
estando en la universidad tuvo varias amigas les, con las cuales tenía gratos
recuerdos y aún compartía una amistad.
El caso era que esta muchacha estaba poniendo de cabeza su mundo,
también había un hecho que no dejaba de rondarle por la cabeza...Misha, ¿por
qué estaba tras ella?... conocía muy bien a Misha y sus gustos personales por
hombres y mujeres y que no se detenía ante nada para conseguir su presa, como
ella misma solía decir.
—
¿Qué te está pasando?, ¿porque te preocupas tanto por alguien que recién acabas
de conocer? ¿Y desde cuando deseas que esa persona te mire solo a ti? — (Se recriminaba Anabelle)
—
¿Dónde está nuestra invitada? —
preguntó Anette.
—Está
con Anabelle mostrándole el castillo— dijo Alesia.
—
Vaya se toma muy en serio su papel. — Mencionó Anette.
—
Así parece, a pesar de que no quiere que se sepa quién es— Respondió Alesia.
—
Ella tiene sus motivos Alesia, aunque a mí también me intriga, pero mientras
ella esté aquí debemos mantenernos tal cual.
—
Por mí no hay problema tía Anette— Constestó la joven—
Tú, ¿qué opinas de ella? —
—Es
una muchacha muy franca y honesta, tiene muy claro lo que quiere en la vida y
además es muy simpática—Repuso la
mujer—Bien.
Iré a mi despacho, debo hacer una
llamada, por favor avísale al mayor domo para cuándo esté listo el almuerzo.
—
Como tú digas— acató
Alesia.
Dentro del despacho, Anette procedió a buscar dentro de unos de los cajones,
una libreta.
—
Despacho de O'connell y asociados. — contestaron al otro lado de la línea.
— Mary, ten la bondad de comunicarme con
David. — Solicitó
Anette.
—
Enseguida D...
—
¿A que debo tu llamada? ¡Adorada dama! — dijo un hombre al otro lado de la
línea.
—
Deja de lado tus galanterías baratas David, quiero que vengas hoy mismo,
necesito que investigues a una persona. — Demandó Anette.
—Pero
podrías encargarlo a otros del bufete. Tengo dos casos en la corte que ver hoy— Se excusó el abogado.
—
No me interesa cuántos casos tengas, te quiero acá y es una orden. Eres el
abogado de la familia, no quiero excusas David. — Demandó la mujer.
—
Debe ser muy importante para que uses todo tu encanto mi querida— Expuso éste.
—Lo
es, creo que si mis deducciones son ciertas, realmente será muy importante para
todos— respondió
ella.
En otro sitio del castillo, Anabelle veía como Raniel aspiraba aquella brisa,
un poco inusual en esta época.
—
¿Qué te parecido Raniel el lugar? — Preguntó Anabelle.
—
Hermoso, no tengo palabras para describirlo. — Respondió la joven Larson— su arquitectura se caracteriza de a comienzo de
1600, jardines, simplemente exquisito.
— ¿Has
dicho arquitectura?—
dijo Anabelle impresionada—Eres
la primera persona, quién ha dicho la fecha exacta de la construcción de este
castillo.
—Así
es— repuso
escuetamente Raniel.
—
¿Cómo supusiste eso? — insistió
Anabelle.
— ¡Oh perdona! Es que soy estudiante de Arquitectura y
me fascina todo lo relacionado a dichas construcciones y también estilos
neoclásicos.
—Sorprendente— dijo Anabelle, profundamente admirada
de los conocimientos de la muchacha y lo sencilla que era en compartirlos
sin hacer alarde de ello, sino que mostro su pasión por dicha rama que estudia.
«Esta chica es sorprendente. Nuevamente mi corazón se acelera y quisiera acercarme más y perderme en esos ojos esmeralda»
1 comentario:
Vaya, aquí hay una pequeña variedad de tamaños de letras. Pero igualmente queda muy chulo ^^. Hace la lectura más divertida y cómoda. 5 estrellas para ti, amiga mía.
Por otro lado, como bien recuerdo ahora, la pareja principal de la historia se esta llevando bien mediante los estudios de Arquitectura y demás.
NOS VEMOS!!!
Ángelus Drakul
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