En aras
del pasado, Capítulo 1.
FLASBACK
En un lecho, una mujer de avanzada edad, deja perdida su mirada, mientras, su
mente, se inunda de recuerdos...
─ Han pasado los años y mi corazón no deja de llamarte. Contigo murió la mitad de mi corazón, cuando te marchaste de mi vida. Con los
años, me resigné a no volver a verte y al final me refugié en mis hijos y
dediqué mi vida y amor para ellos y mi esposo. Sin embargo, nunca dejé de
amarte y llorarte cada vez que tu nombre venía a mi mente y en silencio guardé
luto por ti, pues el destino me arrebató el amor de mi vida.
─ ¿Por qué
te fuiste Rowine?, ¿por qué me abandonaste?
Ahora, ya culmina un ciclo y se acerca mi hora, pero te juro, que si en otra
vida te vuelvo a encontrar, no te dejaré escapar nunca más.
Fin del FLASBACK
Sentada en una banca, una muchacha aspiraba fuertemente la brisa y volvía su
mirada al block, dónde había el rostro de una mujer, perfectamente delineado.
─ Siempre me persigues como un fantasma.
Es como si te conociese de toda una vida. Sin embargo, papá tiene razón, los
sueños sólo son eso- Raniel suspiró y continuó dibujando.
A unos pasos del lugar. Un grupo de jóvenes, se tomaban fotos junto al lado de
un monumento. A excepción de una chica morena, quién no ha dejado de observarla
y de improviso se acercó hasta dónde ella se encontraba.
─ ¡Hello! ─ saludó la joven con un marcado acento
británico.
─ ¡Hello! ─ respondió ésta. Ella, hablaba muy
fluido el idioma Inglés, ya que en su familia era una obligación y una
tradición familiar. Además, que su trabajo también lo requería.
─ My name is Katherine ─ dijo la muchacha.
─ Raniel ─ dijo ésta ─ please too met you.
(Dejaremos la formalidad del inglés, para proseguir al español)
─No he podido dejar de observarte y ver que
dibujas a la vieja usanza ─comentó Katherine.
─ ¡así es! ─ exclamó Raniel─ amo dibujar con carboncillo. Me fascina
retratar lo que está a mí alrededor. Por eso, siempre que puedo, lo hago en mis
ratos libres y en la hora de descanso de mi colación, como es en este caso.
─ ¿Podrías mostrarme tu dibujo? ─ suplicó Katherine, entusiasmada de
poder corroborar sus dichos.
Sin pensarlo dos veces, Raniel, accedió y le mostró aquel dibujo.
Katherine, al ver aquel retrato, palideció y como un resorte, se dirigió
nuevamente al grupo de chicas, que aún continuaban con las fotografías. Se
acercó hasta dónde se encontraba una joven rubia, que por cierto, era muy alta
y con una complexión física envidiable, ya que se notaba lo tonificado de su
cuerpo. Al momento en que Katherine comentaba algo con ella, los ojos azules de
la rubia, se clavaron en la persona de Raniel y de súbito, encaminaron sus
pasos en esa dirección.
Ambas chicas, se dirigieron hasta dónde estaba Raniel y procedieron a
presentarse.
─ ¡Hola!, ¡Buenas tardes! ─ saludó la rubia ─ mi nombre es Alesia Bringston.
─ El mío es Raniel ─ saludó ésta ─ encantada (y estiró su mano para
saludarla, aquel gesto agradó a la muchacha y correspondió de igual manera y
con una amplia sonrisa)
─ Katherine, me comentó que dibujas
retratos -mencionó Alesia ─ y que eres muy buena. ¿Tendrías la amabilidad de
enseñarme tu retrato?, por favor.
─ ¡Claro! ─ respondió Raniel, aunque estaba
bastante intrigada y procedió a mostrárselo.
─ ¡Por todos los cielos! ─ exclamó Alesia, visiblemente choqueada
con la imagen que apreciaban sus ojos. Su rostro denotaba tal asombro, tras
contemplar un simple boceto.
Raniel, al ver su reacción, quedó muy intrigada y a la vez, se colocó tensa por
todo lo que ese rostro reflejaba. Las observó en silencio, pero su curiosidad
pudo más.
─ ¿Sucede algo? ─ preguntó de plano Raniel.
Sin embargo, las dos chicas, restaron importancia a la pregunta y se contemplaron
entre sí y luego de ello, se les escuchó decir...
─ Definitivamente es ella ─ dijeron al unísono.
Luego de ello, ambas se volvieron a ver a la joven.
─ ¿Podrías mostrarme más de tus otros
dibujos? ─ Inquirió Alesia.
─ No tengo inconveniente ─ fue la respuesta de Raniel ─ pero podrías decirme el porqué de tu
asombro.
─ Claro que te lo diré ─ dijo Alesia ─ pero antes, enséñamelos.
─ Está bien ─ respondió Raniel y procedió a
entregarles su block ─aquí lo tienes.
Después de un rato, Alesia, miró fijamente a Raniel y preguntó.
─ ¿Tú has visto este castillo antes? ─ fue la pregunta de la joven rubia.
─ No me lo creerías ─ explicó Raniel ─ pero, jamás he estado en ningún lugar, en dónde haya un castillo.
─ y el retrato de la doncella, ¿la has visto alguna vez? ─ inquirió Alesia con mucho interés en la respuesta.
─ No ─ respondió Raniel ─ jamás he visto nada de ella, a no ser que sean mis bocetos.
─ ¡Entonces! ─ puntualizó Alesia ─ ¿de dónde sacas tus retratos? o son productos de tu imaginación.
─ Tal vez, no me creerías ─ comentó Raniel ─ si te digo, que he soñado desde niña con ese castillo al igual que la joven del retrato y cada vez que ello ocurre, termino por retratarla.
─ ¡Ya veo! ─ mencionó Alesia ─ (Mientras en su mente, afloraban los siguientes pensamientos) he oído de persona que tienen vividos recuerdos de vidas pasadas, ¿podrá ser esta joven una de ellas?
1 comentario:
estoy disfrutando de leer esta historia me parece interesante!!!!!!!
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