mujer y ave

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viernes, 6 de diciembre de 2013

El curso del destino.


El curso del destino . Capítulo 2

FLASHBACK

─ Comprende, lo que viste sólo fue un error nada más ─ exclamó una sensual voz de mujer.

─ Un error ─ bramó Kiara ─ estás insinuando que estoy ciega, no me vengas con esas, Mariana.



─ No le des importancia, eres tú la mujer que amo ── repuso ella ─  lo otro es un desliz pasajero, cualquiera se equivoca no.
 ─ Eres muy cara dura ─ dijo molesta ─ no es la primera vez que me engañas. Sabes, te he seguido estos meses y ya perdí la cuenta de cuantas veces te he visto con otras mujeres, cómo tienes el descaro de decirme que me amas, ¿qué clase de amor es ese?
─ Vamos Kiara, no te enojes ─ dijo ella y trató de abrazarla.
─ Suéltame idiota ─ bramó furiosa Kiara ─ qué te hace pensar que quiero estar contigo ahora, sólo has venido porque Eduardo te aviso. Ya que estás aquí te lo diré en tu maldita cara, no quiero verte  nunca más en mi vida, sí alguna vez te amé,  me arrepiento con toda mi alma, porque ahora sólo tengo odio y desprecio por ti.
─ Vamos mujer ─ exclamó Mariana ─ no exageres, tú jamás me dejarás de amar, lo has hecho desde que éramos unas niñas.
─ Eres una idiota ─ dijo molesta Kiara ─ quién te crees que eres, pues déjame aclararte algo, te amé como no tienes idea, pero te encargaste de acabar con ese sentimiento, por tu culpa no creo en el amor y menos de personas como tú, que son niñas mimadas que lo han tenido todo y sólo juegan con los demás.
─ Ja ─ se enfureció Mariana ─ no sabía que eras una resentida social estúpida.
─ Vaya ─ dijo sarcásticamente Kiara ─ hasta que salió tu personalidad, para tu información jamás he sido una resentida, pero no confío en persona de tu clase que sólo juegan, sin importarles nada, para mí eres una estúpida niña rica sin corazón que nada sabe del amor, pues buscas en la cama lo que nunca has tenido en tu corazón, me das asco.
─ Cállate ─ rugió Mariana y trato de golpearla, pero Kiara detuvo su mano.
─ No te atrevas, no tengo miedo Mariana ─ contestó furiosa Kiara ─ no eres más que una cobarde y cínica.
─ Y tú- señaló ella ─ eres la mujer más estúpida que hay, pensaste que podría amarte, que yo podría fijarme en alguien como tú, no vales nada, eres tonta e insignificante, demasiado cursi, quién se fijaría en una mujer así, no eres nada atractiva y menos deseable por eso estaba con otras, ellas me daban lo que tú no, eran mucho más mujeres que tú en la cama.
Kiara azotó su mano en el rostro de Mariana…ésta se volvió con furia y trató de golpearla, pero la joven le tomó ambas manos y la empujó contra la pared y le dio un puñetazo en el estomago que hizo que se doblara del dolor.
─ Gracias por tu honestidad, era lo último que me estaba faltando ─ respondió Kiara ─ no te preocupes, no necesito tu lastima, pues te encargaste  de que no vuelva a creer en el amor, por lo tanto, me da igual si soy o  no del agrado de otra mujer, a diferencia tuya no necesito revolcarme con nadie para sentirme  bien conmigo misma. Ahora vete de mi casa o te juro que te saco a patadas.
─ Me voy con gusto ─ se burló ella ─ me das pena, nunca nadie se fijará en ti, es más creo que volverás a mi suplicándome que te acepte y te tratare peor que un perro.
─ No me hagas reír, no volvería a ti aunque fueses la última mujer de este mundo y es más no deseo estar con nadie más, ya tuve suficiente de basuras como tú en mi vida, ahora sal de mi casa. ─ Demandó Kiara.
Mariana, salió dando un gran portazo… los minutos pasaron y la joven estaba estática en  el living de su departamento…entonces se quebró…cayó de rodillas al piso y dio rienda suelta a su dolor…lloró por largas horas…hasta que el cansancio le venció y se quedo dormida en el piso…
Al despertar, tenía su rostro muy cansado y sus ojos hinchados por el llanto, tomó una ducha fría para despertarse y estar mejor presentable para el día, no quería que nadie la viese de esa manera en la universidad, ya faltaba muy poco para terminar sus estudios…
─ Soy una joven de 21 años ─ pensó ella ─ tengo una vida por delante, sólo me queda este semestre y habré finalizado mi carrera, me largare de este país para no verla más…de lo contario volveré a sufrir…juro que nunca más me volveré a enamorar de una persona como ella (dicho esto se vistió y se fue rumbo a la facultad de Ingeniería)
Fin del flashback
Ya han pasado tres años desde aquel día, hoy por hoy,  Kiara disfruta de su vida, dejo su natal Chile para irse a Europa, estuvo en varios países como Francia, Alemania y España, hasta que por una amiga pudo irse a Inglaterra a probar suerte. Al comienzo le costó habituarse al tipo de sociedad inglesa, en poco tiempo encontró trabajo de medio tiempo como fotógrafa para una galería de arte.
Kiara había tomado un curso de fotografía mientras estuvo en Alemania, gracias a  Cristina, su gran amiga y compañera de universidad. Ambas chicas decidieron comenzar una vida nueva lejos de casa, ya que Cristina era de una familia acomodada en Santiago, mientras que Kiara, siempre se ganó la vida desde que inicio sus estudios, vendió su apartamento y con ello podía disfrutar de cierta comodidad.
La joven se desempeñaba como asistente en un banco de Londres, lo que le permitía rentar un pequeño apartamento, de un solo dormitorio y de un solo ambiente de living - comedor mezclados, pero para ella era más que suficiente. Los sábados, dedicaba el día en colaborar con la galería en distintas muestras que le solicitaban.
Con Cristina disfrutaban de los fines de semana en distintas actividades como cualquier joven, de hecho con el paso del tiempo Kiara, se había desarrollado bastante, ya no era la muchacha desgarbada y torpe de antes, tipo nerd, cómo solían llamarle en la universidad por ser una de las mejores de su clase y con esos lente gruesos que solía usar, las burlas eran pan de cada día de sus compañeros, pero siempre les resto importancia y pues contaba con el apoyo de Cristina y Eduardo que siempre estaban a su lado.
Por el contrario, ahora nadie de sus compañeros la reconocería, era una joven de 1,80, tez blanca  con ciertas pecas en su rostro que le daban un encanto extra, su cabello era largo y rizado  de color cobrizo natural y sus ojos era de un color miel, que le hacían lucir muy tierna y sensual a la vez, su cuerpo estaba bien formado y muy curvilíneo que lograban que más de uno o una se diesen vuelta a verla, pero no eran importante para ella, había aprendido a ser indiferente con ese tipo de cosas.
─ Estás muy guapa hoy ─ dijo Cristina ─ estás segura que no quieres ser mi novia.
─ No seas idiota ─ bromeó Kiara ─ contigo muerta que tú amante.
─ Oye me ofendes ─ aulló la joven ─ te ofrecí más que eso.
─ Ja ─ exclamó ella ─ a mí ese tipo de cosas no me interesa y lo sabes bien, me basta con tu amistad tonta, para que armar tontos líos amorosos, son basura y lo sabes, me gustas como amiga y punto.
─ Jajaja ─ se burló ella ─ lo sé, estaba bromeando solamente, me encanta cuando te enojas te ves más sexy
─ Idiota ── rabió Kiara
─ Pero es la verdad ─ suspiró Cristina ─ pero eres un caso perdido y no voy a discutir contigo, ya llegaría el día en que alguien te haga pisar el palito y te comas tus palabras.
─ Te cansaras de esperar ese día ─  repuso ella molesta ─ pues me hice una promesa que no voy a quebrantar.
─ ¡Cielos Kiara! ─ dijo Cristina ─ por culpa de esa idiota le has cerrado las puertas al amor, hay amiga mía, eres una mujer hermosa que tiene derecho a ser feliz y darse otra oportunidad, pero eres demasiado tozuda, por lo que no seguiré insistiendo, ahora entremos a este antro de perdición...
─ Jajaja, cómo tú digas mensa ─ acotó Kiara.
─ Así está mejor, me encanta  ese lado tuyo ─ se mofó Cristina ─ moriría por verte así siempre.
─ Ya deja de decir tanta tontera junta, ya que aún no has tomado nada aún ─ dijo con sarcasmo Kiara.
─ Jajaja, tu ganas tesoro ─ demandó Cristina.
A cientos kilómetros  del lugar…Una joven toma el abrigo que le ofrece su sirviente para que pueda cubrir la desnudez de su cuerpo, estaba pálida y con restos de sangre en sus manos…
─ Mi señora ─ exclamó James ─ esta vez estuvo muy cerca, por poco y lo mata.
─ Es verdad James ─ exclamó Elizabeth ─ es tan ruin como todos los que he conocido en mi vida, sólo te buscan por tu dinero, no desean nada más que el poder, si no hubiese sido por ti, le hubiese matado, hace bastante tiempo que no perdía el control de esa manera, me cegó la rabia, no puedo creer que me haya dejado convencer de ese modo, yo debo estar volviéndome más blanda, pero te juro que no lo volveré a hacer.
─ Mi señora ─ expresó James ─ después de tantos años, tal vez no sea un hombre el que la libere de la maldición y es por ello que no ha conseguido nada. Sí usted me permite decirle esto.
─ Prosigue ─ respondió ella
─ En tantos años de estar a su lado, jamás hombre alguno ha reparado en usted en que no sea más que codicia y deseo. Tal vez, la anciana se refería a otro tipo de amor, pues vera, mi señora, lo que usted busca es amor y los hombres no suelen expresar tal tipo de sentimientos, es un rasgo más característico en las mujeres que en nosotros.
─ Me das que pensar  James ─ señaló Elizabeth ─ tal vez tengas razón, pero ella me lo hubiese dicho, no te niego que he tenido mis aventuras con mujeres antes de comenzar con esta maldición y después de ella también seguí en ello, pero era sólo aventuras, sólo para pasar el mal rato de tener que buscar entre tantos hombres el que me liberase de mi condena.
─ Mi señora, piénselo tal vez, ha buscado equivocadamente ─ repuso James.
─ Lo pensare ─ señaló ésta ─ pero de igual forma sí así fuese deberé tener cuidado.
─ Yo siempre estaré a su lado mi señora ─ expresó el hombre.
─ Ya han pasado tanto años James ─ acotó Elizabeth ─ he visto cada cosa en este mundo que helaría la sangre de cualquiera, ha sido el castigo más grande que me han otorgado y tú has tenido que quedarte conmigo atado a esta pesadilla. Espero que algún día acabe todo esto.
─ Bien,  vamos mi señora, debemos buscar alojamiento para que pueda reponer sus fuerzas, al hombre ya le di la infusión para sus heridas y no recordara nada. ─ agregó James.
─ Gracias James.
Horas más tarde… en una habitación de un hotel… Elizabeth, meditaba en las palabras del hombre.
─ No puede ser. Ella me lo hubiese dicho ─ pensó Elizabeth ─ sí tuviese la certeza, pero no la he vuelto a ver desde casi 4 siglos, vivirá aún.
En esos momentos… tocan a la puerta…
─ ¿Quién es? ─ indagó Elizabeth
─ El servicio señorita ─ exclamaron al otro lado de la puerta.
Elizabeth sin voltear a ver quién era, instó…
─ Pase y deje las cosas en la mesa por favor ─ indicó seca  ella.
─ Como usted diga ─  expresó la mucama ─ ha pasado mucho tiempo sin vernos Elizabeth.
La joven volvió en el acto su rostro, esa voz le resultaba muy familiar… y en eso vio que la mucama le miro intensamente y sus ojos se agrandaron mucho al ver que la mucama no era otra sino que la anciana.
─ ¡Tú! ─ refunfuñó Elizabeth ─ ¿qué demonios haces aquí?
─ Vaya niña ─ señaló ésta ─ sigues siendo estúpida como siempre, te creía mas lista, pero los años me han dado la razón. Hasta tu sirviente ha resultado más perspicaz que tú.
─ ¿A qué has venido? ─ inquirió ella ─ te creía muerta.
─ Jajaja, no me hagas reír niña ─ bramó la mujer ─ soy una bruja lo recuerdas, además, aún no es mi hora y respondiendo a tu pregunta, estoy aquí por qué tu me llamaste.
─ ¿Qué dices? ─ dijo molesta ─ no he hecho tal cosa.
─ Nunca aprenderás niña necia ─ se burló la mujer ─ estamos conectadas  por el lazo de la luna y por ende, puedo escucharte cuando me necesitas. Y hoy lo has hecho con tus pensamientos. Y bien, ¿qué es lo que deseas saber Elizabeth?
─ Según tu conjuro una persona debe amarme tal cual soy ─ comentó ella ─ pero que compartirá conmigo el peso de tu maldición porque me odiara y debo hacer que ese odio se vuelva amor. ¿Pero a quién te referías?
─ Que poco honesta eres ─ señaló la mujer ─ lo que deseas saber es  si es un hombre. En todos estos años no has aprendido nada, jamás te diste el tiempo de meditar en mis palabras.  James, te dio la respuesta que buscas en mí Elizabeth, deberías haberte dado cuenta, nunca un hombre te va amar sino es por tu fortuna.
─ ¿Por qué no lo dijiste antes? ─ rabió la joven ─ he desperdiciado cientos de años.
─ Debías madurar jovencita ─ refutó ella ─ sólo una mujer tiene el don preciado del amor, por eso te dije que no sería fácil para ti, pero has dejado pasar los años inútilmente, es por eso que me he visto en la obligación de ayudarte esta vez.
─ ¿A qué te refieres? ─ preguntó Elizabeth
─ Debes volver a casa, lo antes posible ─ ordenó la mujer ─ ella, ya está  allí. Busca el modo de que te ame y puedas acabar con esto de una buena vez, sólo así te libraras.
─ ¿Pero cómo la reconoceré? ─ inquirió la joven.
─ Parece mentira que tengas tantos años y poca sabiduría niña ─ exclamó la mujer ─ tu intuición te hará saber y tu sentido animal te lo comprobara al instante de conocerla, pero te advierto una cosa, ella lleva una herida que está unida a ti y se profundizara aún más cuando te conozca en verdad vas a sufrir Elizabeth, pues te va aborrecer más de lo que te imaginas.
─ Por qué me dices todo esto ─ se lamentó Elizabeth ─ si sabes cuál será el final, porque  me atormentas de ese modo, no has tenido suficiente con todos estos años.
─ Te equivocas ─ señaló ella ─ es porque he sentido compasión contigo que te lo estoy diciendo, ´para que luches con todas tus fuerzas y no dejes que el odio te prive de la libertad de ser amada y que tu lo hagas del mismo modo. Debes ganarte el corazón de esa joven Elizabeth y habrá acabado tu sufrimiento.
─ Gracias ─- dijo tímidamente la antes altiva Marquesa ─ por cierto tantos años y aún no sé tu nombre
─ Sigues siendo fría e irreverente niña ─ acotó ella ─ pero ya estás dando muestras de cambio, por cierto mi nombre es Durian.
─ Gracias Durian por tus consejos.
─ No me agradezcas todavía Elizabeth ─ señaló ella ─ por cierto, pon un anuncio en la mayoría de tus empresas en Inglaterra, donde solicites una persona con experiencias administrativas.
─ Me pides que le de trabajo ─ inquirió ella.
─ Así es ─ repuso ella ─ sé exigente  y busca bastantes requisitos para la vacante de trabajo, entre más alto sea el cargo, ella irá a ti.
─ ¡Quieres que le ponga una carnada! ─ se burló ella
─ Tómalo como quieras ─ dijo Durian ─ tú eres el cazador, eres el lobo, no dejes que la presa se te escape niña, se astuta.
─ ¡Está bien! ─ afirmó ella ─ seguiré tus consejos Durian.
─ Es hora de irme ─ señaló Durian ─ procura hacerlo que te dije antes de viajar a tu país.
─ Lo haré ─  contestó ella.
Momentos más tarde…
─ Cómo usted diga Marquesa, así se hará ─ dijo una voz ─ cuándo usted regrese estarán listas las vacantes.
─ Está bien ─ dijo ella ─ no quiero errores, quiero lo mejor, de lo contrario tu puesto está en riesgo, me has oído.
─ Perfectamente
─ Espero noticias tuyas antes de mi llegada ─- afirmó Elizabeth ─ eso sería todo.
─ Como usted ordene Marquesa ─ se despidió la voz ─ ¡Buenas noches!
Elizabeth, quedo pensativa…tanto tiempo…buscó erróneamente…y resultó ser una mujer. A decir verdad, no le desagradaba la idea, pues solía tener más preferencias por las mujeres que por hombres, pero ahora era distinto, estaba hablando de amor…un sentimiento desconocido para ella.

Estaba decidido, pondría todo sus encantos para conquistar a la mujer en cuestión…nunca antes nadie se ha resistido a sus encantos y belleza y no sería esta la ocasión y si era verdad lo que dijo Durian…que por el instinto animal le reconocería, no tendría escapatoria alguna…ella era su presa y no la dejaría ir.

1 comentario:

Ángelus dijo...

Amiga mía, pon el nombre del fic junto al numero del capítulo, sino uno se lía jejejeje. Aparte de eso, muy buen capítulo. Nos vemos!!!

Ángelus Drakul

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