mujer y ave

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martes, 7 de enero de 2014

Celos.

En aras del pasado, capítulo 9.

En el despacho Anabelle y Anette esperaban reunirse con Raniel para ver los bocetos, aunque ambas ya tenían una idea clara de lo que habían podido apreciar en las fotografías de Alesia.


Hey tú, ¿estás lista?   dijo Alesia   he venido por ti antes de que te reúnas con los demás.

Tú dirás.  señaló Raniel.

Aprovechando tu estancia aquí, quisiera pedirte que hicieras un retrato para mí   dijo Alesia.
Me encantaría poder retratarte, pero no se podrá, ya que mi block está completo y no creí necesario traer uno   indicó Raniel un poco triste por no poder cumplir el deseo de Alesia.
  Pero no hay problema con eso, vamos a la ciudad y compramos todo lo que necesites, ¿qué me dices?  argumentó Alesia, cuyos ojos eran típicos de una niña traviesa y vivas.
No se sí podre, debo mostrarles esto a tu familia y sería descortés de mi parte no hacerlo en persona.  expuso Raniel, que detestaba ser irresponsable.
 ¡Oh vamos!, no es para tanto, puedes dejárselo a ellas y luego te dirán qué piensan al respecto.  sentenció una Alesia, que sabiendo las normas de su país, quiso ser un poco más condescendiente al respecto.
 Pero sería mal visto Alesia.  reprochó la actitud la joven Larson.
¡A ver! Eres, demasiado cortes. Esto es lo que haremos: yo hablare con ellas y así podremos ir juntas. Además, que te aburrirías ahí adentro esperando ¿o me equivoco?  concluyó Alesia con esa pequeña exposición.
  Jajaja tienes razón me sentiría muy incómoda admitió una vencida y risueña Raniel.
  No ves que tengo razó dijo con desenfado Alesia sin cortarse un ápice en su comentario y guiñándole coquetamente un ojo a la joven  además, conmigo te divertirás más.
Eres tremenda Alesia.  acotó con asombro la chica.
¡Um!... eso me han dicho… Jajaja   indicó  entre risas y sin una gota de humildad Alesia, pues le resultaba tan agradable entablar conversación con esa chica.
 Tú, ganas.  señaló una derrotada Raniel.
  Bien.  Vamos entonces...dónde la pérfida bruja.  expuso llanamente Alesia.
  ¡Eh!  exclamó Raniel,  avergonzada y su cara tomó un intenso color escarlata, que hizo que Alesia riera a carcajadas.
En esos momentos Alesia tocó a la puerta…
Adelante    se escuchó al otro lado.


Ella,  entró en el despacho dónde estaban su prima y tía.


  ¿Y bien?   exclamó Anette
 Espera un momento   dijo Alesia y fue en un busca de la joven   vamos no seas tímida.
 Disculpa,  pero no lo soy  mencionó Raniel   sólo es cuestión de ser prudentes antes de hacer determinada cosa.


El comentario de la joven,  sacó una sonrisa en la señora, que veía como colocaban en su sitio a su sobrina y ésta se quedaba totalmente perpleja.


¡Vaya!... la niña sacó sus garras  dijo Alesia haciendo alarde de estar ofendida.
Deja ya de hacer payasadas   comentó Anabelle
 Ok.  Bueno hemos venido a dejarles esto (entrega el block)  para que puedan apreciar ustedes mismas  y además,  avisarles que Raniel y yo iremos a la ciudad a hacer unas compras.  sentenció Alesia.
  ¿Cómo?  preguntó Anabelle.
Veras, no tiene sentido tenerla aquí mientras ustedes están ocupadas con los bocetos ¿no te parece?  expuso la joven Bringston sin dar margen a que se rebatiera sus argumentos.
 Tienes razón,  Alesia  respaldó  Anette   será lo mejor. Vayan pues y diviértanse, a su regreso hablaremos Raniel.
Como usted diga Señora Anette  respondió la muchacha mirando de soslayo a Anabelle, quién mostró una actitud indiferente.


« Ella me confunde, hace unas horas era toda amabilidad y ahora fría como un iceberg. Incluso en el almuerzo parecía que me sonría y varias veces me dirigió la palabra... ¡cielos es tan  inalcanzable!...será mejor que mantenga mi distancia entonces»  se dijo a si misma Raniel, abatida por la actitud de  Anabelle.


Bien. Nos vamos entonces dijo Alesia.
¿Sucede algo Anabelle? inquirió su madre.
Nada, madre respondió ésta.
Cualquiera diría que estás molesta mencionó Anette.


Alesia, tomó de la mano a Raniel y de prisa salieron del castillo.


Marcus, por favor llévenos a la ciudad. demandó Alesia.
A sus órdenes señorita respondió el chofer.


Después de dos horas  en la ciudad, dónde las jóvenes entraron a varias tiendas, encontraron lo que buscaban y llevando  sus bolsos hasta el automóvil.


Dime Raniel ¿qué más te gusta a parte de dibujar? indagó una curiosa Alesia que no se iba por las ramas al preguntar determinada cosa.
Fotografiar la naturaleza  respondió ésta.
¡Vaya! Pensamos igual, adoró todo lo que se relacione con el medio ambiente, por ello, soy miembro de un grupo ambientalista confidenció Alesia.
¿En serio? preguntó muy asombrada Raniel.
Así es. contestó Alesia.
Fabuloso.
¡Has traído tu cámara para que salgamos juntas de excursión? preguntó de súbito Alesia.
Sí, pero no es profesional, aunque es muy práctica para mis clases y hobbies. señaló Raniel.
¡Um!, bien, acompáñame indicó Alesia.
¿Dónde vamos? inquirió Raniel.
 Cerca de aquí hay una tienda con diferentes cámaras, de seguro te encantarán mencionó Alesia.


Al rato después...


Y ¡¿qué me dices?! inquirió ansiosa Alesia, esperando deslumbrar a su invitada.
¡Wow!... son espectaculares. murmuró como niña pequeña la joven Larson.
¿Hay alguna qué haya llamado tu atención? preguntó con curiosidad mal disimulada Alesia, ya que su pregunta tenía un propósito puntual.
Pues hay varias, pero no he venido a comprar una, Alesia admitió  Raniel, sin preámbulos.
Lo sé, lo que quiero es que escojas una. respondió ésta, sin rodeos también.
¿Por qué? preguntó con pica Raniel.
¡Ay niña!... tan desconfiada exclamó Alesia  quiero hacerte un presente y no quiero que te ofendas.
¡Um!... no sé refutó Raniel yo puedo comprar mis propias cosas.
¡Uf! eso ya lo sé respondió una cansada Alesia, que no entendía que fuese tan orgullosa la joven sólo acepta mi regalo por favor. Así me podrás acompañar y tomaremos fotos geniales. Tengo unos lugares que te van a encantar.
Está bien aceptó al fin y al cabo, Raniel.
Gracias, muchas  gracias, señorita dijo una sonriente Alesia, que ya estaba ideando la forma de hacerle cambiar de parecer si su respuesta hubiese sido contraria.


Mientras en el despacho...
¡No lo puedo creer!... esta niña a dibujado  todos los lugares del castillo como si hubiese vivido toda su vida aquí enfatizó Anette
Además el retrato, es idéntico al que tenemos aquí, se puede decir que ella dibujo a la duquesa XVII como si la hubiera conocido en persona. ¿Tú qué opinas hija mía? mencionó Anette.
Es sorprendente madre. No tengo palabras, estoy tan sorprendida como tú. concluyó Anabelle.
¿Cómo puede ser posible esto? inquirió Anette.
Tal vez, como dijo Alesia, ya trae recuerdos de una vida pasada que tiene relación con nuestra familia. expuso Anabelle.
Puede ser, hija mía concordó en cierto aspecto Anette.
Bien madre, me retiro. Debo atender unos asuntos, cuándo ellas lleguen me avisas por favor. señaló Anabelle.
Lo hare dijo ésta y se quedó viendo fijamente a su hija alejarse.


Una vez que Anabelle salió de la habitación, una sombra surgió desde un costado de la biblioteca.


Toma asiento y dame tu opinión David...


En su cuarto una malhumorada Anabelle, se recostó en su cama. No podía creer que ella no se hubiese quedado. Si había una cosa que no soportaba Anabelle, era la falta de cortesía y mala educación.
Era tal su enojo, que terminó por botar todas sus almohadas al piso, pero era más que eso...Estaba molesta porque la joven había preferido estar con Alesia en vez de quedarse a su lado.


Esos síntomas no eran nada de buenos en el corazón de Anabelle, ella tenía un prometido, a quién amaba ¿por qué rayos tuvo que llegar a desordenar así su vida?


Tantas cosas pasaban por su cabeza y recién esto era el comienzo, quedaba un mes para que ella partiera de regreso a su hogar. Y Robert, que se le había ocurrido asistir a un seminario a Norteamérica, en nada le facilitaba las cosas...sería preciso alejarse de ella.


Al cabo de unas horas, Alesia y Raniel están de regreso, una vez dentro del recibidor...


Bien voy a dejar esto. Tú espérame aquí, regreso enseguida señaló Alesia.
Está bien se limitó en decir, Raniel.
¡Vaya!... parece que disfruto mucho su salida señorita Larson  dijo Anabelle, quién las había visto llegar y esperaba hablar a solas con Raniel.


«Cielos aquí vamos de nuevo»  pensó Raniel


La verdad sí. Realmente es muy agradable la compañía de Alesia contestó algo irritada ésta.
Las palabras de Raniel, disgustaron en demasía  a Anabelle, quién frunció el ceño, algo dentro de su corazón se resintió y miró con mucha frialdad a la muchacha.
Déjeme decirle entonces, que acá estamos acostumbrados al respeto, y fue de muy mala educación haberse retirado sin habernos consultado personalmente, ya que estábamos esperando por usted. propinó duramente Anabelle cada palabra.


Raniel palideció de golpe, sabía que no fue buena idea haberse ido a la ciudad y ahora pagaba las consecuencias de sus actos.


Tenía otro concepto de usted señorita Larson acabó por rematar Anabelle.


« ¿Pero qué rayos le pasaba a esta mujer?, porque de repente era tan antipática. Está bien se equivocó, pero la trataba como si fuese un monstruo y ese tono al subrayarle su apellido, la hacía tan odiosa» reflexionaba interiormente, la joven.


 
Creo que el disculparme no servirá en este caso  respondió Raniel.
Por supuesto que no. Ahora tenga la amabilidad de acompañarme, mi madre le espera sentenció severa,  Anabelle.
Para Anabelle, he sido yo quién ha  insistido. Si tienes que culpar a alguien es a mí señaló  Alesia, que había alcanzado a escuchar todo.
No le defiendas y no es precisamente contigo con quién estoy hablando ¿está claro Alesia?  dijo enfática y con bastante coraje, Anabelle.


Raniel,  miró suplicante  a Alesia para que no dijese nada que empeorara más la situación. La joven Larson,  maldecía por lo debajo, no le gustaba causar molestias y ahora,  seguía con la cabeza baja a Anabelle, pensando que hablaría con sus padres para regresar lo antes posible.


Ten la amabilidad de pasar apremió  Anabelle.


Cuándo Raniel paso a su lado, los ojos azules se percataron de la tristeza que había en los ojos de la chica y se dio cuenta que había sido muy dura con ella. Tal vez,  debió escuchar a su prima, pero ella se había ido con Alesia y eso le había dolido mucho, aunque no le quisiera reconocer.


1 comentario:

Ángelus dijo...

Vaya vaya... No has perdido tiempo querida mía. Espero que no te haya ofendido aquello de aclarar de donde son los capítulos presentados jeje. Has sido muy rápida, y te estoy muy por públicar mi fic en tu blog. Muchas gracias!!

Ángelus Drakul

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