mujer y ave

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miércoles, 21 de mayo de 2014

Descubriendo la verdad, pasado y presente de un amor inconcluso


En Aras del pasado.
Capítulo 26

El resto del día la familia compartió en distintas actividades,  estuvieron los jóvenes entre partidos de tenis y  billar, mientras que los padres de estuvieron platicando en la terraza y disfrutaban de la hora del té acostumbrada. Mientras que Raniel había buscado un lugar apartado para retratar los jardines de la familia…
Ya había transcurrido las horas y no se había percatado de ello…

Dentro de la mansión, Anabelle terminaba de revisar unos documentos para ir  en busca de Raniel, una vez hecho esto salía de su estudio cuándo se topo con su hermano Charles, que llevaba un buque de lirios y se quedo mirándole por unos instantes…



-¿qué haces Charles?- dijo ella
- Me pillaste, voy a regalarle estas flores a Raniel. Bueno tú sabes, ella…- dijo su hermano.

Anabelle le miro muy preocupada y decidió hablar con él para dejar las cosas claras y evitar malos entendidos con su prometida.

_charles – dijo ella- ten la bondad de pasar por favor, hay algo que debemos aclarar.

El joven que adoraba a su hermana, fue presto a su estudio y una vez ahí  busco el mejor lugar para  sentarse…

-bien, tú dirás hermanita – dijo charles.

Anabelle tomo asiento en su escritorio y le miro fijamente y decidió ir al grano.

-Charles, quiero hablarte de Raniel- dijo Anabelle- mejor dicho de nosotras.
-¿nosotras?- inquirió éste incrédulo.
-así es- señalo Anabelle…. 

Y procedió a contarle todo lo sucedido con Raniel y la situación actual que mantenía con ella y que sus padres les habían dado la bendición para su noviazgo.

El joven quedo de una pieza, jamás pensó que su hermana llegaría enamorarse de una mujer y mucho menos que esta fuese Raniel,  que por cierto a él le gustaba mucho, pero comprendía que Anabelle no le hubiese dicho algo así sino no fuese cierto, sabía que estaba de novia con Robert, pero desde que Raniel estaba en  casa, ella había cambiado mucho, al principio la noto tensa, luego muy distraída y ahora radiante, esos eran signos de amor, él no era experto en temas del corazón pero estúpido no era….no podía asumirlo así como así…pero si ellas se amaban…no le quedaba más que apartarse…

-escúchame bien Anabelle, por que no te lo diré otra vez- dijo serio el muchacho- si no terminas con Robert y  haces sufrir a Raniel…no te lo perdonare  jamás y te la quitare, quedo claro hermana.
- bastante claro- señalo ella- agradezco tu sinceridad, pero no voy a renunciar a ella y tampoco le dejare el camino libre a nadie y aunque eso te incluya hermano mío.
-entonces, está todo dicho- repuso éste un poco abatido- les deseo que sean felices…se encamino hacia la puerta y de pronto  se devolvió para abrazar a su hermana, la adoraba y si ella era feliz, por él estaba todo bien- te amo Anabelle, cuídala por favor.
-te lo prometo Charles- dijo Anabelle- gracias, te amo hermano.

Momentos más tarde Raniel terminaba con sus bocetos y se quedo viéndole fijamente, sin duda se veía hermosa,  había dibujado a Anabelle montada sobre su caballo entre medio del bosque y le hizo recordar aquel día junto al río…estaba tan sumida en sus pensamientos que de repente unos brazos la envolvieron por la cintura y besaron su mejilla…

-¿Qué haces mi amor?- dijo Anabelle.
- Eres tú- dijo sorprendida ella.
-¿a quién más esperabas?- preguntó Anabelle
- a nadie- repuso Raniel- no miento…esperaba a mi princesa…pero no se ha presentado- río burlesca Raniel-
-¡así!- dijo Anabelle – mira tú, entonces ya que tampoco he encontrado a mi novia, volveré a casa (e hizo como se marchaba)
- no espera- le suplico Raniel- sólo estaba bromeando, no podría esperar a nadie más que a ti mi vida, y se levanto para abrazarla, busco sus labios y se fundió con ella en un beso apasionado que comenzó a elevar  la temperatura…sus cuerpos estaba prendidos por el deseo y detuvieron a tiempo sus caricias o hubiesen acabado en aquel sitio.
-mi vida, aguardemos un poco, ya tendremos la noche para pertenecernos mutuamente- dijo anabelle.
-Anabelle- exclamo aún agitada Raniel- pero eso  no va a poder ser,  ambas estamos en distintas habitaciones y quedan lejos la una de  la otra y no que creo que  tus padres nos permitan hacer una vida  matrimonial.
-Jajaja – rió Anabelle- mi vida, tú crees que voy a permitirte que duermas solas, ahora que eres mi novia, permíteme aclararte que de ahora en adelante preciosa, vas  a dormir conmigo en mi alcoba, hazte la idea de que amanecerás en mis brazos todos los días amor.
-¡Um!...¿Ni una noche solita?- dijo pícara Raniel.
-nada de nada, tu vida de soltera se acabo mi cielo- aclaro Anabelle – ahora vamos con los demás o no respondo de mis actos.
-Jajaja – se burlo Raniel – mira nada más, que acaparadora te me has vuelto.
-si por mí fuera- señalo Anabelle- estarías encadenada a mí.
-cielos en dónde vine a caer – acoto risueña Raniel.
- has caído en las manos de la mujer que más te ama en este mundo- expreso Anabelle- y que sabrá cuidarte y hacerte feliz.

Raniel sonrió y abrazo a su novia, fueron caminando hasta la mansión…antes de llegar…

-Raniel- dijo Anabelle- debemos hablar con tus padres de nuestra relación y de tu futuro, es preciso que nos ocupemos de tus estudios, no quiero que te atrases  y eso perjudique tu carrera.

 Raniel, contempló  el cielo y suspiró. Era verdad, había dejado a un lado el tema de sus estudios y  más aún tenía la obligación de hablar con sus padres. A decir verdad no sabía cómo empezar.

-pasa algo amor- inquirió Anabelle al ver el silencio de la joven- por favor ten confianza en mí.
-sabes- dijo Raniel- estoy en un dilema
-¿qué dilema?
-puedo a través de Sara ocuparme de congelar mis estudios por un semestre, más que nada serían algunos ramos, ya que otros los tengo adelantados- prosiguió Raniel – pero después deberé volver a casa a terminar mis estudios y eso significa que estaremos separadas un tiempo y por otro lado están mis padres, no creo que el teléfono sea el medio más apropiado para darles la noticia de mi relación contigo, es algo delicado que se debe hacer personalmente.

Anabelle escucho en silencio y sintió un dolor en su corazón de sólo pensar que podrían separarse, ella no quería que Raniel se fuese de su lado ni siquiera por sus estudios, sus palabras la dejaron inquieta, tenía que buscar el modo de solucionar las cosas para que su novia aceptase quedarse a estudiar en Inglaterra y en cuanto a sus padres, si era necesario le acompañaría hasta su país para conocerles y así formalizar su relación, pero de una cosa estaba segura la quería a su lado, como Duquesa movería sus influencias para conseguir sus objetivos.

_mi vida – dijo Anabelle- no quiero que congeles tus estudios, cuándo aquí puedes hacerlo como alumna de intercambio, es cosa de que presentemos tus antecedentes académicos y ver qué universidad te puede aceptar.
-¿intercambio? – inquirió Raniel.
-así es- señalo Anabelle- en el año se abren cierta cantidad de cupos para estudiantes extranjeros, los cuales deben tener como requisito son excelencia en sus estudios y dominio del idioma, cosa que tú tienes a tu favor.
- la verdad, nunca había pensado en el intercambio – dijo Raniel- hasta que hubiese finalizado mi carrera, de hecho el jefe de la facultad de arquitectura, me había propuesto hacer una pasantía en Norteamérica después de finalizar mi tesis.
-¿a Norteamérica?- inquirió Anabelle.
-así- dijo Raniel- pero eso es algo que no he decidido aún y tampoco estoy del todo convencida.

Anabelle, respiró un poco más aliviada, de saber que ella no se planteaba como objetivo  los  Estados Unidos, ahora tendría más chance de convencerla para que optase por buscar acá su futuro, a su lado.

-me alegra escuchar eso- comento Anabelle- no te negare que me preocupe por un momento, pues la mayoría de los jóvenes buscan su futuro en prestigiosas universidades en ese país.
-Jajaja, no para mí- señalo ella- no me seduce en lo absoluto.
-eres increíble- murmuro con ternura Anabelle- vamos entremos, más tarde seguiremos con esta conversación. Por cierto quiero que me acompañes mañana.
-¿dónde me piensas secuestrar?- dijo risueña Raniel.
-no seas traviesa- dijo Anabelle- iremos de compras y saldremos a cenar más tarde.
- y tus negocios – pregunto Raniel.
-me acompañarás a la compañía Calguiere- señalo Anabelle.
-¿qué haré ahí?- inquirió asombrada Raniel- sólo seré una distracción para ti, creo que mejor sería que me juntase contigo más tarde.
-claro que no- puntualizo Anabelle- no voy a dejarte sola ni un segundo, además que deseo que te vayas integrando a las cosas que hago, que puedas conocerme y éste es el único modo que tenemos, ¿no te parece?
-es razonable tu punto de vista- señalo Raniel- pero no podremos estar tan pegadas siempre- río Raniel.
-no te burles- sentencio Anabelle- estoy consciente de ello, pero por ahora déjame disfrutar de tu compañía, ya que más adelante estarás muy ocupadas con nuestros hijos.

Raniel, casi se muere del infarto, abrió sus ojos enormemente y palideció ante el comentario de su novia…¿hijos?...tan pronto. Pero eran mujeres, ¿cómo rayos haría un milagro?, ¿Adopción?…No. ¿Y su carrera?…¡Madre bendita!, ya se le quitaron las ganas de reír.

Anabelle, miró el rostro  de su novia y no pudo contenerse y explotó en sonoras carcajadas, le encantaba darle sorpresas, aunque esta la dejó conmocionada, pero no eran una broma. Después de todo quería hijos con Raniel y no iba a desistir de ello, habían muchos métodos y ellas serían madres.

-mírate amor- se burlo anabelle- estás como si hubiese visto un fantasma.
-este…yo…- dijo la joven, quién no reaccionaba del todo.
- ven vamos, que nos esperan, ya hablaremos del tema más adelante- señalo Anabelle- respira mi cielo.

Más tarde en la mansión y después de cenar. Todos estaban reunidos en la sala de música, dónde Claudine, les deleitaba con algunas melodías.

-Raniel- pregunto alesia- ¿estás bien?, estás pálida.
-si- dijo distraídamente Raniel sin verle a la cara.

Alesia se acercó a su prima.

-¿qué sucede con Raniel?- inquirió alesia- no me dirás que se  pelearon otra vez.
-jajajaja, nada de eso – repuso Anabelle – verás… y le comento lo sucedido y la reacción de su novia.
-pobre- se compadeció Alesia- yo estaría igual, apenas llevan unas horas oficialmente de prometidas y ya le exiges hijos, que mala eres, con razón está así. De verdad quieres tener hijos con Raniel o es una broma.
- hablo muy en serio – repuso anabelle- claro que no todavía, quiero formar una familia con Raniel y eso incluye hijos más adelante, ya deseo tener un bebé de ella con sus hermosos ojos.
-cielos prima- dijo Alesia – la pobre no tendrá descanso, eres tremenda…jajaja, pero me gusta la idea de tener unos hermosos sobrinitos, pero no se lo digas a Raniel o la matamos anticipadamente.
-Jajajaja y me llamas mala a mí- repuso anabelle- es más debo confesarte que tengo este extraño sentimiento desde que la vi la primera vez y me ocurre lo mismo cuando ella desea alejarse de mi lado, es como si ya hubiese vivido con anterioridad un abandono, por lo que algo dentro  de mí no acepta ni remotamente un alejamiento, es una voz interna que me suplica desesperadamente que no la deje ir por ningún motivo.
-de verdad es curioso según me cuentas- agrego Alesia – y hablando de curiosidades, en la biblioteca encontré unas cartas que te van a interesar y hablan sobre tu antepasado y un supuesto romance que tuvo con una joven.
-¿antepasado?, ¿romance con una joven?- inquirió Anabelle - ¿a quién te refieres Alesia?
-nada más ni nada menos que la Duquesa Anabelle XVII – señalo Alesia.
-¿qué?- dijo atónita anabelle – pero qué dices prima, ella y una joven.
- ven conmigo- pido Alesia- vamos a la biblioteca
Al rato después… las muchachas se introdujeron en la parte final de la biblioteca y Alesia toco un libro que resulto ser  el botón para entrara a una segunda habitación dónde había muchos más libros y al parecer muy antiguos.
-cielos- exclamo Anabelle- no sabía que existía esta habitación.
-ni yo- dijo Alesia – pero di por error con ella y ahí descubrí varias cosas interesante, de eso es lo que te quería hablar el otro día….Busco entre un libro y saco unas cartas y se las dio a Anabelle. Esta procedió a leerlas.

“Querida Anabelle:
                                  Siento mucho no poder acompañarte en el día de tu cumpleaños, sé que es muy importante para ti, pero por motivos ajenos no puedo, ya que debo acompañar a mi padre a casa de una tía.
                                 Te aseguro que mi corazón estará contigo en todo momento y no habrá un segundo en que no piense en ti y en lo mucho que te amo y lo que me harás falta. Eres el sol que alumbra mis días cada día, todo mi existencia depende de ti como el aire que respiro. Por ello amor mío no  he querido irme sin dejarte un presente y espero sea de tu agrado, lo hice con mucho cariño, se verá muy bien en uno de los salones de tu hogar y estoy segura que a tu madre le gustara este retrato tuyo.
                                Con todo mi amor, tuya…
Rowine  M "

-es increíble- repuso anabelle- no puede ser, ella tenía un romance con una mujer y quién es Rowine, siento que me suena ese nombre.
-así es prima, ella tuvo un gran amor  –dijo Alesia- pero eso no es todo, lee la otra y veras de quien se trata

Una segunda carta...

“Anabelle
                  Te estare esperando en el lugar de siempre, junto al río, necesito verte…tuya para siempre…
Rowine Mcraune"

-¿qué?- exclamo Anabelle- pero si ella es la hija de…
-Enios Mcraune- contesto Alesia- mejor dicho la desaparecida hija de Enios, Rowine.
-que te puedo decir- expreso anabelle que no salía de su asombro – no entiendo, anabelle  se caso con un familiar tuyo.
-estás en lo cierto- respondió Alesia- pero eso no quita que  hubiese tenido una relación con la joven Mcraune, además tengo que decirte algo que calle y fue el motivo que  junto a otros sucesos que han estado ocurriendo , me llevaron a investigarla. Te recuerdas el día en que Raniel llego.
-sí- respondió ella- ¿qué sucede con ello?
-veras – dijo alesia – antes que tú entraras, tú madre casi se desmayo al verla y le llamo Rowine y aunque trato de disimularlo ante mí, no dejo de mirarla asombrada.
-en serio.
-así es- agrego Alesia – tengo la impresión de que tía Anette sabe algo sobre ello, y a eso debemos sumarle, la marca que tiene Raniel y sus bocetos, no te parece a ti extraño.
-Alesia- señalo anabelle- acompáñame, debo mostrarte los últimos bocetos de Raniel.
Las muchachas abandonaron la biblioteca y se dirigieron al dormitorio de anabelle. Ésta le mostro  el block con los sus dibujos y Alesia los observo detenidamente….momentos después…
-no puede ser- exclamo Alesia- son ustedes dos.
-no prima, no somos ninguna de las dos,  ella es la antigua Duquesa – indico anabelle – fíjate en la otra joven, mira su hombro…
-es la misma flor de iris que tiene Raniel- repuso alesia – pero esta muchacha es idéntica a ella, sus mis facciones, piel y el color de ojos, no lo puedo creer. Será posible que ella sea Rowine  y qué sucedió con ella.
-no sé Alesia- dijo Anabelle- hasta dónde yo sé, la familia Mcraune hizo de todo por hallarla y sin decir que Joseph Mcraune ha tratado de dar con el paradero de su tía y no logro absolutamente nada,  es como si la tierra se la hubiese tragado.
-hasta hoy- recalco Alesia.
-¿a qué te refieres? – inquirió Anabelle.
-mira prima, nada sucede porque sí- agrego Alesia- la llegada de Raniel no es coincidencia, mira esos bocetos con tu antepasado y ahora ustedes, exactamente iguales las dos, eso Anabelle es el destino o mejor dicho aunque suene descabellado, son la reencarnación de esas dos mujeres.

Anabelle, quedo en silencio, podría ser el destino, su prima tenía razón en que ellas eran idénticas a las mujeres de los bocetos. Entonces no cabía duda que ellas estaban destinadas desde antes a encontrarse, pero qué fue lo que sucedió en la vida de la antigua Anabelle y Rowine.

-además Anabelle – señalo Alesia- hay otra coincidencia, que hemos pasado por alto, tanto Raniel como Rowine son dibujantes.
-¿qué estás diciendo?
-que el retrato de la Duquesa Anabelle XVII, fue hecho por Rowine –acoto Alesia- no te parece extraño  y es exactamente igual al que hizo Raniel.
-tienes Razón- señalo Anabelle.
_prima, no sé tú- agrego Alesia- todo esto me hace pensar que ellas dejaron algo pendiente y volvieron en esta vida reencarnadas en ustedes a terminar  con ello. Todo lo que me has contado con respecto a cómo te sientes al sentimiento de abandono y la necesidad de protegerla, debe ser algo por lo que ella tuvo que vivir, pues Rowine desapareció de su vida.
-puede que tengas Razón – adujo Anabelle- es tan extraño todo esto.
-pero por ahora prima, debemos guardar silencio- comento Alesia- debemos averiguar más, sobre todo con respecto a Raniel y ver sí ella tiene Relación con Rowine.
-será como tú digas- manifestó Anabelle- ahora volvamos con los demás, quiero estar junto a ella, ya la estoy extrañando.
-jajaja- se burlo Alesia – cielos prima, el amor te tiene por la cuerda floja, quién lo diría, esa niña te tiene comiendo en su mano.
-puede ser- sonrió ella- pero la necesito tanto como el aire que respiro, me muero si me deja.
-no seas loca- agrego su prima- eso no pasará, pero debes ser sincera con ella cuando llegue el momento de decirle que eres la Duquesa  de Calguiere.
-claro que lo hare- dijo Anabelle- no te quepa la menor duda.
Momentos más tarde se reúnen en el salón…Anabelle, al entrar lo primero que hizo fue contemplar  a su amada y sintió un gozo y un dolor al mismo tiempo de saber que ellas pudieron haberse conocido antes.

Raniel platicaba junto a Claudine en esos instantes y sintió sobre sí la mirada de su novia, pero algo había distinto en ella, tenía un poco sombría su mirada…le preocupo un poco, que estuviese de ese modo y fue hasta ella.

-amor- dijo Raniel- ¿sucede algo?
-no – dijo ella aún conmocionada
-anabelle- señalo Raniel- si es por el tema de los hijos, veras, también quiero  formar una familia contigo y que tengamos muchos hijos. Puede que en un principio quedase sin palabras, fue por lo improvisto de tus palabras, pero no es algo que me desagrade, al contrario nada me haría más feliz que darte muchos niños con esos ojos tuyos.

Anabelle, le miro y suspiro profundamente, su corazón se contrajo fuertemente, pero a causa de la dicha y también por todo lo que descubrieron, por el nexo que ambas podían tener.

-dime que no me dejarás- inquirió anabelle- que estarás a mi lado, suceda lo que suceda
-amor- señalo Raniel- ¿qué sucede?
-dímelo Raniel – suplico Anabelle
-te amo Anabelle – declaro Raniel- estaré a tu lado, somos novias no es así.
-claro- respondió ella- pero necesito que me  lo prometas, que no dejarás que nada nos separe.
-Anabelle- inquirió Raniel- estás muy extraña, te prometo que nada me apartará de ti, luchare por tu amor.
-gracias mi vida- respondió Anabelle, visiblemente afectada- necesito descansar un poco.

Anabelle se despido de la familia y se fue a su alcoba.

Más tarde Raniel, cansada y un poco preocupada por la situación de Anabelle, también hizo lo mismo y se fue a su dormitorio, no quiso ir con su prometida, pues deseaba dejarla descansar.  Estaba sumida en sus pensamientos y al llegar a su habitación no se percato que alguien más le esperaba y surgió de uno de los costados del pasillo.

-dónde crees que vas Raniel – pregunto Anebelle.
-¡eh!, Anabelle – dijo ésta sorprendida – a mi habitación a descansar y tú qué haces acá, pensé que estarías dormida.
-pues que mal por ti- agrego anabelle – creí haberte dicho que no volverías a dormir aquí, este no es tu lugar y si estoy aquí es porque intuí que vendrías acá. Ahora amada mía, vamos a nuestra alcoba, es ahí de donde jamás saldrás, te queda claro.
-muy claro- dijo sonriente Raniel.

Anabelle tomo de la mano a su prometida y la entrelazo sus dedos con los de Raniel y fueron rumbo a la recamara de Anabelle.

La joven cerró tras de sí la puerta de su dormitorio y buscó frenéticamente los labios de Raniel, necesitaba amarla, sentirla una vez más, quería poseerla, sólo así calmaría esa gran necesidad que tenía de ella y que con su amor lograría superar todos los obstáculos que enfrentasen.

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