mujer y ave

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martes, 27 de mayo de 2014

Desde mi mirada.


La Maldición de la Luna, capítulo 8

Tras recorrer el largo camino a casa…el mercedes se detuvo en el estacionamiento de la mansión y James, abrió la puerta a su señora, quién descendió con Kiara en sus brazos, entró en su hogar  y la condujo hasta su alcoba depositándola en su cama.

Elizabeth la contemplo por unos minutos y pudo apreciar, que la muchacha lucía muy hermosa aún cuando estuviese dormida.

─ Es una lástima  expresó ella que no hayamos podido disfrutar de esta noche las dos, pues tenía una reservación para nosotras en el  mejor restaurante de la ciudad  suspiró Elizabeth  de verdad eres muy desafiante conmigo, ojalá tuviese para mí  una parte de ese cariño que sientes por tu amiga Cristina.

 En fin, no me daré por vencida y si tengo que jugar sucio para que te quedes a mi lado lo haré sin titubear, no puedo permitirme dejarte escapar, ya no es tanto para que me liberes de mi maldición sino porque estoy sintiendo cosas que nunca antes viví, aunque lleve ya siglos en esta tierra, jamás experimente con nadie lo que tu provocas en mí...eres mi otra mitad…mi complemento…mi pareja.

 Durían estaba en lo cierto, dos criaturas están hechas para ser una de la otra…y aunque lleve conmigo la marca del lobo…tú también compartes conmigo esa marca y es por ello que lo vivirás muy intensamente dentro de unos días…cuando nos enlacemos y  el ritual de luna ejerza su poder sobre nosotras, estaremos unidas por el resto de nuestras vidas. Mientras tanto haré todo porque llegues a amarme  y no sea para ti una obligación el estar conmigo, de verdad quiero que me ames Kiara y que me enseñes a vivir tal sentimiento. finalizó la Marquesa.



Elizabeth, procedió a desvestir a la  joven. Sus ojos verdes se deleitaban a medida que iba despojándola de ella, su respiración se aceleró mucho y luchó con todas sus fuerzas para no tomar a la joven a la fuerza y hacerla suya. Aún no era el momento; pero si acarició su cuerpo con mucho cuidado de no despertarla. Le quito toda su ropa, tan sólo la dejó en ropa interior y observó como en su cuerpo estaban los rastro de sus caricias del primer encuentro. Esa era  la marca del enlace.

La contempló detenidamente y quedo extasiada con lo que veían sus ojos: su cuerpo era perfecto; cada curva de su cuerpo despertaba un deseo incontrolable en la marquesa; sus largas piernas, las cuales degustaría acariciando;  sus pechos, eran dos perlas apetitosas para ella.  Elizabeth sonrió satisfecha, aunque su cuerpo temblaba completamente puesto que verla así de manera sus instintos habían aflorado, pues la deseaba de sobre manera. 

Se había excitado mucho, no sé pudo contener y beso su cuerpo lentamente hasta llegar a sus labios y se quedo unos momentos saboreando a Kiara “cielos me vuelves loca, desde el primer instante te desee como no tienes idea, vas a ser mi ruina, si descubres como manipularme pues me tienes a tu merced, Kiara , te necesito tanto”, lentamente despegó sus labios de ella , acarició su rostro y con suma delicadeza la levantópara cubrirla con las ropas de la cama.

 Luego fue en dirección del baño, necesitaba bajar la temperatura de  su cuerpo, de lo contrario iba abusar de ella ahí mismo y eso no es lo que deseaba.

─ Puedo tener fama de fría y arrogante  Murmuró Elizabeth  pero jamás  violaría a  una mujer y menos a ella, aunque  me tenga por los suelos en estos momentos. ¡Rayos! cómo me tienes Kiara. Me siento indefensa a tu lado, ya que no sé nada ti, no conozco tus gustos, tu sentir, aparte de saber que tienes un carácter muy fuerte y que contradice todo cuánto se relacione conmigo, sin duda cuando Durían me dijo que me odiarías, pensé ingenuamente bastaría con mis atributos y mi habilidad para seducir, ya que jamás nadie se ha resistido antes a mis encantos. Es por ello que me sentí vencedora antes de tiempo y vaya chascarro que me he llevado contigo. Todo ha sido en vano, desde el primer minuto me gané tu rechazo y luego vino el desprecio. Son motivos suficientes para desanimar a cualquiera, pero no puedo darme el lujo de hacer tal cosa. Soy una ignorante en asuntos del amor, no es llegar y tomar a la fuerza a una persona, pero son tan dolorosas tus palabras y las de Durían para mí…quisiera hallar el modo de ser de agrado a tus ojos.

Además, estoy plenamente consciente que mis acciones se contradicen con mi sentir, pero no tengo otra forma, sino lo hago de ese modo, voy a perder frente a tu amiga, mi rival, yo no puedo permitirlo. Es más no tolero la idea de pensar siquiera verte a su lado. Nunca me imaginé ser tan posesiva, pero no puedo y tampoco quiero compartirte con nadie Kiara, te quiero sólo para mí, y ser el motivo de tu dicha. La mujer que esté a tu lado, a quién veas al despertar, tu refugio y también la madre de tus hijos.¡Cielos, pero que digo! Nunca me plantee formar una familia. Nunca pasó por mi mente querer algo como ello y ahora lo estoy deseando. Tal vez suene cursi o común para una mujer de mi clase, que siempre ha tenido otro tipo de aspiraciones en la vida.  Sin embargo, hoy descubro que soy tan humana como el resto, susceptible a los deseos más sencillos y terrenales de este mundo, tengo sentimientos como cualquier otro mortal.

Kiara, ¿Ya no sé qué hacer para conquistarte? Cada vez que nos vemos son encuentros desagradables. Sé que está escrito que debes odiarme y qué es mi deber lograr que ese sentimiento se transforme en AMOR. No obstante,  resulta doloroso no saber más de ti, porque no permites que me acerque y así  tener la posibilidad de llegar a conocerte más que nadie en este mundo;  por eso siento tantos celos de Cristina. Ella tiene ventaja sobre mí en ese aspecto. Conoce todo lo relacionado a tu vida: Tus sentimientos con esa mujer que te destrozo tu corazón; sabe todo lo que te agrada. Mientras que yo sólo sé de tu enojo hacia mí. Me hieres más que nadie. Sin embargo te estás volviendo  tan importante en mi vida, que aún así soporto tus desprecios.

Yo, la marquesa de Cronwell se humilla y rebaja por migajas de cariño de tu parte, porque aún no puedo llamarle amor. Jamás en mi vida mendigue, tampoco rogué a persona alguna ni soporte tantos desplantes y altiveces de hombre alguno ¡y qué decir de alguna mujer! Ni yo me reconozco. No soy la misma. Has doblegado mi soberbia como nadie.  Lo único que sé que nunca, pero nunca voy a renunciar ti, Kiara.  masculló con fuerza Elizabeth.

Momentos más tarde, ataviada en su bata,  salió por unos momentos de su habitación y bajo hasta su sala de estar y se encontró con Durían y otra joven, quienes platicaban frente a la chimenea.

─ ¡Buenas noches!  dijo Elizabeth, mirando fijamente a la joven que estaba con Durían y que por cierto era muy parecida con ella.
─ ¡Buenas noches,  Elizabeth! Saludó ella Mi nombre es Jamiel, si es lo que te estás preguntando y sí soy hija de Durían.
─ ¡Vaya!  repuso Elizabeth- veo que posees los mismos dones de Durían y tienes esa habilidad de leer pensamientos.
─ Es telepatía  repuso Jamiel.
─ ¿Cómo está ella?  inquirió Durían
─ Está durmiendo en estos momentos  contestó Elizabeth  creo que sufrió una conmoción y perdió el conocimiento.
─ ¡Ya veo!  dijo Durían ─ Pero no es eso, es susceptible a tu poder Elizabeth. Es el poder que ejerces en ella por medio de la luna, pero ella desconoce eso. Debes usarlo con sabiduría y prudencia. Por cierto debes controlar la  fuerza que ejerzas en ella, recuerda que Kiara, no es cómo tú, no se puede recuperar de sus heridas fácilmente  y hoy casi le quiebras las costillas.
─ Tienes razón,  Durían  dijo apenada la Marquesa ─ Me excedí con ella debo reconocerlo, tendré más cuidado la próxima.
─ Niña  expresó ella  aunque ella te enloquezca, busca la forma de someterla con astucia, para ello fue tu entrenamiento. Elizabeth, dentro de dos días volverás conmigo al bosque debes dominar tu ira, para lo que se viene más adelante.
─ ¡Claro que iré contigo! – repuso ella- ¿pero a qué te refieres con lo que se viene?
─ A tu rival- sentencio Durían- Jamiel, es quien la observa y te puedo asegurar que Cristina Loren, no se quedara tan tranquila, aunque tú obligues a Kiara a estar contigo. Ella puede arruinar tus planes y debes evitarlo hasta que  el enlace se consuma.
─ ¡Maldición, esa mujer! ─ rabió Elizabeth ─ No lo consentiré Durían, bajo ninguna circunstancia, por mucho que Kiara sienta un gran cariño por ella. Yo la apartare de su lado. Buscaré una y otra vez  la manera de alejarla de ella. No soporto  siquiera la idea de verlas juntas, me llena de ira.
─ Domina tu ira primero  ordenó Durían  después estarás en condiciones de enfrentarte con ella, podría ser fatal si te transformas en lobo dominada por la ira, Kiara, te odiaría por siempre.
─ Comprendo  respondió ella ─  haré lo que me pidas. Debo confesarte que es mi mayor temor también, pues en las noches de luna llena deberé huir de su lado. Tarde o temprano puede descubrir mi secreto y tengo miedo que me rechace y sienta repulsión por mí.
─ Elizabeth, no debes apartarte de su lado por ningún motivo  agregó Durían  aunque cuando haya luna llena, es ahí, donde debes reafirma tu posición con respecto a Kiara.
¿Qué estás diciendo Durían?  preguntó asombrada, la joven ─  si ella ve mi transformación, se apartará de mi lado. ¿Acaso no te das cuenta? que pondría en riesgo mi futuro con ella. ¡No sabría reaccionar ante tal fenómeno!. No  puedo comprender  tus palabras.
─ ¡Por Dios niña! ─ sentenció la mujer  ¿Hasta cuándo deberé enseñarte? Por  favor explícale tú, Jamiel.
─ No debes temer, Marquesa  explicó Jamiel ─ La marca que llevan ambas no es un castigo ahora; por el contrario es un don;  que pronto descubrirás una vez que se enlacen. Tal vez,  te cause conmoción, pero permitirá unirte de una manera especial  a tu pareja como sucede el reino de los animales. Tanto sólo déjate llevar y elije el momento de que ello se convierta en realidad, pues tu futuro y el de tu familia dependerá de ese don, cuando llegue el momento y la luna este en su cúspide; entenderás a lo que me refiero. Por este motivo,  ella no podrá abandonarte lo mismo que tú.

 Deberás en esos momentos; estar unida a tu pareja volviéndote a enlazar con ella. Pero deberás escoger si lo harás como lobo o como humano. Todo  eso será posible sólo cuando hayan completado su primera unión. De todas formas cualquiera de las dos opciones que   elijas, ella tomará tu forma y te seguirá dónde tú vayas.  No obstante, debes tomar cuenta que si la llegas a abandonar por causas de tus temores, perderás el vinculo con Kiara, haciéndola sufrir y dejándola expuesta a tu rival y todo por lo que estás luchando lo puedes perder.

Tendrías que volver a empezar y no es aconsejable,. La unión que tendrán es distinta a los de la sociedad de humanos, es para toda la vida y es única; .solo será con ella y nadie más. De tu decisión; depende su vida, pues estás unida a ella desde siglos  atrás. Sus lazos estarán fortalecidos por el poder de la luna, una vez consumada su unión. Nadie podrá apartarla de ti, por lo tanto; sé sensata a la hora de actuar y todo lo que involucre a tu pareja. Todo lo que hagas se lo harás a Kiara. ¿Has comprendido Elizabeth? indagó Jamiel, que leía en los ojos verdes de la Marquesa, sus impresiones. 

Elizabeth, esta abrumada ante las palabras de la joven Jamiel. Aunque sintiese temor al respecto. No podía permitirse ningún error más. Cristina Loren, era una amenaza latente en su vida, no podría arriesgarse a perderla. Seguiría los consejos de la joven y de Durían como siempre.

─ ¡Así sea entonces!  respondió Elizabeth  he comprendido tus palabras. Ahora si mi disculpan iré a descansar. ¡Buenas noches! y que descansen ustedes también.
─ ¡Buenas noches!  respondieron ambas  y siguieron conversando entre sí.

Al llegar a su recamara. Elizabeth, reflexionó ante las palabras de la joven y de su madre. Ella tenía poder sobre Kiara. Debía usarlo con prudencia y de a poco someterla sin despertar su odio. Además les deparaba algo especial para el momento de su unión. Se quedo contemplándola varios minutos  y vio como Kiara,  aún estaba inconsciente.

Se despojó de su bata, quedando completamente desnuda y se acostó junto a ella. La observó detenidamente, acarició su rostro con mucha delicadeza  y  de pronto sus ojos verdes se oscurecieron del todo. 

─ Kiara   le llamó ─ ¡Ven a mí!.

La joven aún en su estado, respondió al llamado. Abrió sus ojos, pero no estaba consciente de la realidad.Estaba en trance; a ese se refería Durían; pues la joven obedeció y  se abrazó al cuerpo de Elizabeth. Y la Marquesa,  ya no se pudo contener más y atrapó los labios de la joven despertando el deseo dentro de ella.

« Está noche tú  estarás a salvo de mí hasta que llegue el día de nuestro enlace. Pero en cambio yo, seré  tuya esta noche. Hazme el amor, Kiara» fueron las últimas palabras que se  escucharon en la habitación.

Momentos después las caricias de Kiara,  despertaron profundos gemidos en la Marquesa, hasta llegar  a la cúspide del placer. Jamás imaginó sentirse tan viva en las manos de una mujer. Era tan distinto de sus otros encuentros.

La joven inconsciente y todo; dejaba ver su lado pasional. Realmente Kiara, era una muy  buena amante, fogosa y sabía cómo hacerle llegar al máximo placer. Si actuaba de ese modo en su estado. No quería pensar cómo sería verla consumirse por el deseo en sus brazos, ya deseaba que llegará pronto el día de su enlace.

Elizabeth ,aun jadeaba después del placer que la joven le diera. Más sacó fuerzas  para recuperarse y tomó entre sus brazos a Kiara , acomodándola en su pecho para que ambas pudieran descansar.

─ Kiara Susurró  Elizabeth ─ Ahora te pertenezco y muy pronto tú serás mía y nada  ni nadie podrán cambiarlo. (Besó su mejilla y cerró sus ojos y en cosa de segundos se durmió junto a la Joven)

El sol  inundaba toda la habitación, cuando los ojos miel de Kiara, se abrieron y quedo confundida, pues no lograba reconocer el sitio en que se encontraba, pues no era su apartamento. Miró para todos lados y después reparó en ella misma y quedo pasmada al verse semi desnuda.

─ ¡¿Pero que rayos está pasando?!  exclamó ella  ¿Dónde estoy y qué paso anoche? No logro recordar nada, por el contrario sólo siento que mi cuerpo me duele y no sé la causa. 

En eso, una puerta del costado de la habitación se abrió y de ella apareció Elizabeth Erlington, con claros vestigios de haber tomado una ducha y en eso sus miradas se encontraron. Una sonrisa se desprendió de los labios de la Marquesa, mientras que Kiara, la vio con espanto sin dar crédito a sus ojos.

─ ¡Usted!  exclamó Kiara ─ ¿Qué diablos hago aquí y en especial  junto  usted? Según recuerdo yo tenía una cita con Jazmín, jamás con usted.
─ Podrías dejar de dirigirte a mí  como de usted  Demandó Elizabeth  ¿Quieres que te refresque la memoria, Kiara?

La joven se estremeció de pies a cabeza ante las palabras de Elizabeth y que insinuaban claramente  que algo había sucedido entre ellas. Y solo pensarlo, la puso muy nerviosa.

 ─ ¡No me diga que usted y yo!  inquirió la joven consternada ─ ¿ puede explicarme que hago acá y por qué estoy medio desnuda en la misma habitación con usted?
─ ¡Basta ya,  Kiara! Ordenó la Marquesa ─ Sólo llámame por mi nombre y en relación a tu pregunta,. Puedes quedarte tranquila. No te hice nada anoche. Pero no puedo decir lo mismo de ti ─  se burló Elizabeth.
─ ¿Qué quieres decir? ─  preguntó Kiara.
─ ¡Muy Simple! Para tu información,  desde anoche soy tu mujer   respondió relajadamente Elizabeth ─ Tú me hiciste el amor anoche  y por cierto, déjame decirte que  eres muy fogosa querida ¿Quién lo diría? Que detrás de esa fachada de mujer fría, se esconde una mujer sedienta de pasión.
─ ¡Mientes!  bramó Kiara ─ Jamás te tocaría, ni en mis peores pesadillas.
─ ¿Porque tendría que hacerlo?  repuso Elizabeth ─ ¿Qué ganaría con ello?¿hacerte enfadar?, ¡Para qué!. Me basta con el desprecio que sientes por mí.  Además si no me crees,  te lo demostrare.

Se acercó a ella y al quitarse la toalla que cubría su cuerpo, quedo al descubierto marcas en su cuerpo, como mordidas y chupones. Claros rastro  de una noche de pasión.

Kiara, quedo choqueada, ¡ No podía ser cierto! Eso era una infamia de las más grandes. Jamás haría el amor con una mujer como ella. Todo debía ser un invento y  buscó dentro de su  mente algún vestigio que le indicase que lo dicho, era verdad o mentira. Y entonces recordó que después de salir del edificio se topó con ella y tuvieron una discusión…Cristina…ella la amenazó con destruir a su amiga, sino aceptaba casarse con ella.

¿Entonces podía ser verdad que hubiese aceptado tener una noche de sexo para salvar a su amiga?. Pero no recordaba lo demás, por más que lo intensase no conseguía nada y lo peor de todo; que tendría que aceptar su palabra, pues las marcas en su cuerpo le daban la razón y el hecho que ella también estuviese semi desnuda, era más que suficiente evidencia de que algo había ocurrido entre ellas. ¡Había intimado con la mujer que más despreciaba!

« ¡Maldita sea!  se recriminó mentalmente, Kiara  caí en sus manos. No dejaré que le hagas daño a Cristina, y si tuve que llegar a ese extremo contigo. ¡Esta, me las pagas! Te advertí que si me tocabas te ibas a arrepentir»

─ ¡No te saldrás con la tuya!  amenazó Kiara ─ Puedes haber ganado esta vez y mofarte de ello; todo lo que quieras. Pero aún no está dicho todo. No te creas que lo que sucedió anoche es el comienzo de algo entre tú y yo. O que aceptaré tus condiciones sin chistar, ya te dije:  primero muerta que tu esposa.
─ Creo que no estás en posición de replicar,  querida  se mofó Elizabeth  si persistes en tu decisión,  no dudaré en cumplir mi palabra. El futuro de tu amiga Cristina,  está en tus manos. Si escoges mal, sólo tú eres responsable y no te daré otra oportunidad. Solo te daré unos días para que reflexiones  y tomes una decisión. Luego, llevaré a cabo mis palabras, para bien o para mal tuyo. Asume tu responsabilidad en lo que decidas de ahora en adelante Kiara.
─ No me voy a dejar amedrentar por tus palabras ─ rugió Kiara ─  ya veo que juegas sucio para conseguir tus caprichos. Pero te equivocaste conmigo, te advertí una vez que yo elijo con quiero estar y tú eres la última persona con quién quisiese compartir o intimar.
─ ¡Ja!  se burló Elizabeth  no me dio esa impresión anoche, todo lo contrario. Y si crees estúpidamente  que te voy a dejar ir. Estás muy equivocada. Toma en serio mis palabras, nunca falto a ellas. No sueñes que voy a renunciar a ti, grábatelo de una buena vez.  ¡Tú serás mi mujer te guste  o no!  ¿Y si quieres juego sucio? Es porque así lo has querido tú; pues no me diste más alternativa. Intente de la forma correcta y sólo conseguí que  te burlases de mí. Ahora no me reproches nada.
─ ¡Eso está verse!  amenazó Kiara ─ No te tengo miedo y tampoco me voy a entregar a ti y mucho menos ser tu esposa. Eres muy engreída Elizabeth Erlington y no tienes idea de cuánto te aborrezco.

Elizabeth, sintió un dolor atravesar su corazón ante las palabras de Kiara, la miró fijamente, pero oculto toda emoción ante ella. ¡De verdad ella es muy desafiante, arisca y no se deja someter así de fácil! Por más dolor que sintiese; no se iba a retractar y seguiría con su plan, sometería a Kiara por las malas. 

Con el tiempo se encargaría de conquistar su corazón y le trataría con la ternura que llevaba dentro sí,  guardada por ciento de años de espera. Aprendería a su lado amar y no se rendiría hasta que la joven Kiara, le amase. Pero por el momento;  este era el único camino que le quedaba, cruel, impositivo, ortodoxo, arbitrario. ¡Todo lo malo que se le pueda llamar! Más no había otra forma ¡No con ella! No  con ese espíritu tan indomable que poseía. Prefería mil veces que la partiese la cara a bofetadas que renunciar a Milovic y entregársela a otra mujer. No había nada más que decir, sería así  y punto.

─ ¡Cómo lo desees!  replicó calmadamente, Elizabeth ─ No quiero tus lamentaciones después, porque el precio que pagarás será mayor aún. Quedas advertida Kiara, ahora si me disculpas debo atender otras cosas más importantes.

La Marquesa se vistió y salió de su alcoba, dejando a una Kiara totalmente confundida y llena de molestia. La rabia la consumía por dentro. Se entregó a Elizabeth y eso no se lo perdonaría jamás. 

No debió ceder a sus presiones, llegar a ese extremo con tal de salvar a su amiga, la adoraba en verdad y haría mucho por ella, ¿pero a ese precio? ¡Acostarse con la mujer que más despreciaba y que  le hacía recordar a Mariana cada vez que la veía! Pues le resultaba familiar lo que estaba viviendo con ella: Una mujer rica, presuntuosa, que juega con los sentimientos de los demás sin importarles nada; que utilizaba todo tipo de métodos para conseguir sus propósitos y una vez satisfecho sus caprichos desechan sin un asco a las personas.

Jamás se detienen a pensar en la vida que arruinan…

«¡Maldita sea! ¿por qué diantres lo permití? Me juré que nunca más volvería a suceder, que no cometería los mismos errores. ¡Y he me aquí! Me revolqué una noche con mi peor enemiga y para mi desgracia, ella consiguió disfrutarlo al máximo y yo no consigo recordarlo. ¿Cómo fui tan estúpida? ¡¿Qué mierda me hizo esa mujer anoche?! …No te lo voy a perdonar Elizabeth. Voy hacerte pagar muy caro esa noche de placer, ya buscaré la forma de ajustar cuentas contigo y si tengo que seducirte para hacerte caer, pues lo voy  hacer. Ya no importa nada más. Pero jamás me convertiré en tu esposa y menos tocarás a Cristina…¡Te odio Erlington!»

Instintivamente buscó sus ropas y tomó una ducha rápida para sacarse el olor y las huellas de esa mujer y así,  irse de ese lugar. Una vez  vestida, tomó su reloj y su bolso, pero no dio con su  móvil, por más que le buscó varias veces. 

Aún tenía adolorido su cuerpo, sentía que le costaba respirar más de lo habitual y no quería preguntarse a causa de qué era ese dolor. Salió con sumo cuidado de la habitación y trató de buscar la salida, una vez que le hallo, apuró el paso y en cosa de segundos estaba fuera de la mansión.

 Pero para su desgracia era una inmensa propiedad y para llegar a la salida tendría que caminar bastante, si deseaba estar fuera del alcance de Elizabeth Erlington, cualquier cosa valía la pena antes de estar en las manos de esa mujercita.

Tras unos 15 minutos de caminar, sin mirar  atrás; más que con el único deseo de escapar y ponerse a salvo. No presintió la presencia de…

─ ¿Por qué huyes?  inquirió una mujer ¿Por qué escapas de tu destino y no asumes tu verdad, Kiara?

La joven se detuvo en el acto ante las palabras de la mujer, miró a su costado izquierdo y ahí estaba una mujer de cabellos oscuros.

¿Quién eres y por qué dices que huyo?  inquirió Kiara  no te conozco. ¿para qué deseas que me quede en un lugar que no tiene nada que ver conmigo y que por lo demás aborrezco?
─ ¡Dulce Kiara!  dijo la mujer ─ Mi nombre es Durían y he esperado mucho tiempo  por ti y más aún para volver a verte. He contado las lunas de muchos años para tu llegada y al fin volvemos a reencontrarnos.
 ¿Me conoces? preguntó incrédula la joven ─ No recuerdo haberte visto antes ¿ por qué dices que me conoces? si por tu acento veo que eres  Inglesa, no tienes por dónde haberme conocido. Es imposible, dado que yo no soy de este  país.
─ Jovencita ─  agregó Durían  has cambiado demasiado, ya no eres aquella niña alegre que conocí en Valparaíso. Tú la escogida desde hace siglos atrás la que viene marcada por el destino, la que ha vuelto una y otra vez buscando su propósito. Eres esa niña que nació para ser la dueña del corazón del lobo de la luna, tu otra mitad te espera, Kiara Milovic.
─ ¿Cómo?  inquirió más asombrada Kiara  si dices conocerme y sabes de dónde provengo,  y dices esas  cosas, ¿cómo es que no te recuerdo?

Durían, en ese momento se acercó a Kiara y tocó su frente con su bastón, a lo que la joven trató instintivamente  de escapar  retrocediendo y ponerse  a salvo de aquella mujer, pues no sabe sus intenciones. Pero es retenida por unos brazos que la envuelven, de reojo se  percata que es Elizabeth quien la abrazó y en ese momento de distracción Durían, vuelve a colocar en la frente de la muchacha su bastón y queda totalmente inmovilizada…sin fuerza alguna para luchar contra la chaman.

─ Es hora que recuerdes Kiara  y asumas tu compromiso con el destino  dijo Durían  Elizabeth  por favor sostenla con mucho cuidado,  y tú Jamiel  derrama en su  cuerpo  esta poción.
─ Como tu mandes, madre señaló Jamiel.
─ Estamos lista   mencionó Elizabeth ─ Todo va estar bien, mi amada Kiara.

Durían , recargo con mucha fuerza la vara en la frente de la joven y de repente una bruma envolvió todo su cuerpo, aunque Kiara luchaba por no someterse, terminó cediendo hasta estar totalmente sometida y Durían recitó : « Iris som deum sitem dime pasam dolcem trauinium vedte aske in vedteojo de la memoria que  encerraste los recuerdos de la vida, ábrete a la vida presente»…Kiara vio a través de sus ojos su vida en retroceso, hasta llegar a su niñez, las imagines pasaban velozmente ante sí y podía ver claramente cada suceso de su vida y de muchas otras más. Hasta que se detuvo ante un animal….un gran lobo blanco, hermoso y radiante como la luna y una mujer que cuidaba de  él, pidiéndole  que estuviese junto a ese lobo; porque era su destino. La pequeña Kiara, le prometía que algún día ella cuidaría de ese hermoso lobo y estarían juntos por siempre. Entonces, la mujer puso su mano en el corazón de la niña y le prometió que se volverían a ver en el futuro y esa mujer es …

─ ¡Tú!  pronunció Kiara ─ Eres esa mujer que me mostró el camino de aquel lobo. La que me dijo que mi vida estaría atada a ese gran lobo.
─ ¡Así es Kiara!  respondió Durían y quitó el bastón de la frente de la joven ─ He cumplido con mi promesa y ahora es tu turno para cumplir tu destino.
─ ¿Por qué? inquirió ella, apretando su pecho fuertemente  me duele mi corazón al recordar esas imágenes, ¿qué deseas de mí, Durían? y por qué debo aceptar lo que me dices. Yo no puedo cumplir con lo que prometí de niña, no puedo ir tras los pasos de un lobo, es incoherente y descabellado lo que me pides.
─ Jovencita  repuso Durían  ese lobo ha esperado muchos años por ti. Toda su vida depende ti  ahora y si te duele el corazón es porque estás unida a él; todo lo que  viste, es el dolor que ha tenido que pasar  por tu larga espera, pues en otras vidas no se han podido reunir. Pero hoy es distinto, tú ya estás aquí y él está esperando que vayas a su encuentro.
─ De verdad lo siento  Susurró Kiara  yo no puedo. Hablas como si tuviera que entregarle mi vida y mi corazón. Simplemente no puedo. No volveré a confiar  otra vez, ya tuve suficiente una vez. No voy a pasar por eso otra vez. No puedo permitirlo; entiéndelo bien, lo que me pides es demasiado para mí.

Elizabeth sentía morir con cada palabra de la joven, ver que la habían lastimado profundamente ocasionaba que reaccionara de esa manera, negándole la posibilidad de amar.

La Marquesa, se sobre puso a su dolor y la envolvió nuevamente en sus brazos, transmitiéndole su tranquilidad, hasta que la joven logró calmarse. Luego levantó su rostro, mirándola fijamente hasta que Kiara se perdió en sus ojos verdes y sus bocas se encontraron. La joven respondió a las caricias de Elizabeth, sin poner resistencia hasta que volvió a perder la conciencia una vez más.

─ ¡Ya es hora de partir Elizabeth!  Sentenció Durían- Y Kiara ira con nosotras. Es momento que ella conozca su destino. Jamiel, tú te quedarás a vigilar a Cristina, no permitas que vaya en busca de Kiara, no es el momento todavía de que vuelvan a verse hasta que Elizabeth, haya completado su entrenamiento.
─ Como mandes, madre ─  contestó la joven  partiré hoy mismo, más que seguro que le buscara en la tarde e irá a su trabajo.
─ James  ordenó Elizabeth ─ Ve y  busca  ropa abrigada para Kiara, hallaras en mi closet.
─ Como usted ordene,  mi señora  Respondió él.
─ Ahora todo depende ti, Elizabeth – mencionó Durían ─ Ella estará a salvo a tu lado y tendrás  la tranquilidad que necesitas para vencer los próximos obstáculos. Esfuérzate al máximo, que sea Kiara el motivo más poderoso que tengas para salir triunfante de este nuevo desafío.
─Te lo agradezco,  Durían  expresó Elizabeth ─ El tenerla a mi lado es motivo más que suficiente para esforzarme y conquistar su corazón. Todo lo que anhelo es estar  junto a ella y borrar de su corazón todo el daño que le causaron, Durían, yo la necesito más que a mi vida.
─ Por cierto niña  dijo Durían, le quedo viendo fijamente ─ No la volverás a tocar hasta el día del enlace, así que ve frenando tus impulsos y guarda tus ganas para ese momento. De lo contrario provocarás más su enojo. Ella no olvidará lo que le hiciste anoche, por lo tanto; no  te quejes después por el error que has cometido.

Elizabeth, sintió arder sus mejillas de golpe. Estaba avergonzada, pues nada le estaba oculto a Durían, aunque no se arrepentía en absoluto, pues disfrutó mucho de las caricias de Kiara al convertirse en su mujer, y ya anhelaba volver a tenerla otra vez.  Pero quería que fuese consciente cuando la hiciese suya y ella se entregase una vez más a Kiara.

Después de un buen rato, el vehículo de la Marquesa de Cronwell, marcha rumbo a los bosques más próximos.

En otra parte Cristina Loren, comenzaba a reunir las pruebas que necesitaba para liberar a Kiara, de Elizabeth Erlignton.

─ Aquí están los papeles que acreditan que mi amiga Kiara,  firmó con engaños ese contrato  indicó molesta Cristina  Puede verlo usted mismo señor juez y  mi abogado puede corroborarlo.

Comenzaba así la batalla para liberar a Kiara de las garras de Elizabeth Erlington.

« Me usaste para llegar a Kiara. Te aprovechaste del gran cariño que le tengo y pusiste la carnada en mis manos y ella mordió en anzuelo por mi culpa. Pero he de ser yo misma quién te la arrebate. Este el comienzo de una guerra Erlington »…dijo  en voz alta Cristina llena de odio.

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