mujer y ave

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lunes, 26 de mayo de 2014

Enemiga Mortal, I parte.


En aras del pasado, Capítulo 27.

Calguiere…

Junto  las orillas del río, se encuentra una joven muchacha, descansando unos minutos y dando de beber a su caballo, un azabache, tan negro como la noche, animal muy querido por la joven…
Otro sitio, pero en las mismas tierras dos jóvenes comparten una plática…

─ Vamos Anabelle, ¡Anímate!  suplicó Vivian  es tan sólo un paseo, no creo que tus padres lo sepan, será nuestro secreto.
─ No sé Vivian ─ expuso la joven, aunque en verdad era tan sólo una chiquilla de 12 años  mi padre no me deja a ir a ningún sitio sin escolta, siempre dice que los caminos están llenos de bandidos y es peligroso que una señorita se exponga de tal manera.
 Ok  contestó derrotada Vivian  vamos con un acompañante, pero uno sólo.
─ Siendo de eso modo, sí  contestó Anabelle  acepto.
─ Vamos  señaló ella ─ verás que no te arrepentirás-
 ─ Eso espero ─  dijo una no muy convencida Anabelle.



Ambas muchachas se dirigieron hasta las caballerizas de la familia y solicitaron al encargado ensillarles caballos, Vivian escogió un potro café, mientras que Anabelle tomo su caballo favorito Pegasus.

─ Podrías por favor acompañarnos a dar un paseo demandó Anabelle a su empleado.
como usted mande mi señorita.
─ Bien exclamó risueña y triunfante Vivian.

Fue así que los tres partieron recorriendo los parajes del lugar hasta llegar al borde del río y junto con ello descubrieron a alguien descansando junto a unas rocas, mientras su caballo bebía. Las jóvenes quedaron un tanto confundidas ya que nadie puede andar o pasear por los alrededores sin el consentimiento del padre de Anabelle…el hombre se interpuso para no exponer a su ama ante un posible peligro…podría tratarse de un bandido…que muy a menudo asolaban las tierras n busca de algunos distraídos o solitarios viajeros.

─ No se acerque indicó el hombre puede ser peligroso, observemos primero antes de acercarnos.
─ Nada de eso  inquirió desafiante Vivian deberíamos ir ahora mismo a encararle y sacarle de estas tierras, no debe tener permiso alguno y eso es un atrevimiento para la familia Calguiere.
─ No digas más  replicó Anabelle  ─ haremos caso, esperaremos unos momentos y luego interrogaremos a esa persona.

Observaron atentamente…pudieron comprobar que era un joven o niño, aunque por la altura tenía más el porte de un adolescente…el muchacho estaba ligeramente reclinado observando a la otra orilla del río…vestía sencillamente, pero pulcramente, aunque su vestimenta era de caza, denotaba que no era un simple campesino y que podría tratarse de algún hijo de burgués…de súbito el joven se puso de pie como se hubiese visto algo que llamó su atención y sigilosamente se dirigió a la orilla del cauce  y se quedo en estado de alerta…cómo acechando algo.

Entonces el hombre les dio indicaciones de adentrarse hacia el lugar, pero sigilosamente sin ser descubiertos, así lo hicieron hasta quedar a escasos metros del muchacho, quién no se percato de su presencia, puesto que sus sentidos estaban enfocados en otra parte… De súbito el joven saca de su espalda, mejor dicho de una alforja, una flecha y de su cintura extrae un arco  y procede alistarse para atacar…no cabía duda alguna, ese joven estaba cazando en aquel sitio y cuándo tomo posición de tiro para disparar, escucho una voz a sus espaldas.

¿Qué crees que estás haciendo cazando sin autorización? dijo la suave voz de una joven.
El muchacho detuvo sus movimientos y maldijo   ciertas palabras, pero en ningún momento dejo de estar en posición de puntería, todo lo contrario raudamente volteo, apuntando en dirección de aquella voz, dejando pasmadas a las jóvenes con la rapidez de sus movimientos y al hombre que las acompañaba…
¡Contesta! – dijo nuevamente esa voz, que resultó ser de Anabelle ¿quién eres y qué haces en este lugar?

El joven no contestó, todo lo contrario alzó sus ojos hacia la chica en forma desafiante y tensó aún más su arco, por lo que su sirviente se bajo en el acto de su caballo en dirección de aquel desconocido tratando de sorprenderlo, pero no alcanzo  a dar más de unos cuantos pasos, cuando una flecha se incrusto en su camino en señal de advertencia, dejando al hombre temeroso de la agilidad de aquel muchacho…cuando levanto sus ojos ya el muchacho se encontraba apuntando con otra flecha en su lugar e iba en dirección del corazón del hombre. Éste se detuvo al instante y sólo balbuceo palabras sueltas hasta que reacciono y encaro al joven muchacho.

─ No es  de caballeros el no responder dijo el hombre cuándo una dama te hace una pregunta, di quién eres y por qué estás cazando en este sitio, quién te  ha autorizado a semejante acción.

Pero nuevamente no obtuvo respuesta, todo lo contrario del muchacho  desprendió una sonrisa burlona y un tanto cínica, lo que hizo enfurecer al hombre y sin pensarlo se dispuso a atacarlo…mientras que ambas chicas, estaban preocupadas por la vida del sirviente, pues sabían que si algo llegaba a suceder, el padre de Anabelle, le castigaría por haber desobedecido sus órdenes y más si su sirviente quedaba mal herido…no quería descubrirlo, por lo que sin pensarlo hizo que su caballo avanzase hacia el intruso.

─ Yo que tú no haría eso- repuso una dulce voz, que procedía nada más que de aquel muchacho sí lo haces, él muere y hablo muy enserio.
─ No te atrevas hacer eso repuso Anabelle no haré nada, pero deja a mi sirviente en paz.
─ Qué seguridad tengo que cumplirás tu palabra una vez que baje mi arco y tu sirviente no intente atacarme inquirió dulcemente el joven.
─ Soy Anabelle Calguiere acotó ella y tienes mi palabra de que él no hará nada, ahora cumple la tuya y baja tu arco.
─ Pues yo no te he prometido nada señorita  dijo burlesco él pero tampoco soy un criminal, así que apártense un poco y bajare mi arma.
─ Como tú digas repuso Anabelle.

El muchacho procedió a bajar su arco, en  tanto Anabelle como su sirviente retrocedieron algunos pasos, pero Vivian hincó sus espuelas en su caballo dispuesta a darle con el rebenque de su caballo a aquel atrevido….pero en ese mismo instante una flecha paso rozando su mejilla y termino incrustada en un árbol, rasguñándole un tanto y dejando un línea delgada de sangre, dejando totalmente paralizada a la muchacha…quién tenía un rostro de espanto y temblaba por causa de aquella agresión.

¡Vivian! gritó Anabelle estás bien, pero cómo te atreves (bramo la muchacha, mirando con rabia al agresor) acaso no tienes palabra, o eres un maldito forajido.
─ ¡Vaya! repuso burlesco éste no fui yo quién cometió el error, sino tu amiguita, y son muy feas las palabras que acabas de pronunciar viniendo de una señorita como tú, que presume de tener palabra pero al menor intento falta a ella.
─ ¡Pero quién te crees que eres! bramó la joven para hablarme en ese tono, hare que te golpeen mis guardias una vez te hallen, pues no podrás escapar tan fácilmente de estas tierras.
─ No tengo intenciones de escapar de nadie señaló desafiante éste pues mi padre dice que las tierras sólo le pertenecen a Dios y que el hombre es libre de ir dónde guste, por tanto no he incurrido en ninguna falta, por lo que no debo tomar en cuentas tus amenazas, además yo estoy de paso nada más y me detuve para dar de beber a mi caballo y me dispuse a cazar aprovechando la ocasión, antes de que ustedes me interrumpieran.

Anabelle, estaba furiosa ante las palabras de aquel joven, era altanero e insolente, además que puso en riesgo la vida de su amiga Vivian, le lanzo una mirada fulminante de sus ojos azules y el joven volvió a sonreír burlonamente, despertando aún más la molestia en la joven…llena de rabia se dirigió hasta dónde estaba Vivian.

─ ¿Estás bien? inquirió ella, mientras limpiaba el rostro de su amiga
─ Lo estoy dijo Vivian, aún traumatiza por la situación vivida y con cierta extrañeza de ver la reacción de su amiga, pues jamás nadie había hecho que ella reaccionará de ese modo, ya que era muy tranquila y alegre y nada la hacía enfadar, por lo que la dejo totalmente consternada de ver  lo que aquel joven había ocasionado en Anabelle.
Anabelle volteó a ver al joven insolente y le volvió amenazar…
─ Esto no se va a quedar así bramó la joven te hallare y haré que azoten por tu atrevimiento.
Jajaja se burlo él cómo si pudieras niñita, ya te dije que no huiré de nadie y menos de ti y tus tontos guardias, eso es de cobardes- exclamo el joven, mientras bajaba su arco y guardaba su flecha.
─ Se puede saber qué es tan  gracioso dijo aún más molesta para que te burles así de mí, acaso no crees que cumpliré mi palabra.
Jajaja, por mí puedes hacer lo que se te venga en gana, me tienes sin cuidado cuántos guardias tengas o que seas la hija de la misma reina se mofó el joven nada cambiara mis actos y ahora si su alteza, la niña caprichosa me permite, me retiro…volteo y silbo…lo que hizo que su caballo llegará en el acto a su lado y cuándo se disponía a montar…la voz de Anabelle le detiene…
─ Por lo menos podría saber el nombre del rufián con quién tengo el desagrado de hablar demandó ella.
El joven volteó a verla y avanzó unos cuantos pasos en su dirección, mientras se carcajeaba de ella…
Jajaja, aparte de caprichosa, eres tonta, ignorante y ridícula se mofó, mientras que sus manos se dirigían a su cabeza y bajo la capucha de su ropa dejando al descubierto su verdadera identidad, quedo dejo en shock a los tres…en especial a Anabelle presumida niña tonta, eres tan ciega que nunca te diste cuenta ¿no es verdad? Y para tu información no soy ningún rufián y mi nombre es ROWINE MCRAUNE.
¿Mcraune? dijo el sirviente tu eres la hija de…
─ Enios Mcraune  contestó Rowine  ahora puedes comprobar niña tonta, que nunca pensé en huir, y que fueron ustedes todo el tiempo los que me agredieron e intentaron atacarme más de una vez, para ser alguien tan presumida eres muy ignorante o mejor dicho, eres una completa ciega.

Anabelle, estaba totalmente sonrojada por muchas razones: No dejaba de contemplar a la joven; mejor a quién creyó que era un muchacho; pues era alto y muy joven; de tez trigueña y que tenía su caballera azabache tomada en una cola, muy al estilo de hombres, lo que le hacía parecer uno, con esas vestimentas y con esas armas que tenía ceñida junto a su cuerpo. Pero ahora que tenía descubierto sus facciones y pudo apreciar lo delicado de su rostro: Una nariz perfecta, unos labios muy delgados y finos, pero lo que más resaltaba de ese hermoso rostro eran sus ojos verde esmeralda; que parecían desvestirle con la mirada, hasta hacerle sonrojar de golpe. 

Además de estar muy apenada por confundirla por un chico. Estaba avergonzada, pues la joven no le quitaba la vista de encima y su sonrisa  burlona, la hacía sentirse más mal aún, quería que la tierra se la tragase. La joven Calguiere, experimentaba otras sensaciones además de la vergüenza, su corazón estaba latiendo a prisa y para su desgracia no podía aparta la mirada de la otra joven. Estaba totalmente embelesada con su presencia.

Por otra Rowine, observaba a la joven Anabelle y no podía evitar sonreírse de ella, pues era muy evidente lo avergonzada que ésta estaba ante su descubrimiento y podía ahora tranquilamente burlarse de ella, por lo petulante que había sido con su persona. Aunque algo también sucedía con ella al acercarse más a la joven Calguiere, no podía tampoco quitarle la vista de encima, por lo que decidió tomarlo como una pequeña venganza y se aproximó a ella hasta quedar pegada a su cuerpo y en su oído le susurro:

─ Eres muy linda, niña presumida se mofó Rowine cuando gustes puedes enviarme a buscar con tus tontos guardias, no escaparé, pues no tengo miedo a tus estúpidas amenazas (dicho esto se separo de ella y volteo para ir en dirección de su caballo.

Anabelle, apretó fuertemente sus manos y miró con más rabia a la joven.

─ Esto no se quedará así amenazó Anabelle vas a lamentarlo.
 Como tú digas dijo desganada Rowine sin voltear a verla y levantando su mano derecha en señal de fastidio, pero en su camino se atravesó Vivian, quién la miro con curiosidad y mucho recelo
 Dime Rowine indagó Vivian ¿Qué edad tienes?
 Doce contestó ella montada en su caballo y volvió a silbar una vez más y a los pocos minutos un halcón llegó  a su encuentro y se posó en su hombro acomodándolo muy bien, causando más asombro en las jóvenes al ver que no era muy delicada al estar vestida de esa forma y menos al hacer cosas que no son propias de una joven doncella.

Rowine como adivinándoles el pensamiento sólo sonrío burlonamente, en especial al ver el rostro de la joven Calguiere, que no dejaba  de verle con ese rostro de boba…por lo que se limitó a tomar fuerte las riendas de su caballo y salir a galope rápido hasta desaparecer de la vista de los tres…

 ─ ¡Vaya! Con doce años y es capaz de andar sola por estos parajes sin ninguna escolta- dijo Vivian- se nota que es valiente ¿no te parece a ti Anabelle?
Anabelle no prestaba atención a las palabras de su amiga, pues se sentía muy humillada por todo lo sucedido y fue en dirección a su caballo.
─ ¡Vámonos a casa! ordenó Anabelle ya hemos perdido mucho tiempo en este lugar
─ Como usted ordene mi señorita contestó el sirviente.
─ ¡Esto no es bueno! susurró para sí, Vivian ─ Ella aún sigue muy conmocionada con esa chica, bueno a mí también me engaño, pues supuse que era un joven, vaya que desgracia, no me agrada que Anabelle le haya dado tan importancia a una persona como ella, tan vulgar, para nada es una dama y además es desafiante y peligrosa (y llevó su mano a su rostro, tocando su rasguño), tampoco me quedaré tan tranquila después de esto, verás que me cobrare esta afrenta.

Muy lejos de ahí y ya pasadas unas horas…en el salón de un hogar...

-¿cómo le fue a mi pequeña hermanita? – inquirió un joven
- pésimo, me tope con una bravucona que me amenazo con azotarme por estar cazando en sus tierras – repuso Rowine – y para colmo me confundió con un muchacho la muy tonta.
-¿de verdad?- pregunto él
-así es Jeremy- dijo molesta Rowine- es una niña presumida que hace alarde de las tierras que son de sus padres.
- mi pequeña hermana- dijo tierno el- es de esperarse pues siempre vistes así cuando sales a cazar, pero no le des importancia, aunque me hubiese gustado verle su cara cuando descubrió que eras una chica. ¿Cómo se llama esa joven que te amenazo?
-Anabelle Calguiere- contesto Rowine
-Calguiere has dicho – pregunto un tanto nervioso- cielos Rowine, ojalá no sea la hija de la Duquesa de Calguiere, de lo contrario papá se enfadará contigo.
- qué más me da, si es la hija de una reina si quiere- contesto ella- no hice nada malo, porque no me dejaron cazar, pues justo me interrumpieron.
-bueno hermanita- señalo él- dejemos de preocuparnos de ello…vamos a mi habitación, compre nuevos lienzo para tus bocetos.
-gracias Jeremy- dijo sonriente Rowine- sabré recompensarte haciendo para ti un retrato tuyo.
- no hace falta – repuso él- sólo dale un buen uso nada más, ya que tú eres la artista de la familia y mi única hermana, sabes que todos nosotros te queremos aunque seas la menor de nosotros cinco.
-eso tenlo por seguro- contesto ella- yo los quiero mucho, estoy muy orgullosa de mis cuatro hermanos, con ustedes he aprendido todo lo que sé.

Los hermanos se quedaron platicando un buen rato…hasta que llego la hora de descansar…
Tres días después en casa de la familia Mcraune…Enios, acaba de regresar de una visita que tuvo que hacer por petición de un noble del condado, en cuanto entro mando a su sirviente a llamar a su hija…

-padre- dijo Rowine- me has mando a llamar.
-así es Rowine- dijo él, miro fijamente a su pequeña hija y señalo- vengo de casa de la familia Calguiere, por petición de su padre para ponerme en antecedentes de cierto incidente que ocurrió hace unos días en sus tierras y que tiene relación con la mayor de sus hijos. Dime Rowine, tienes algo que contarme en relación a ello.

Rowine, sólo suspiro, pues ya se hacía una idea de la persona y hecho de lo que hablaba su padre.

-veras padre- explico la joven y procedió a contarles tal cual ocurrieron los hechos aquel día…
-Rowine- demando él- cómo hayan sido los hechos, no es educado de tu parte contestarle así a la hija de la Duquesa de Calguiere, pues estaba en su derecho de reclamarte por estar cazando en sus dominios, ya que ella se convertirá en unos años más en la siguiente Duquesa y su deber es velar por el bienestar de toda su familia. Además tuviste la osadía de agredir a otra joven, que para tu desgracia resulta ser sobrina del Conde de Bringston, en semejante lío has metido a nuestra familia…ahora deberé aceptar sus requerimientos me gusten o no.
-¿a qué te refieres padre?- pregunto nerviosa Rowine
-para tu desgracia jovencita- señalo Enios- lord Calguiere ha pedido expresamente que tú seas la acompañante oficial de su hija Anabelle durante dos semanas, en dónde deberás servirle en todo lo que ella te pida .
-padre no- contesto la joven- cualquier cosa menos eso, porque debo hacerlo, si fueron ellos lo que me trataron como si fuese un criminal.
-silencio jovencita- replico molesto Enios- tú harás lo que se te ordene, pues te lo has buscado y me he tenido que ver en la obligación de aceptar sus términos aunque esto me desagrade más a mí que a ti.
-como usted ordene padre- dijo la joven resignada.
- bien prepara tus cosas, que mañana mismo te iré a dejar al castillo de los Calguiere. Por cierto lleva ropa de señorita, pues no quiero que nunca más digan que mi hija es un chico- acoto él.
-cómo diga padre- dijo Rowine
-otra cosa- demando Enios- no deseo saber que le has faltado nuevamente el respeto o de lo contrario a tu regreso a casa  te depara un castigo, y debes también disculparte con la joven Bringston.
-de acuerdo Padre- contesto ella- me retiro, con su permiso.

Enios se quedo reflexionando con respecto a su hija…era muy injusto para ella…le conocía y adoraba a su bebé, pero lo habían dejado entre la espada y la pared…sufría en demasía al tener que obligar a su pequeña a ir en compañía de aquella familia.

En el Castillo Calguiere…una joven espera en las afueras, sentada en los jardines de aquella mansión, se distrae retratando lo que hay en su alrededor para matar el tiempo, antes de que su padre salga de la reunión que tiene con Lord Calguiere.

-¿por qué una niña tan linda tiene un rostro tan triste?- inquirió una voz de mujer
-¡eh!- exclamo asustada ella- lo siento no le oí llegar
- relájate pequeña- dijo risueña ella- ahora dime, ¿cómo te llamas y por qué estás aquí?
- mi nombre es Rowine Mcraune- contesto ella- y estoy aquí porque mi padre así me lo ha ordenado, pues dice que le falte al respeto a una jovencita y debo enmendar mi error, aunque siento que es injusto, pues no cometí delito alguno, pero la hija de esta familia piensa que sí, todo por qué no acepte hacer su voluntad, además que ella tiene mi misma edad y es muy engreída lo mismo que la otra joven, presumen de las cosas de sus familias y yo no pienso igual.
-así que tú eres la joven Mcraune- dijo asombrada ella- dime pequeña, ¿qué edad tienes?
-doce señora- contesto ella
-vaya, la misma edad de mi hija
-¿quién es su hija?- indago Rowine – y quién en es usted, no tengo el honor de saber su nombre.
-mi hija se llama Anabelle- dijo sonriente la mujer al ver el rostro de asombro de la pequeña – y por cierto, mi nombre es Henrieta.
-entonces usted es…- dijo aturdida Rowine
-Jajaja- exclamo ella- así es mi niña, soy la Duquesa de Calguiere, la madre de la jovencita que tuviste que enfrentar hace unos días.
-yo lo siento- exclamo ella- mi padre me matará, si llega a saber que habla mal de su hija.
-Jajaja, tranquila Rowine- expreso Henrieta- no diré nada, además sí acepte que vinieses hasta aquí es porque deseaba que tú y mi hija se hicieran amigas, pues es una forma en que ella, debe aprender a convivir con aquella personas que piensan distinto y tampoco fue educado de su parte amenazarte con azotarte, lo que sí debes tener cuidado cuando vuelvas a cazar, debes pedir permiso a los dueños de las tierras y tampoco es muy recomendable que una pequeña como tú ande sola por estos lugares, así que cuando desees hacerlo en mis tierras con gusto pondré una escolta para que te acompañen. Ahora acompáñame, es hora que tú y mi hija cumplan con su castigo.
-cómo usted diga- expreso Rowine.

Henrieta por su parte sólo sonrió, pues la pequeña era muy dulce y agradable, muy sincera y directa en sus puntos de vista, para tan corta edad, por lo que sería una estupenda compañía para su hija.

Momentos después ambas entran al salón dónde se encuentra reunida toda la familia Calguiere y también su padre Enios. Al momento de ingresar Rowine al salón, un par de ojos azules centellaron, clavando su vista en ella, lo que la joven sintió enseguida y trato de restarle importancia, aunque con mucho disimulo, pues era vigilada por su padre.

Anabelle, no podía apartar sus ojos ante la joven, esa misma que le faltó el respeto el otro día y que confundió con un muchacho, haciéndole pasar la peor de las vergüenzas. Pero en esta ocasión, de chico no tenía pinta alguna, pues la joven Rowine, estaba ataviada con un hermoso vestido verde, un prendedor recogía su cabello y tenía un hermoso dije como colgante en su cuello, haciéndola ver sumamente hermosa, nada que ver con la otra imagen de hace unos días, simplemente cautivó con su belleza a la joven Anabelle, pues no salía de su asombro, le era totalmente irreconocible.

-Anabelle-llamó su madre- ten la amabilidad de llevar a Rowine a sus aposentos
-claro cómo tú digas madre- contesto ella.
- con su permiso- dijo Rowine
Minutos después de salir y al mostrar la habitación de la joven…Anabelle la miro maliciosamente
-te dije que las cosas no se quedarían así- contesto altiva la muchacha.

Rowine, le miró y recordó las palabras de su padre.

-no te preocupes- contesto ella- el tiempo pasa volando y no te darás cuenta cuando ya me haya ido.

Anabelle frunció el ceño “eso ya lo veremos, no haré nada grata tu estadía Rowine”

-nos vemos un rato más Mcraune- dijo burlesca ella.

Rowine le miro, y tuvo un mal presentimiento…

-niña presumida- dijo para sí Rowine- estoy segura de qué algo vas a tramar, pero me iré con mucho cuidado contigo y con la odiosa de la tal Vivian, sentí que le caí mal, pero no tengo la menor idea de por qué y creo que tampoco me interesa saber.

Para desgracia de Rowine…los días fueron más que un calvario, tuvo que hacer de perrito faldero a todos los deseos de Anabelle y de Vivian…aunque por dentro se moría por abofetear a esas dos, por lo que trataba de mantenerse inmutable ante sus comentarios y provocaciones…con el transcurrir de los días, ninguna de las dos conseguía hacer alterar a Rowine en lo más mínimo…por el contrario Anabelle, fue de a poco cambiando su actitud con la joven con tal de conseguir su atención…pues aunque era una niña prácticamente, no dejaba de llamarle mucho la atención aquella muchacha y para colmo, tenía que observar en silencio como muchos jóvenes que visitaban a la familia quedaban totalmente embobados con la joven Rowine…por lo hermosa que era, resultándole desagradable a sus ojos todo ello.

Por otro lado…Vivian, no conseguía fastidiar a l muchacha a pesar de que se tuvo que humillar al disculparse con ella y no era  tampoco de su agrado ver cómo su amiga cada vez buscaba la forma de llamar la atención de Rowine…realmente le estaba disgustando aquella niña.
En cambio Rowine…descubrió una cosa que le asusto mucho para sus cortos doce años, por lo que se mantuvo lo más alejada posible de Anabelle, aunque en todo momento  acato todos sus caprichos…no quería tener problemas…además que no tenía intenciones en convertirse en su amiga y menos aún con lo quisquillosa que se estaba volviendo su amiga Vivian…Rowine…era muy despierta para sus años…pero trato de restarle importancia a ese asunto…pues ya quedaban dos días nada más.
-por suerte ya quedan dos días nada más- dijo aliviada Rowine en voz alta, pues suponía que estaba sola en el pasillo.
-de verdad ya te quieres ir- inquirió una voz-
Rowine se volteo en el acto y descubrió el rostro sombrío de Anabelle…de pronto su entrecejo se frunció y le miro con un poco de molestia…paso por su lado y alzo su frente altanera…
-¿y por qué debería prolongarla más?- pregunto Rowine- he cumplido a cabalidad mi castigo aquí y creo suponer que no tengas quejas sobre mí, he hecho todo lo que has deseado, por lo tanto no veo el caso a tus palabras.

Anabelle, detuvo su caminar y voltea a ver a la joven…

-eso lo decido yo- sentencio ella- aún no terminas y deberías cuidar tus palabras, pues podrías decirle a mi padre de ello y conseguiría que te quedases más tiempo o que te azoten por insolente.
Rowine, apretó firmemente los puños de sus manos y le miro un tanto molesta…respiro profundamente y decidió quedarse callada…
-por cierto deseo que me acompañes a dar un paseo a caballo- ordeno Anabelle- hablare con mi sirviente para que ensille nuestros caballos, tú podrás escoger el que más te agrade, tan sólo te daré unos minutos nada más, te espero en los establos. (Dicho ello, prosiguió su camino)

Rowine, bajo su mirada derrotada…”eres insoportable niña, no puedo creer que tu madre me haya pedido que tratase de ser tu amiga, ni en mis pesadillas podríamos serlo”- se recrimino la joven.
Veinte minutos más tarde…las jovencitas se encontraban en los establos…Rowine no deseaba montar otro caballo que no fuese el suyo, pero no tuvo más remedio y escogió un ejemplar blanco, muy semejante al de Anabelle…

-ya está todo listo- dijo el hombre- llevará escolta mi señorita Anabelle.
-no- respondió ella- Rowine, será mi escolta, con ella me basta y sobra…pues tengo la seguridad que no permitirá que nada malo me ocurra, pues cuenta con toda la confianza de mi madre, ¿no es así Rowine?

La joven quedo aturdida de las palabras de la muchacha “acaso está poniendo su vida en mis manos, a sabiendas que tenemos la misma edad, qué le sucede ahora, desde cuándo confía tan ciegamente en mí, si hasta hace unos días no se cansaba de mirarme con desprecio y tuve que soportar todos sus caprichos y humillaciones, de verdad no la entiendo” – pensó Rowine

-eso es correcto- contesto ella.
-entonces vámonos ya- ordeno Anabelle.

Ambas muchachas recorrieron los parajes…ninguna de las dos pronunciaba palabra en todo el trayecto…se miraban de reojo cuando la otra no estaba pendiente…por un lado Anabelle, planeaba mil formas de poder acercarse a  Rowine y después conseguir ser su amiga…todos en su familia ya tenían algún tipo de relación con ella, incluso sus hermanos menores, primos y amigos de otras familias de nobles, e incluso el hijo de su sirviente,  Octavio se había ganado el privilegio de acompañarle en sus paseos por los jardines, sólo era la única  que no podía cruzar una palabra amistosa con ella y eso en cierta forma le dolía…no entendía bien lo que sucedía en su corazón  con respecto a la joven Mcraune…sólo deseaba que le permitiese ser su amiga, por lo menos con eso se conformaba…aunque estaba consciente que ella había sido muy cruel con la muchacha, por eso se  esforzaba para tratar de cambiar lo sucedido…pero nada resultaba como lo planeaba, ya que Rowine, se mantenía lo más alejada posible de ella y eso le dolía demasiado.

En cambio Rowine, no dejaba de pensar que tramaba la joven Calguiere. Su cambio de actitud de hace unos días, pero luego vino su altivez para someterla a sus caprichos. La joven Mcraune, estaba muy consciente de que Anabelle, estaba intentando por todos los medios acercarse y algo le decía en su corazón que podría ocasionarle inconvenientes; puedes se había dado cuenta de que la muchacha nunca en su presencia le quitaba la vista de encima y eso le comenzó a inquietar, pues no sabía cómo comportarse, ya que también estaba alterando su paz interior. Fue así que ambas muchachas llegaron al borde de una ladera con vista a un lago y descendieron de sus caballos y se fueron a contemplar aquella hermosa vista.

-¿no te parece hermoso el lugar Rowine?- comento Anabelle.
-es muy hermoso, pero yo que tú no me acercaría tanto al borde- dijo Rowine- podrías ponerte en peligro.
-nada sucederá- repuso sonriente ella, y dio algunos pasos marcha a tras cuando el terreno cedió a sus pies, provocando que la joven perdiera el equilibrio y se fuera de espaldas hacia el precipicio….azoto su cuerpo contra el borde de la pared, pues una mano alcanzo asirla firmemente, pero no pudo evitar que se golpeara, dejándola suspendida en el aire…
-sostente firme Anabelle de mi mano - exclamo Rowine.
-no me dejes caer- rogó asustada la joven Calguiere- por lo que más quieras, no lo hagas.
-no lo haré- afirmo con mucha seguridad Rowine, transmitiéndole valor a la muchacha- tienes mi palabra, ahora voy a jalar de ti…tal era su determinación de salvarla, que hizo un esfuerzo descomunal y tiro de la joven hasta lograr ponerla a salvo, quedando tendida sobre el suelo y muy adolorida por el esfuerzo… se acordó de anabelle  y como pudo se puso en pie para revisar que ella estuviera bien…
-te encuentras bien- pregunto Rowine- déjame ver si no tienes alguna herida…la reviso sin recibir nada de oposición, con su pañuelo limpio la sangre que había producto de algunos rasguños, observo sus brazos y busco algún indicio de fractura en sus costillas o en su hombro producto del fuerte jalón- por lo visto estás bien, sólo son rasguños nada más.
 gracias- dijo tímidamente Anabelle- te debo la vida
─ Tú no me debes nada- contesto Rowine—no podría haberme permitido que te hubiese sucedido algo

Anabelle ante las palabras de Rowine, ya no pudo contenerse más y se lanzo a sus brazos y dando rienda suelta a su llanto, pues estaba muy asustada, tuvo miedo a morir y eso la dejo muy sensible…Rowine aunque aturdida se conmovió con la joven y la abrazo fuertemente hasta conseguir que se calmará y lentamente acaricio el caballo de Anabelle, produciendo un gran efecto en la joven Calguiere y también ella sintió acelerarse un poco más de lo normal su corazón…causando mucha extrañeza en Rowine…su cuerpo era muy cálido y frágil…la joven Mcraune…no podía comprender que era ese sentimiento…deseaba protegerla con el simple contacto con ella y verle en ese estado, hizo que olvidará por completo todos los malos ratos que le había hecho pasar.

-perdóname- comento muy triste anabelle- por todo lo mal que te he tratado
-olvídalo- contesto ella- eso ya no tiene importancia
-Rowine- pregunto Anabelle muy apegada al pecho de la muchacha- querrías ser mi amiga, aunque no merezca nada de tu parte por todo lo mala que he sido contigo.
Rowine, sintió como su corazón se contrajo por las palabras de la joven, por primera vez estaba siendo muy amable y humilde con ella…
-claro que acepto- dijo Rowine sonriente- de ahora en adelante seremos amigas , sí tú quieres también disculparme por haberte molestado ese día y no hacerte saber que era una chica, creo que se me paso la mano, de verdad lo siento, no era mi intención burlarme de ti o faltar a las normas de tu familia al cazar.
-olvidemos lo pasado- dijo ella sin moverse del sitio en que se hallaba a gusto y protegida- pero sí es para tu tranquilidad, también acepto tus disculpas. Por cierto, como chico eres muy bien parecido, tu hubiera escogido como esposo sino hubieses descubierto tu rostro (dijo esto último sin pensar, provocando que Rowine se sonrojase hasta las orejas ante el comentario)
-yo…- dijo titubeando Rowine- no…olvídalo (se limito a guardar silencio y quedarse disfrutando de la joven, pues en ningún momento ambas habían reparado que llevaban  ya mucho tiempo abrazadas y tampoco tenían intenciones de hacerlo, Anabelle, cerro sus ojos y descanso en los brazos de Rowine, mientras que la otra joven…simplemente se dejo llevar por la calidez y ternura de la joven Calguiere)
En otro sitio…
-¿dónde está Anabelle?- inquirió Vivian
-la señorita está  de paseo en compañía de la joven Mcraune.
-han ido con escolta- indago curiosa ésta
-no, la señorita Anabelle dijo  que con la joven Mcraune era suficiente, pues ella contaba con la aprobación de la Duquesa.
-ok, gracias- dijo Vivian y se alejo en dirección del castillo- Maldición hasta que consiguió estar sola con Rowine, por qué te esfuerzas tanto en ser de agrado ante esa chica…pareciera que es más importante que yo, sólo tienes ojos para ella.


Mientras las dos jóvenes eran extrañas a los sentimientos de la joven Brigston…comenzaba a entretejerse nuevos lazos en la vida de las dos pequeñas…qué más adelante estarían más unidas de lo que ellas jamás pensaron y que su historia trascendería territorios y cientos de años más…pues por causa de un corazón despechado y herido no podrían alcanzar la dicha y la felicidad…hasta muchos años más tarde…dónde llegaran una vez más para concluir su historia.

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