mujer y ave

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lunes, 13 de octubre de 2014

Un día Surrealista

Fanfiction de María sama ga miteru

No soy escritora, ni tampoco estudio filosofía en la Universidad. Tal vez el fanfic este con muchos errores pero aun así me he animado a subirlo en este espacio.
Gracias Anrhia por permitirme subir mi fic en tu blog.

Espero les guste.


Oreo.


Capitulo 1
  
Un día surrealista.

El sonido de la tetera sonó por toda la cocina haciendo que desviara mis ojos del periódico.

De mis labios salió un suspiro frustrado… Moví la cabeza a los lados lentamente para relajar mi cuerpo y seguir con la búsqueda.

Si no hallaba un nuevo trabajo en esta semana, podría irme despidiendo del café que tomaba en el desayuno porque hace tres meses había renunciado a mi anterior trabajo y hallándome desempleada no tuve más que acogerme a los ahorros que había ido guardando celosamente para regresar a mi país.



No había mucho en los clasificados. Algunos solicitaban programadores pero la paga era muy baja para sostener mis gastos. Ya había dejado currículos en algunas empresas pero mi labor, mejor dicho mi especialidad requería de contactos y mis contactos estaban tan lejos como un viaje en avión con varias escalas. Si seguía sin encontrar trabajo tendría que regresar a mi tierra natal pero esta vez no de visita sino para quedarme.

Arrastre mis pies al mesón donde se hallaba la endemoniada tetera que no dejaba de sonar y tomando mi taza en forma de leoncito serví en ella el café que todo ciudadano neoyorquino toma a plena mañana pero en ese momento llamaron a la puerta con varios golpes secos que alteraron mis nervios llegando a derramar el café en mi pijama.

-ABREME FUKUZAWA!
-Ya, ya, Dios !Yoshino qué diablos te pasa¡- Exclame adolorida por el ardor del café caliente en mi piel-
-¿Así recibes a tus visitas?- Pregunto recargándose en mi hombro-.
-Casi me das un susto de muerte. Sabes que existe un timbre, ¿Verdad?
- Esto no puede esperar.- Dijo arrastrándome al mueble.-Te he conseguido una entrevista de trabajo. Espera ¿Que te paso en la pijama?- Dijo examinando mi camiseta.-
-¿Que decías de la entrevista de trabajo?- Dije tratando de quitar inútilmente la mancha del café-
-Pues eso Yumi, te he conseguido trabajo.- Dijo sonriendo de oreja a oreja.- Pero hay un problemita
-¿Cuál?
-Pues que hoy en tres horas es tu entrevista de trabajo.
-Pero como, no entiendo.
-Envié tu hoja de vida por mi correo y hace poco abrí mi email y tope con la sorpresa que habías sido seleccionada para una vacante de trabajo.
-¿Cuándo te mandaron el correo?- Dije sospechando de su respuesta-
-Hace… tres días.- Dijo evitando mis ojos.- ¡Yumi no sabía que quedarías seleccionada! Es una empresa muy importante y no pensé que bueno… ya sabes.
-Pero ahora que voy hacer…
-Pues ponerte linda que más vas hacer.- Dijo Yoshino parándose y dirigiéndose a mi dormitorio.-
-¡Espera Yoshino! Yo puedo escoger mi atuendo no entres al cuar…to…
-¡Pero qué diablos!-. Grito Yoshino desde mi dormitorio y viendo como desde la puerta  lanzaba mi ropa sucia al cesto de ropa-  Yumi sabía que estabas deprimida pero no era para tanto.


Mi dormitorio era un campo de batalla, botes de helado por allí y por allá, la ropa sucia esparcida por todo el suelo y envolturas de comida rápida sobre las mesitas de noche.
Me senté al borde de la cama y mire por un momento a Yoshino sin poder escuchar lo que enérgicamente decía sin parar.
Había tenido el trabajo de mis sueños hasta que el dueño de la empresa cedió su puesto a su tarado hijo. Desde ahí mi vida había sido un infierno. Varias noches, por no decir todas, había llorado. Por más que trataba de entrar en otra empresa mi ex jefe metía sus manos para que no pudiera trabajar.

-No has escuchado lo que he dicho verdad.- Dijo sentándose a mi lado.- ¿Algún día me contaras porque saliste de Ferguson Arts.?
-Yo, no sé…-Dije apretando mi corazón para que no pudiera salir ni una lagrima.- Yoshino, gracias- No  podía decir más, no era tiempo…-
-Hey pequeña, no debes darme las gracias yo solo envié tu hoja de vida. Quien tiene ese excelente currículo eres tú y seguro los impresionaras en la entrevista. Ahora vete a bañar mientras yo ordeno este desorden y te alisto la ropa.
-Nada de rojo por favor…-. Dije recordando el porqué.-
-¡Pero si el rojo es pasión! Es energía… ¿Yumi? Hey no me dejes así hablando-Rezongó-
-¿No dijiste que me bañara?- Dije riéndome mientras detrás de la puerta podía escuchar los inentendibles y posibles reclamos de mi amiga.

Después de una batalla campal por cuál sería la vestimenta adecuada para la dichosa entrevista. Me vestí lo más rápido que pude y de inmediato nos dirigimos al “Corazón de New York” El centro de negocios.

-Ya casi es la hora-. Dijo acomodando por enésima vez mi cuello- Estoy tan nerviosa.
-Si, ya me di cuenta. Pensé que era yo la que tenía una entrevista…- Dije riéndome de la situación-
-No es eso… pero ve andando que en poco te han de estar esperando.
- Gracias…
-No hay de que, ya lo sabes. Ahora yo me regreso a mi departamento, Rei-chan a de estar preocupada por mí. Salí sin avisarle a donde iba.
-Ok. Te llamo después.


Después de ver partir a Yoshino, mire el inmenso edificio que tenia ante mis ojos, los últimos pisos no podían observarlos por la luz del sol que cegaba mis ojos. Lo que más me llamo la atención fue el nombre de la empresa que estaba en todo el lateral del edificio. “OgasawaraCorp.”

-Mmm Ogasawara, donde había oído ese nombre. Sin dudas era de mi amada tierra, Japón.- Estaba entrando por la puerta giratoria cuando una persona en una carrera salió disparando del lugar haciendo que la puerta girara con fuerza. Saliendo impulsada por la fuerza equilibre mi cuerpo para no caer… pero fue inútil.
-¿Está bien señorita?- Abrí mis ojos y me encontré con unos finos zapatos de punta café-
-Si eso creo.- Dije incorporándome y topándome con una muchacha de ojos grandes y ni de qué hablar de su exagerado peinado. Parecían dos taladros en movimiento- Parece que no es mi día.- Dije entre dientes.-
-Uhm, dijo algo? Por cierto es la primera vez que la veo aquí.- Gesticulo grácilmente la mujer-
-Tengo una entrevista de trabajo con Touko Matsudaira
-Oh ya veo, eres una de las seleccionadas. Toma el ascensor y ve al decimo tercer piso. Las entrevistas comienzan en cinco minutos. Por cierto buena suerte.
-Gracias.- Dije apresurándome al ascensor-

“Decimo tercer piso, decimo tercer piso.”
Era lo que repetía en mi mente en busca de una salida. Estaba comenzando en arrepentirme y bajar de nuevo pero en ese momento el ascensor se detuvo en el octavo piso. Estaba ya con mi mano extendida en el panel de control cuando mis ojos se desvían a la puerta del ascensor que se abría en su totalidad. No podía describir lo que mis ojos veían porque fue tal mi impresión que su rostro no pude alcanzar ver en su totalidad. Solo una frase se cruzo en mi mente. “Belleza Japonesa.”


-Voy al último piso.- Dijo sacándome de mis pensamientos. Mi mano rápidamente presionó el último número que indicaba el panel. De reojo pude ver su rostro. Sin duda era japonesa. Un ejemplo claro de la belleza antigua Japonesa. Su piel se veía tan tersa y suave como la seda, su cabello negro caía como cascada tras sus hombros y sus ojos eran de un azul oscuro como las profundidades del océano.

-Creo que esta es tu parada.- Dijo la aterciopelada voz que sonaba algo irritada-

 Mi cuerpo se movió mecánicamente  fuera del ascensor. Había ya conocido dos personas que trabajaban en este lugar y al parecer si todo salía bien aunque lo dudara mucho, tendría que trabajar con mis compatriotas y eso me daba una razón más para querer dar la vuelta y salir corriendo. Pues los japoneses somos o mejer dicho son personas que no les agrada que sus empleados tengan una mala reputación. Solo esperaba que aquí no se repitiera la negativa. Sería muy penoso para mí.

Tome aire profundamente y lentamente lo saque de mi pecho mientras leía en la puerta: Touko Matsudaira.

Toque la puerta y de inmediato se abrió de par en par. En si no era su oficina pues en el fondo se podía ver otra puerta.
Era una sala con varias sillas en donde ni un alma se hallaba sentada en aquel lugar de espera. Una joven de grandes ojos miel y de frente prominente salió del escritorio dirigiéndose a mí.

-Disculpa vengo para la entrevista para la vacante de Programador pero creo que llegue tarde…
-¿Tu nombre es Fukuzawa Yumi?-
-Si
-No has llegado tarde. A cada una de las seleccionadas se les dio diferente hora. Eres la última. Es mejor que le avise a miss Mizuno que estas ya aquí.

Tomé asiento cerca de la puerta de la oficina de la que probablemente era la encargada de la selección de personal. ¿Espera dijo Mizuno? ¿No era Matsudaira? Ni bien me acababa de sentar cuando…

-Puedes entrar. Esta esperándote. Suerte Miss Fukuzawa.-. Dijo con una extraña sonrisilla.

Tome el pomo frio de la puerta con mi mano y voltee mi rostro a la mujer que me había recibido. Estaba frente al computador pero al sentir mi mirada hiso un movimiento de manos para que siguiera. Suspire y agarrando fuertemente el pomo para darme confianza entre a la oficina  que estaba increíblemente  bien ambientada. Sin lugar a dudas el diseñador de interiores que trabajo en esta oficina había hecho un gran trabajo. Me había relajado totalmente pero…

El sillón giro lentamente. Una mujer de piel blanca, cabello corto y negro como la noche y de mirada intimidante mostro sus blancos y perfectos dientes en una muy sexy y diabólica sonrisa. Y lo que paso por mi mente fue. “Esta empresa parece solo tener personal Japonés.”
De cabello corto y moderno. Miss Mizuno como había dicho la secretaria, era una mujer de rostro afilado y de ojos hermosamente rasgados y de color negro. De nariz y labios finos. Portaba un traje de diseñador y un discreto reloj Cartier en su muñeca derecha. Erguida la mujer que estaba frente a mí, podía calcular que era muy alta.


-Señorita Fukuzawa puede tomar asiento que no muerdo- ¿En verdad había me había dicho eso ultimo? Extrañada por sus palabras tome asiento. No podía mostrar fragilidad-
¿Eh?... etto si gracias. .-  Mi boca había tartamudeado no había podido contestar correctamente. Sentí una corriente de nervios recorrer mi cuerpo cuando sentí mas intensidad en su mirada.
-Bueno dígame señorita Fukuzawa ¿Que la motivo a postular a nuestra empresa?- Cruzando las piernas y entrelazando sus manos esperaba una respuesta a su pregunta-

Era una pregunta que no tenía contemplada. ¿Mentir o decía la verdad? Tome disimuladamente aire. Y decidí cual sería mi respuesta.

-Una compañera mando mi currículo. Yo no sabía que estaban solicitando personal.
- Ya veo. Señorita Fukuzawa ¿Tiene alguna idea porque fue seleccionada?

¿Enserio era una pregunta? No, no era broma. La mujer que tenía enfrente miraba directo a mis ojos tratando de colarse en mi alma. No se supone que deberían preguntarme sobre mis estudios.

-Supongo que mi currículo cumplía con los requisitos de la vacante.
-Cree que está capacitada para el puesto?
-¡Si!- Para mi sorpresa solté una contúndete afirmación. Era muy buena en lo que hacía y no tenía dudas acerca de mis aptitudes-
-Esa era la respuesta que necesitaba ¿Usted tiene familia? hablo de un cónyuge o hijo. En su hoja de vida dice que está soltera pero es necesario saber si esta unida con alguien o tiene un hijo.
-No, yo no tengo pareja ni hijos- Dije extrañada por la pregunta-
-Es normal que preguntemos esto señorita Fukuzawa. La vacante es un puesto de alta seguridad y no queremos filtros- Dijo leyendo mis pensamientos-
-¿Esto quiere decir que no podría tener una relación sentimental si llegara a trabajar aquí?
-Pues depende señorita Fukuzawa. Lo más probable es que le hagamos firmar un documento en el que se le prohíba estar con alguien románticamente hasta que termine el contrato.
-Es lo más extraño que me han dicho- Dije alzando un poco el rostro- ¿Esto también lo cumplen todos?- Pregunte muy extrañada por la clausula aunque no sería un problema para mí ya que mi última relación había sido… Cuando estaba en la universidad.
-Depende si logra contestar una última pregunta podrá preguntarle a sus compañeros de trabajo.- Dijo sonriendo ampliamente-
-Usted dirá- Mis manos se sujetaron fuertemente de las rodillas, ejerciendo presión. Impaciente por la pregunta que soltaría aquella mujer-
-Señorita Fukuzawa.- La mujer por unos segundos desvió sus ojos al Inmenso ventanal de color celeste que protegía la oficina del exterior. Quisiera que conteste la siguiente pregunta con sinceridad. ¿Es cierto de lo que la acusa el señor Kevin Ferguson?



Trague fuertemente saliva. No era fuego pero ardía mientras bajaba por mi garganta.
El maldito había hablado con esta empresa. Recuerdos dolorosos cruzaron por mi mente y de nuevo con pocas fuerzas oprimí mi corazón para que no derramara ni una lágrima más. Esto parecía un interrogatorio.

-Entiendo.- Fue lo único que salió de mis labios. Trate de levantarme pero…-
-¿Entiendo?- Me miro interrogante-
-Si, por más que diga que nada de lo que haya dicho el señor Ferguson es falso no me creerá.
-¿Eso piensa? Yo solo quiero que me diga sí o no
- Pues ¡No! nada de lo que dice de mí es verdad.- Dije tragándome las lágrimas y manteniendo la calma-
-Ok. Quiero que sepa que le creo
- ¿En serio? ¿Por qué?
-Investigué un poco- Dijo mostrando esa sonrisa sexy y diabólica.- Si usted me dice que no,  yo le creo. Mire señorita Fukuzawa. Usted es nuestra mejor candidata. Nosotros investigamos a los seleccionados y nos topamos con esta desagradable historia. Yo no soy la encargada de recursos humanos, la Psicóloga Matsudaira me mostro lo que había descubierto y durante una ardua junta acerca de lo ocurrido en Ferguson Arts., decidí que era absurdo dejar pasar una buena profesional y bueno aquí estamos. Que mejor que usted mismo para desmentir el hecho que se la acusa- Sonrió cálidamente. Una sonrisa muy sincera en verdad-
- Yo pensé que era Miss Matsudaira- Dije saliendo del paso-
-No, ella salió hace poco a almorzar. Entrevistó a quienes tenía que entrevistar.
También se que su ex jefe la esta imposibilitando de entrar a trabajar en otra empresa- Al parecer Miss Mizuno no se le escapaba una-
-Yo no sé qué hacer. Ninguna empresa me quiere contratar por lo que a dicho el señor Ferguson.
-Lo sé. Mire  le seré franca a la presidenta de Ogasawara Corp. no le gusta los escándalos ni que sus trabajadores tengan este tipo de historiales pero nosotros hemos captado que lo que se dice de usted no es verdad y lo acabo de comprobar.
-Pero...Como…-. Dije débilmente-.
-Tienes unos ojos muy transparentes y expresivos. Eres como un libro abierto. Esto puede ser una desventaja para muchas situaciones pero ha sido tu ventaja ahora mismo. Ya leí tu currículo y eh investigado tu trabajo. Eres excelente. Bienvenida a OgasawaraCorp. Felicitaciones.

Su mirada cambio por completo. Y aquella sonrisa cálida de nuevo apareció frente a mí brindándome tranquilidad.

-Ahora Eriko te dará un tour por las instalaciones. El lunes comienzas a trabajar con nosotros. Matsudaira te hará llegar a tu correo el manual de reglas de la empresa. También te llegara un borrador de tu contrato si estás de acuerdo con el sueldo y a lo que te debes regir para que consultes con tu abogado si tienes alguna pregunta. El lunes firmaras un contrato con nosotros por 8 meses. Si pasas los 8 meses y eres bien evaluada se renovara tu contrato por un tiempo más y así sucesivamente.
-Yo, gracias, señorita…
-Youko, Mizuno Youko
-Gracias Mizuno-sama
-Eriko voy donde Ogasawara, lleva a nuestra camarada a conocer las instalaciones.-. Dijo hablando por un intercomunicador-

Estaba por levantarme pero...

-Antes que se levante señorita Fukuzawa. Es una sorpresa que usted no sepa de OgasawaraCorp.-. Dijo descubriendo mi total ignorancia de la empresa.- Antes de venir investigue un poco.
-Disculpe…
-Tranquila.- Dijo abriendo la puerta.- Primero las damas
-…. ¿eh? Gracias.- Una pequeña risa escuche venir de mi entrevistadora y volteando me encontré de lleno con su mirada…  me miro con… ¿Simpatía?
-Usted es muy inocente señorita Fukuzawa. – Dijo dulcemente.- Eriko no le enseñes malas costumbres tuyas a la señorita
-Pero Youko…
-Esta vez no Eriko. Vayan. Yo tengo una charla con nuestra presidenta-. Dijo antes de perderse por la puerta.- Si bien no fallaba la secretaria, aunque ahora mirándola bien no parece la secretaria, era amiga de miss Mizuno.


Después de una hora Eriko la posible secretaria de Touko Matsudaira, me había mostrado casi todo el edificio y me había instruido acerca de lo que se dedicaba Ogasawara Corp. Si había pensado antes que aquel edificio que habían visto mis ojos al entrar era un monstruo pues por dentro era un total laberinto. Estaba construido de tal forma para que la información no llegara a otras aéreas.
Tal vez era verdad lo que había dicho miss Mizuno pero no era tan inocente. Había observado todo con otros ojos. Mientras me enseñaba los pisos y superficialmente de que área pertenecían. Pude captar que en cada piso había un representante, quien posiblemente era quien se comunicaba con los demás pisos.

Ogasawara Corp. no era otra cosa más que un contenedor de información financiera y demás. En donde se manejaba el dinero de todos sus demás negocios. No era ni una matriz de electrodomésticos, ni de su famosa empresa automotriz ni de su prestigiosa aerolínea.
 Era la base de datos y la caja fuerte de sus ingresos en todo el mundo. Todo el dinero e información de sus numerosas compañías era tratado y guardado en este edificio de alta seguridad
Ahora entendía porque me habían contratado. La información era de vital importancia.

-¿Qué tal, te gusto la empresa?- Pregunto Eriko sacándome de mis pensamientos.-
-Si… bueno es un laberinto inmenso
-Jajajaja.- Rio con malicia.- Te acostumbraras. Todo cerebrito se acostumbra.
-Yo...-.¿Tenía que asimilar sus palabras como un alago?- Tienes razón, todo es cuestión de adaptarse.
-Así se habla. Ya estamos casi a la hora del almuerzo. ¿Tienes algo que hacer?
-En verdad no…
-Que te parece si me acompañas a la cafetería. Queda en el segundo piso. Así conoces un poco el ambiente.


Ya dentro del ascensor Eriko comenzó a tararear una canción que se hallaba en la radio desde hace días. Pulso el botón del segundo piso.

-Eriko, ¿te puedo llamar así?
-Claro. Dime.
-¿No había ya pasado la hora de comer?
-Ha… eso, lo que pasa es que varias plantas tenemos diferentes horarios de almuerzo. A mí me toca a esta hora y posiblemente a ti también.
-Entiendo. Eriko, ¿Eres la secretaria de miss Touko?-. Pregunte no aguantándome la curiosidad-
-Pues no, yo soy la cara de la empresa- La mire sin entender- Soy la que se encarga de las comunicaciones exteriores y de la prensa. En otras palabras soy la Directora de comunicaciones de Ogasawara Corp.
-¿Qué?- Había metido la pata, era un pez gordo de la empresa. Miles de preguntas se me formularon en la mente. ¿Por qué estaba en el escritorio de la desaparecida secretaria de Miss Matsudaira? Y lo más importante la he llamado por su nombre y eso es una insolencia para todo japonés. Los japoneses son muy jerárquicos y por ello las formalidades.
-Jajajaja Fukuzawa-san- Usted en verdad es muy expresiva. Tranquila puedes llamarme por mi nombre.
-¡De ninguna manera! -Dije abochornada al tomarme confianzas con alguien tan importante.
-Bueno puedes llamarme por mi apellido. Torii- Dijo sonriendo levemente-
-Torii-sama. Disculpe si la incomodo- Baje un poco el rostro- Pensé que era la secretaria de Miss Matsudaira.
-La secretaria de Matsudaira es otra persona, que por cierto salió con ella almorzar unos minutos antes que llegaras y tranquila, no me has incomodado.
-Disculpa- Dije bajando levemente mi cabeza.-
- Descuida.- Dijo saliendo del ascensor- Solo te aconsejo algo.- Dijo volteándome a ver seriamente.- Procura no ser muy curiosa cuando comiences a trabajar aquí. Como ya podrás observar aquí casi nadie habla con nadie. Cuando vayas a tu casa y leas los documentos que te haremos llegar lo entenderás. ¡Ahora si a comer!- Dijo cambiando radicalmente el tono de voz-

De cafetería no tenía ni el más mínimo detalle. Era una especie de restaurant de alta arcunia situado dentro de un edificio. “La cafetería” Destilaba lujo por cada rincón y como bien había dicho Torii-sama la mayoría de los que estaban comiendo ni levantaron sus rostros cuando llegamos y eran unas pocas personas las que estaban compartiendo mesa con otras y se veía que solo algunas conversaban pero no mucho.
Esto parecía de un mundo paralelo. Si alguien me preguntaba que pensaba de este magno edificio le diría: Elegante y frio.

El trabajo es así y yo estaba por más que encantada de poder llegar el lunes y trabajar. Era una oportunidad de oro que no desperdiciaría.

-Tráigame de comer una ensalada rublie con lomo fino y un vaso de agua mineral-. Le dijo al mayordomo que inmediatamente se había acercado-
-¿Usted señorita? -. Pregunto el mesero con una voz exquisita- Yo… bueno etto- El mesero con sus ojos celestes como el mismo cielo me puso nerviosa-
-Tráigale lo mismo.- Ordeno conteniendo una risa que se quería escapar de sus labios.- Tranquila Fukuzawa- san, Fransua tiene ese don de poner a las mujeres en apuros.
-Yo, no, no es eso, yo...- ¿Cómo podía salir del apuro?- No sabía que pedir.
-Ok, digamos que le creo. Solo quiero que sepa que no es la única que tiene esa reacción con el buenmozo mesero.
.- ¿Miss Mizuno no va a venir a comer?- Creo que no había sido una buena pregunta para cambiar de tema ni iniciar una conversación pues la cejas de Eriko se habían fruncido por unos segundos-
-Ella como usted escucho tenía una reunión con la presidenta. Además ella no come en este piso sino en el último. Con toda la directiva.- ¿Había detectado malestar en su voz? ¿Era mujer la dueña de este imperio? Tantas preguntas pero era mejor descubrirlo con el tiempo. Como bien había dicho Torii-sama tenía que ser menos curiosa-

A los pocos minutos llegaron nuestros platos y mi sorpresa fue tal al ver que los diseños de los vasos y de los platos  estaban labrados en plata. El dueño o la dueña de la empresa Ogasawara Corp. tenía que ser un hombre muy excéntrico o era muy buen jefe.
Mientras comíamos, Eriko no dejaba de ojear su reloj de muñeca, Y estaba impacientándome. Quería salir corriendo de la cafetería e ir a mi departamento y esperar los dichosos papeles. La empresa Ogasawara Corp. había captado mi atención.

La misma canción que había tarareado Torii-Sama se escucho amortiguada pero esta vez el sonido provenía de su bolso.

-Disculpa voy a contestar el teléfono.- Dijo Eriko buscando el celular- Youko, dime. Si, todavía estoy con ella. Sí, pero… entiendo, voy de inmediato. Si ahora subo.-. Dijo esto último cortando la llamada- Fukuzawa-san disculpe mi falta de educación pero debo marcharme el deber llama.
-Descuide, usted ha sido muy amable. Gracias por mostrarme las instalaciones.
-Cuando termine de comer puede retirarse a su hogar. No debe pagar nada. Espero vernos el Lunes .Que tenga un buen fin de semana.
-Eh, si gracias, igualmente- Y con esto Torii-sama dio la media vuelta y salió rauda de la cafetería, perdiéndose por el ascensor.


Continuara...









1 comentario:

Anrhia dijo...

Mi querida Oreo: En la vida no siempre se es un genio o un sabio sino una persona que pese a las dificultades o carencia, consigue con perseverancia y practica la tan ansiada maestría y ser reconocido por otros. No obstante, te recuerdo que escribir es disfrutar de un arte que nos permite compartir con otros nuestros sueños, anhelos y formas de ver la vida.
Escribir es un mundo de ensueño, donde sólo tú puedes construirlo a tu manera y llevar a tus amigos lectores a un viaje único y especial.

Solo me resta desearte éxito y desde la parte del capítulo, se nota que amas y disfrutas a María Sama ga miteru. Sigue plasmando aún más la personalidad de Yumi pues la de Sachiko está mostrando su esencia y lo digo porque esa es mi impresión.
Un buen capítulo desde mi humilde opinión.
Cariños...

Anrhia

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