─ Todo mi amor ─ respondió la joven ─ cuidarla y velar por ella.
─ No puedes. Tu familia son simples
campesinos, que han salido adelante por tesón ─ mencionó
denigrantemente la mujer ─ no pertenecen a
este mundo.
─ Señora no le permito que hable así de mi
familia ─ rebatió indignada la joven ─ puede que no seamos de origen noble cómo ustedes, pero somos
trabajadores y honestos.
─ Perdona, no he querido ofenderte ─ se
disculpó la mujer ─ pero tú bien sabes, que ella ya está comprometida con
Lord Brington y será una excelente alianza por el bien de todo el condado.
─ No sabía que la ofrecía como si fuese un
premio ─ exclamó asombrada la joven ─ es, su hija.
─ Porque es mi hija, quiero su bien y tú
claramente no lo eres ─ comentó ella ─ será feliz con él, ¿cómo no lo puedes ver? Si tanto la amas cómo
dices, déjala. Además, tú tienes a Octavio, quién siempre ha profesado un gran
cariño por ti.
─ Señora, lo que me pide es demasiado ─ reprochó
la muchacha ─ ¿no lo interesa en absoluto lo que
ambas sentimos?
─ No te pido más de lo que no puedas dar ─ expuso la
mujer.
Fin del flashback
Raniel, contemplaba distraídamente los parajes de la campiña Inglesa,
sintiendo nostalgia por su tierra, Alesia, notó el cambio de la muchacha, que
llevaba más de una hora callada.
─ ¿Extrañas tu
hogar? ─ preguntó Alesia.
─ Un poco ─ respondió
ésta.
─ Dime, Raniel ─ inquirió
Alesia, para distraerla un poco ─ ¿cuántos miembros son en tu familia?
─ Somos seis miembros en mi familia ─ afirmó
ésta.
─ ¿Tienes hermanos? ─ preguntó Alesia.
─ Así es ─ afirmó Raniel-soy la menor de cinco
hermanos y única mujer.
─ ¡Vaya! ─ exclamó la
joven Brigston ─ debes ser la hermana consentida.
─ Sobre protegida por mis hermanos diría yo ─ recalcó
Raniel.
─ ¿Cómo se llaman
ellos? ─ inquirió Alesia.
─ Bueno: El mayor se llama Helemiah, tiene
treinta años y es médico. Después le sigue Carlos, con 25 años y es
Contador ─ explicó Raniel detalladamente ─ luego están los gemelos Gonzalo y Nataniel, de 23 y están en su
último año de Abogado, el primero y Constructor Civil, el segundo.
─ ¡Vaya toda una familia de profesionales! ─ exclamó
admirada Alesia.
─ Así es, mis padres nos inculcaron que la
mejor herencia que nos pueden dejar son los estudios ─ mencionó
orgullosa la joven.
─ ¡Vaya! ─ acotó Alesia ─ sí
todos los jóvenes, pensaran como ustedes, sería distinto.
─ Tal vez, no todos tienen la posibilidad de
acceder a estudios ─ sentenció Raniel ─ hay mucha desigualdad en el mundo, países muy ricos y otros con
grandes carencias.
─ ¡Um!, eres muy
madura para tus años Raniel ─ señaló Alesia ─ y dime, ¿ tú qué estudias?
─ Arquitectura, estoy en cuarto año ─ respondió
ésta.
─ Era lógico después de todo, por la forma en
que dibujas ─ comentó Alesia.
─ Eso no es así, un Arquitecto es más que eso ─ explicó
con apasionamiento Raniel ─ debe poseer una
visión surrealista, para plasmar sus proyectos.
─ Jajaja ─ bromeó la
joven y luego acotó ─ ¿y en qué te
especializaras una vez finalizados tus estudios?
─ Creo que en Arquitectura Barroca ─ agregó
Raniel ─ mejor dicho, a la restauración de ese
tipo de construcciones, en ello, quiero basar mi tesis.
─ Impresionante ─ mencionó
Alesia, admirada de la claridad de los objetivos de la joven ─ tendrías un gran campo aquí en Europa.
─ No lo sé ─ acotó
Raniel, no convencida de lo que le planteaba Alesia.
El coche, se detuvo a la entrada de una gran reja forjada con leones, que
daban la bienvenida al lugar.
─ ¡Cielos! el tiempo paso volando, ya
hemos llegado ─ dijo Alesia.
Raniel, sintió un nudo en su estómago,
aunque, había disfrutado de la plática con Alesia. El sólo hecho de enfrentarse
a gente desconocida, la alteraba un poco.
Prosiguieron a lo largo de un camino, donde
había hermosos jardines en sus costados. Esto continuó a lo largo del
recorrido, que les llevó por espacio de diez minutos, para luego, alcanzar a
vislumbrar la silueta de un viejo castillo.
A medida que se acercaban, Raniel,
enmudeció al ver que aquél, era el mismo que solía ver en sus sueños. Su
rostro, reflejaba todo lo que había en sus pensamientos en esos momentos,
producto de lo que estaba apreciando.
─ ¡¿Verdad
qué es bello como el de tus bocetos?! ─ susurró Alesia al oído.
─ ¡Eh!... sí ─ dijo
tímidamente Raniel.
Alesia, sólo sonrió al ver lo compungida que estaba Raniel, al no dar
crédito a lo que veían sus ojos.
─ ¿Cómo será entonces lo otro? ─ se
preguntó Raniel en voz muy baja, casi un murmullo.
─ Hemos llegado ─ exclamó
Alesia ─ por favor, Marcus, anuncie nuestra
llegada a los señores.
─ Como usted diga, mi lady ─ respondió
éste.
Alesia, miró fríamente al hombre y éste, captó rápidamente el mensaje y se
disculpó.
─ Lo hare enseguida, señorita Alesia ─ se
apresuró a decir Marcus.
« Otra vez, llaman mi lady a Alesia ─ meditaba
Raniel para sus adentros ─ ¿por qué? Acaso,
será de una familia noble. No lo creo. Ese tipo de personas son muy fríos y
Alesia, claramente no lo es».
Mientras tanto, en el estudio de la
residencia tocan a la puerta, una doncella.
─ ¡Adelante! ─ exclamó la
voz de una mujer.
─ Mi señora ─ anunció la
doncella ─ Marcus, ha llegado.
─ Dile que entre─ respondió
la mujer.
─ Mi señora ─ anunciaba
Marcus ─ la señorita Alesia acaba de llegar
con su invitada.
─ Perfecto ─ dijo
la mujer y dirigiéndose a la doncella ─ hazlas pasar al gran salón. Una cosa más, por ningún motivo, deben
llamarnos por nuestros títulos. Sólo somos, la familia Calguiere y eso será mientras
dure la estadía de nuestra invitada, ¿queda claro a los dos?
─ Como usted diga señora ─ exclamaron
ambos.
─ Bien pueden retirarse ─ Ordenó la
mujer.
A la entrada del castillo, una descolocada
Raniel, juntaba fuerzas para no temblar y parecer una provinciana.
─ La
señora las espera en el salón mayor, señorita Alesia ─ indicó la
doncella.
─ Marcus, ocúpese del equipaje de la
señorita y llévelo a su alcoba ─ ordenó Alesia.
─ Enseguida, señorita Alesia ─ respondió
éste.
─ Bien ─ demandó
Alesia, dirigiéndose a su invitada ─ ¿entramos?
─ Después de ti, Alesia ─ acotó
Raniel.
Las puertas doradas del gran salón, se
abrieron y dejaron entrever una gran luz que invadía todo la habitación. Por
unos momentos, Raniel, quedó un poco cegada por la luminosidad, hasta que sus
ojos se acostumbraron al lugar.
Alesia, tomó la mano de su acompañante y la
instaló al medio de la habitación.
Todos los ojos de aquella habitación,
observaron curiosos a la joven que acompañaba a Alesia
─ ¡Por todos los cielos!... ¡Rowine! - exclamó Annette,
madre de Anabelle.
─ ¡Eh! ─ exclamó también Alesia, al oír a su tía y luego añadió. ─ Familia
como lo prometí, les presento a Raniel Larson.
Al salir del shock, que le causara haber visto a esa joven, Annette, pudo
reaccionar y procedió a saludar.
─ Seas bienvenida a nuestro hogar, Raniel ─ saludó Annette.
─
Gracias ─ Dijo ella.
Y en eso
sus ojos esmeraldas se posan en un cuadro que tenía enfrente. Su corazón
galopaba locamente al tener enfrente a ella un retrato de la misma
doncella que tan veces había dibujado.
En ese
preciso instante entra una joven al salón...
─ Llegas tarde Anabelle ─ reprendió su madre.
─ Disculpen la demora. Tenía asuntos urgentes que resolver ─explicó ella.
Entonces, Raniel, volteó su rostro hacia la
joven, que acaba de ingresar y sus ojos se cruzaron con unos profundos ojos
azules.
El tiempo se detuvo en ese preciso
instante. Aquella muchacha, era la rubia doncella de sus bocetos y del retrato
que pendía en el centro del salón.
Ambas mujeres, quedaron inmóviles ante la
presencia de la otra. No dejaban de contemplarse y sintieron un vuelco dentro
de sus corazones y un escalofrío las recorrió por completo. Era como un llamado,
un reconocimiento, una conexión entre ambas, que surgió con sólo verse.
Sus corazones latían desenfrenadamente. Es
como, sí el caprichoso destino y el tiempo, volviesen a reunir a dos personas,
que dejaron una historia inconclusa.
1 comentario:
Lo dicho amiga mía. Haz saber a tus visitantes donde está estos capítulos, de que fic son, porqué puede haber gente que todavía no los ha leído y se van a liar un montón.
En fin, lo del retrato... Muy fuerte jajajaja. Es una pasada lo del retrato de Raniel, tanto que Anabelle y su familia se quedan de piedra. Nunca me canso de leerlo y reirme, porqué ahora se más cosas de este misterio ^^.
Ángelus Drakul
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