mujer y ave

mujer y ave

miércoles, 19 de marzo de 2014

Antesala, un plan en marcha.


En aras del pasado, capítulo 19

Caía el agua sobre su rostro, trayendo un poco de alivio, no sabía por qué estaba ahí, sólo que prefirió seguir con todo ello para que Anette no se diera cuenta, que deseaba huir de su hogar lejos de su hija, sus defensas se estaban desplomándose una a una, su vida se estaba convirtiendo en un caos. Ella que no quería involucrarse sentimentalmente con nadie  y escapo de varios en la universidad, que   se acercaron a ella tratándola de conquistar, amigos que le eran presentados una y otra vez por sus hermanos, pero que no tenían importancia alguna para ella.



Estaba consciente que siempre habría alguien merodeando, pues sabía  bien que no pasaba desapercibida con su metro 1,78, su tez trigueña (que daba la sensación de estar siempre bronceada), su cabello negro y largo y lo que más le gustaba a muchos eran sus ojos verdes, que destacaban la hermosura de la joven, pero,   que para Raniel  que se consideraba una simple muchacha, la belleza no lo era todo, pues era más importante las cualidades  internas de cada persona, esa era la belleza que buscaba, el resto simplemente  lo encontraba absurdo y no tenía ni el tiempo  y tampoco el deseo de conocer gente snob, como ella les llamaba.

Por mucho que huyese, tendría en su camino más de uno tras ella, sean hombres o mujeres, Raniel   sabía  eso hace mucho, lo que le causaba gracia, de hecho su mejor amiga en la universidad es les y siempre le comentaba cómo sacaba suspiros de algunas en la casa de estudios y Raniel solía encogerse de hombros nadas más.
Ahora, era distinto, su corazón le estaba jugando una mala pasada y lo que en principio partió cómo curiosidad, se ha ido transformando en algo avasallador, que le está robando su paz interior y a eso debemos sumarle todo sus recuerdos y cómo está envuelta en una historia que parecía inverosímil, como sacada de una novela.

El agua seguía corriendo sobre su cuerpo, que temblaba, pero no era de frío, sino de un sentimiento que se estaba apoderando de todo su ser. Estaba perdiendo la batalla y ella amaba su libertad.

-por qué rayos no puedo alejarme de ti – se recriminaba – me siento prisionera dentro de misma por causa tuya.

Una vez que termino de ducharse fue a su dormitorio para vestirse y acompañar a las demás.

-ahora me dirás, ¿qué sucede contigo?- pregunto Alesia, que estaba esperándola un buen rato sentada en una silla.
-tenemos que hablar de eso – dijo una cansada Raniel-
-sabes que sí – respondió Alesia – quiero disculparme, por obligarte a hacer algo que no deseabas.
- ya no tiene importancia.
-pero influyo en ti y en cómo has estado estos días, debe  verdad Raniel, lo siento.
- está bien, acepto tus disculpas.
-dime, es muy doloroso para ti, todos esos recuerdos- inquirió la joven.
-cuando niña sí, había noches enteras que mamá se desvelaba por causa de mi fiebre e intento de todo, pase por una serie de médicos y siempre era lo mismo, hasta que nos enviaron a un sicólogo y le sugirió una vez que escucho nuestra historia, que probásemos con la hipnosis y ahí encontré o mejor dicho mamá tuvo respuestas  a lo que me sucedía, dijo que pasaría por una serie de etapas y cada vez que los recuerdos afloraran podría equilibrarse un poco mi vida- comentó una cansada Raniel.
-entiendo, por eso tu insistencia en no ir al médico.
-así es, estaba demás- señalo ésta.
-bien,  pero ahora Raniel, debes olvidarte de todo lo sucedido, ya tendremos tiempo para conversar, eso si tú estás dispuesta a ello – recalco Alesía.
-sabes, desde que te vi, supe que me llevaría muy bien contigo, eres muy agradable y me resulta muy fácil platicar contigo, no debo estar a la defensiva como con otras personas – manifestó Raniel.
- gracias por tus palabras, me sucede lo mismo contigo, eres especial lo sabías, te ganas el corazón de la personas con tu sencillez, lo espontánea y divertida que eres, aunque a veces eres una tozuda.- dijo riéndose Alesia.
- no cambias – señalo Raniel- siempre te las arreglas para hacerme reír.
-de eso se trata dulzura – dijo ella – de hacer relucir tu encanto y que por cierto te hace ver más hermosa de lo que ya eres.
-ey…me estás halagando o es mi idea – pregunto inquisitiva la muchacha.
-puede ser.
-O es una táctica para que vaya contigo sin oposición alguna –miro muy escéptica a la otra joven.
-puffffffff, válgame el cielo, siempre tan desconfiada, ¿cuándo será el día que no lo hagas?
-contigo nunca – rio Raniel.
- ya es suficiente, ahora vístete- ordeno Alesia.
-¡contigo aquí!,  no pretenderás que lo haga delante de tuyo o me equivoco.
-yo no me moveré de aquí, además somos dos mujeres, no hay nada que temer y de que avergonzarse – dijo esta y fue en busca de una bolsas que había traído desde su habitación, mientras la joven se duchaba – toma esto es para ti  y antes de que empieces, no aceptaré un no como respuesta, está pensado en ti y punto. (Y volvió a sentarse)

A la joven no le quedo de otra, así que sólo suspiró, ya que no podía ganarle a Alesia de ninguna forma. Reviso el contenido y miro fijamente a la otra muchacha.

-estás loca, no puedo aceptar esto, además he traído mi propia vestimenta por si no te has dado cuenta y si hubiese querido algo, yo misma lo compro, no me gusta que la gente me regale cosas que no he pedido – reprocho Raniel.
-aquí vamos de nuevo, deja ya de portarte como una necia, nadie quiere ofenderte por que te obsequie algún presente, además no he sido yo quién lo envió, sino Katherine escogió todo esto para ti de su propia tienda, a pesar de que le advertí que chillarías como un cerdito por eso – gruño Alesia.
-pero…
-pero nada, acepta de una buena vez, que las personas se encariñan contigo y manifiestan de algún modo ese sentimiento a través de un presente, no hay nada malo en ello – señalo Alesia y se dirigió directamente donde estaba  Raniel- ahora vamos a probarte todo, de lo contrario no saldremos a tiempo.
-no seas tonta, puedo vestirme sola…
-olvídalo, ya te dije…
Tras algunos gruñidos de Raniel, la joven Alesia logro dejarla tal como quería, solo faltaba maquillarla y estaría lista.
-perfecto…ya estás  - dijo Alesia – ummm, realmente estás hermosa, no me extrañaría que consigas un ejército esta noche tras de ti.

La joven se miro al espejo y realmente el atuendo que le trajo Alesia, lucía estupendo en ella.

-bien, ahora es mi turno, usare tu baño, he traído mis cosas porque sabía de ante mano que no tendría tiempo suficiente contigo. Ahora si quieres puedes acompañarme y tomamos una ducha junta- Dijo pícara Alesia.
-ya querrías tú.
- no sabes lo que te pierdes.
-púdrete –dijo risueña Raniel.
-que mala, ya me desquitaré – amenazo Alesia.

Después de un buen rato las hermanas Calguiere se reúnen en el salón junto a sus padres y hermano Charles.

-vaya están preciosas mi adoradas niñas – dijo James.
-te gusta padre – dijo Francis, quién lucía una falda y top verde, que resaltaban sus las piernas y delineando más su silueta.
-simplemente si fuera más joven me estaría comprometiendo contigo – dijo un entusiasta James – y ustedes dos, están muy guapas esta noche, refiriéndose Claudine, quien  traía  un traje de dos piezas café con un corte muy juvenil y por otro lado estaba Anabelle, quién lucia un pantalón blanco con zapatos de la misma tonalidad y un suéter acanalado en una tonalidad azul y una ruana del mismo color.
- cielos hijas, realmente conquistarán corazones hoy – dijo sonriente Anette.
-gracias madre – respondió Claudine – hace muchos que no salíamos las tres juntas.-
Será toda una aventura – señalo Francis muy pícara – por cierto, Raniel y Alesia, dónde están.
-aún no bajan – dijo Anette – pero deben estar por hacerlo.
-ojalá que pudiese acompañar a Raniel – dijo Charles- son muy egoístas ustedes.
-no es para tanto charles – acoto Francis- cambia esa cara, pues podrás verla antes de que nos vayamos.
Anabelle, miro a su hermano  - la verdad está interesado en ella, pero no permitiré que nadie me la quite, aunque seas tu hermano.- se dijo a sí misma.

En eso entre el mayordomo…

-mi señora, la señorita Katherine acaba de llegar- señalo él.
-hazla pasar – dijo Anette-  y avísale a Alesia que todas las esperan.
-como usted diga señora.
A los minutos…
-buenas tardes – dijo Katherine- es un agrado verles de nuevo.
-buenas noches querida  - dijo Anette – para nosotros también lo es.
-están listas chicas – pregunto Kat.
- no aún no – respondió Claudine- Faltan Alesia y Raniel.
-les propongo que vayamos a esperarlas al recibidor, de lo contrario perderán más tiempo y el viaje es un poco largo- señalo Anette.
-por cierto – agrego Kat- no regresaremos Anette, nos quedaremos en el departamento.
- lo suponía – dijo ésta riendo – las fiestas de hoy en día nunca acaban temprano.

Al llegar al lugar, justo bajaban las escaleras Alesia y Raniel, cuando los demás las vieron quedaron atónitos  con la belleza de ambas.

Alesia, lucía un ajustado vestido purpura, que la hacía ver muy sexy, su pelo estaba tomado en su totalidad y caían unos pequeños rizos por su cara. En cuanto a Raniel, vestía un pantalón negro con botas del mismo color y una blusa negra de manga  ¾  con encajes ceñida a su figura y su cabello recogido con un  hermoso prendedor.

-vaya, ustedes dos realmente nos han quitado el aliento – dijo James.
-gracias tío- y giro para tomar de la mano a Raniel – pero está niña robara más de un corazón esta noche, tenlo por seguro.

En eso no se equivocaba Alesia, ya que Anabelle estaba impactada con lo bella  que lucía Raniel y sentía que se derretía con solo verla, también sus hermanos estaban en shock,  Francis y Charles, que sólo atinó a sacar un rosa que estaba en un jarrón para obsequiársela.

- toma, una rosa que palidece con tu hermosura- Dijo éste muy galante.

Raniel le miro y agradeció con una sonrisa, pero sus ojos al instante buscaron los de Anabelle y se toparon con los azules clavados en ella y un destello brillo en ellos y la joven se sonrojó al ver ese deseo presente en ellos.

Alesia , percibió todo y se sonría, había logrado su cometido,  esas dos ya estaban enganchadas, ahora faltaba el otro paso….

-nos vamos- dijo Kat a Alesia- de lo contrario se nos hará tarde.
-tienes razón.
- bueno me despido, Anette,  James, Charles, un placer verlos. Se despidió Kat.
-que disfruten esta velada queridas, nos vemos – dijo Anette.

Así las seis chicas subieron a bordo de un elegante automóvil  pthanthom… Alesia se fue junto a kat, quien conducía, Francis y Claudine se sentaron en la parte de atrás del coche  y en la parte de en medio estaban Anabelle y Raniel, claro que esto también fue planeado por Alesia, quien dejo solas a ambas chicas… después de un buen rato de conversación….Alesia, coloco música para relajarlas un poco.

Ya estaba casi oscuro en su totalidad y las hermanas menores conversaban entre sí, Alesia y kat , estaban pendientes del camino….Entonces una mano rozo la de Raniel, está le quedo viendo fijamente un rato y entrelazo su mano con la de ella…no hacía falta las palabras…un gesto decía tanto para ambas chicas…dos corazones que comenzaban a latir al unísono.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Una verdad del pasado

  Capítulo 24, atada por un testamento. —Amor — murmuró quedamente sopesando cada letra de esa palabra. Mientras que a la distancia era ...