mujer y ave

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jueves, 27 de marzo de 2014

Aprendiendo aceptar la vida en pareja, Parte II.


En aras del pasado, capítulo 24.

Raniel, ya no se  pudo contenerse más y su rostro denotaba enojo y frunció el ceño aún más.

─Para tu información no busque enamorarme de ti, es más trate de alejarme por todos los medios posible ─ mencionó Raniel ─  pues estaba consciente que tú estabas con otra persona y que por lo demás a mí no me interesaba involucrarme con nadie. De hecho siempre he evitado relacionarme afectivamente con personas que buscaban algún tipo de relación sentimental  terminó por escupir cada palabra con ira.



-─ ¡Entonces!, ¿Por qué aceptaste ser mi prometida? Sino deseabas nada – reprochó molesta Anabelle ─ No me habría hecho ilusiones contigo.  Por lo que veo;  no tienes interés alguno de permitirle la entrada a nadie en tu vida. Yo no estoy acostumbrada a ser tratada  de esta manera, menos por la persona que es más  importante para mí. No lo merezco. Esto es muy distinto a….
─ ¿A tu relación anterior? Terminó la frase con rabia Raniel ─ Pues por mí puedes volver con él. Es más no has terminado, así has de cuenta que no ha pasado nada entre nosotras y que fue sólo una pequeña  aventura. Una simple diversión nada más, no quedará  manchado tu honor y nada por el estilo. Nadie sabrá lo que paso entre nosotras.

Anabelle, ya no pudo más y dejo caer su mano sobre el rostro de Raniel, era demasiado su humillación. Jamás nadie le había tratado así, de haber sabido que esto sucedería tampoco se hubiera involucrado con ella.

No obstante a ello, ¿Quién puede mandar sobre el corazón?, ya era tarde para eso;  le amaba completamente, pero esto era doloroso. No le daría chance alguna de abrirle su corazón. Ahora temía que se fuese lo más pronto posible y no podría evitarlo;  ya dudaba si quería evitarlo, porque Raniel no quería asumir su situación actual y si había reaccionado así con algo simple, ¿Cómo sería, si se enteraba de todo lo que estaba haciendo para que se quedase a su lado?

 Esto se estaba volviendo un infierno y apenas llevaban una semana como novias, ¿Qué le depararía más adelante? No quería ni imaginárselo.

Raniel, quedo estupefacta al sentir sobre su rostro la cachetada que Anabelle le propino y al volver su rostro hacia ella, sus ojos esmeraldas ardían de rabia  y mascullo para sus adentros una maldición para sí misma.

Desde otra parte y un poco más alejadas estaban Alesia y Kat, estaban visiblemente preocupadas por no comprender que había sucedido con Raniel y sugirieron a Anabelle que le siguiese por medio de señas y vieron ante sus ojos como la pareja estaba discutiendo más y más hasta que Anabelle abofeteó a Raniel. Quedaron pasmadas y fueron enseguida a intervenir antes que la cosa se pusiera más color de hormiga.

-te dije que cuándo esas dos se enfrentan sacan chispas – señalo Alesia- pero esto fue muy lejos.
-la verdad, no puedo creerlo llevan tan poco tiempo como novias y ya llegaron a perder la paciencia- puntualizo Kat. – estaban súper bien hasta hace poco.
-qué quieres apostar que Anabelle le obsequio algo y Raniel termino enfureciéndose por la forma que la vimos salir de la tienda- señalo Alesia.
-ahora que lo dices-acoto Kat- Raniel ya no tenía buen semblante cuándo estábamos en el restaurante y es más creo que fue ahí que cambio.
-así es, yo también me percate de ello – dijo abrumada Alesia- esta niña es muy orgullosa, nosotras lo comprobamos cuándo estuvimos allá de vacaciones, pero para mi prima es nuevo y por lo que acabo de ver no será nada fácil de asumir.

Las chicas llegaron justo a tiempo, porque Raniel iba a despachar de una buena vez a Anabelle y regresaría  a su país de dónde nunca debió salir.

-chicas – dijo Kat- paren por favor, ambas están dando un espectáculo que no es digno de ninguna de las dos.

Raniel, enfureció más, lo que menos le importaba ahora eran lo que pensasen o dijesen los demás, quería acabar con toda esta estupidez, la tenían  harta las apariencias, era lo único que les preocupaba.

-váyanse a la punta del cerro – se dijo Raniel y tomo el bolso y se lo entrego a Anabelle.
-toma, no voy a aceptar ninguna de tus cosas, haz lo que quieras con ellas- dijo rabiosa y saco la suma de dinero y se la deposito en las manos de ésta y se mando a cambiar.
─ ¡Espera Raniel! – La detuvo del brazo Alesia ─ Creo que te has excedido.
─ ¡Suéltame Alesia!  bramó Raniel indignada ─ Son ustedes las que se excedieron. En no preguntarme  antes de decidir por mí.

La muchacha salió del centro comercial, dominada por la rabia y la decepción que le ocasiono no  poder expresar sus sentimientos, había prometido dar lo mejor y que no le molestaba la posesividad de su novia y eso era verdad, pero ésta sólo la exhibía cuándo alguien estaba cerca suyo,  como en el caso  la camarera. Ella noto la actitud de Anabelle y no le gusto, no era un trofeo y más tarde paso a ser la princesa de hielo, lo que hirió a su corazón, pues ella quería vivir esta experiencia del amor  en toda su plenitud y no comprendía bien, que tuviese que contenerse por que las mirasen o no, cuál era el crimen que estaban cometiendo.

Anabelle quedo totalmente abatida, pues daba por sentado que este era el fin de su brevísima relación con la joven, pudo sentir la rabia consumir la mirada de Raniel y sintió pavor. Tal vez no debió agredirla de esa manera, pero actuó por instinto de querer defenderse y detener a la joven para que cesase con todas esas palabras hirientes que salían de ella. Cómo no se daba cuenta que la lastimaba como nadie en esta vida, que por ella hubiese puesto el cielo a sus pies. Cómo le dolía su corazón estaba llorando por dentro, conocía la felicidad en su plenitud y ésta le era arrebatada por la misma persona que amaba…dolía tanto…un nudo atravesaba su garganta…hasta que de sus ojos se desprendieron las lágrimas que expresaban todo su dolor.

Su prima sólo le abrazo y trato de serenar su espíritu, mientras que kat fue en busca de Raniel, aunque mantenía un poco la distancia de la joven, para que ésta pudiese calmarse lo más pronto y así poder solucionar las cosas entre ellas.

Horas más tarde…

-¿estás mejor ahora?- pregunto Alesia.
-sí, ya estoy más tranquila- repuso Anabelle.
-¿qué sucedió?- pregunto Alesia.
-lo de siempre.
- no me digas que eso, (indicando los paquetes), fue la causa de la ira de Raniel.
-así es- afirmo ella.
-pero esta niña es terrible – enfatizo Alesia-  no puede reaccionar de esta manera
-creo que se acabo Alesia- dijo triste Anabelle- no está  dispuesta  a ser mi novia, no me permite que pueda acercarme a ella, no me deja formar parte de su vida.
-de verdad, vas a dar por terminado todo esto- exclamo Alesia.
- qué más puedo hacer- repuso ella- si la hubieses escuchado, es como sí la hubiese obligado a ser mi novia, cuando ella también dijo que me amaba, qué clase  de amor es ese, no logro comprender, tú sabes que me enamore de ella y que he  tratado de todas las formas para que me acepte y consiga su corazón, pero no ha valido la pena, no está dispuesta a entregarlo, no sé  qué  razones tenga, pero esto me duele a más no poder.
-te creo- señalo Alesia- es muy extraño su comportamiento, hasta hace poco me preguntaba sí te amaba, porque  me dio  la impresión de qué algo le aterra. Ella esconde algo, no sé qué es, pero le hace daño también.
- y por qué no me lo dice- señalo Anabelle-  por qué no confía en mí, no la voy a lastimar y tampoco  jugar con sus sentimientos, es mi gran amor y daría todo lo que poseo porque ella correspondiese a mi amor.
-entonces, no te apresures en dar por terminada tu relación antes de empezar. Sabes muy bien que la vida en pareja no es fácil y tampoco esplendorosa, tiene muchos sin sabores, pero la mayor parte del tiempo trae gran dicha y vas creciendo en la medida que tú también puedas complementarte con ella, es muy joven y eso te juega en contra, además tú  eres su primera relación, no tiene nada de experiencia en comparación contigo- digo Alesia. Sácale partido a tu experiencia y no cometas el error de compararla con Robert o despertaras en ella un resentimiento que no tiene por que experimentar.
-creo que es un poco tarde para eso- confeso Anabelle- sin quererlo lo hice aunque trate de no terminar la frase, pero intuyo que era a él a quién me refería y empeoro todo.
-cielos Anabelle, qué sucede contigo a veces – exclamo Alesia - ¿dónde quedo tu sensatez?, esa que siempre te caracterizo, parece mentira que desde que ella llego, la hayas perdido y en especial tu paz interior, como para haberla abofeteado.
-sí tú supieras- dijo apenada Anabelle.
-oye, no insinúes nada, me doy cuenta que tiene que haberte dicho algo muy hiriente para que hayas reaccionado así, pero aún así, no debiste agredirla de esa manera, aunque raye en lo antipática, tú le llevas ventaja, experiencia y años, por lo que deberías poder contenerte más- concluyo Alesia.
-tiene el poder de enloquecerme y sacarme de mis casillas- expuso en su defensa.
- ni que lo digas, sino están en la cama haciendo el amor, se hacen la guerra, son insoportables las dos- dijo bromeando Alesia.
-oye, qué te pasa – reprocho Anabelle – es un comentario bastante bajo de tu parte y grosero por lo demás.
-jajajaja- sí tú lo dices, pues es lo que yo veo – finalizo Alesia.

Tiempo más tarde, en el parque…la joven estaba absorta en sus pensamientos, había desahogado toda su rabia por medio de las lágrimas, estaba más calmada pero decepcionada, le daba igual si debía partir hoy mismo o no, sólo quería alejarse, había tenido suficiente del amor, estaba claro que no estaba hecha para ello. Por otro lado, su inseguridad siempre estuvo acompañada de  sus recuerdos, ver a esa mujer tantos años sufriendo por amor, dejaron un sentimiento extraño en Raniel, no quería terminar así.

Ella es una mujer joven, también deseaba formar una familia, tener hijos, como todos los demás, pero tenía tiempo aún para ello, por lo que sus estudios eran primera prioridad, jamás se vio eso sí en compañía de un hombre, tal vez influenciada por sus sueños, le era más atractiva el amor de que veía en esas dos mujeres, que las relaciones típicas que tenían sus amigos y compañeros, que rayaban en los celos y las infidelidades.

En el centro comercial, Alesia,  sacó su celular y marcó…

¿Dónde están? – pregunto ella.
─ En el parque  respondió Kat no he querido acercarme.
¿Cómo está?
─Un poco más calmada  señaló Kat ─ Sabes, me conmovió el verla llorar con tanta desesperación y dolor. Nunca he visto a una persona tan vulnerable, tal vez cometimos un error en no tomar en cuenta su opinión. Por lo que no quise acercarme para no lastimarla más.
─ ¡Entiendo! – Dijo Alesia  vamos para allá. No dejes que se vaya.
─ Está bien ─ respondió Kat y cortó la llamada.
Anabelle había escuchado y sintió un dolor en su corazón que el traspasaba todo su ser.
─ Bien. Vamos a buscarla  dijo Alesia  deben hablar y buscar el modo de darse a entender y  qué es lo que quiere cada una de la otra.
─ Vamos ─ contestó Anabelle, un poco nerviosa de de ver la reacción de Raniel otra vez.

Mientras en el parque…

-necesito alejarme- se dijo para sus adentros- voy a rentar un apartamento hasta que consiga pasaje de retorno, debo buscar la forma de qué pueda ir por mis cosas sin que esté la familia presente, pero esta noche no lo hare, necesito estar tranquila.

Sumida en sus pensamientos y buscando la manera de organizarse para ver el asunto de  su alojamiento, no se había percatado de qué su celular estaba llamando, ya que le había tomados varios días solicitar a una compañía servicio para operar en Inglaterra. Cuándo se percato, le saco de su pequeño bolso  trato de  ver el número, no podía reconocerlo del todo…

-diga.
-Raniel-
-con quién hablo
-oye tu monstruito, ya te olvidaste de mí…

Había una sola persona que la llamaba así

-SARA- exclamo sorprendida Raniel
-quien más pues mensa…
- qué alegría- dijo,  aunque su voz no denotaba lo de sus palabras….
¿Estás bien? preguntó ésta.
¡Em!...sí contestó Raniel con ciertas dudas.
A mí no m engañas, algo te sucede indagó Sara.
¡Veras!…señaló Raniel y fue  así que explicó en resumen lo que estaba sucediendo con su vida.
Tú no tienes remedio reprochó Sara.
Sabes muy bien que no me gustan ese tipo de cosas. Se quejó la joven Larson - Yo tengo el derecho a decir y demostrarme a mi misma que puedo alcanzar las cosas que me propongo, ¿Por qué les están difícil de entender para todos? No soy orgullosa, solo me gusta valerme por mi misma, ¿qué hay de malo en ello?
─ No hay nada de malo en ello. Pero,  sabes que debes dar también de ti para que los demás te puedan conocer y respetar tus creencias y valores. ─ concluyó Sara ─ Es la única forma de avanzar en todo tipo de relación.
-lo sé, sólo que perdí la razón…
-le amas…
-sí…pero ya no importa…somos de mundos diferentes…no pertenezco aquí…estando allá podre olvidarla…
-siempre huyes… cuándo dejarás de hacerlo…no te hubiese gustado quedarte a su lado…formar un hogar como todo el resto…
-la verdad…sí…lo pensé mucho… y llegue a la conclusión de quedarme….de hecho te iba a llamar para congelar por un semestre…
-entonces por qué no arreglas las cosas con ella…
-para qué…no tiene caso…no sirvo…el amor no es lo mío…simplemente no funciono….
-eres una idiota lo sabías…te niegas a ser feliz…acaso no valoras su amor, por lo visto…piensa en dejar a su prometido…no es suficiente para ti…muestra de amor.
- de eso no estoy tan segura…no creo que él le permita dejarlo…son personas de una familia de empresarios…tú bien sabes que ellos no renuncian a su mundo…y que se buscan entre sí…tarde o temprano terminaría dándome excusas tras excusas…no lo podría soportar…la vida es así y punto y tengo que aceptarlo…
-eres una necia…estuviera ahí te estrangularía y lo sabes… en qué diantres estás pensando…tirar por la borda tu primer a amor…
-gracias por lo de necia…no sabía que tu apoyo era tal… y por cierto por qué llamabas Sara
-así, con tanta platica lo había olvidado….las clases se adelantaran este semestre…para….
-ya veo…entonces deberé apresurar mi retorno…le veré mañana mismo…
-y dónde te quedarás hoy…no me digas qué…ni se te ocurra…
-no tonta…buscare un hotel dónde hospedarme esta noche….y el resto que me quede hasta que mi pasaje esté listo…creo me tomara unos días…
-tienes dinero suficiente para ello…
-lo suficiente como para diez días en un hotel… y si fuese más girare de mis ahorros…
-y hablando de dinero…qué harás con lo que ellos ofrecieron…supongo, como te conozco….no lo usaste…
-No. Ese dinero está depositando en una cuenta bancaría…. Mi jefe me apoyo en todo…cuando regrese hare la trasferencia de fondo a la familia Calguiere…no lo hice antes por qué no deseo que se ofendan… y así evitaré que me obliguen aceptarlo…tú me entiendes mejor que nadie…
─ ¡Sip!, mucho diría yo. ¿De verdad la dejaras? Dale otra oportunidad… ─ aconsejó Sara.
- lo siento… no puedo…es mejor dejar las cosas hasta aquí…verás que en un tiempo más estará casada y con familia…al igual que la joven de mis bocetos…es inevitable…el destino es así…vaya ironía…amar y perder…quién lo hubiera dicho…no debí venir a este lugar….
-mucha la verdad…
-bueno ahora debo despedirme…debo comenzar a buscar a alojamiento…y mañana veré lo que hago…
-por favor cuídate,  sabes que te quiero…
-si mensa… yo también te quiero mucho Sara, nos vemos luego en casa…

 Raniel tomó su celular y cortó…miro el cielo cubrirse de estrellas anunciando ya el anochecer y suspiro resignada, esta era su peor derrota y calaba sus huesos y tenía roto su corazón y sin más giro sobre sus talones para tomar rumbo a un hotel, cuando sus ojos se abrieron profundamente…quedo clavada al piso…no podía…reaccionar…ahí estaba Anabelle junto a Kat y Alesia.

No las sintió llegar…¿qué era eso?… ¿la siguieron?…bueno  la verdad daba igual…¿desde cuándo que estaban detrás suyo?…tampoco importaba…ya que tenía decidido ya sus cosas…su presencia ahí le daba igual…por lo menos eso pensaba Raniel.

Las tres habían escuchado toda la conversación, ya que habían llegado a su lado justo cuando sonaba el móvil, estaban atónitas con las palabras de Raniel y se dieron cuenta del recelo que ella les tenía, ninguna comprendía la actitud de la joven, el de no aceptar absolutamente nada de ellos y qué motivos tenía para hacerlo.

-Raniel – dijo Alesia muy seria- jamás pensamos en dañarte, aunque te lo repitiera mil veces tú no lo entenderías verdad, sólo sacaste las conclusiones que tú encontraste más apropiadas para ti, sin siquiera darnos la oportunidad de poder entender tu sentir, no es justo te creía más racional.
-no deseo tener una discusión contigo ahora Alesia- señalo Raniel- estoy cansada ya de ello.
 de mi parte no la vas a tener- replico Alesia- pero déjame decirte que eres una cobarde que al menor inconveniente huye, de verdad te desconozco.
─ ¿Terminaste? repuso molesta Raniel
─ Sí – sentenció Alesia
 Bien porque ya debo irme. Con su permiso ─ expuso   Raniel y comenzó a enfilar por la acera, hasta que una voz la detuvo en seco.
Raniel, tú te vienes conmigo – señaló Anabelle – eres mi prometida y no permitiré que te quedes en ningún hotel, si quieres que las cosas terminen entre nosotras lo haremos en privado, no sin antes hablar tu y yo.

Dicho esto la tomo de la mano, tan fuerte fue su agarre que Raniel no pudo zafarse y no le dio tiempo a nada ya que su caminar era muy rápido, hasta que en pocos segundo ya estaba sentada junto a Anabelle, quién estaba muy sombría y pensativa.

Una vez que Kat detuvo el coche en el departamento de Alesia, abrió la puerta y jalo de Raniel tan fuerte que casi cae en sus brazos y al ve r sus ojos más frío que un tempano, solo bajo la mirada, Anabelle se despidió de las demás y arrastro a Raniel al departamento.

Una vez dentro de éste. Se aseguro de cerrar con llave y así evitar que ella pudiese escapar. Se quitó su chaqueta y sacó del bar un vaso y una botella de whisky se sirvió casi en su totalidad dicho vaso, se fue junto a la venta y observó el horizonte.

Raniel, por su parte estaba sentada en uno de los sofás; un poco incómoda; ya que nunca la había visto tan molesta como hoy  y ahora tan fría. No sentía a gusto en aquel apartamento, pero debía  escucharla.

- ¿En  verdad te vas a ir?  preguntó Anabelle sin voltear a verla.
─ Sí – dijo cansada Raniel.
─ ¡Ya veo!
─ No tendría caso seguir aquí – respondió Raniel.
─ ¿Dime por qué? ─ inquirió Anabelle.
- creo que lo que sucedió esta tarde fue bastante obvio
- y por eso te vas así como nada- señalo Anabelle
-sólo llevamos una semana como novias y mira como terminamos – acoto Raniel.
- es lógico, apenas estamos conociéndonos y es predecible que haya malos entendidos  entre una pareja, para eso son también los errores, para aprender de ellos y reforzar  y afianzar una relación – menciono Anabelle.
-te parece bien todo eso, somos unas desconocidas una para la otra, qué más podías pedir – argumento Raniel.
- que me dieras la oportunidad de llegar a ti, de conocerte, de poder conquistar tu corazón y entregarte todo el amor que tengo para ti- replico Anabelle.
- pero tú sabes que debo partir
- sí, pero también te oí decir que estabas pensando quedarte conmigo y tenías planeado hablar con tu amiga para que ella te ayudase o me equivoco- pregunto Anabelle.
-sí, es verdad tenía pensado quedarme un tiempo- dijo Raniel
- ¿por qué no confías en mí, en mis sentimientos  y en la palabra que te di?
-tú sabes bien que no vas a terminar con él.
- no hables por mí- reprocho Anabelle- si no te has dado el tiempo para conocerme y para creer en mis palabras, además aseguras algo que tú no sabes, no puedes hablar por los demás, acaso estás dentro mi corazón y sientes lo que hay ahí. Respóndeme.
-no
-por qué lo haces entonces –pregunto Anabelle- ¿a qué le temes?, qué motivos te he dado yo para que desconfíes así.
-no me has dado motivo- respondió Raniel
- ¿entonces? – pregunto Anabelle
-entonces qué – acoto Raniel
- a qué le temes, por qué no me dejas amarte.
- no lo entenderías- repuso Raniel
- si no me das la oportunidad de hacerlo o al menos me explicases, cómo  podría entender tus razones, no te parece- adujo Anabelle.
─… ─ silencio nada más.
-dime algo- peguntó Anabelle
─ ¿Qué cosa? ─ instó Raniel.
¿Me amas? – inquirió Anabelle.
-si- dijo tímidamente Raniel

Anabelle,  volteó su rostro hacia la joven y lo escudriñó lentamente…

-quieres dejarme en verdad- volvió a preguntar  Anabelle
Raniel tragó en seco, estaba entre la espada y la pared una vez más, pero debía ser sincera por más que le asustase, no mentía, no era su estilo
─ Una parte de mí se quiere ir lejos – señaló Raniel – pero la otra mitad quiere quedarse a tu lado.

Anabelle le miro, ya tenía la respuesta que deseaba y dejo de lado su trago y lo deposito sobre un aparador y se sentó junto a Raniel, tomo su rostro y busco sus labios y comenzó a besarla lentamente y e hizo que Raniel respondiese a sus caricias, cómo añoraba ese paladar ese contacto, la suavidad de su boca y juguetear con su lengua en una guerra de seducción.

El beso se prolongo una eternidad y sólo se desprendieron de los labios de Raniel para tomar un poco de aire, acaricio sus mejillas y junto su frente de con la de la joven  y le susurro

-no me dejes, yo te amo en verdad…Raniel levanto sus ojos al sentir sobre sus mejillas correr algo húmedo y entonces vio el rostro de Anabelle bañado en lágrimas y quedo aturdida.
-perdóname Anabelle, no deseaba lastimarte de esta manera- repuso Raniel- realmente soy una estúpida.
- no lo eres- acoto Anabelle, acariciando su rostro – solo tienes miedo, eso es todo.

Raniel, tomo el rostro de Anabelle y fue secándolo con sus labios y luego besos esos hermosos ojos azules que tanto amaba y tomo la mano de Anabelle y la condujo hasta su corazón y le susurro.

-siente cómo late aprisa  – dijo Raniel – es por ti, nunca nadie logro lo que tú has hecho, de verdad me asusta un poco llevar una relación y por ello mi egoísmo en el celo de mi libertad, no será fácil lidiar conmigo Anabelle, estás segura qué es esto lo que quieres en tu vida.
-muy segura, ya has dado un gran paso al darme tus razones y también tu sentir- asevero Anabelle- por eso es que te amo por tu sencillez y honestidad, son las cualidades que más me seducen de ti.
- ¿de verdad? – pregunto Raniel
- déjame amarte – rogo Anabelle- quiero hacerte feliz, puedo hacerlo, déjate llevar por mi amor, no  jugare con tus sentimientos, deseo que tú me ames y me dejes que te muestre quién soy en verdad… tomando la mano de Raniel también la llevo hasta su corazón…siéntelo, está así por ti, tómalo es  tuyo Raniel, te pertenece solo a ti.
-Anabelle- gimió Raniel- perdóname amor, por todas mis palabras, sé que te lastimaron, no puedo cambiar mi error, pero me disculpo de todo corazón.
- ya amor, ya  todo paso- señalo Anabelle – además también debo disculparme por haberte abofeteado, no debí perder la cordura.
- sabes, aunque me enojo, me la merecía por herirte de esa manera- confeso Raniel-
-prometamos nos que no permitiremos llegar a esos extremos nuevamente- suplico Anabelle- que le vamos a buscar el modo de poder limar  nuestras diferencias al poder escucharnos y decirnos que es lo que deseamos una de la otra.
Raniel, esbozo una sonrisa que sólo conseguía derretir el corazón de Anabelle.
-te prometo que haré ese esfuerzo por las dos- señalo Raniel-.
-te quedarás a mi lado – inquirió Anabelle
- creo que acabo de responder a eso hace unos minutos
- dímelo- suplico Anabelle.
-me quedare a tu lado amor, pero debo arreglar las cosas antes con mis estudios y en mi trabajo- respondió Raniel- además deberé hablar con mis padres
─ Amor por favor déjame ayudarte con ello, es importante para mí hacerlo. ─ imploró Anabelle ─ Quiero que hagamos esto juntas como la pareja que somos. Déjame participar de tus cosas.
Raniel,  le miró por unos segundos. Si quería aprender a aceptar una vida en pareja, debía integrarla a ella en sus planes.
─ Está bien amor afirmó la joven ─. Vamos a hacerlo juntas.
─ Gracias mi tesoro  repuso Anabelle ─. Ahora ven conmigo, necesito demostrarte todo mi amor.
Tomándola  de la mano fueron juntas al dormitorio, las palabras dieron paso a las caricias, el amor y deseo se instalaron en aquella habitación.
Horas…más tarde…

Anabelle descansaba junto a Raniel, apoyada en su brazo contemplaba el cuerpo desnudo de su prometida y no dejaba de acariciarlo…

¿Quién es Sara? preguntó de improviso Anabelle.
─ Mi mejor amiga y compañera –dijo Raniel ¿por qué?
─ Me pareció demasiada cercana para mi gusto. ─ mencionó la Duquesa.
-Jajaja. No me digas que estás celosa – exclamó Raniel.
 Tú tienes la culpa  respondió Anabelle Recuerda que te quiero sólo para mí.


Y buscó sus labios para tomar posesión  de lo que ahora le había sido entregado por voluntad propia. Así la pareja comenzaba el camino de una vida en pareja, resuelto un gran bache en el camino.

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