mujer y ave

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martes, 11 de marzo de 2014

Caminos entrelazados.


La bruma se dejaba sentir en todo el castillo, un profundo olor a humedad y nostalgia era lo que reinaba en todo el lugar.
Así también se sentía mi alma, húmeda y nostálgica de tanto recordar tu nombre y percatarme de lo tonta que fui al no darme cuenta de que siempre fuiste tú, mi gran amor.

Ahora, ya no tengo de qué lamentarme, ya es muy tarde para mí. Aunque quisiese retroceder el tiempo, no lo conseguiría, ni el ponerme de rodillas y suplicar a los cielos que vuelvas junto a mí, porque soy la causante de tu sufrimiento y no conseguiré cambiar tu pesar.

No sabes cuanto lo lamento vida mía, ya no puedo hacer nada para remediarlo, aunque vendiese mi alma, nada conseguiría.


Flash back
Tierras del norte de Inglaterra, en medio del frondoso bosque y a orillas del río.
Una pareja de jóvenes, charlaban a la medida que daban de beber a sus caballos.
─ ¿Estás muy segura de lo qué vas hacer? ─preguntó una hermosa doncella de tez canela, cuyos ojos miel, brillaban conteniendo las emociones que desean ocultar a los ojos de la otra.
─ Claro que sí, yo jamás lo perdonaré ─ respondió tajante, una muchacha de piel blanca como la nieve, ojos verdes y de cabellera dorada ceniza. ─ nunca le podre perdonar.
─No digas eso, eras sólo una niña cuando todo eso sucedió ─ rebatió la otra joven.
─ Una niña que nunca debió ser apartada de mi familia por Kashir ─replicó la rubia doncella ─ ¿acaso no sabes lo que sufrieron mis padres?
─ No fueron los únicos que sufrieron ─objeto la joven de piel canela, bajando sus ojos miel al suelo.
─ Kashir, me raptó de mi hogar y todo porque sus costumbres barbaras así lo aprueban ─dijo con enfado la muchacha.
─En eso tienes razón ─ consintió la joven ─pero en estos tres años, tú te enamoraste de él.
─ Anaí, eso es lo que él deseaba desde un principio ─confrontó la joven ─ todo para que formará parte de su harem y una más de sus esposas.
─Alysa... ─murmuró, la joven de piel canela, llamada Anaí. ─ no te tortures más.
─¿Torturarme?─ preguntó Alysa y llevando su mano a la altura de su pecho, añadió ─ ¿crees que con eso consigo arrancármelo de aquí?
─Por favor, no sigas ─susurró Anaí, muy afectada. ─sólo consigues ponerme más triste.
Aquellas palabras, provocarón conmover a la joven de cabellos rubios, que se apresuró en abrazarla y acariciar sus cabellos rizados y besarlos.
─Te ruego me disculpes, Anaí ─ repuso Alysa ─sé lo mucho que te preocupas por mí, desde que eramos unas niñas.
─Sabes muy bien, que siempre te he querido ─ señaló Anaí, con un nudo en la garganta.
─ También te quiero mucho, mi fiel amiga ─acotó Alysa.

Los ojos miel de Anaí, casi se nublan de lágrimas, que estaban siendo contenidas tras escuchar aquellas palabras provenientes de la persona que mas amaba en este mundo y que jamás la vería con otros ojos, ya que ninguna mujer puede sentir de ese modo por otra.

Cuánto le costaba contenerse y gritarle que ella nunca le vería como una amiga, porque el sentimiento que dominaba su pecho era más fuerte que eso y la lastimaba como no imaginaba.

Sufrió hasta lo indecible, cuando el sultán Kashir en un viaje por tierras inglesas, visitó  a la familia de Alysa, cuyo padre era un conde.

Desde el momento en que Kashir, vio a Alysa de 14 años,  la miró con ojos de malicia y sólo le tomó tres días en raptar y huir a Damasco con la joven.

Sus padres, buscaron como locos a la joven por toda la comarca y fueron de aldea en aldea, no consiguiendo absolutamente nada. Era como si la tierra se la hubiese tragado y aunque tenían sospechas de que el Sultán estaba detrás de ello, nunca pudieron presentar quejas en la corte y tuvieron que mitigar su dolor, con trabajo y tardes completas viendo al mar con la esperanza de que su pequeña volviese a su lado.

Así, fueron pasando las estaciones y con ello, los años. Hasta que cierto día, atracó un barco en un puerto Gales y de el, descendió una jovencita de cabellos dorados, que estaba acompañada de tres hombres vestidos con ropaje de medio oriente y al poco tiempo se presentó ante su majestad, él cuál envió a buscar de inmediato al Conde para darle las buenas nuevas...su hija, había regresado a casa.

El reencuentro fue de lo más doloroso, tanto para los padres como para la propia Alysa, pero que con la ayuda de su majestad, pudieron establecer contacto con el sultán Kashir y hacerle venir a Inglaterra, él cual accedió con tal de recuperar a su joven esposa.

Sin embargo, eso estaría muy lejos de concretarse ya que sobre él se cernía un destino nefasto. A manos de la persona quién menos creía.

Al rememorar aquellos días, los ojos miel, se entrecerraron acallando su dolor como su sentir.

─Alysa, tú puedes cambiar las cosas y dejar de lado el pasado ─murmuró Anaí─. No continúes con esta locura, te lo imploró.
─Anaí, lo siento mucho, pero mi decisión ya está tomada ─Aclaró Alysa, separándose despacio de los brazos de su amiga.
─Una venganza nunca tendrá razón que la justifique ─protestó Anaí.
─ Kashir, no sólo me rapto en contra de mi voluntad, sino que me desposo y me enamoró, todo para terminar descubriendo que nunca dejará de amar a Jazmin y que el resto somos sus esclavas─respondió duramente Alysa ─ no dejaré que se burle de mis sentimientos.
─Alysa, puedes volver a amar a otra persona y ser feliz ─imploró Anaí.
─¿Amar a otra persona? ─aulló Alysa─mírame bien Anaí, ¿quién querrá estar con una mujer que otro la mancilló?
─Yo...yo... ─titubeó Anaí.
─¿Tú qué? ─Exclamó una molesta Alysa, que luego, acotó ─no te desgaste en justificar que todo estará bien, ya que no hay una persona en este mundo que me ame y que tampoco yo podré hacerlo. Ese maldito me desgracio la vida.
─ Alysa, recapacita, aún estás a tiempo ─ indicó Anai, en un último de revertir una situación muy adversa.
─Lo siento, pero no puedo─sentenció Alysa ─es mejor que te vayas cuanto antes de esta lugar para que no te involucren en nada de lo que voy a hacer.
─Alysa, no ─rogó Anaí.
─Vete ya, Anaí─ordenó Alysa, golpeando una roca ─no quiero volverte a ver nunca más, largo de aquí.

El corazón de la muchacha se contrajo al oír las palabras de Alysa, con el alma partida en dos, subió a su caballo, aunque no quisiese, nada podía hacer, ya que le faltó valor para confesarle su amor y ese sería su cruz eterna.
Fin del flash back

Mi dulce, Anaí, no sabes como me maldigo por no haberte escuchado ese día. De no haber prestado atención a tus suplicas, en tus ojos estaba toda la verdad.
Tu siempre me amaste y yo jamás reparé en eso y solo a contar desde ese día supe la verdad, nunca fue un cariño de amigas de tu parte, sino uno mas fuerte...Amor.

Desde ese día en que he visto , tu sufrimiento con el correr de los años y nada he podido hacer desde mi posición. Te he visto visitarme día con día, consumiéndote lentamente, ya sus ojos no brillan como antes, están tan opacos, tan marchitos...Sí marchitos, porque yo los marchité al igual que tu corazón...ese nefasto día.

Ese día en que por mi manos cobre justicia y acabé con la vida de Kashir , fue decapitado...Ese mismo día que loca de dolor y enceguecida por el odio, puse fin a mi vida y caí en lo profundo de ese foso del castillo y solo tú, encontraste mi cuerpo. Sólo tú, lloraste mi muerte como nadie, más que mis padres o hermanos y ese día, comprendí cuanto me amabas.

Y hoy que solo soy un espectro,  no dejaré de acompañarte hasta que la luz de tu ser se apague. Ya que ese mismo día, mi corazón en un insólito hecho, despertó a tu amor, aunque ya era demasiado tarde. No obstante, me queda este consuelo, velar tu vida hasta el final de tu camino, amada mía.

Hoy me has vuelto a visitar en mi fría tumba, llenándola de tus caricias en cada flor que dejas, llenando este inerte corazón del alma mía, de dicha aún después de esta vida.

No sabes cuánto te amo mi dulce Anaí y como me gustaría poder volver en otra vida y tener la oportunidad de poder amarte, solo a ti, que me crearan sólo para ti, mi único y verdadero Amor.

En ese mismo instante, un pensamiento raudo, inundó la mente de la joven deuda, aunque ya no era tan joven, sus cabellos ya eran grisáceos.

"En otra vida te buscare, mi amor" susurró despacito Anaí.


Tiempos actuales...

─ Estoy muerta de cansada. Eso me pasa por dormir poco, de tanto escribir anoche y para colmo con la tesis encima.

¿Veamos qué tenemos aquí?...¡un mail! , ¿de quién será?...¡Eh!...¡wow! Esta chica es de las que leen mis historias... y se llama...V...


La vida da muchas vueltas y el destino vuelve a cruzar los caminos de aquellos que separó en otra vida...son caminos que se entrelazaron desde mucho tiempo atrás y que vuelven a escribir su historias con otros ribetes.

1 comentario:

Alexsa dijo...

Y una vez mas me atrapa esta manera en la que se va desarrollando el fic, te engrana hasta que terminas, y eso es lo Genial *-*
GracIaS por el fic, que tengas un lindo fin :)

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