mujer y ave

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domingo, 30 de marzo de 2014

Nuestro compromiso, un ritual de familia.


En aras del pasado, capítulo 25.

Comenzaba a despuntar el alba ya en la ciudad y el sol asomaba en la habitación, Anabelle abrió sus ojos, estirando su cuerpo con pereza y volteó a ver a su lado y contempló como Raniel, descansaba a su lado muy plácidamente. Le parecía increíble tenerla así, ya que estuvo a punto de perderla por los malos entendidos al no permitirse mutuamente conocerse.

Ella parecía un bebé de la forma que dormía, toda ternura y apacibilidad. Sonrío al recordar las palabras de su prima que la llamó vampiresa y es que  tenía razón , su ternura se transformaba en fogosidad, sensualidad y seducción, ya que era muy hábil para hacerlo al menos con ella, la tenía a su merced.


Deseaba despertarla con caricias y continuar con lo que dejaron hace apenas una hora, le daría una tregua por lo menos por unas horas. Así que se levantó y fue al baño a ducharse y ordenar un poco el apartamento  antes de partir, ya que debía reunirse con su familia, porque los padres y hermanos de Alesia, se encontraban en casa y su madre le había pedido que fuesen a almorzar con ellos; ya que era fin de semana y tenían planeado algunas cosas por el castillo.

Salió de la ducha y se vistió, llevaba un traje negro de dos piezas y una blusa rosada. Antes de dejar la habitación, dejó ropa para Raniel sobre la cama, botas al pie de la misma. Tomó todo el resto de las pertenencias y las guardó en su bolso y en eso se topó con aquellos libros causantes del mal rato que ambas vivieron y los guardó junto a las demás cosas.

─Espero que los acepte esta vez ─  Pensó Anabelle ya veré el modo en que lo haga (y se fue a terminar de hacer los pendientes antes de despertar a su novia)

Una hora después…

─ Amor dijo Anabelle , acariciando su rostro.

Raniel, abrió sus ojos y vio esos ojos azules contemplándola con mucha ternura y se dio cuenta que estaba vestida y recién duchada y olía muy rico, con un perfume que le era muy propio de Anabelle, se veía muy hermosa esta mañana. Ese color de blusa le favorecía y le hacía ver muy sexy.

« Cielos, eres el ángel más hermoso»  Pensó Raniel.

─ ¡Buenos días amor!  saludó Raniel ─. Estás muy hermosa hoy, de hecho pensé que eras un ángel.
─ ¡Buenos días mi vida!  saludó Anabelle y la besó ─. Gracias por tu cumplido. Ahora debes de levantarte amor, debemos partir, Marcus vendrá a recogernos en unos minutos más.

Raniel, miró el reloj y se tapó la cara con ambas manos. Sólo llevaba apenas dos horas durmiendo y debía levantarse, no era justo, estaría todo el día bostezando por causa de la falta de sueño.

Se fue directo al baño tomo una ducha rápida y cuándo se disponía a vestirse observó el conjunto que estaba al pie de la cama y en ese mismo instante entró Anabelle y le adivinó el pensamiento.

─ Amor, es para ti ─  expuso Anabelle, un tanto nerviosa ─ Veras encargué a Kat, un conjunto de trajes de su tienda el otro día, que fuesen a tu medida. Algo casual ya que ese es tu estilo por lo que he notado. Hice esto porque no habíamos traído ninguna de  nuestras pertenencias y no podíamos estar vestidas con una misma ropa toda la semana, ¿no te parece?

Raniel,  la contempló por unos instantes y se fijó que estaba un poco nerviosa al respecto de cómo fuese a reaccionar.

─ Anabelle  dijo ella ─. Me gustaría que la próxima vez me acompañases a comprar ropa. De verdad, está estupenda y debo alabar tu buen gusto y me encantaría que me aconsejases al momento de hacerlo.

Anabelle,  quedo sin palabras, una vez que se recuperó; agradecía todo ello, ya que comprendía que Raniel,  le estaba dando los primeros pasos para mejorar su relación y permitirle a ella formar parte de sus planes.

─ ¿En verdad te gustó? ─ Inquirió ella  ¿no estás molesta?
─ Sí, me gusta mucho y por qué habría de molestarme. Sí mi novia lo hizo con cariño  manifestó Raniel sonriente.

Anabelle,  sólo atinó en abrazarle. Luego le ayudo a vestirse.

Raniel, llevaba un jeans azul, suéter blanco, botas café y una chaqueta del mismo color, que le daban un aspecto aún más juvenil y casual.

─ Te ves hermosa amor ─ dijo Anabelle, besándola  ahora vámonos, nos están esperando.

Durante el viaje, Raniel, no se pudo mantener despierta y terminó quedándose dormida en  brazos de Anabelle. Ella le sostenía muy bien en su regazo y acariciaba su rostro. Estaba feliz, no cabía en sí de la dicha que la embargaba y ahora comenzaba a pavimentarse el camino en  su relación y podría hacer planes junto a ella.

Marcus, quién le observaba por el retrovisor de vez en cuando. Veía que la Duquesa estaba más feliz desde la llegada de la joven; estaba más radiante y en sus ojos podía ver el amor que le profesaba a la joven que le acompañaba y que por cierto  nunca antes vio con el joven Robert. 

Era tal como se lo había señalado su hermana, cuándo ella le visitó en la residencia.

─ ¡Señorita Anabelle! ─ dijo éste.
─ Dime Marcus, ¿qué sucede?  señaló Anabelle.
─ Quería comentarle algo con respecto a la señorita Raniel  expresó él.
─ ¿Qué pasa con ella?  inquirió Anabelle.
─ Mi hermana vino a verme hace unos días y conoció a la señorita Raniel, usted sabe que ella puede ver ciertas cosas explicó él.
─ Estoy enterada de eso  respondió ella.
─ ¡Vera! Ella me confesó que veía en el aura de la señorita Raniel  desprenderse dos cristales comentó Marcus.
─ ¿Cristales? ─  Preguntó  Anabelle.
─ Así es. Pero Nadine me explicó, que esos cristales eran heridas profundas que llevan las personas, en el plano físico como en el espiritual. refirió el hombre.
─ Prosigue ─  solicitó Anabelle intrigada.
─ Bueno al parecer; según entendí; ella tiene un cristal ámbar en uno de sus costados y representaba una herida física del presente y   el otro cristal  gris ubicado en la zona  del corazón tiene relación con el pasado de la señorita Raniel. En ambos estaban conectados entre sí. Lo que le preocupó a mi hermana, es que cuándo uno de ellos libera su energía desencadena que el otro reaccione, provocando que  pierda la totalidad de la energía del cuerpo  y le traiga sufrimiento. Es por ello que me atreví a comentarle ─  Terminó de mencionar Marcus ─ Pues hace unos días, ella se veía muy extraña.
─ ¿Me has dicho, que vio uno en el costado de Raniel? – inquirió Anabelle.
─ Así  es señorita ─  repuso el chófer.
─ Entiendo, Marcus. Podrías pedirle a tu hermana que viniese a hablar conmigo lo antes posible  solicitó Anabelle.
─ Como no. Le llamaré a penas lleguemos  señaló él.
─ Te lo agradezco mucho.
─ No me agradezca señorita Anabelle, usted sabe que estoy para servirle. Además Nadine, mencionó que no era bueno para la salud de la señorita Raniel y sí en algo puede ayudarle, estoy segura lo hará encantada acotó Marcus.
─ Comprendo, de todas formas muchas gracias Marcus.

Anabelle, contempló a su prometida y reflexionó en las palabras de su chófer, ya que asoció esa herida del costado con la cicatriz en forma de flor de iris que ella tenía. Recordó lo sucedido ese día y cómo había afectado su salud.

─ ¡¿Qué misterios guardas amor?! ─  dijo Anabelle acariciando su rostro.

Momentos más tarde el coche se detenía frente al castillo…

─ Amor despierta  dijo Anabelle.
─ ¡Eh!  ─ está abrió sus ojos y se enderezó en seguida ─ Siento haberme quedado dormida.
─ No te disculpes señaló Anabelle y le ayudó a salir, juntas entraron a la mansión.

 Ya dentro de casa y en el recibidor. Anabelle,  detuvo por el brazo a Raniel y agregó.

─ Raniel por favor espérame en mi estudio  ordenó Anabelle ─ Voy a dejar las cosas y en unos segundos estoy contigo.
─ De acuerdo. Nos vemos ahí ─  afirmó Raniel.

Anabelle,  dejo las cosas en su alcoba  y fue en busca de sus padres y Alesia. Necesitaba conversar con ellos.

─ ¡Buenos días! ─  Saludó Anabelle,  al encontrarles en el jardín y se dispuso a saludar a sus tíos y primos ─ ¡Qué alegría verles!
─ ¡Has llegado hija mía!  repuso Anette.
─ ¡Al fin llegas! Ya pensamos que te habíamos perdido ─  bromeó John, primo de Anabelle.
─Jajaja. ¡Eso te gustaría! ─  replicó ella.
─ ¿Cómo estuvo ese descanso?  preguntó su tío.
─ Estupendo  repuso sonriente Anabelle.
─Se te nota más radiante, picarona ─  señaló Alexandra, su otra prima, guiñándole un ojo.

Anabelle, se limitó a sonreír  nada más.

─ Tíos, si me disculpan, les voy a privar  por unos momentos de  mis padres y Alesia. Necesito hablar con ellos ─ señaló Anabelle.
─ Como no querida  repuso su tía, quién era hermana de su madre.

Cuando ya estaban en el interior de la residencia.

─ ¿Sucede algo Anabelle? ─  inquirió su padre.
─ Por favor acompáñenme hasta mi estudio. Necesito hablar un tema con ustedes mencionó la joven.

Al llegar al lugar, se encontraron con Raniel que les esperaba  también. Fue una sorpresa para la joven verlos ahí a los tres, quedo intrigada…

─ Bien hija mía. Tú dirás  acotó Anette  ¿Qué es lo que necesitas decirnos a todos nosotros?

Anabelle,  fue hasta dónde se encontraba Raniel, se quedó de pie junto a ella. Tomó una de sus manos y la entrelazó con la de ella. Respiró profundamente  y se dispuso a  comenzar a explicarles el motivo de la reunión.

─ Padre, madre. El motivo por lo que les pedí venir,  es para presentar a Raniel ante ustedes como mi novia y futura prometida  explicó Anabelle ─ . Estoy consciente que tengo que resolver mi situación actual con Robert y que una vez que el regrese; daré por terminada mi relación.  Para mí, lo que estoy viviendo con Raniel; es lo más hermoso y es un amor que jamás pensé vivir. Es por ello, que lo querido hacer oficial nuestro noviazgo  ante ustedes y  solicitar que Alesia, sea nuestra testigo hasta que podamos formalizar según la tradición de nuestra familia.

─ Hija mía  comentó James ─ Tú madre y yo, hemos hablado mucho del tema. Encontramos que tal vez deberías haber esperado terminar las cosas en tu relación anterior. También te confesamos que nos ha costado un poco asumir tu nueva vida sentimental, no te reprochamos nada al respecto y nada tenemos en contra, sólo es el proceso del cambio nada más, pero ante todo eres nuestra hija y entendemos perfectamente tu sentir y respetamos tu voluntad. Es por ello; que deseamos saber que antes de dar cualquier paso, ambas estén completamente seguras de lo que sienten; ya que el compromiso es la ante sala de una vida de casados. Una vida en familia, además; deberán lidiar que con el hecho de que la sociedad no   verá con buenos ojos una relación entre mujeres. Deben asumir ese hecho y decidir si están dispuestas a defender su amor de atropellos y pesadeces que sucederán tarde o temprano. 

Alesia,  observó detenidamente a Raniel. Quería ver a la joven, necesitaba estar segura que la muchacha sería capaz de asumir su relación con Anabelle frente a los padres de ésta.

─ Por mi parte estoy completamente segura de lo que siento  expresó Anabelle ─. Es más, estoy consciente de que no seremos aceptadas en mucho lugares, por lo que habrá ocasiones en la que deberes mantener un cierto comportamiento. Pero a pesar de todo ello, no pienso dar marcha atrás y estoy segura de lo que quiero y que es Raniel con la persona que deseo estar toda mi vida.
─ ¿Y tú jovencita?  preguntó James  ¿Qué es lo que sientes por mi hija? Anteriormente escuché tu punto de vista en cuánto al compromiso y respeté tus argumentos. Pero ahora,  la situación es muy distinta. Deseo que seas muy sincera y honesta contigo misma, más que para con nosotros.

Todas las miradas se clavaron en Raniel; en especial la de Anette; que comprendía que su esposo tenía ciertas reservas y por ello, de las preguntas.

Por otro lado Raniel, había escuchado todo con absoluta calma. Aunque no dejaba de pensar que era algo complejo y distinto el escenario en la cual se desenvolvía hoy. No obstante cómo todo en la vida; debía asumir con un grado de responsabilidad y honestidad, aunque todo era sorpresivo e inusual, puesto que jamás paso por su cabeza que ella se enamoraría de Anabelle y menos; que en este país encontraría el amor. Por lo que se tomó unos segundos antes de responder.

─ Siendo muy honesta con usted. Nunca antes me enamoré y estoy consciente de mis afirmaciones en aquella oportunidad  expresó Raniel ─. Nunca fue mi intención al venir acá enamorarme de su hija. Fue un sentimiento que fue creciendo con el transcurrir del tiempo y me costó asumirlo hasta hace poco. Lo que sí debo confesarle, que desde que la vi por  primera vez;  llamó mucho mi atención, ya sea por los bocetos o cosas que sólo el corazón entiende y que son nuevas para mí. Ahora contestando a su pregunta, le confieso que estoy enamorada de su hija como nunca lo he estado de nadie. Además les puedo asegurar que no es para mí un e tapa que deba  experimentar y ver qué sucede. Por el contrario tengo claro lo que siento por Anabelle, yo le amo. 

En lo relacionado a lo que los demás opinen. Es un riesgo que debemos tomar, pues la hipocresía es muy grande. Trataremos de cuidarnos al máximo, pero no mentiré en mi amor hacia a ella, le guste o no a los demás, pues no estoy pidiendo permiso a la sociedad para poder amar. Es una decisión sólo mía y de Anabelle finalizó Raniel en forma tajante y segura.

Tanto James como Anette, quedaron muy conforme con las palabras de Raniel y no les queda duda alguna que estaba hablando muy en serio y con una gran madurez en aceptar sus debilidades. Por otro lado Alesia, sonreía  y daba gracias al cielo que la joven pudiese asumir su amor por Anabelle.

¿Entonces?  exclamó Alesia sonriente  ¿Cuándo hacemos la promesa? Ya quiero oficializarlas de testigo.
─ Amor, por favor ponte de pie  solicitó Anabelle ─ Dame tu mano.

Retiró el anillo de su mano y sacó una cajita, dónde se encontraba su gemelo y se lo entregó a su prima. Sus padres se reunieron a su alrededor, quienes sostenían en sus manos un cáliz muy antiguo  y que por lo demás; era una reliquia de la familia. Ambos recibieron  los anillos y los sumergieron dentro del cáliz y  dieron sus bendiciones y luego;  los regresaron a las mano de Alesia.

Anabelle, tomó la mano de Raniel y le miró fijamente y luego, añadió...

─ Raniel, por medio de este anillo. Te ruego aceptes mi amor y quieras ser mi novia  señaló Anabelle ─. Frente a mis padres me comprometo hacerte feliz y luchar por conquistar cada día tu corazón y unir en un futuro nuestras vidas.

Por el otro lado…Raniel,  tomó el segundo anillo y emuló las acciones de su novia...

─ Anabelle, te entrego mi corazón  y mi amor  que ahora te pertenecerán por medio de este anillo y deseo que seas mi novia  murmuró una temblorosa Raniel ─ Prometo estar junto a ti en todo momento y procurar con todas mi fuerzas el  hacerte la mujer más feliz. 

Dicho esto procedió a colocar el anillo en la mano de Anabelle.

James y Anette;  luego de  que las jóvenes pronunciaran los votos.  Se situaron  en ambos costados de las jóvenes y juntaron las manos de las muchachas con las suyas. Mientras Alesia, derramaba el agua de los anillos sobre las manos de la nueva pareja.

─ Por medio de este acto, damos fe del compromiso que han asumido ante nosotros y bendecimos esta unión . Deseando que el amor acompañe sus vidas hoy y siempre. Declaramos y aceptamos su amor, son pues prometidas ante nuestros ojos y  según la tradición de nuestra familia  Recitaron  ambos padres.

Con ello, concluyó un ritual de la familia Calguiere.  Ahora eran oficialmente prometidas antes los padres de Anabelle y sellaron su promesa con un breve beso.

Seas bienvenida a nuestra familia Raniel  dijo Anette ─. Deseo que cuides mucho de mi hija. Ella te ama y eso te lo puedo asegurar  con sólo ver  sus ojos.
─ Gracias Anette  Respondió Raniel ─ Te doy mi palabra, que cuidaré de ella con mi vida.

Por su parte, James, hacía lo mismo con la joven Duquesa.

 ─ Hija mía. Te amo y deseo seas muy feliz junto a Raniel  expresó su padre ─. Ten paciencia y guíala en esta nueva experiencia que comienzan juntas.
─ ¡Padre! Gracias por su apoyo  repuso sonriente Anabelle ─. Claro que sabré ser paciente y estaré a su lado para que ambas aprendamos a forjar una relación fuerte y solida, como la de ustedes.
─ Lo harán  dijo éste ─. Sí saben escucharse y se permiten amarse libremente sin egoísmos.
─ ¡Vengan  acá!... El parcito  clamó Alesia y las abrazó fuertemente ─ ¡En hora buena! las felicito a ambas. Prométanme que sabrán escucharse y respetarse aún cuando las cosas se tornen mal.
─ Lo prometemos ─ respondieron al unísono
─ Jajaja. Eso me parece genial  repuso Alesia ─. Te llevas una mujer maravillosa prima (le susurró al oído)
─ Lo sé  respondió Anabelle.
─ Bien. Ahora, vamos con los demás   señaló Anette ─ Que hay cosas por hacer, ¿No es así, mi querida sobrina?
─ Jajaja Así es tía querida  comentó Alesia, que no perdió la oportunidad para hacer de las suyas y martirizar a cierta personita. ─ Por cierto Raniel,  vete preparando. Los chicos están esperando tu duelo con Francis, y  ya han hecho bastantes apuesta en tu contra y estoy segura que no será el único rival que podrías tener Concluyó burlonamente la joven Bringston.
─ ¿Duelo?  preguntó Raniel ─ ¿De qué hablas?
─ Alesia  dijo Anabelle, quién supo al instante a qué se refería su prima ─ Déjala descansar.
─Lo siento mucho  interrumpió James ─ Ahora menos que nunca, puede rechazar un duelo familiar y estamos todos deseosos de verla en acción y nos complacería si ella acepta esta competición.
¿De qué están hablando con una competición?  inquirió Raniel.
─ Amor mío, no tienes más alternativa que aceptar  suspiró Anabelle ─ Tendrás un duelo en esgrima con Francis y otros miembros de esta familia.
¿Están seguros de qué desean eso?  preguntó Raniel. Todos la contemplaron por lo insólito de su pregunta.
─ ¿No me dirás ahora que tienes miedo?  atacó Alesia riendo.
─ N dijo llanamente. (Pero  no será culpa mía después  se dijo para sus adentros)

Anabelle, se quedo viéndole unos instantes y le dio la impresión que Raniel, algo escondía.

─Ahora les daremos unos minutos para que disfruten su intimidad  dijo Anette  luego, reúnanse con el resto.

Una vez que todos abandonaron el estudio, para así darle un tiempo a solas. Anabelle, tomó por la cintura a Raniel y buscó sus labios, estaba ansiosa de volver a sentir las caricias de la que ahora es su prometida. Poco a poco las caricias se fueron tornando más ardientes, las manos de Anabelle;  atormentaban por  debajo del suéter los senos de su novia. 

Mientras que la boca de Raniel, deja una estela de deseo por todo el cuello de Anabelle. Ésta última tuvo  que sacar fuerzas  mentales para detener todo aquello, ya que sólo contaban con  pocos minutos, ya tendría toda la noche para disfrutarla de pies a cabeza y ahora tenía todo el derecho del mundo de  hacerlo como su novia.

Al tiempo después, las chicas se reúnen con los demás miembros de la familia, dentro de un gran salón, que fue preparado para el duelo de esgrima que se daría en unos minutos. Raniel saludos a todos los integrantes de ambas familia.

─ Raniel dijo Charles,  visiblemente emocionado ¿Cómo te sientes?, ¿estás lista para esto? Puedo darte algunos consejos que te ayuden contra Francis.
─ No te preocupes Charles. Muchas gracias de todos modos, aunque sea una aficionada puedo defenderme y dar al menos un digno espectáculo- señalo Raniel  sonriendo.
-te lo dije- Clamo John – confiamos que Francis no sea muy despiadada
-nada de eso querido primo- Reprocho Francis – no sería honorable de mi parte, no es así mi querida Raniel  (se acerco a ella y le susurro. No tendré compasión contigo cuñadita)
- estás en lo cierto Francis,- asevero Raniel- ahora si me disculpan iré a vestirme.

Toda la familia tomo sus ubicaciones, mientras que Michael  (padre Alesia) sería juez en el duelo. Anabelle se sentó junto a sus  primas.

-relájate Anabelle- dijo Alexandra- verás que Francis acabará muy rápido este duelo
-vaya – exclamo Anabelle – veo que todos le apuestan en su contra (sabía que su hermana era  la mejor, después de Alesia, pero Raniel es su pareja y su apoyo estaría con ella)
-acaso lo dudas- pregunto Alexandra.
- esta vez apoyare a Raniel – dijo llanamente Anabelle.
- de verdad – exclamo extrañada esta- pero que no le has oído, dijo que era aficionada. ¿tú qué opinas Alesia?
- todo está a favor de mi prima- dijo reflexiva ésta- pero hay algo en  Raniel, que no me convence. Lo siento, pero creo que no daré mi opinión sin antes verlas en combate.
─¡Vaya hermana! Me sorprendes  repuso Alexandra.

En esos momentos regresaba Raniel  con su careta bajo el brazo.

─ Bien. Llego la hora qué había estado esperando – dijo Francis- tú escoges el arma por ser nuestra invitada, cuñadita.
-sable – respondió Raniel
-vaya, se pone interesante – repuso Francis.
-El duelo será a tres puntos- señalo Michael – están de acuerdo
-si- respondieron ambas.
-Entonces – dijo éste – a sus lugares.

Cada una tomo su lugar…

-a mí señal… ¡alto!

 Y  se dio inicio al duelo entre ambas chicas.  Francis dio sus primeros golpes en busca de la zona de punto. Sin embargo,  Raniel hábilmente contrarrestó todos sus ataques  y una vez que ella cesó,  atacó sin ser muy efectiva. Permitiéndole, responder a su tirador y fue así que Francis,  obtuvo la zona del hombro de  Raniel y consiguió su primer punto.

─ ¡Touche! ─ exclamó el árbitro.

Las jóvenes volvieron a sus posiciones.

-alto… y se dio inicio por el segundo punto
-te dije, esto es pan comido para Francis- repuso su prima.
- hay algo qué no me gusta- dijo Alesia-  Raniel no estaba combatiendo en serio.
-te diste cuenta también- menciono anabelle.
- así es – repuso ésta (qué está tramando Raniel) pensaba Alesia.

Mientras tanto, los golpes de Francis eran cada vez más agresivos y consistentes hacia su tirador, sin darle tregua y de un momento a otro; la posición de los pies  de Raniel cambio súbitamente…

─ ¡Pero qué rayos! murmuró entre dientes,  Alesia ─ ¿Esa posición? ¡No puede ser!...Francis cuídate de...

No alcanzó a decirlo, cuando Raniel,  en dos segundos tocaba el torso de Francis, consiguiendo el punto para sí.

─Touche.

Todos quedaron pasmado con el ataque de la joven Raniel, que no podía contener hasta hace unos minutos los ataques de Francis. Simplemente no tenía como haber revertido esa situación.

─¿Pero qué paso?  ─ exclamó con incredulidad John.
─Demasiado tarde dijo con un suspiro Claudine ─ Esta niña tiene su as bajo la manga.
─¿Pero cómo?  exclamó Alexandra.
─¡Esa niñita! No es quién dijo ser  señaló Alesia ─ No es ninguna principiante, lo que acaba de hacer es un FUKEN, y consiste en usar el ataque sorpresa del estilo samurái y para conseguirlo estudia previamente los movimientos de su oponente.
─¿Eso quiere decir? ─ preguntaron John y Alexandra.
─Que el punto que obtuvo Francis, fue sólo un ardid para ver sus ataques y planear su estrategia  comentó Anabelle.

En eso instantes  en el campo de batalla…

─Alto  pronuncio el árbitro y comenzó el punto final…

Francis, estaba sorprendida por el punto anterior, pero ahora le demostraría toda su capacidad. No tendría piedad de ella y fue amenazante con su sable contra su oponente. Atacó velozmente, buscando un mínimo de espacio para contacto, pero Raniel, respondió a sus ataques esquivándolos muy bien de una forma más ágil y sutil  que las veces anteriores y sus pasos variaron otra vez como atrayendo a su oponente…

─ ¡No puede ser! exclamó Alesia seria ─ Ese, estilo es…

Raniel, dejo que Francis atacase, respondiendo al último golpe y entonces; sus pies cambiaron de posición y en cuestión de abrir y cerrar los ojos…Francis era tocada en el brazo, dando el punto final para Raniel.

─ ¡Touche!

─ Alto indicó Michael ─Punto valido para Raniel y eres la vencedora.

Ambas chicas se quitaron sus respectivas caretas y Francis, felicitó a Raniel por su victoria. La joven agradeció y miró desafiante a Alesia.

-no puedo creerlo- dijo Alexandra- cómo pudo perder con una aficionada.
-ella no perdió con una aficionada- replico Alesia- Francis perdió ante un espadachín.
- a qué te refieres- indago su hermano.
-Raniel no es una esgrimista cualquiera, sino es una persona que en su esgrima ha ido incorporándole estilos de otras artes marciales con espadas- acoto Alesia- es una nueva practica que se está usando , pero toma mucho tiempo alcanzar la perfección y Raniel, según pude apreciar domina el kendo, kenjutsu y el Iaido.
-por eso fue que Francis perdió- finalizo Anabelle.
-ahora entiendo el porqué de su pregunta- acoto Alesia- sabía de ante mano que la estábamos subestimando y nos acaba de dar una lección a todos.
- así es – puntualizo Anabelle- con su permiso iré con ella.

El matrimonio Calguiere como el Brigston , felicitaban a la joven por su logro y  en esos  momentos  llego su flamante prometida, quién la separo de ellos  unos metros y le susurro a su oído…
-te felicito mi amor,  estuviste soberbia, a la noche te entregare tu premio- dijo coquetamente anabelle.
-esperare con ansias entonces- respondió igual de coqueta.
-ey , tú… nada mal- exclamo sonriente  alesia- mis felicitaciones señora de Calguiere, eres una digna rival.
-gracias por tus palabras, me honras, viniendo de la campeona nacional- bromeo Raniel- la próxima serás tú
-jajaja, ya quisieras-  dijo Alesia-  soy un hueso duro de roer, además ya vi tu estilo y eso juego lo podemos hacer las dos.
-jajaja – bromeo Raniel- entonces acepto tu desafío.
Anatte, les llamo para que se dejasen que Raniel se cambiase, ya que el almuerzo ya estaba servido. Unos minutos más tarde…en el comedor, la joven fue ubicada al lado de Anabelle, por orden de sus padres.
-bueno- dijo james, llamando la atención de todos los presente- quiero hacer junto a todos ustedes un brindis por la flamante ganadora de este duelo y felicitarla por su clase magistral que nos dio. Junto a ello también quiero brindar por mi hija Anabelle,  por la nueva etapa que comienza en su vida, así que les deseo éxito a ambas…salud por Raniel y Anabelle.
-salud- exclamaron todos.
Ambas chicas sonrieron por los augurios que les entregaban su familia y por debajo de la mesa Anabelle tomo la mano de Raniel y muy cerca de ella le susurro…

-te amo.

1 comentario:

Sayuri dijo...

Ya paso bastante de la ultima actualizacion sniff...sniff...,no me hagas sufrir y regalanos mas alegria.te mando un beso

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