mujer y ave

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sábado, 22 de marzo de 2014

Conquistaré tu corazón.


En aras del pasado, capítulo 22

-cielos que bien he dormido – dijo Raniel, estirando su cuerpo a lo largo de esa amplia cama y de repente clavo sus ojos en el reloj de mesita que estaba en el velador y abrió tremendos ojos.
-rayos son las nueve de la noche – se quejo – eso me pasa por dejarte que me hagas el amor tantas veces.

La muchacha tomo una bata que estaba extendida a los pies de la cama y se fue directo a la ducha, necesitaba refrescarse un poco y aclarar su mente, así  dejo que el agua resbalara por su cuerpo y froto su cuerpo en jabón, mientras sonreía al recordar cómo la habían despertado dos veces para reclamarle más placer hasta agotarla al punto de dejarla durmiendo cada vez que conseguía su objetivo.



-cielos en verdad estoy en las ligas menores con respecto a ella  -pensó y de repente enmudeció- pero ella está comprometida, acaso seré un juguete nada más.

Seco su cuerpo y lo envolvió en la bata nuevamente, su semblante había cambiado, esa duda le atravesó su corazón e hizo dudar de la felicidad que había disfrutado en la noche. Salió de la habitación y fue en su busca, en el aire olía muy rico, cómo si alguien estuviese cocinando y el aroma la llevo hasta la cocina y ahí estaba Anabelle preparando una deliciosa cena, no la sintió llegar y Raniel apoyó su espalda en el marco de la puerta y la contempló…le dolía … sólo pensar…no quería ilusionarse, pero no podía dar marcha a tras, ella se enamoró de la joven que estaba ahí sumergida en sus labores.

Anabelle  ya casi terminaba de preparar todo y muy pronto iría a despertar a su bella durmiente, cuando de pronto sintió sobre sí una intensa mirada que le hizo voltear y ahí la vio apoyada en el umbral, un tanto sombría …no era lo que esperaría ver, de hecho la imaginaba que estaría radiante y en busca de sus besos… no le gustó, de hecho le asustó un poco, ya había visto ese semblante antes y no era un buen presagio. Sintió temor de que ella se arrepintiera de lo que habían vivido en la noche y eso no lo permitiría, así que depositó la bandeja sobre el mesón, apagó el fuego de la estufa y fue a su encuentro.

- ¡Buenas noches mi dormilona!, ¿cómo te sientes? – añadió lo más serena posible y con un dejo de picardía.
- La verdad muy bien – dijo Raniel un tanto seca.
-Raniel – preguntó Anabelle - ¿qué sucede?, acaso te arrepientes de lo que vivimos anoche.
- No – respondió ella.
-¡Entonces!, ¿qué te sucede?, ¿por qué esa cara?, ¿hice algo malo? - llenó de preguntas la Duquesa.
-No – respondió Raniel – sólo que tú estás c…
-¡Ya veo! – dijo Anabelle- amor no te atormentes, ya te dije que no me voy a separar de ti y si lo que te preocupa es el hecho de que esté comprometida, eso va a acabar una vez que llegue  Robert, no podría seguir con él, amándote a ti- y la abrazó y buscó sus labios para demostrarle con hechos su amor por ella.

- Anabelle – dijo Raniel – no podría soportar que estuvieses con él. Sé que he llegado después de él y ustedes tienen  un compromiso que les une, pero ahora es distinto para mí, no quisiera ser un juguete  en tu vida o ser  tu amante, perdóname, pero preferiría parar las cosas aquí antes de que ambas podamos salir lastimadas.

Anabelle no daba crédito a las palabras de Raniel, no podía creerlo, qué fue entonces lo de anoche, una aventura…no… tenía que calmarse un poco, podía comprender el temor de Raniel, pero de ahí que ella pensará que sería una sustituta en su vida, era demasiado, le había dicho bien claro que la amaba y ella no era mujer para jugar a dos bandos.

Suspiró y se alejó un poco de ella para pensar bien antes de hablar, porque estaba consciente que a veces resultaba difícil hablar con ella sin terminar en pelea.

-¿qué te hace pensar que eres un juguete para mí? – pegunto Anabelle.
- tú estás comprometida – dijo está un poco insegura.
- y eso te hace creer que yo deba mantener una relación paralela a mi compromiso- sentenció ésta.
- acaso no es lo que está sucediendo en estos momentos- inquirió la joven.
- ¡Demonios Raniel! – dijo exasperada Anabelle – no has oído lo que dije hace un rato, me cuesta creer que la mujer que amo, dude de mi palabra. Voy a dejarte las cosas bien claras, te amo casi desde que te conocí y lo que vivimos anoche ha sido lo más maravilloso que he experimentado en mi vida. Disfrute de cada minuto del placer que me has brindado y no me arrepiento de nada, tal vez de no haber apresurado antes las cosas contigo. No voy  a continuar con el dichoso compromiso, no después de haberme entregado a ti, ahora tú eres mi mundo y quiero que te metas eso bien en la cabeza, no dudes de mi amor por ti, te lo ruego.

Raniel poso sus ojos en los de de Anabelle, quería leer en ellos los sentimientos verdaderos de su pareja.

-perdóname, no he querido ofenderte, sólo que…
-Lo que pasa señorita Larson, es que usted está celosa – manifestó sonriendo Anabelle, al descubrir que su amor podía ser celosa.
- Puede ser- dijo un poco evasiva
-¿puede ser? – inquirió Anabelle.
- está bien, lo admito, lo estoy- dijo  apenada.

Anabelle, estaba feliz, la tomó por la cintura y buscó su boca para perderse en un apasionado beso, después de unos minutos le susurró.

-ahora mi vida, vas alimentarte, porque tienes que recuperar fuerzas para una larga noche, dónde te juro que vas a dormir mucho menos- dijo pícaramente.

Raniel trago en seco, ya que no imaginaba que Anabelle fuese posesiva y  menos insaciable.

-cielo, de verdad no has tenido suficiente- preguntó tímidamente.
-tú piensas que una noche, alivia todos estos días que has estado en mi casa y dónde no he dejado de desearte y me quedare satisfecha así nada más- replico Anabelle.
-sólo preguntaba – dijo Raniel sonrojada.
- Para tú  información, nos quedaremos en este apartamento por una semana, dónde no saldrás ningún día, ya que estarás muy ocupada.
-¡Una semana!- dijo atónita Raniel.
- sí, ¿algún problema con ello?- inquirió Anabelle.
-no, para nada- dijo ésta completamente sonrojada- pero tus negocios.
-Alesia se hará cargo- dijo risueña Anabelle al ver el semblante de su amor – ven acá.

Raniel fue a su lado y ambas se perdieron en un abrazo, Anabelle tomo el mentón de su amada y le beso.

-tómalo como una pequeña luna de miel,  Raniel, nos merecemos estar solas nosotras dos, ya te dicho que te quiero sólo para mí, te prometo que más adelante será más extensa y saldremos a dónde tú quieras.
-sólo quiero estar contigo con eso me basta Anabelle- dijo la joven.
-ahora déjame terminar con esto, tomara sólo cinco minutos  nada más…
-no te imaginaba cocinando – dijo admirada Raniel.
-bueno, esa es una de mis cualidades, sorprenderte- bromeo ella – de verdad me encanta la cocina, disfruto mucho cuando hay tiempo  y puedo ayudar a Odette,  lo hago desde niña y ahora será un placer cocinar para ti todos los días.

Raniel se quedo pensando por unos segundos en las palabras de Anabelle y lo que ello involucraba.

Una vez que termino, acomodo las cosas en la mesa y dispuso de unas copas y un buen vino para acompañar la cena, luego se dirigió hasta Raniel y tomo su mano para acomodarla en su lugar.

Raniel tomo asiento y espero que Anabelle hiciese lo mismo, cuando se dispuso  en servir, algo llamo la atención de entre el arreglo de verduras que había sido diseñado con tal elegancia digna de un chef, había una diminuta cajita en forma de corazón, le abrió y dentro de ella estaba un fino anillo de oro con un zafiro azul incrustado, la muchacha palideció por unos segundos y miro fijamente  a los ojos azules.

Antes que pudiese articular palabra alguna…

-Raniel  Larson Fuentes, ¿quieres ser mi novia?  - pregunto de lleno Anabelle.

Raniel quedo totalmente petrificada y sintió todo su cuerpo entumecerse, ella que no deseaba compromiso, no creía en el amor por razones personales, estaba en shock y de repente su corazón comenzó a latir fuertemente y ya no tuvo dudas.

Anabelle,  estaba muy inquieta, le miraba y parecía conmocionada por lo que estaba frente a ella, su silencio le estaba preocupando, rogaba para que le aceptase, sólo quería formalizar su relación con ella, para  que ella viese que iba muy en serio en su nueva condición de pareja.

-Anabelle – dijo Raniel – yo…yo…  acepto ser tu novia.

Anabelle no supo como estaba en brazos de Raniel, perdiéndose en un beso que lo decía todo…
Después de unos minutos…

-ahora cenemos amor- dijo ella una vez que retorno a su lugar y alzo su copa- salud por nuestro amor, por nuestra relación…
-salud por nosotras – dijo Raniel.
-por la familia que vendrá y por ver crecer a nuestros hijos – dijo resuelta y desenfada mente  Anabelle.
Raniel casi se ahoga con el vino, recién se acaba de comprometer con ella y ya quería hijos…eso le hizo sentir un escalofrío por todo el cuerpo.
Anabelle contemplo la cara de su amada, y sonrió para sus adentros,  pero lo que dijo era exactamente lo que deseaba para ellas dos, pero más adelante.
Cerca de las cuatro de la madruga, dos cuerpos se dejan caer uno al lado del otro, agotados y extasiados después de arder en el deseo y la pasión…
-amor- dijo Raniel- de verdad no me vas a dar tregua.
- no Raniel, te lo prometí y yo cumplo mi palabra.
-cielos, me faltara descanso para estar en las más optimas condiciones. Dijo en broma.
-lo siento – dijo Anabelle – pero vas a tener que cumplir conmigo, soy muy exigente  y sonrió coquetamente.
- válgame  el cielo – suspiro Raniel.
Tras unos minutos de caricias y paz…
-Anabelle, por qué no tienes tú un anillo – inquirió Raniel.
-por una simple Razón- dijo ella – quiero terminar mi compromiso, para que pueda usar  el anillo de la familia y eso te incluye a ti también, debes darme tiempo para que acabe con todo ello y  una vez que eso suceda, podremos comprometernos oficialmente ante mi familia como debe ser, por ahora eres mi novia, lo que no quita que tengas  tus derechos como tales  y es mi deber como la tuya de velar que nuestros votos sean respetados.
- está bien – dijo Raniel  y se coloco sobre el cuerpo de Anabelle -  ahora voy a ser yo quién reclame mis derechos sobre ti.
-no que deseabas un descanso – dijo pícara.
- pues ya no necesito el descanso…. Y comenzó a bajar lentamente por el cuello de la joven hasta llegar a sus senos y busco su pezón y succiono y mordió hasta que anabelle gimió de placer…
Después de cuatro días, en la facultad de la universidad dos jóvenes examinan unos documentos.
-puffff – suspiro Francis – esto en verdad es agotador, nunca imagine la cantidad de documentación que se requería para un intercambio.
-ay hermanita, es requerimiento oficial en todos los países cuándo se postula y en nuestro caso es algo excepcional – argumentó Claudine- por suerte , el decano no puso objeción, ya que las calificaciones de Raniel son excelentes y le favorece el dominio del idioma.
- quién lo diría ha sido la mejor en su promoción en sus cuatro años de estudio – señalo asombrada Francis- me extraña que no hubiese hecho antes un intercambio, ya que sería muy cotizada por varias universidades aquí en Europa.
-ella tendría sus razones para no hacerlo- dijo Claudine – además hay un mínimo académico que se requiere para ello.
-Anabelle será la más contenta  con todo ello – enfatizo Francis – de verdad me asombra ver a nuestra hermana tan decidida, tan enamorada y dispuesta a todo por amor e incluso a enfrentar a Robert, que no será nada fácil por cierto. Sabes, ya comienzo a creer que esas dos vienen destinadas, porque el lazo que las une es mucho más fuerte de lo que imagine.
-por fin hablas algo coherente hermanita – bromeo Claudine – aquí no existen  las coincidencias, todo estaba destinado a su encuentro, ya verás que se irá dilucidando muchas cosas más, eso te lo aseguro, algo me lo dice.
En el departamento….
-estás segura hija mía – pregunto una voz al teléfono.
-por supuesto que lo estoy madre- respondió anabelle- no te mentiría en algo tan importante en mi vida, las cosas están muy claras para mí y he querido que lo sepas por mí antes que nadie.
-muy bien, acepto plenamente tu voluntad, a decir verdad ya lo veía venir, pero eso es algo que conversaremos en su momento, por mi parte y la de tu padre, tienes todo nuestro apoyo, sólo debes solucionar  a la brevedad posible lo de Robert, él merece la verdad y tú lo sabes.
-estoy consciente de ello y eso haré una vez que él retorne- dijo anabelle – gracias madre por comprender y apoyarme.
-hija mía sólo quiero verte feliz y si ella es tu felicidad por nosotros, tu familia, está todo bien.
-bien madre, nos veremos mañana entonces- se despidió Anabelle.
Momentos más tarde…
-no lo puedo creer- dijo Alesia  entre risas – en verdad la tienes agotada a tal extremo que cada vez que venimos duerme profundamente, dijo esta viéndola desde una esquina y se dirigió a dónde estaba su prima y Kat.
-no molestes Alesia- bramo kat- es su privacidad y la intimidad es privada.
-jajaja , sólo que esa dulce niña como dice tío James, no ha salido del departamento por una semana ya…es todo un record, jejeje – ría Alesia.
- Alesia – dijo anabelle y le lanzo un cojín del sillón- tú no tienes arreglo.
-prima de verdad no te creía tan posesiva- bromeo Alesia – joder que has cambiado.
- ya basta alesia- señalo kat – Anabelle, aquí hemos traído todos los documentos de las inmobiliarias, ofertando los mejores departamentos en Londres.
-gracias Kat- dijo Anabelle – sabía que podía contar contigo, ya que los bienes raíces es tu fuerte y dime, que me recomendarías tú.
- mira, la verdad hay de  todo tipo, pero sí lo que estás buscando es algo cercano a la universidad,  serían estás tres alternativas, este de aquí es pequeño pero muy cómodo y lujoso y es ideal para ustedes dos.
-anabelle- pregunto Alesia- las chicas ya averiguaron con respecto al intercambio.
- así es, ayer me confirmaron que está todo en regla y fue aceptada por el decano Williams.
-¿qué? – Dijo sorprendida alesia- de verdad convencieron a ese dinosaurio, no lo puedo creer.
-vaya – dijo kat – jamás lo hubiese pensado, ahora está todo a tu favor Anabelle y por cierto acepto ser tu novia.
-- así es- dijo muy feliz Anabelle- en su mano está la prueba de ello.
-felicidades entonces amiga mía. Dijo kat.
-en hora buena – se unió Alesia y abrazo muy fuerte a su prima- de verdad quiero que seas muy feliz junto a Raniel, por favor cuídala, es una buena muchacha.
-te lo prometo Alesia, nadie  cuidará de ella más que yo y la protegeré con mi vida- señalo Anabelle visiblemente emocionada.
Las chicas fueron hasta la cocinas y descorcharon un vino de reserva que Alesia tenía guardado para ocasiones especiales y ésta ameritaba una celebración.
Mientras en el dormitorio, Raniel profundamente Dormida… en eso, la  figura  de una hermosa mujer se acerca a ella y le susurra:
-Raniel, debes cuidarte…hay un peligro inminente…
-espera- grito Raniel- Rowine.

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