mujer y ave

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lunes, 1 de septiembre de 2014

El despertar de un corazón II parte.


En Aras del pasado, capítulo 41.

En la cubierta del barco y con el viento soplando sobre su rostro. Una muchacha trigueña veía como la costa de su amada tierra se perdía ante sus ojos y las lágrimas brotaban a raudales en sus ojos esmeraldas.

«Adiós amor mío, que seas muy feliz junto a tu esposo» susurró con un nudo en su garganta.



Mi señora dijo un mocetón de ojos celestes, lacayo de la joven. no lloré más, podemos pedir regresar si usted lo desea.
Ya es muy tarde y mi decisión ya está tomada murmuró con dolor la muchacha. es lo mejor para ella. Su madre y ella, jamás nos dejarían estar juntas, y no podría exponerla a una vida de sufrimiento.
Mi señora Rowine exclamó el hombre.

Mientras que en otro sitio…


Una joven leía apresuradamente una carta que le fue entregada por unos de los guardias del castillo y al leer todo su contenido, un fuerte grito de dolor se escuchó en toda la habitación…
-¡Rowine! –aulló la joven, presa de un dolor insoportable en su corazón. Sus ojos enseguida se abnegaron de lágrimas.

En eso, se abrió la puerta de golpe, irrumpiendo en aquella habitación un hombre de cabellos dorados y una mujer muy idéntica a la joven que lloraba sin consuelo.

No necesitaron preguntar nada en ese momento, pues sus temores ocultos se habían hecho realidad y cada uno de ellos, sintió oprimirse su corazón al contemplar aquel semblante. Era como si sus ojos azules, se hubiesen quedado sin su brillo, totalmente opacos, carentes de vida.

Por otra parte, en uno salón distante de aquella escena, una joven de cabellos cobrizos se regocijaba como nadie, tras oír aquel grito, que vino a confirmar sus más anhelados y perversos deseos.

¡Al fin! murmuró la joven, con su voz cargada de maldad y regocijo. mi enemiga más odiada está lejos de ti. Es hora de ocuparme de mi primo y tendré mi tan ansiado premio.
Calguieri tiempo actuales…
En casa de la familia de la Condesa de Brinsgton. Había un inusual movimiento en uno de los salones mayores. Se encontraban reunidos casi toda la familia mencionada y además, ya estaban todos los miembros de la familia Calguieri Bursquet.
¿Crees que es apropiado que vea ese cuadro en este momento? preguntó Mariana.
Eso dependerá de cómo se encuentre, una vez que despierte. Recién podremos decir si es factible o no Expuso seria Anette.
En todos los casos, el médico ya la ha evaluado y nos señaló claramente que su estado de salud es bueno y que sólo necesita descansar mencionó Michael, padre de Alesia.
Sin embargo, padre, no debemos olvidar por ningún motivo, que todas esas emociones van en desmedro de Raniel y no sabemos a ciencia cierta qué sucedió en el cementerio expuso Alesia, visiblemente preocupada.
Les sugiero que esperemos a que ella despierte. No podemos sacar conjeturas de lo que sucedió, sólo Raniel lo sabe y estoy segura que se lo dirá a mi hermana Comentó Claudine.
Concuerdo contigo hija mía agregó Anette Anabelle se encargará de informarnos. Por cierto, no veo a Sara, ¿dónde está?
Mi novia está con Raniel mencionó Francis es lógico madre,  son amigas de toda la vida y le afectó mucho lo que sucedió, más que seguro que le ha tocado vivir situaciones similares en su país.
Tienes razón afirmó Anette es bueno que esté junto a ella, puede decirnos cómo actuar en alguna determinada situación.
Sara, me comentó que Raniel, nunca ha mencionado a esa tal Vivian en ninguna de sus otras crisis y que sólo le hablado de una mujer trigueña explicó Francis pero que sin embargo, siempre hay dos sobras más en sus sueños y por la apariencia corresponden a dos mujeres.
Sin duda han de ser Vivian y Henrieta acotó sin emoción Anette. no podría haber nadie más de su pasado que perturbe la vida de Raniel o mejor dicho que persiga a Rowine, hasta el día de hoy.
Es escalofriante como lo dices tía advirtió Alesia, cuyos ojos veían fijamente a los de sus padres y luego, los de su contraparte. tomando en cuenta que hay sospechas serias de que Camille Renout, sea la reencarnación de mi pariente.
No son sospechas infundadas, mi querida sobrina refutó Anette, sacando de uno de sus bolsillos una fotografía, la que entregó a su sobrina. tu mejor que nadie, sabe que tu ex compañera de universidad, tiene un gran parecido con Vivian. El problema es que nadie lo asoció antes de la llegada de Raniel.
Mientras la joven Bringston, observó la fotografía, Anette, prosiguió con su relato.
Recién comienzan a encajar todas las piezas mi querida argumentó Anette. contraté a un detective privado para que la siguiera, poco antes de que Robert, se fuese a Norteamérica.
Si te fijas bien, puedes ver que tiene dos cicatrices: una a la altura de su brazo izquierdo, marca y característica de tu familia, y la otra, más asombrosa aún, es la que tiene en sus muñecas. Son marcas dejadas en su pasado por sus constantes arranques de ira, los que se mencionan en cartas dejadas por Henrieta y Jonathan.

Con ayuda de Taylor y su laboratorio, comprobé que dichas marcas, no han sido originadas en este tiempo, no hay indicios de que su piel hubiese sufrido semejantes cortes sin producir una pequeña protuberancia cutánea que viniese a refutar dicha teoría.

Él me comentó que pueden ser marcas de nacimiento. Todo eso y sumado a las cartas, me llevó a pensar que Camille, no es otra que la reencarnación de tu pariente Vivian Bringston y aunque en los tiempos en que ustedes estudiaban juntas, no pude notar esa diferencia. Estaba muy consciente de que era muy aprensiva con mi hija y despertó en mí, ciertas sospechas.

Fue así, que poco antes de aparecer Raniel en nuestras vidas, obtuve ciertas respuestas de que Camille, era la amante desde hace muchos años de Robert y eso no es casualidad, mi querida Alesia. Ella ha planeado muchas cosas desde la oscuridad en que se mueve.

Entiendo respondió Alesia, recapacitando en las palabras de su tía. dime una cosa, ¿Anabelle, sabe que ella es la amante de Robert?
No. Aún no se lo he dicho explicó Anette, dirigiéndose a la joven y al resto.  escúchame muy bien sobrina y todos ustedes los más jóvenes de ambas familias. Nosotros cuatro más Joseph, estamos a la espera de que Camille, regrese a Inglaterra y haga sus jugadas, y sólo ahí, pondremos en conocimiento a Anabelle y sepa a qué atenerse.
Comprendo tía contestó Alesia cuentas con mi apoyo en todo lo que necesites. Sin embargo, tomando en cuenta lo que nos acabas de revelar. Raniel, estará en la mira de Camille y esa mujer es una desquiciada tía y no debes descuidarla.
Mi hermana tiene razón acotó de improvisó John, que se mantuvo todo el tiempo al margen de la conversación, pero no pudo evitar dar sus impresiones tras oír el nombre de la compañera de su hermana. Esa chica, celaba a mi prima siendo una simple amiga y compañera, su comportamiento siempre llamó mi atención, pues nunca entendí la forma tan aprensiva que tenía para con Anabelle, no dejaba que nadie se acercará a ella.
Me percaté de ello varias veces en casa y tras preguntarle a mi hija. Ella me confesó de que su compañera tenía tenia tendencias lésbicas indicó Anette al final de cuentas lo atribuí a eso.
Lo importante ahora, es estar en alerta cuando ella regrese al país, ¿no es así tía? mencionó Alesia.
Sin duda alguna acotó Anette.

Mientras la familia, se debatía en aquellas interrogantes. En un inmenso dormitorio, se encontraban otras dos mujeres, velando el sueño de la joven Larson.

Esto ya resulta tan agobiante se lamentó Anabelle, cuya mano acariciaba el rostro de su prometida. me duele en el alma verla en ese estado.
Debes ser fuerte, Anabelle comentó Sara, sentada en una esquina de la recámara. ella te necesita más que nunca.
Lo sé muy bien Sara `respondió ésta yo cuidaré de ella siempre y jamás permitiré que nada ni nadie la lastime nunca más.
Cuando regresemos a casa este fin de semana. Aconsejó Sara te sugiero que no te apartes por ningún motivo de su lado. En especial, cuando visiten a su médico. Es vital que sepas que está sucediendo con Raniel.
Lo tendré presente, Sara, y aprecio mucho tu consejo respondió una agradecida Duquesa.
No agradezcas. Es mi deber como su amiga aseveró Sara cuando ella, comentó sobre ti y que eras idéntica a su retrato, realmente me preocupé por lo que podría sucederle.
Entiendo señaló Anabelle el destino ha querido darnos una nueva oportunidad para poder concretar lo que no se pudo en el pasado.
Anabelle, hay cosas en esta vida que no tienen explicación alguna o lógica posible explicó Sara, cuyos ojos grises estaban perdidos en el rostro de su amiga de infancia. cierto o no. Lo único que puedo decirte, es que luches con todas tus fuerzas para hacerla feliz y que nadie más vuelva a sumirla en ese estado y tener que venir una vez más a este mundo.
Comprendo muy bien tu sentir Sara y créeme que pensamos igual. No permitiré que se vuelva repetir nuestra historia pasada Acotó con firmeza en la voz, la duquesa de Calguiere.
Me alegra saber que Raniel, está en buenas manos junto a la mujer que ama mencionó Sara ahora si me disculpas, iré a tomar un poco de aire.
Adelante indicó Anabelle, sin perder de vista a la joven Taffra.

Al poco tiempo…

«Voy a preguntarle más a mi madre sobre esa tal Vivian, ya es hora que también yo sepa toda la verdad de mi pasado. Es la única manera de protegerte en este vida» meditó para sí, la Duquesa.
Mientras, Anabelle, no dejaba de pensar en el modo de poder ayudar a su prometida. En otro sitio a kilómetros de ahí.

New York...

Aeropuerto J. F. Kennedy, en una de las salas de embarque, que estaba agolpada de viajeros en ese momento, escuchaban atónitos como su vuelo con destino a Inglaterra había sido retrasado por 5 horas, debido a las malas condiciones de la pista a consecuencias de las torrenciales lluvias de verano que habían afectado a la ciudad durante toda la semana.

Lo único que me estaba faltando resopló con desagrado una joven pelirroja, que sacó de su bolsillo, su pequeño móvil y procedió a marcar al instante. vamos, contesta ya.
Camille se oyó al otro lado de la línea. ¿cuando llegas?
Por eso te estoy llamando, querida prima respondió agria Camille mi vuelo ha sufrido un retraso de cinco horas y mis planes cambiaron. Por tanto, no vayas a buscarme ni te contactes conmigo hasta que yo te lo indique, ¿comprendes?
Claro como siempre, Camille afirmó sin emoción su receptor ¿alguna otra indicación?, Pues tengo trabajo que cumplir «prima» y no dispongo de mucho tiempo precisamente.
Noto cierta molestia en tu voz, mi querida Mildren Acusó sin asco Camille, mientras jugaba con su botella de agua mineral y veía con malicia por los ventanales del edificio. te sugiero que cambies tu actitud y no me hagas enfadar. No estoy de tu humor para tolerar tus impertinencias.
Por lo menos, no me llames por mi nombre Camille rebatió Mildren podrían descubrirme por tu culpa y perder los años de servicio que me he ganado con mi trabajo.
¡Oh Vamos Mildren! exclamó con sarcasmo Camille no me vengas con discursos baratos a estas alturas. Estás metida hasta el cuello en esto y si yo me hundo lo haces conmigo, por tanto, procura no cometer ningún lamentable error, mi querida prima.
Sólo silencio hubo como respuesta al otro lado del auricular y luego, de unos instantes se escuchó.
¿Qué deseas saber ahora? preguntó más dócil la secretaria de la Duquesa.
Veo que has entendido el mensaje linda se mofó Camille ¿has entregado los sobres cómo te pedí?
Sagradamente llegan los días viernes a Kingston y estoy segura que a estas alturas ya los recibió todos confirmó Mildren.
¡Excelente! exclamó jubilosa Camille. pasemos a la otra etapa de mi plan.
Tú dirás apremió Mildren.
Ten listo el informe financiero de Robert con la sociedad Streffer y ponte de acuerdo con mi abogado para inculpar a unos de sus empleados ordenó Camille que el dinero que reciba sea muy atractivo para mantenerlo callado por un par de años.
Sera hará como tú digas respondió Mildren justamente hay un joven que tiene un nutrido prontuario de deudas con la sociedad, por causa de su adicción a las apuestas.
Maravilloso. No puede ser más perfecto, viene como anillo al dedo y así, Robert quedará libre de culpa o sospecha que tenga James en su contra planificó maliciosamente Camille, cuya expresión facial, era la prueba de ser una mujer perversa en el más amplio sentido de la palabra. Sin escrúpulo alguno.
¿Cuándo quieres que lo contacte? preguntó la empleada de la Duquesa.
Hoy mismo, si es posible demandó Camille cosa de que a mi llegada, esté todo consumado y no se me vincule de ningún modo.
Comprendo bien afirmó Mildren ¿deseas algo más?
Con eso será suficiente por el momento comentó Camille no lo vayas a olvidar, yo estaré llamando.
Descuida. No lo haré contestó una desganada Mildren, cansada del ímpetu de su prima, pero que por temor no se atrevía a contradecirla.

Mientras ellas, proseguían con sus siniestros planes. Otros hechos estaban por gestarse en la comarca de Calguiere, más precisamente en casa de la Condesa Alesia y en el cuarto de huéspedes en donde se encontraba la joven Larson.

Anabelle, se había ausentado por unos breves momentos de la habitación en busca de algunas cosas para su prometida. Que yacía aún inconsciente después de ser protagonista de hechos insólitos, que terminaron por sumirla en un sueño profundo, debido a las emociones fuertes que le toco vivir.
Después de que la puerta se cerró detrás de la joven Duquesa. Una sombra emergió de un costado de la habitación que estaba poco iluminado en ese momento y muy despacio rodeo la cama dónde se hallaba recostada Raniel sin dejar de observarla en todo momento.

Sus ojos verdes centellaban a medida que su rostro quedo a escasos centímetros de la muchacha y en eso, una bocanada de aire salió expulsada de sus labios dando de lleno sobre la nariz de Raniel, que chocó con el aire caliente que salió de sus pulmones. Convirtiéndose en un grueso vapor de corriente fría, ya que de súbito en toda la habitación la temperatura bajo drásticamente. Indicando este hecho que  se estaba en presencia de un nuevo espectro u espíritu.

Las manos de dicho espíritu se dirigieron directo a la zona del corazón de la joven Larson y presionaron en él, para luego susurrar…

Raniel susurró la voz  es hora de despertar.

Mientras que en la mente de la mencionada. Todo era bruma y oscuridad y las imágenes se presentaban ante ella a grandes velocidades, llevándola a un viaje vertiginoso dónde el miedo a no encontrar la salida, la hacían muy vulnerable por no comprender en qué sitio estaba o quienes eran todos esos rostros borrosos que pasaban una y otra vez por su costado y ni siquiera le dirigían la palabra por más que les hablaba y pedía ayuda.

De golpe todo se detuvo a su alrededor y el paraje ante sus ojos se hizo más visible, percatándose que  se encontraba en una habitación llena de cuadros  con bocetos de jóvenes que al parecer eran familiares por la similitud en sus facciones y color de ojos.

Despacio y motivaba por la curiosidad, se acercó a contemplar aquellos retratos que yacían por toda la habitación, dispuesto de tal forma como si hubiesen sido puestos a propósito de esa manera.

Mientras los revisaba uno a uno, llegó a uno que captó su atención de inmediato, pues era el retrato de una joven de cabellos dorados y aunque su cabellera era completamente lisa y muy larga hasta el punto de llegar a más debajo de su cintura. Estaba muy claro de quién se trataba.

Anabelle murmuró la joven. eres tu amor mío.
Estás en lo correcto Raniel señaló una voz a sus espaldas.

Raniel, llegó a saltar de la impresión, pues se creía sola en aquella habitación y su corazón se aceleró muchísimo tras ser sorprendida de esa manera. A pesar del susto que le provocó aquella voz, se giró de inmediato a ver de quién se trataba y su sorpresa fue mayúscula al contemplar a la joven que tenía frente de ella.

Sus ojos se abrieron desmesuradamente al contemplar a una joven morena, que estaba ataviada en un hermoso vestido blanco, sus cabellos rizados recogidos en un prendedor, un dije de topacio azul en forma de flor de iris, adornaba su cuello, pero lo que más dejó espantada a la joven Larson fueron sus facciones y el color esmeralda de sus ojos.

Por más que intento articular palabra no pudo, pues éstas estaban atoradas en su garganta producto de la conmoción que le provocase al ver a la muchacha que tenía frente de sí.
Miedo y nervios, eran los sentimientos que la embargaban en esos momentos, pues aunque hubiese querido salir corriendo de aquel lugar no lo hubiese podido hacer, ya que estaba clavada al piso como si estuviese grilletes en sus pies que la sujetaban e impedían concretar su anhelo de escapar.

Sin embargo, la joven, percibió todo lo que el rostro de Raniel, expresaba en ese momento y una dulce sonrisa adornó los labios de la muchacha, en señal de amabilidad.

No temas Raniel indicó la joven no te haré daño alguno.

Dejando de lado sus nervios y viendo cómo la otra joven había dado el primer paso en un acercamiento amistoso a su parecer por lo que dejaban entrever sus palabras, se animó y la confrontó enseguida.

¿Quién eres?, ¿Qué haces aquí y cómo sabes mi nombre? inquirió Raniel, que clavó sus ojos en la otra para buscar respuestas. ¿porqué nos pare(no alcanzó a terminar la frase, pues un nudo en su garganta se lo impidió, ya que la sola idea de lo que iba a decir le sonaba descabellado)
Nos parecemos acabó la oración la joven.
Así… es arrastró las palabras una nerviosa Raniel.
Para tu tranquilidad me presentaré y así veas que no soy tu enemiga, Raniel señaló la joven mi nombre es Rowine.
¡Tú eres Rowine! exclamó consternada Raniel, al recordar de golpe viejas escenas dónde ese nombre surgió en uno de sus últimos sueños, ya que sólo podía retratar en bocetos aquel mismo rostro que estaba frente suyo. así que al fin conozco el nombre de quién he retratado por tanto tiempoyoyo
Por favor no temas imploró Rowine.

La joven Larson, comenzó a sudar frío en ese momento a pesar de las suplicas de la otra joven, pues su cabeza estaba hecha un verdadero lío y en cualquier momento volvía a sufrir una conmoción, producto de que se estaban develando de golpe algunos misterios de su pasado. Primero la tumba, la joven del bosque y ahora, se sumaba a que conocía en persona el nombre de quién por mucho tiempo retrató y que para su desgracia, resultó ser la mujer a quién ella se parecía físicamente.

Es hora mi querida Raniel, que conozcas toda la verdad mencionó Rowine, como leyéndole los pensamientos. la verdad acerca de tu pasado.
¿ Mi pasado? Inquirió ésta, que alzó sus ojos verdes del piso y buscaron  en el rostro de la otra, una explicación a ese comentario. ¿a qué te refieres con eso del pasado?
Escúchame con atención Raniel indicó Rowine, que se aproximó hacia la ventana que daba al balcón de aquel dormitorio y desde allí continuó hablando. la razón de porque tú y yo nos parecemos, es  porque somos la misma persona. En pocas palabras, tú eres mi reencarnación.
¿Reencarnación? Exclamó una incrédula Raniel a esas alturas. eso es imposible.
Sé que te puede parecer loco y poco creíble para ti comentó Rowine sin embargo, tengo pruebas concretas que te pueden demostrar que tú eres mi reencarnación en este tiempo.
¿Cuáles pruebas? inquirió de plano Raniel.
Primero que nada, todos tus recuerdos que has tenido desde tu niñez, no son casualidad querida Raniel aclaró Rowine, que giró a ver a la muchacha. todos ellos son mis vivencias, las que han estado guardadas en tu subconsciente.
Disculpa que sea escéptica al respecto, pero ello, no me indica que tenga que ser cierto. Hay personas que tienen recuerdos de otras y no necesariamente formaron parte de su pasado explicó Raniel.
Comprendo perfectamente tus dudas. Sin embargo, nuestro parecido físico no es casualidad confesó Rowine además, te daré razones de peso para que puedas creer lo que te estoy diciendo.

La primera de ellas y para tu conocimiento, es tu cicatriz que tienes en tu costado en forma de flor de iris y que es la marca de nacimiento que llevan las mujeres en mi familia. Además, debes saber que no ha nacido ninguna mujer en más de 115 años, siendo yo la última en tener dicha marca. Ello te prueba que estás ligada estrechamente con mi familia y que tu parecido conmigo como tus recuerdos no son una mera casualidad.
Segundo, existen cartas que afirman mis dichos y que están en poder de la madre de Anabelle y las restantes en manos de tu padre, quién es además el descendiente de Richard Larson y mío.
Cuando llegues a casa tendrás acceso a dichas cartas y no sólo eso, sino que deberás buscar un libro que fue guardado bajo llave en la cripta donde descansan los restos de mi sirviente Arthur. La llave la encontraras en el costado de un retrato de Richard y que fue puesta ahí por mi hijo siguiendo mi voluntad y a la espera de que volviese una vez más a la vida.

Una vez que leas ese libro, sabrás todo lo que sucedió conmigo y cómo fui obligada a abandonar al gran amor de mi vida, la Duquesa Anabelle Calguieri XVII.

Mi querida Raniel, sólo resta que conozcas a la persona que trunco mi vida como la de Anabelle y con sus intrigas consiguió apartarnos definitivamente. Es hora que despiertes de tu sueño y descubras la verdad.

Espera Murmuró Raniel, que permaneció en silencio y escuchó atentamente todo lo que develó Rowine. ¿Cómo sabré quién es la persona de la cual me hablas?
Ve con Alesia. Ella te mostrará al verdadero culpable indicó Rowine después de que leas dichas cartas, podrás comprender mucho mejor todo lo que sucedió en el pasado. Has de saber que todo ha tenido un propósito y que despiertas a tus recuerdos en el momento preciso.
¿Qué quieres decir con eso? preguntó Raniel, sin entender del todo sus palabras.
Que no eres la única que ha vuelto a la vida junto con Anabelle admitió Rowine tu pasado, tu enemiga también ha regresado y es hora de ajustar cuentas.
Pero, ¿quién es? inquirió Raniel.
Lo sabrás al ver el retrato señaló Rowine, estrechándola en un fuerte abrazo y besando su mejilla, susurró. yo estoy contigo; soy tu pasado y tu presente, hemos sido siempre una sola. Lucha Raniel, no dejes que te vuelva a vencer.

Dicho esto último. La figura de Rowine se desvaneció por completo y en el acto Raniel despertó de su sueño.
Los ojos esmeraldas parpadearon una y otra vez, mientras veían el cielo raso de la habitación, sin prestarle mayor atención a los grabados de escenas de caza que estaban en él.
Su mente luchó por tratar de recuperarse de las vivencias que pasó por medio de sus sueños. Era muy difícil de asimilar tal verdad de golpe sin ser escéptico.

«Así que tú eres mi pasado Rowine y esos recuerdos no fueron producto de mi imaginación» meditó en voz alta Raniel.

En ese preciso momento, la puerta del dormitorio se abrió y entró Anabelle junto con Alesia. Ambas quedaron sorprendidas de encontrarse con la joven ya despierta.

Amor ya despertaste, ¿cómo te sientes? preguntó Anabelle, sentándose en el borde de la cama y tomó entre sus manos las de su prometida, llenándolas de besos.

Raniel, ladeó un poco su cabeza y clavó sus ojos esmeraldas en los de su novia e instintivamente llevó su mano a la mejilla de ésta y la acarició con mucha delicadeza. Aquel acto común por lo demás, dio la impresión de que la joven Larson se encontraba con su amor después de mucho tiempo y las palabras que pronunció a si vinieron a corroborar esto último.

¡Eres tú, mi Anabelle! Después de tanto tiempo, puedo volver a contemplar esos ojos del color del cielo. «El lucero de Calguiere» exclamó Raniel, cuyos ojos brillaban más que nunca al perderse en los de su amada.
Mi vida, ¿qué sucede? Hablas como si no me hubieses visto en mucho tiempo señaló ésta, cuyo rostro reflejaba conmoción por las palabras de su prometida.
Efectivamente. Ha pasado mucho tiempo mi Anabelle aseveró Raniel no te puedes imaginar todo lo que he esperado para volver a verte.

La Duquesa, lejos de asimilar lo que estaba sucediendo, quedo más desconcertada aún. Prueba de ello, era su mirada que denotaba un poco de preocupación al respecto, pues para ella,  no tenía sentido todo lo expresado por su amor, ya que no habían transcurrido muchas horas desde la última vez que se vieron y hablaron. Por ello, no podía comprender la nostalgia que sintió en esas palabras como también un dejo de dolor.

Princesa, sólo han transcurrido unas horas nada más desde que dejamos de platicar comentó con ternura Anabelle e imitando el gesto de su amor, acarició su mejilla. te prometo que no volverá a suceder, ya que no volverás a salir sola tan de mañana.

Raniel, con un suspiro ahogado, entrecerró sus ojos, sin emitir palabra alguna.

«No te has percatado aún y por ello, no me has reconocido amor mío» medito Raniel.

Por su parte y no ajena a todo lo sucedido, Alesia, se mantuvo al margen para no interrumpir y se limitó en permanecer sentada en un sillón en un costado de la habitación. La joven Condesa, al igual que su prima estaba confundida con las palabras de Raniel y sin duda lo que más llamó su atención fue…

«El lucero de Calguiere» reflexionó interiormente Alesia, por espacio de varios minutos.

¿Dónde he oído esa frase anteriormente? se preguntó Alesia y le dio vueltas en la cabeza otro tanto más y en una de esas reflexiones, le vino a la mente una carta que leyó un tiempo atrás. será posible que RanielNo, eso es imposible, aún no es tiempo para que recuerde.
Cómo si hubiese una conexión entre los pensamientos de la condesa y la joven Larson, ésta última desvió la mirada en dirección de la joven Bringston.
Alesia, podrías por favor mostrarme los retratos de tus antepasados demandó Raniel, que en ese momento comenzó a ponerse de pie.
Los ojos azules de Alesia, que se alzaron al oír las palabras de la muchacha, centellaron de inmediato pues la dio la impresión de ver algo distinto en la mirada de Raniel y además, se sumaba el hecho de que hubiese sido oída en sus cavilaciones.
¿Estás segura? preguntó de frentón Alesia. sería aconsejable que lo consultáramos con tía Anette primero, debido a que sufriste un desmayo y no deseo exponerte a otra emoción fuerte.

Lejos de seguir el consejo de Alesia, la joven Larson, aspiró profundamente y con vehemencia respondió a lo dicho por la dueña de casa.

Creo que soy lo suficientemente grande para tomar mis propias decisiones sin tener que consultar cada paso que doy con los demás reprochó Raniel tendrías la bondad de mostrármelos, por favor.
Tanto Alesia como Anabelle, quedaron de una pieza ante las palabras de la joven y se miraron una a la otra como buscando una explicación a ello. Si bien, Raniel, es independiente y lo ha demostrado ya muchas veces, sin duda había algo distinto, pues el tono no admitió replicas o negativas al respecto. Todo indicaba, que no era la misma chica de siempre.
Amor, te sugiero que hagas caso a lo que mi prima te ha dicho acotó la duquesa tratando de frenar un poco a su prometida. aún no estás repuesta del todo.
Veo que no has comprendido Anabelle refutó seca Raniel no les estoy pidiendo permiso para hacer lo que debo hacer. Entiéndelo de una vez, necesito ver un retrato en particular. Sino no deseas apoyarme está bien, pero lo haré les guste o no.
Ok, Ok se apresuró en contestar Alesia, que intervino justo a tiempo, antes de que pudiese haber una pequeña riña entre ambas. si eso es lo que tanto quieres, yo te lo mostraré, por favor acompáñame.

Gracias a la intervención de su prima, Anabelle, pudo frenar un poco su molestia tras las palabras de su prometida. Ésta la descolocó totalmente por lo imperativo de sus dichos y no comprendía el porqué de ese cambio de actitud tan repentinamente, como si ella fuese de pronto su enemiga.

Cuando ya se aprestaban en salir de la habitación, Alesia, por el rabillo de su ojo pudo ver el desconcierto en su prima e intentó sacarla de esa situación de inmediato.

¡Nos acompañas Anabelle! instó Alesia.
Prefiero no ir adujó Anabelle, con desgano y evitando así algún otro impasse con su novia.
Concuerdo con tu postura Anabelle agregó Raniel si no les importa, deseo algo de privacidad esta vez y no que me estén cuidando como si yo fuese una niña que no puede hacer sus propias cosas.
¡Ya basta Raniel! reprochó enseguida Alesia. no sé qué diantres te sucede hoy, pero estás siendo demasiado injusta con Anabelle y con todos nosotros que no hacemos otra cosa que preocuparnos por tu bienestar. Esas no son maneras y estás siendo muy mal educada.

Las palabras hicieron mella de inmediato en la mencionada y un suspiro cargado de cansancio, vino a demostrar que abandonaba esa actitud defensiva que surgió de un momento a otro.

Lamento haber sido grosera contigo Anabelle. Ruego me perdones se disculpó Raniel y su mirada volvió a ser la misma de siempre.
Descuida amor señaló ésta en parte puedo comprender tu sentir y el que desees respuestas para todo lo que has vivido todos estos años y tienes razón, yo voy apoyarte y dejaré que vayas sola a ver ese retrato.
Agradezco que me lo permitas, para mí la confianza lo es todo Anabelle argumentó Raniel, que depositó un beso en la mejilla de su prometida a modo de disculpa. una vez que lo vea, yo hablaré contigo amor.
De acuerdo afirmó ésta. Dejándose caer en la cama y conteniendo al máximo sus emociones.
Como ya se han puesto de acuerdo y solucionado sus diferencias, es hora de que veas lo que tanto estás buscando indicó Alesia.
Vamos fue la respuesta de Raniel.

Ambas jóvenes abandonaron el dormitorio con rumbo a un viejo salón familiar. Dejando en el intertanto a una duquesa sumida en sus pensamientos.

«Definitivamente algo sucede contigo amor, tú no eres así y voy a averiguar qué te está pasando» deducía Anabelle.

Tras ello, salió del cuarto en dirección donde estaba el resto de la familia y hablar con su madre, acerca de lo sucedido con Raniel y además, por respuestas a ciertos sucesos del pasado que también deseaba saber.

Alesia, condujo a Raniel por un corredor alternativo para no toparse con el resto de la familia y de ese modo respetar los deseos de la joven de tener privacidad.

Al llegar al final de dicho corredor y en la pared del costado derecho, la Condesa tocó la figura de un dragón a la altura de la cabeza, y ésta se hundió dando paso a que la pared se abriera en dos, dejando a la vista una escalera angosta en forma de caracol y que estaba iluminada por faroles que imitaban a una antorcha.

¡Cielos! exclamó Raniel admirada. no imaginé que pudiese haber un pasadizo secreto en tu casa, ya que luce muy distinto al de la familia Calguieri.
Este edificio luce más moderno por las constantes remodelaciones que sufrió a causa del bombardeo de la segunda guerra. Uno de esos ataques dio de plano en el ala derecha, destruyendo la mitad de este palacio y no se pudo reconstruir más que la mitad de lo destruido, debido a que los materiales originales habían sido traídos de canteras de Italia y por estar en guerra, eso era imposible.
Además que en tiempos de guerra gastar una cifra tan exorbitante en reconstruir habiendo otras necesidades hubiese sido una barbarie ilustró Alesia, en la medida que iban avanzando por dichas escaleras.
Comprendo bien. La reconstrucción o conservación de edificios antiguos requiere de una gran inversión para recuperar viejas técnicas en desuso, y así mantener su estado lo más original posible. Y tomando en cuenta esos tiempos de escases hubiese sido descabellado gastar tal cantidad de dinero en reconstruir, cuando habían otras prioridades. Admitió con pesar Raniel, que siendo una apasionada de los antiguos estilos arquitectónicos, comprendía que en toda la historia el hombre destruye con facilidad lo que le toma años en construir.

Alesia, escuchaba atenta el comentario de la joven Larson y no dejó de encontrarle la razón en sus planteamientos, a su vez, no dejó de sorprenderse con la pasión que hablaba de su futura profesión. En eso una idea fugaz cruzó por su mente…

Raniel. En mi despacho tengo los planos originales de este palacio, que no concuerdan con lo que existe obviamente. Sin embargo, hay dos cosas que deseo recuperar del diseño original y me gustaría reconstruirlas. Comentó y a la vez preguntó la condesa. ¿te gustaría tomar este proyecto junto con Sara y a la vez te serviría para presentarlo como defensa de tesis?, ¿Qué me dices?
`No te niego que me resulta muy atractiva tu proposición y sin embargo, es algo que debo pensar bien y estudiarlo con Sara para ver si es aceptado por la universidad reconoció ésta dame unas semanas y te respondo.
Perfecto, yo te esperare señaló Alesia.
Justo cuando se detuvo frente a otra puerta de fierro forjado y al igual que sucedió anteriormente, giro la misma figura de dragón y la puerta subió automáticamente, pero en forma lenta.
Hemos llegado indicó Alesia, pasando a un salón, que resultó ser una galería de cuadros de muchas personas de distintas épocas.

Raniel, al ingresar y observar todo con detenimiento, quedó muy asombrada con la cantidad de rostros que habían en toda la habitación.

Sin duda son muchos tus parientes comentó Raniel por la cantidad de tumbas que vi en el panteón de tu familia pude hacerme una idea, pero esto supera todo lo que imaginaba.
Entiendo perfectamente de lo que hablas confesó Alesia y no me extraña tu asombro, pues estamos hablando de 500 años de historia familiar y en el cementerio de mi familia sólo está la mitad de ella.
¿Sólo la mitad? inquirió perpleja Raniel ¿qué sucedió con el resto?, ¿Dónde se encuentran entonces?
Eres muy curiosa mi querida Raniel señaló divertida Alesia. pero me gusta que lo seas. Los orígenes de mi familia son anglosajones y normandos, por lo que vienen de Francia y también de Alemania. Eso te explica porque no todos están en ese lugar.
Ahora me queda claro el porqué de tus rasgos, son típicos de los franceses acotó ésta sin tapujos. los ingleses son parcos por lo general y de facciones muy nórdicas, lo que los hace algo elegante pero agreste a la vez. El idioma es muy refinado y es lo que más me gusta, aparte de sus costumbres y modales finos.
jajaja bromeó Alesia eres muy sincera en tu forma de pensar y eso lo valoro mucho, ya que ser autentico y consecuente es primordial para mí y tú eres un encanto en todo el sentido de la palabra. Lo que me demuestra que eres una mujer muy integra y que demuestras en tus acciones tu pensamiento.
Es curioso, pero en cierta forma tú y yo nos parecemos en cierto aspecto, pero confieso que eres mucho más madura y centrada para tus años expuso Raniel además de ser muy acogedora conmigo y tengo un gran aprecio por ti.
El sentimiento es mutuo mi querida Raniel agregó Alesia, obsequiándole una sonrisa cómo respuesta a su sinceridad. ahora sígueme para mostrarte aquello en lo que estás interesada, ya que en esta parte solo están los condes y condesas de la familia.
Vaya, sí que son muchos los que fueron condes en tu familia mencionó atónita Raniel, pues en la sala habían por lo menos más de cincuenta retratos.
Estás en lo cierto aclaró Alesia, mientras la conducía a otra habitación contigua, que  era mucho más amplia aún. y eso debió a que muchos de ellos fallecieron muy jóvenes en un rango promedio que no excedía los 40 años.
De eso me percate en las lápidas aseveró Raniel.
¿Estás lista para verla? preguntó Alesia, viendo fijamente sus ojos y ver en ellos su verdad, antes de mostrarle el retrato.
Lo estoy Alesia repuso firme Raniel desde hace 15 años que espero respuestas a mis preguntas y otros tantos más para reencontrarme con mi pasado.

La nombrada, quedó estupefacta tras lo último esgrimido por la joven y sus ojos azules se abrieron desmesuradamente ante ello, pero tanto pronto lo hizo lo disimulo en el acto, pues sus sospechas comenzaban a confirmarse y quería tener la plena certeza de sus deducciones y para esto, iba a observar más en detalle el comportamiento de la joven Larson.

En ese caso, no alarguemos más la espera señaló Alesia, tras doblar a su izquierda e indicarle con su mano, un retrato al pie de una pared casi vacía.  he aquí a quién estás buscando.

Justo al terminar la frase, Raniel, se ubicó al costado de la condesa y su mirada se clavó en un inmenso retrato, dónde una joven de trenzados cabellos cobrizos que caían en un vestido de color crema con finísimos encajes.

Su cuerpo era de contextura delgada, su tez blanca y su rostro muy pecoso y pálido a la vez, sus labios carnosos y rosados que tenían una sonrisa algo torcida, clara muestra de burla. Lo otro que destacaban en su rostro, eran sus grandes ojos grises, tan fríos como el hielo y de penetrante mirar que contrastaba con su sonrisa irónica.

Todo en ella, indicaba ser una mujer  déspota y cruel a la vez, pues la postura con la que posó para ese retrato indicaba un aire de extrema superioridad y la altivez era su estampa personal.

¡Es ella, después de todo! exclamó Raniel, al tiempo que entrecerraba sus ojos esmeraldas y un escalofrío la recorrió de pies a cabeza.
«Así que tú eres la responsable de mi sufrimiento en estos 15 años» concluyó mentalmente Raniel.

Alesia, por su parte estudiaba detenidamente el rostro de la joven y una vez más, pudo observar un brillo muy particular que no estaba presente antes y que en cierta forma la preocupaba, pues había enojo en su mirada.

 Para Raniel, observar el retrato de la joven, no hacía más que confirmar que la chica que vio en sus visiones antes de llegar al cementerio, eran la misma persona, con la salvedad que en el boceto estaba más joven y con su cabellera más larga. Sin las marcas de un rostro demacrado y el odio que vio reflejados en el bosque aún no estaba presente en ellos.

El recordar aquella escena, le heló la sangre por segunda vez y más aún al recordar de golpe las escenas que vio después en el cementerio y las palabras de la joven Rowine.

Poco a poco todo comenzaba a encajar. Cada recuerdo de infancia, las voces que iban y venían, las discusiones entre dos mujeres y el llanto de otra, cobraban sentido después de una larga espera.

Tantas noches en vela, sumergida entre llanto y fiebre sin poder comprender porque esas escenas la atormentaban tanto. Eran su karma, su constante padecer cual fantasma la asolaban repentinamente y sin piedad alguna, sin importarle jamás lo pequeña que fuese en un comienzo cuando todo comenzó a la edad de cinco años.
Gracias a su familia pudo sobrellevar esas pesadillas, como solía decirle a su madre y que la asustaban tanto que corría despavorida hacia el cuarto de sus padres y no dejaba de llorar hasta que Fabiola conseguía calmarla previas indicaciones de sus médico tratante.

Ahora comenzaba a descorrer el velo de esos recuerdos y las piezas de ese rompecabezas iban encajando una a una. Sólo una cosa estaba faltando por hacer y era regresar a casa para ver esas cartas y ese libro del cuál le hablase Rowine. Sin embargo, todavía quedaba otro par de asunto por resolver: uno de ellos, las cartas en manos de Anette y la segunda, saber cuál era el apellido de Rowine, mejor dicho el suyo en el pasado y saber qué sucedió con la familia de ésta última.

Raniel, ¿estás bien? preguntó un tanto inquieta Alesia al ver el estado hermético en que se hallaba la muchacha.
Descuida Alesia, me encuentro bien respondió fríamente ésta. sólo quería saber quién era esta mujer.
Ella, se llamaba Vivian Bringston, una pariente en tercer grado reveló Alesia fue la hija menor del conde Bladimir, y aunque todos sus hermanos fallecieron a temprana edad, no tenía incidencia en la línea de sucesión, pues el heredero del conde alcanzo a dejar un primogénito, despojándola de toda posible herencia. 

Sin embargo, fue una mujer muy astuta y se las arregló para casarse con un barón del norte de Manchester y tuvo muchísimo poder. Sometiendo en forma muy cruel a muchos miembros de nuestra familia y estuvo a punto de usurpar el título de condesa, pues, Edward (mi abuelo) era apenas un chico de 15 años, muy inexperto en ese entonces y todo pudo evitarse gracias a Jonathan.

Raniel, sólo puedo decirte que ha sido el miembro de nuestra familia más aborrecido por las generaciones posteriores, por su crueldad para con los demás. Por ese motivo fue sepultada en un sitio aislado de todo el resto y lo mismo sucedió con este cuadro. Con sus actos avergonzó a todos en la familia y su nombre no se menciona, y por petición expresa de tía Anette es que he accedido a mostrarte este retrato, de lo contrario jamás hubiese permitido que nadie viese este cuadro.

Comprendo el sentir de todos ustedes, pues ella nunca le importó los sentimientos que tuviesen los demás, su único objetivo era satisfacer sus caprichos a como diera lugar. indicó Raniel con despreció.

Alesia, la miró de soslayo para comprobar que ese brilló estaba nuevamente presente en sus ojos y la respuesta no se hizo esperar, ahí estaba esa dureza en aquellos ojos esmeraldas, se veían amenazantes e infundía cierto temor.

«Definitivamente tú no eres la misma Raniel que conozco. Algo sucedió contigo en el cementerio y voy averiguar qué pasó» reflexionó  mentalmente Alesia.

Hablas cómo si la conocieras Raniel sondeó inquisitivamente Alesia.
Puede ser mencionó esquiva ésta. `creo que ya es hora de ir con los demás, no tengo nada más que hacer en este lugar.
Concuerdo plenamente contigo acotó una pensativa Alesia, cuyos ojos azules se entrecerraron un poco tras la respuesta de la joven.

Ambas muchachas abandonaron aquella habitación. La condesa esta vez tomó el camino original que las llevó a un elevador y que las condujo directo a la planta superior, quedando frente al salón dónde se encontraba toda la familia.
Al momento de abrirse las puertas, ya estaban siendo esperadas por Anette y Mariana, quienes denotaban un dejo de preocupación en sus rostros, tras ser advertidas por la Duquesa de qué algo no andaba bien con Raniel.

¿Has podido verla? preguntó Anette.
Sí fue la escueta respuesta de Raniel.
¿Qué piensas al respecto? insistió Anette.
Alesia, Mariana, podrían darnos un momento a solas por favor solicitó Raniel.
Como gustes señaló Mariana Alesia, ¿me acompañas?
Claro madre respondió ésta.
Una vez que ambas entraran en el salón. Anette, quedó viendo fijamente a la prometida de su hija e intuyó que algo no estaba bien.
¿Sucede algo Raniel? preguntó Anette.
Anette, mañana debo partir a mi país para dar solución a lo de Kingston y ver ciertas cosas que deben ser solucionadas junto a mis padres expuso ella a mi regreso quisiera hablar contigo sobre una joven y lo qué sucedió con su familia.
¿A qué joven te refieres? Si puedo saberlo ahora preguntó directo Anette.
No era mi deseo hablar de ello en este momento, pero siempre has sido muy amable conmigo y en respuesta a ello, lo haré mencionó Raniel a la joven que me refiero se llama Rowine y tengo la plena seguridad de que sabes de quién estoy hablando.

Anette, no se sorprendió en absoluto al escuchar el nombre de la joven Mcraune, ya que es conocedora de la historia de ésta y su hija en el pasado. No obstante, lo que si le asombró fue darse cuenta de que su reencarnación había comenzado a obtener respuestas por sí sola y su aparente estado de serenidad es lo que realmente le inquietó.

Estás en lo correcto Raniel. Sé muy bien quién es ella confirmó Anette ¿quieres hablar de ello ahora o prefieres que sea a tu regreso?
Ha de ser a mi regreso aseveró ésta.
De acuerdo entonces, será como lo desees mi querida niña consintió Anette.
Una cosa más  antes de que entremos al salón señaló Raniel.
¿Qué sería? inquirió algo incrédula Anette, que ya creía haber dado por acabo el tema por el momento.
Es sobre la familia de Rowine mencionó Raniel ¿aún le sobreviven descendientes?
Sí. aseguró Anette con una amplia sonrisa en su rostro, tras percatarse en el acto de que la memoria de la joven comenzó aflorar. sólo puedo comentarte que la familia de Rowine ha esperado por años saber sobre su paradero.
Comprendo acotó a duras penas Raniel.

Por segunda vez en lo que va de corrido, un nudo en la garganta obstruyó la articulación de cualquier palabra. Debido que a la sola mención de que existían aún miembros de su antigua familia, la conmocionó de sobremanera y sus ojos brillaban intensamente conteniendo las lágrimas que amenazaban con salir.

La madre de la Duquesa, contempló en silencio por unos segundos a la prometida de su hija y pudo percibir la lucha que tenía en su interior que estaba reflejado en el dolor de sus ojos y para tranquilizarla y mitigar en parte su dolor, comentó…

Una vez que regreses de tu viaje, tú y yo hablaremos del tema y luego de ello, si estás de acuerdo he de llevarte junto al patriarca de la familia de Rowine. explicó Anette.
Te lo agradecería mucho Anette, tú sabes lo importante que es todo esto para mí expuso Raniel.
Desde el primer día en que pusiste un pie en el salón, supe que con tu llegada cambiarían nuestras vidas irrevocablemente agregó con cierta melancolía en la voz Anette y cambiando de tema instó. es mejor que entremos y así, no preocupemos más los otros.
Tienes toda la razón. No es mi deseo seguir preocupándoles admitió Raniel.

El  momento en que hicieron su ingreso al salón, todas las miradas se posaron sobre la joven Larson y como nunca se sintió cohibida ante tal escrutinio por parte de los demás. No obstante trató de disimularlo lo mejor que pudo, ya que después de su sueño, algo en ella cambió, una vieja costumbre que traía arraigada de la vida pasada despertó junto a sus recuerdos.

¿Todo bien amor? preguntó Anabelle, a la vez que la recibía con un beso en la mejilla.
Estoy bien cielo respondió Raniel, sentándose a su lado y dejando perdida su mirada en el vacío.
¿Segura? insistió la Duquesa.
Muy segura Anabelle aseveró Raniel y para demostrarlo entrelazó su mano con la de su prometida y posó sus ojos esmeraldas sobre ella. te amo y es todo lo que importa en este momento.
Yo también te amo princesa como no tienes idea y sólo quiero verte feliz a mi lado señaló ésta.
Mi amor, tú siempre te esfuerzas día a día en hacerme feliz, me procuras en todo momento dándome lo mejor de ti: tus atenciones, tu tiempo y tu cariño, con el cual llenas de júbilo a mi corazón y se siente tan cálido desde que te conocí que éste nunca deja de pensar  un solo instante en tu persona expuso Raniel te agradezco mi vida que me ames tanto y voy a corresponderé con la misma intensidad a ese hermoso sentimiento.
Raniel murmuró emocionada Anabelle y su respuesta fue adueñarse de los labios de su prometida y sellar en un beso todo lo que estaba sintiendo dentro de su corazón.

Mientras ellas se perdían en sus caricias, los demás eran unos meros espectadores, que a la señal de Alesia, abandonaron el salón para darles un poco de privacidad.

El día transcurrió rápidamente en casa de la condesa. Compartiendo diversas actividades después de un grato almuerzo, dónde la atmósfera ya era más relajada y distendida entre las bromas de  Alexandra y Charles para con sus cuñadas, que no perdía ocasión de desafiarlas para un encuentro de esgrima con Alesia y Francis.

Por más que se esforzó por conseguir un duelo entre la pareja de su hermana Francis y su prometida Sara, no fue posible, ya que ésta última se negó rotundamente en enfrentarse con su novia.

Sin embargo, gracias a la invitación de Alesia, accedió a un pequeño duelo con ella. El que resultó en un empate entre ambas, pues le fue muy difícil a Sara vencer a una experta como la condesa. Dicho combate fue un banquete de emociones y satisfacciones para toda la familia que disfruto de un excelente nivel y técnicas en ambas contendientes.

En toda la jornada no se tocó lo concerniente a la joven Larson por ordenes de Anette, que a groso modo les explicó que todo estaba bien, dándoles a entender que se venían cosas positivas para la prometida de su hija y un futuro encuentro entre la familia Mcraune  y ella.

Luego de vivir un día muy intenso en todo el sentido de la palabra, la familia Calguieri en pleno, retornó al castillo para los preparativos del viaje que debían realizar Sara y Raniel junto a la Duquesa.

Al día siguiente…

En la autopista de Woolwich rd, un coche va raudo al aeropuerto de Hartman en Londres.

¿Puedes conducir un poco más lento, Alesia? reprochó Anabelle deberías pensar seriamente en ser piloto profesional.
Cálmate prima, nada malo sucederá y en cuanto a ser piloto, no me des ideas que después te estás quejando refutó divertida ésta. lo que cuenta es que llegues a tiempo.
¿En qué estaba pensando cuando te pedí que nos vinieras a dejar? se auto preguntó la Duquesa.
Será porque Marcus iba a estar ocupado con tu madre resaltó Alesia, guiñando un ojo por el retrovisor a Sara y a Raniel.
Tienes razón. Eras la última opción agregó un tanto fastidiada Anabelle, al recordar que su madre no le quiso decir dónde irían muy temprano.
¡Vaya! exclamó ofendida Alesia gracias por lo que me toca primita linda.
¡Alesia, ya basta! recriminó Anabelle no es hora para egos heridos.
¡Uy! Está bien exclamó resignada ésta pero qué genio te gastas esta mañana.

La Duquesa, ni siquiera se molestó en responder al comentario sarcástico de su prima. Tenía otras cosas en mente en ese momento como para desperdiciar su tiempo en disputas tontas. Sólo se limitó a mirar por la ventanilla de su coche lo poco y nada que les quedaba de trayecto para llegar a la terminal aérea.

En cosa de poco minutos las tres chicas descendieron del automóvil y se fueron directo a dejar sus bolsos para embarcarse de inmediato, pues no les quedaba ya mucho tiempo.

Al poco rato se unió Alesia para despedirlas y cuando ya estaban listar para entrar a la sala de embarque, se escuchó una voz dentro de la multitud de personas.

 ¿Acaso piensan irse sin nosotras? preguntó de frentón Anette.
¡Madre! exclamó con asombro Anabelle, en el momento en que se giró y quedó de frente con su madre y hermana Francis. ¿qué hacen acá?
Iremos con ustedes a Chile explicó Anette cuando estemos abordo te daré las razones de por qué las acompañamos.
Cómo tú digas indicó resignada Anabelle.

Por su parte, no sólo Anabelle estaba sorprendida con ello, sino que Sara no salía de su asombro al ver a su novia que le sonreía dulcemente.

¿Amor por qué no me dijiste que viajarías conmigo? demandó Sara.
Tesoro, era un sorpresa que teníamos deparada con mi madre respondió Francis ¿No te da gusto que viajemos juntas?
¡Claro que sí! respondió enérgicamente Sara sólo que me has sorprendido y mucho.
Esa era la idea acotó Francis, mientras le robó un pequeño beso. además, debo conocer a mis futuros suegros para formalizar nuestra relación y esta es la ocasión perfecta ¿no te parece?
Tienes razón amor concordó Sara, mientras envolvió en sus brazos a su novia.

En eso…

Siento interrumpir al parcito de tortolitas, pero acaban de hacer el último llamado a los viajeros de su vuelo. Les sugiero que se marchen pronto o las dejaran en tierra señaló Alesia.

Ambas chicas rompieron el abrazo para despedirse de la condesa y tomadas de la mano se fueron más que raudas junto con las demás.

Por su parte, Alesia, vio cómo desaparecieron de su vista las cinco y con un suspiro se giró para abandonar también ella el terminal aéreo.

«Ojalá que todo les salga bien» meditó para sus adentros la Condesa.

Al momento en que se disponía a subir a su coche, sonó su celular y vio un mensaje de parte de Kat, dónde le entregó los pormenores de cierta investigación que le solicitó de algunas personitas en cuestión.

Llegó la hora de ajustar cuentas, Bastian Wilson murmuró en voz alta Alesia, mientras arrancó su choche. pero por ahora te dejaré descansar, ya que hay una personita que tiene prioridad en este momento…¡Mildren!


Todas las piezas estaban ya estaban ubicadas en el tablero. Ahora, habría que ver quién daría el jaque mate en esta historia. Si el pasado volvería  triunfar una vez más o el amor rompía la maldición que pesaba sobre las protagonistas.

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