mujer y ave

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domingo, 24 de agosto de 2014

Un oscuro legado


La Maldición de la Luna, capítulo 19.

En la autopista de Regent St…un coche prosigue rumbo a su destino en el Charlotte Hotel, dónde sus ocupantes muy pronto se reunirán con una ansiosa mujer trigueña que aguarda a su invitada, está consciente que esto no es lo que señalo a la secretaria, pues era sólo un ardid para atraer de forma natural sin levantar sospechas de sus verdaderas intenciones.



La joven sabe que su apuesta es muy arriesgada, pero bien vale la pena el intento, ha sido muy cuidadosa de no llamar la atención de su socia, aunque no debería porque ya que sus intenciones no son arrebatarle su empleada, sino de disfrutar junto a ella de un agradable momento. Aún tiene en la retina la imagen de la joven ayer y lo estupenda que lucía, aunque   debido al carácter de la reunión debió enfrentarse a ella para defender sus puntos y a su vez para ponerle a prueba, ya que le causaba asombro el que una extranjera gozara de la plena confianza de una de las mujeres más exitosas y temidas del Reino Unido como lo es Elizabeth Erlington.

La curiosidad y también la molestia que sintió antes de conocerla en persona, hicieron que sacasen chispas en su primer encuentro y por más que lucho por humillarla y obligarla a ceder no lo consiguió y fue testigo como contaba con el absoluto apoyo de la Marquesa. Sin duda eso le permitió que la joven la venciera frente a todos los demás socios, pero eso no le molestaba en realidad, pues sabía perder y admitir cuándo alguien era el vencedor. Pero todo eso ya había pasado y hoy era otra la circunstancia, iba por algo más. En la noche en su casa pudo recordar un hecho que había pasado por alto, la joven asistente resulto ser nada más la chica de la otra noche que compartía junto a otra muchacha en actitudes muy comprometedoras, pues las caricias y gestos que ambas chicas se prodigaban hablaban claramente de alguna relación de tipo sentimental y eso la llevo a la conclusión que la joven Milovic tenía preferencias hacia las mujeres y eso había hecho que más llamase su atención e iba intentar conquistarla de alguna forma.
Fue así que concertó una cita con su secretaria y afino los detalles con el hotel donde se encontrarían en un almuerzo y por sí fuese poco reservo una suite para instancias mayores y de un disfrute de un poco de más de intimidad. Decidió arreglarse para la ocasión, escogiendo un vestido rojo muy ajustado al cuerpo con un provocativo e interesante escote, además de una abertura en sus costados que nacía un poco más debajo de la cadera y mostraban unas esculturales piernas. Acompaño todo el atuendo con un fino collar y aros que hacían juego con el vestido, se puso una fragancia en todo su cuerpo muy sutil pero que agradable a los sentidos olfatorios, tomo un pequeño bolso de mano y fue hasta su coche para llegar al hotel con anticipación antes que su invitada de lujo.

Por su parte un coche sigue rumbo  ahora por la autopista Oxford St….

Mientras que en su interior una joven pareja está sumida entre caricias, que producto de la pasión las han llevado a perder ciertas prendas en el proceso, pues sus instintos y deseos han hecho mella en ambas. Sin embargo haciendo un esfuerzo sobre humano Elizabeth ha sabido parar justo a tiempo aquel desborde de pasión, pues están muy próximas a llegar a su destino y esa reunión con Victoria Calaghan. La marquesa con mucha determinación decide separarse lentamente de los labios de su esposa y buscar la forma de regularizar su respiración como sus pulsaciones que están a mil. Una vez conseguido esto y con un suspiro, comienza a  abotonar y acomodar la blusa de su mujer en su sitio sin dejar de verlas a los ojos, pues es muy consciente de que sus facciones están desconcertadas por el repentino cambio  a la que fue sometida…

─  Voy a compensarte muy luego por todo esto  aclaro Elizabeth que le ayudaba a colocarse su chaqueta te lo prometo, es un tan sólo un receso nada más amor.

Kiara, reaccionó ante sus palabras comprobando que Elizabeth fue muy prudente al hacerlo ya que no faltaba mucho y hubiese sido algo embarazoso salir en un estado deplorable a una supuesta reunión, no pudo evitar sonrojarse de sólo pensar en aquello, gesto que fue percibido al instante por la marquesa, provocando que su cuerpo volviera enloquecer, esos simples y sencillos gestos tenían el poder de alterarla en demasía dejándola muy vulnerable ante Kiara. Tratando de salir del paso rápidamente tomo su pañoleta y volvió a dejarla en su sitio pero de una forma distinta que hacía resaltar mucho más la belleza de su joven esposa. Por su parte fue el turno de Kiara y no permitió que Elizabeth intentase nada, ella misma subió el cierre de su vestido y volvió a acomodar el chal sobre sus hombros, dispuso detrás de su oreja un rebelde rulo que se había salido de su lugar, pero que al verlo no le gusto y termino por quitarle el broche que sujetaba sus cabellos, haciéndola lucir más sexy y hermosa a sus ojos, pues la marquesa era una preciosidad de mujer y muchas querrían estar junto a ella en estos momentos, tales pensamientos hicieron ponerse nerviosa a Kiara, se estaba tomando muy en serio su rol de pareja y eso la conmovió, pues todavía debían hablar sobre muchas cosas.

En cambio los actos como los pensamientos de su amada esposa, provocaron una gran  dicha en el corazón de Elizabeth, le fascino ver todas las atenciones que le prodigo al tratar de dejarla presentable, del toque de soltarle sus cabellos y mirarla con devoción al ver los resultados, pero su última reflexión no le gusto, pues ellas no eran sólo pareja si no esposas y tenía todo el derecho de comportarse y sentirse como tal y no tenía porque sentirse menos que otras mujeres que hubiesen formado parte de su pasado  y menos de alguna del presente, pues para Elizabeth, su mujer y esposa, era lo más importante y hermoso en su vida y nadie se le podía comparar o igualar nunca.


─  Te amo Kiara  exclamo Elizabeth junto a sus labios  no habrá nunca otra mujer en mi vida, pues mi corazón te pertenece sólo a ti y es contigo con quiero pasar el resto de mi vida, no dudes jamás de ello.
─  Elizabeth ─   murmuro Kiara de verdad me halagan tus palabras, créeme, voy a cumplir mi promesa de anoche y vamos hablar con la verdad, pues tengo muchas preguntas que hacerte y te ruego que no me engañes por favor, ya que me cuesta trabajo volver a confiar en otra mujer y como lo mencione hace unas noches atrás voy a darme una oportunidad más para amar y si el destino te ha puesto camino lo respetare y sólo te pido que no juegues conmigo.
─  Eso nunca amor mío ─   refuto Elizabeth visiblemente emocionada de escuchar las más bellas palabras que siempre anhelo escuchar de ella e iba a procurar con su vida en demostrarle que era digna de su amor ─ Voy a luchar cada instante de mi vida por hacerte feliz.

En ese momento el coche se detenía justo en el área reservado para ello y James bajaba raudo a abrirle la puerta a su señora y a su esposa.

─  ¡Por favor, James!  exclamo Elizabeth  espéranos aquí, ya que tengo el presentimiento que no vamos a demorar mucho y luego nos llevaras dónde te mencione y no olvides mis instrucciones al respecto.
─  No lo haré mi señora- contesto James- y no me moveré de este lugar hasta que no regrese.
─  Perfecto  señaló Elizabeth y volviendo su mirada a su esposa  vamos. Kiara, te ruego que me dejes hablar a mí en esta ocasión, algo me dice que ésta no es precisamente una reunión de trabajo y no voy a permitir que nadie más te falte el respeto, yo me encargare de Victoria personalmente, por tanto mantente al margen de todo. Ahora salgamos de la duda de una vez por todas.
-como tú digas Elizabeth- contesto Kiara- verás que no interferiré, aunque debo reconocer que nunca fue mi deseo venir hablar con ella, me resulta un tanto desagradable de presencia y por no decir que es una mujer despectiva hacia otros sin siquiera darse el trabajo de conocerle y eso algo que no tolero y entre menos contacto tenga con ella tanto mejor, no es que evada mis responsabilidades, pero es molesto hacerlo.
─  Jajaja  río Elizabeth  por  eso me encantas, pues eres única y jamás te has dejado atropellar y eso es importante en la vida defender nuestros ideales y valores y no renunciar a ellos, pues la vida es una constante lucha donde que hay que saber tener una base solida a la cual aferrarse en tiempos difíciles.
¡Mmm!  murmuró Kiara sorprendida  cuanta sabiduría en tus palabras, cualquiera diría que has vivido siglos en este mundo y te ha hecho merecedora de esa experiencia.

Los ojos de la Marquesa centellaron ante las palabras de su esposa, ya que no estaba equivocada en sus presunciones y una vez más comprobaba que ella no era solo un rostro bonito y altivo, si no que una mujer muy sorprendente e inteligente, con un fuerte sentido de la responsabilidad y un instinto intuitivo a la superación como la perfección y eso eran cualidades muy preciadas para Elizabeth, pues tenía un alto concepto de la auto superación y la mediocridad era algo que detestaba y descubrir que Kiara poseía esas cualidades simplemente era maravilloso, no podía pedir más a la vida. Tener a la mujer que amaba, que poseía un corazón hermoso y que no dejaba de sorprenderla cada vez con sus actos, era realmente un placer y razón más que suficiente para cuidarla y consentirla como la joya más preciada que se puede tener.

-puede ser- bromeo Elizabeth- quizás no estés tan lejos de la verdad (dijo ello guiñándole un ojo)
Una sonrisa se dibujo en los labios de ambas a modo de complicidad, comenzaban a complementarse como pareja y  a dar los primeros pasos hacía un conocimiento de sí mismas y pavimentar un camino en la convivencia diaria de toda relación de recién casadas. Luego de unos minutos de caminar en compañía una de la otra y sin dejar de verse y sentirse, llegan al recibidor del Charlotte Street Hotel, dónde fueron recibidas por el encargado.
-buenos días- saludo éste- sean bienvenidas, cuentan con reservación o es primera vez en este lugar.
-buenos días- saludaron ambas.
-Nos están esperando- aclaro Elizabeth- la señorita Victoria Calaghan aguarda por nosotras, pues tenemos una reunión de negocios con ella.
-eso correcto- respondió el hombre- ella nos ha dado instrucciones de recibir a su invitada, usted me disculpará, pero no menciono que fuesen dos.
-comprendo- repuso Elizabeth- tiene razón en ese punto, puesto la señorita Calaghan esperaba  a mi asistente solamente, pero si es un inconveniente para usted, procederá a presentarme, mi nombre es Elizabeth Erlington, soy Marquesa de Cronwell y socia de la señorita Calaghan, espero que sea suficiente para usted ahora.
El hombre palideció al saber de quién se trataba, pues esa mujer era una de las más exitosas empresarias de todo el país y que decir que no cualquiera persona sino alguien muy importante a nivel de nobleza y hacerle un desaire como lo que acababa de hacer con su pregunta era ofensivo y traería una muy mala reputación para un hotel tan prestigioso como el suyo.
-disculpe mis palabras marquesa- dijo apenado el hombre- no he querido ofenderle, sólo cumplía las ordenes que me fueron encomendadas.
-acepto sus disculpas- expuso Elizabeth muy serena- ahora tendría la amabilidad de llevarnos hasta dónde ella se encuentra.
-por supuesto- menciono éste- por favor síganme.

Ambas fueron conducidas a los comedores del hotel y al lugar dónde les esperaba Victoria, que al momento de ver aparecer a Kiara en compañía de Elizabeth, palideció al instante, pues no contaba con su presencia y  ella no estaba en sus planes y ello venía arruinar todo y debería prepararse mentalmente para un posible impasse con ella. Además no fue sólo eso lo que la sorprendió sino el ver en la forma en que estaba vestida, cualquiera diría que lucía de ese modo para seducir y lo sabía muy bien, pues conocía la reputación de su socia y de sus gustos muy particulares. Sin duda el escenario cambiaba radicalmente con su presencia y se iría con mucho cuidado y buscaría la forma de quedarse con su asistente  a solas sin pasar a llevar a la marquesa.

Por  el contrario la marquesa al momento de llegar a la mesa donde se encontraba Victoria, supo enseguida de que esa no era una reunión de trabajo de parte de su socia y la forma en que ésta estaba ataviada le vino a confirmar sus sospechas, ella iba detrás de Kiara en son de conquista y eso era algo que no se lo consentiría nunca. Elizabeth cruzo miradas con su socia y ambas se midieron una a la otra y un destello cruzo el espacio entre ellas, pues ambas mujeres eran expertas en seducción y reconocían todas las armas y  artilugios que se usaban en ese juego.  Para Elizabeth todo estaba más claro que el agua, su socia cito a su esposa a  ese lugar con claras intenciones de seducirla, por ello que no fue avisada de la reunión y en cierta forma agradecía haber llegado de sorpresa y justo a tiempo a su empresa para enterarse de los planes de que ésta tenía al solicitar una cita de improviso. Ahora era su turno de hacerle saber unas cuantas cosas y le iba dejar muy claro que ella podía tolerar ciertas cosas pero jamás que se pasara de astuta y menos relacionado con lo más importante en su vida y que no se tocaba jamás y era su MUJER.

-buenos días Victoria-saludo Elizabeth seria
-buenos días Elizabeth- respondió con indiferencia el saludo y a su vez con voz serena- buenos días Kiara (entendiendo su mano para ello levantándose de su asiento)
-buenos días señorita Calaghan- respondió burlona Kiara, al momento de estrechar su mano, pudo percatarse de la forma en que estaba vestida, con un corte en su costado que no dejaba nada a la imaginación y unos ojos un tanto chispeante, vinieron advertirle a la joven que la socia de la marquesa tenía como objetivo tener una cita más íntima con ella y eso simplemente era más de lo que podía soportar y realmente le desagrado en lo sumo sus intenciones.

Kiara, retrocedió unos pasos y miro al instante el rostro de Elizabeth que le observaba también y como si hubiese leído su mente, su mirada le indico que todo iba a estar bien, que confiase en ella.
Victoria les indico que tomasen asiento, lo cual las dos hicieron y fue la marquesa que tomo la palabra, sorprendiendo  de inmediato a su socia.

-bien Victoria- comento Elizabeth- ya que estamos reunidas como debe ser, tú dirás cuáles son esas modificaciones que deseas consultar y motivo de esta reunión tan imprevista.
-verán- explico Victoria lo más relajada jugando  y midiendo sus palabras y para salvar el escollo- quisiera ver el porcentaje de capital, pues podría ser que en vez de ser de un 30 %, deberíamos incrementarlo en la mitad y acabar en menos tiempo con la construcción. Por tanto me gustaría ver que obras podríamos adelantar primero y requieran más prioridad al respecto.
─  ¡Ya veo! mencionó Elizabeth entrecerrando sus ojos  por favor Kiara ten la amabilidad de esperarme con James, pues mi socia y yo debemos hablar en privado de ciertos asuntos.
-de acuerdo- contesto en el acto Kiara- estaré esperando en el coche.
-vale- menciono Elizabeth sin dejar de ver a su esposa.

Una vez que la joven se retiro del lugar y se perdió de vista de ambas mujeres. Elizabeth volteo a ver a su socia, clavando en ella su mirada…sus ojos expresaban furia contenida…sin embargo Victoria no se dejo intimidar por ella…sostuvo su mirada, aunque presagiaba que cualquier cosa podía pasar ahora….pues el semblante de la Marquesa cambio en el acto una vez que Kiara se retiro…pues su socia había querido pasarse de lista al pedir una reunión a sus espaldas y nada menos con su esposa y ese hecho termino por agotar su paciencia….pues una vez paso por alto sus despectivos comentarios hacia la mujer que amaba y permitió que pudiese poner a prueba los conocimientos de Kiara con tal de no pasar a llevar esos derechos de socia e inversionista….Sin embargo en esta ocasión había excedido todo límite al querer conquistar a la única mujer que tenía prohibido acercarse….pues la joven Milovic es la mujer que ama y su esposa….e iba a enseñarle a Victoria a respetar aquello que era de su pertenencia.

-¿se puede saber que intentabas hacer Victoria?- inquirió Elizabeth  con un timbre de voz que denotaba molestia absoluta.
-¿a qué te refieres?- contra ataco Victoria- que yo sepa sólo pedí una reunión con tu asistente, ya que no pude contactarme contigo, no creo que haya delito en ello ¿o sí?
-no te hagas la tonta conmigo Victoria- amenazo la marquesa- crees que no me di cuenta de cuales eran tus intenciones.
-bien- expuso resignada victoria- lo de la reunión simplemente fue un pretexto para ver a Kiara y te aclaro que no tengo intenciones de arrebatarte a tu asistente; simplemente quería conocerla un poco más en persona eso es todo.
-pues déjame aclararte algo- advirtió Elizabeth- cometiste un estúpido error al hacer tal cosa.
-¿así?- desafió Victoria- ¿por qué según tú?
-fui muy clara la última vez  en señalarte que no iba a tolerar que cometieras ninguna idiotez más  con Kiara- menciono furiosa Elizabeth-veo que no tomaste en cuenta mi advertencia y ahora vas a atenerte a las consecuencias.
-vamos mujer- rabio victoria-nada malo le hice y que desee entablar otro tipo de contacto es algo de lo más natural y no afecta en absoluto tus intereses.
-¿eso piensas?- amenazo indignada Elizabeth - escucha muy bien lo que te diré Victoria, quiero que retires tus acciones de inmediato de mis empresas, pues nuestra sociedad está disuelta en este instante y para tu conocimiento, cometiste un error imperdonable que jamás pasare por alto y es haberte atrevido acercarte a mi esposa.
-¿esposa?- inquirió atónita Victoria- no me digas que Kiara es tu…( no alcanzo a terminar cuando fue interrumpida por la marquesa)
-sí Victoria- aclaro molesta Elizabeth- Kiara se ha convertido en mi esposa y voy a ensañarte a respetar a la que es mi mujer y tú ni nadie volverá a molestarla o faltarle el respeto nunca más.  Y se te vuelves a cruzar en mi camino voy hacer que te lamentes por el resto de tus días, tienes como plazo esta semana para hacer lo que te pedí y no dejar ni rastros de tu presencia. Por lo demás no oses siquiera  intentar volver aproximarte a mi esposa, pues te juro que mato- amenazo con ira Elizabeth.

La marquesa antes de irse fulmino con la mirada a su antigua socia como señal de que no estaba jugando y luego de ello se levanto de la mesa y se fue del restaurante, dejando a una temblorosa y descolocada Victoria Calaghan…

-maldición- rabio Victoria- estás me las pagas Elizabeth, nadie me amenaza de este modo y me humilla así.
Tras dejar las dependencias del local…la marquesa se dirige hasta su coche dónde le espera Kiara y James…
-todo bien- interrogo Kiara- ¿qué sucedió con la señorita Calaghan?
-muy bien amor- dijo sonriendo Elizabeth estrechando entre sus brazos a su esposa- y en cuanto a Victoria, ya tienes algo menos de que preocuparte, pues nunca volverá a molestarte y si llegase a cometer una locura como esa, yo misma me ocupo de ella y hare que se arrepienta toda su vida de ello.
-eso quiere decir que han terminado con su sociedad- inquirió asombrada Kiara que no pensó que las cosas fueran a acabar de ese modo.
-yo acabe con nuestra sociedad- aclaro con voz melosa Elizabeth- pues no estoy dispuesta que nadie interfiera entre nosotras y menos quiera tocar algo  que es  mío y tu mi vida eres sólo mía.
-¡no me digas!- provoco Kiara-  y se puede saber desde cuándo soy de tu propiedad Elizabeth.
-desde anoche lo eres encanto- susurro Elizabeth en el oído de su esposa- o quieres que te recuerde la forma en que te hice mi mujer.
-mira tú- retó Kiara- pues aún tienes que reafirmar tu posición mi querida Elizabeth y creo no te será tan fácil esta vez.
-eso está por verse dulzura- insinuó seductoramente Elizabeth- ahora vamos a tu departamento por algo de ropa, ya  que vas a estar conmigo toda esta semana cielo mío.
-¿así?- exclamo altiva Kiara- tendrás que convencerme primero, ya que no me has consultado sí estoy de acuerdo con ello o no.
-ya verás amor- provoco Elizabeth mientras con un ágil movimiento introducía a su amada al coche y la dejaba extendida a lo largo del asiento, mientras con una mirada cargada de lujuria le amenazaba- pues trabajare en ello antes de llegar a tu hogar mi cielo y te aseguro que sacare un sí de tus labios.

En cosa de segundos el coche de la marquesa se puso en marcha y James volvió a cerrar el separador, sin antes preguntar la dirección dónde debían ir…sin embargo  Kiara no facilito en nada las cosas y sólo se limito a sonreír burlonamente mientras veía el rostro de Elizabeth, que la veía con sus ojos entrecerrados tratando de adivinar…pues algo le decía que su mujer le ocultaba la dirección...indicándole que se había cambiado de departamento y coincidía justo con el tiempo en que ésta estuvo desaparecida…la observo por unos segundos para luego sonreír maliciosamente y sus ojos verdes brillaron de tal modo que hizo que Kiara se estremeciera, pues supo enseguida que iba a obtener esa información haciendo uso de ciertas armas de convencimiento….y efectivamente así sucedió…la marquesa se quito su chal y se dejo caer muy despacio sobre el cuerpo de su esposa, mientras sus manos comenzaban a dejar un camino de fuego a medida que avanzaba y tras atormentar con intensas caricias el cuerpo de su amada consiguió la dirección…James tras oír las nuevas señas de parte de su señora tomo la autopista que correspondía y dispuso de música idónea para la pareja de esposas…mientras conducía sonriente de ver que al fin su ama estaba disfrutando de la que más anhelaba…estar junto a la mujer que amaba y que muy pronto aprendería a corresponder a sus sentimientos…todo eso era motivo suficiente para el fiel sirviente en estar feliz y en eso recordó las palabras de Durían y Jamiel….que dentro de un tiempo más nacería la heredera de la Marquesa de Cronwell y su joven esposa…eso ya estaba en camino gracias al enlace…y él tendría el privilegio de ver nacer y crecer a los hijos de su señora….la familia tan ansiada por Elizabeth.
Santiago…

Un joven camina por calle 5 de Abril muy cerca de Estación Central, va acompañado de una bella joven, una morena de cabellos negros y largos, de unos profundos ojos avellana, llevan tiempo transitando por esa arteria de la capital chilena. Desde que despertó temprano en la mañana le llamó, pues necesitaba desahogarse con alguien y también ser curado de los hematomas que tenía a lo largo de todo el cuerpo y fue así como se reunió con ella y fueron a una clínica desconocida para pasar desapercibidos a los ojos de su progenitor, de lo contrario ambos tendrían serios problemas.

-Graciela- señalo El joven- creo que no debemos continuar con esto, podrías ponerte en riesgo con nuestro padre.
-¡PADRE!- siseo Graciela- perdóname Ignacio, ambos sabemos que cualquier hombre merecería ser llamado  así menos Alexander, nunca le hemos importado como hijos, siempre nos ha visto como simples objetos con los que puede transar al mejor postor. Nunca ha tenido ninguna consideración con ninguno de nosotros y su ambición no tiene límites es capaz  de vender su alma al diablo con tal de obtener dinero y poder y todo por ese estúpido legado que dejara nuestro ancestro de encontrar a la persona que le trajera honor y fortuna a la descendencia de los LOREN.
-pero hermana- acoto Ignacio-yo no quiero que tenga problemas con él y tu esposo, ya has tenido suficiente con haberte obligado a casar con un hombre que no amabas y gracias al cielo a sabido quererte y ha velado todos estos años para que seas feliz.
─  ¡FELIZ! ─  masculló Graciela  por favor, ese hombre me desgracio la vida por completo y me unió a un hombre que me ve como una simple posesión, la cual él compro junto con las acciones de la compañía gracias a mi “querido padre”, pues déjame decirte que eso no es felicidad hermano y deja de preocuparte que lo que menos me importa a estas alturas es su opinión, pues hace rato que deje de temerles a ambos. Ahora vamos a dejar esa constancia de una buena vez y te vendrás a vivir conmigo a mi departamento, ya que ese es el precio que pague por ser libre de las manos de Alexander.
¿Qué haremos con respecto a Cristina?  inquirió Ignacio preocupado
-lamentablemente ya nada podemos hacer al respecto- dijo cansada Graciela- pues a estas alturas debe ir rumbo a Inglaterra y no tenemos cómo contactarnos con ella, pues su teléfono no contesta.
-pero debemos prevenirla a como dé lugar Graciela- repuso enérgico el joven- no estoy dispuesto a que ella sea condenada al mismo futuro que lo fueron todas ustedes por la ambición desmedida de nuestro padre.
-te lo vuelvo a repetir Ignacio- dijo seca la joven- no le llames así, me enferma, no merece que le digan así aún monstruo como ese que es capaz de vender a sus hijas por dinero y poder, además de dejarte en ese estado. Mírate hermano casi te mata de tanto golpes que te dio, no puedo creer que ella no haya hecho nada para protegerte, qué clase de padres tenemos.
-hermana- dijo triste Ignacio- no te preocupes por mí, ya me acostumbre a ese tipo de cariños.
-ese es el problema- rabio Graciela- todos terminamos por aceptar ese tipo de acciones e hicimos su santa voluntad por años por temor a su furia, pero te puedo asegurar que ninguna de nosotras siente algo de cariño por Alexander y mucho menos Cristina después de semejante paliza que le propino y aunque no estuve de acuerdo con sus gustos personales   hacia las mujeres en ese entonces, no justificaba que la tratase de esa manera y si no hubiese sido por Kiara estoy segura que él la mata.
-eso quiere decir que ahora la apoyarías- indago el joven
-Ignacio- aclaro Graciela- con los años comprendí que no soy quién para juzgar y sí ella es feliz de ese modo, entonces para mí está bien, aunque dudo que a nuestra hermana eso le interese ahora. Puede ser un poco tarde para arrepentimientos fraternales, pero si tengo claro que no deseo que Cristina acabe como nosotras.
-¿entonces qué haremos si nuestro padre va en camino?- inquirió éste.
-no lo sé aún- contesto ella- al menos quién compró las empresas es extranjero y eso le dará un poco de tiempo a Cristina hasta que Alexander trate de usarla para sus fines con el nuevo dueño.
-no estaría tan seguro hermana- repuso Ignacio- hasta dónde sé el nuevo dueño se apellida Erlington y por lo que dijo uno de sus abogados es Ingles, justo dónde está Cristina.
-¡rayos!- exclamo la joven- es el colmo de la mala suerte, ni modo ahora debemos ocuparnos de ti y después haremos todo lo posible por podernos comunicar con nuestra hermana. Ahora lo primero es dejar esa constancia, así que Ignacio entremos y acabemos con esto de una vez por todas y sea el principio para poner fin a la demencia de nuestro progenitor.

Ambos jóvenes entran en una comisaría del sector, dónde son recibidos por un sargento que procede a tomar nota de los hechos y estampan la denuncia en contra de Alexander Loren. Una vez hecho eso llevan a los dos a un hospital a constatar lesiones y previo certificado médico que será adjunto para ser presentado en el juzgado de crimen de la Santiago.  Cuando concluyeron todos los trámites requeridos y pertinentes para dejar en evidencia de de maltrato familiar, los hermanos se retiran con dirección de la comuna de Providencia en Pedro de Valdivia donde Graciela tiene su pequeño departamento, lo único beneficioso que saco de todo esa farsa de matrimonio que tuvo, pues de mutuo acuerdo decidieron separarse y gracias a su profesión y a un acuerdo monetario podía disfrutar de ciertas comodidades.
-bien Ignacio- exclamo la joven- puedes darte una ducha y escoge libremente cual de los dos dormitorios quieres para ti, ya que de ninguna manera te dejare regresar a esa casa nunca más. Mientras tanto voy a contactarme con las demás y seguir intentando dar con Cristina antes de que Alexander llegue de sorpresa a Londres y haga de las suyas.
-vale hermana- dijo él- gracias
-no agradezcas- repuso seria Graciela- eres lo único que tengo y que vale la pena proteger, sólo espero que no sea tarde para recuperar a Cristina.
- no lo será hermana- dijo Ignacio
-ya veremos- dijo ella- ve, el agua te sentará bien.

Después de eso, la joven Loren se contacta con sus otras tres  hermanas, que aunque un poco reacias en un principio, deciden ir hasta su departamento. Tres horas más tarde se encuentran reunidas en la sala de estar  y Graciela las pone al corriente de todo lo sucedido con su progenitor y el último de sus arrebatos causados por su ambición desmedida y llama a su hermano para que sean ellas mismas que juzguen por sí mismas. El espectáculo no es digno de ver, pues el joven tiene su rostro muy hinchado aún a causa de los golpes y su cuerpo está lleno de hematomas por doquier. Las hermanas quedan totalmente impactadas ante la brutalidad del que se presume como el padre perfecto ante los demás.

-¿qué piensas hacer Graciela?- inquirió Pilar que es un año mayor que Cristina
-Ignacio se quedará conmigo- expuso ella- no estoy dispuesta a que siga bajo el yugo de ese monstruo y asumiré la consecuencias de la denuncia que estampamos en contra de Alexander y si no desean involucrarse puedo comprenderlo, pero no dejare sola a mi hermano y lo mismo se aplica para Cristina.
-Cristina estará en problemas- repuso Tamara- es más que seguro que correrá nuestra misma suerte. Además ella no está en condiciones de casarse con un hombre y tu sabes muy bien porque.
-no sí lo puedo impedir- refuto Graciela- buscaré la manera de contactarme con ella y referente a lo último que acabas de mencionar. Creo ya es hora de dejar las idioteces de lado, pues eso nos arruino como familia y mira como estamos, ¿crees Tamara que importa la condición de Cristina ahora?
-¡cálmate!- demando Mariela- no sacamos nada con pelearnos entre nosotros.
- ¿Qué me calme?- dijo molesta Graciela- miren a nuestro hermano como está y díganme ahora ¿acaso no le va a suceder lo mismo a Cristina?, pues para Alexander no hay diferencia entre un animal y sus hijos. No esperen que Kiara esté salvando otra vez la vida de Cristina, cuando es nuestro deber velar por nuestra hermana, no me quedare de brazos cruzados esta vez ya es hora de parar con todas las locuras de ese hombre.
-cuenta conmigo también para ello- afirmo Pilar- no volveré a dar la espalda otra vez.
-tienes mi apoyo también- menciono Mariela- con lo que hizo con Ignacio es suficiente de aguantar tanta locura.
-bien, que seamos todas entonces- aclaro Tamara- habrá que moverse rápido para prevenir a Cristina.
-gracias- menciono entre lágrimas el joven (16 años)- gracias por preocuparse de Cristina.
-descuida Ignacio- menciono Pilar- no la dejaremos sola esta vez como a ti tampoco.
Los hermanos Loren permanecen mucho tiempo buscando los medios de poder ponerse en contacto con su hermana que está en Inglaterra, pero sus intentos son inútiles y resuelven que una de ellas viajara a la brevedad posible a ese país para evitar a toda costa que Alexander concrete sus planes y deciden que será Pilar la que viaje mañana mismo en unos de los primeros vuelos con rumbo a Europa. Sin embargo Graciela no deja de intentar con el móvil de su hermana Cristina y deja la mayor cantidad de mensajes y por medio de su hermano consigue la dirección dónde vive ella  y la empresa para la cual trabaja. Sin duda mañana será un día clave para la vida de los hermanos.
Días después…Dundee

Una joven lleva mucho tiempo sentada en un tronco un poco alejada de la laguna y de la tienda…lleva mucho rato meditando sobre viejos sucesos…un dolor atraviesa su corazón…sabe que algo está mal…no puede evitar pensar en su hermano menor y en sus palabras…y aunque se prometió no involucrarse en un asunto que no le concernía…hace más de dos horas que siente un fuerte palpito…es síntoma de que se avecina una desgracia.

-Ignacio- murmuro Cristina- por favor cuídate, prometo que tan pronto me sea posible iré por ti.
La joven queda con su mente en blanco mientras contemplaba el reflejo del sol en la laguna, quedo inmersa en esa imagen perdiéndose por completo que no sintió la presencia de alguien más a su lado y que poso su mano sobre su hombro, arrancándola de su abatimiento.
-¿qué sucede amor?- inquirió Jamiel- ¿por qué estás aquí?
-sólo pensaba nada más- explico Cristina- ¿qué haces tú acá, no deberías estar recuperando fuerzas?
-cielo mío- murmuro tierna Jamiel mientras acariciaba su rostro- cómo podría hacerlo, si el corazón de mi esposa está sufriendo en estos momentos.
-Jamiel- murmuro apenas audible ella- ¿cómo sabes?
-Cristina- expuso Jamiel- óyeme bien, como miembro de esta familia adquirimos ciertos conocimientos que se han traspasados de generación en generación, lo que nos hace muy perceptibles al sufrimiento y emociones de nuestras parejas. Por tanto puedo sentir tu dolor desde hace un buen rato, por eso te alejaste para no preocuparme. Me gustaría que tuvieras más confianza en mí ya que somos esposas y juntas podremos resolver las dificultades.
-discúlpame amor- señalo Cristina- no era mi intención dejarte sola y mucho menos preocuparte, cuando deberías estar descansando. Mañana deberemos volver y  es necesario que estés bien, así que no tengo elección y tendré que obligarte a descansar a la fuerza.

Tras sus palabras dejo su lugar en el tronco y tomo en brazos a su esposa y la llevo nuevamente hasta la tienda. Sin embargo nuevamente volvió  a llevarse otra sorpresa al llegar ahí, todo estaba impecablemente limpio…las mantas de su lecho habían sido todas cambiadas y un dosel de hilos de seda dorada lo embellecían…a los pies de este habían nuevas túnicas para ambas de color celeste con hermosos motivos bordados en sus mangas y cuello… en otro lugar había una mesita redonda que contenían bandejas de variados alimentos preparados por los Dinkaire en su elaboración culinaria…la fogata se mantenía encendida brindando un poco más de calor al lugar….mientras que un exquisito aroma de inciensos inundaba todo a su paso…

-vaya- exclamo Cristina- nunca tu gente dejará de asombrarme. Sin duda esta luna de miel no la voy olvidar nunca, ha sido lo más maravilloso que he experimentado en mi vida.

Cristina,  puso en pie a su joven esposa y ella de inmediato procedió a desvestirla y e hizo lo propio consigo misma, tomando su mano la condujo afuera para  tomar un pequeño baño  en la laguna, regresando casi al instante a la tienda. Con un mullido trozo de género seco el cuerpo de su esposa Cristina y la vistió con las nuevas vestimentas, luego fue el turno para la joven Loren de corresponder al acto que hiciera para con ella su consorte. Todo había pasado tan rápido que aún le costaba asumir su condición de casada, disfrutaba de todo lo que hacían en conjunto, pues eran experiencias nuevas para ella, pero lo que más la tenía sorprendida  era lo delicada y extremadamente tierna que resultaba ser Jamiel, había tal devoción que se demostraba en todos los actos que le prodigaba a cada instante.
-ahora ven conmigo amor- demando Jamiel- seré yo la que me ocupe de ti y veré que mi esposa se alimente como es debido y no quiero oír ningún reproche de tu parte.
-Jajaja- bromeo Cristina- mi linda esposa sacó sus garras otra vez, pero no creas que he  terminado contigo, aún tenemos cuentas pendientes que saldar tú y yo.
-eso puede esperar, hay otras prioridades en este momento- demando enérgica Jamiel- ven acá (tomando su mano le instalo junto a la mesa y sirvió los alimentos, después dio de comer a su esposa sin permitir oposición de parte de Cristina)

«cielos que carácter tienes mi linda Jamiel» meditaba Cristina mientras se dejaba querer y consentir por su esposa.

Mientras en la mansión de la Marquesa…

El tiempo transcurría lentamente…llevaban cuatro días disfrutando plenamente de su amor sin ser molestadas…tan sólo se pertenecían un a la otra y en cada entrega se iba fortaleciendo su lazo y ese nexo se solidificaba en nuevas bases con la construían su relación y vida de casadas…aunque ese pequeño detalle era desconocido para kiara y podría llegar a ser un impedimento para Elizabeth  si  dejaba pasar el tiempo sin confesar esa verdad….pues no estaba en los planes de la joven Milovic un matrimonio…no por ahora y aún menos recordando las razones anteriores por las cuales se lo pidiera, sólo el tiempo es capaz de borrar todo y curar las heridas.

Kiara lleva un tiempo levantada…mientras aquella rubia mujer que hasta hace unos días era su jefa, ahora se ha convertido en su novia.  Descansaba desde hace un buen rato rendida producto del cansancio, tras largas horas sin dormir producto del amor y la pasión con la cual ambas se entregaron todos estos días. Su aspecto y serenidad lo decía todo, era un ángel cuando se le llegaba a conocer a profundidad.

 Sin pensarlo salió a caminar por los alrededores de la mansión…le resultaba increíble el haber vuelto al lugar que juro no pisar más en su vida. Cuando lo único que deseaba en ese tiempo era huir de la Marquesa a como diera lugar, que ironía de la vida y sin embargo hallábase en una situación más distinta en esta ocasión, pero aún quedaban muchas cosas por resolver, en todo ese tiempo no pudieron o no quisieron hablar, pero no podrían prolongarlo mucho más.

Tomo de su  chaqueta, su móvil y volvió a marcar a Cristina por enésima vez y volvía a caer en buzón de voz, llamó entonces a su trabajo y una de sus secretarias le informo que la joven Loren estaba con permiso por unos días y que no sabía la fecha exacta de su regreso Kiara  por lo que dio las gracias y corto la llamada.

-¿dónde estás Cristina?- reflexiono Kiara- es muy extraño que te ausentes por tanto tiempo de tu trabajo y más aún no me hallas dicho dónde ibas.

Kiara; alzó sus ojos buscando una respuesta en las nubes o más allá de éstas…es algo insólito e inexplicable…siempre que sentía que algo no estaba bien y tenía relación con su amiga, buscaba en el cielo respuestas….es como si hubiese alguien ahí que la oyese…nunca ha entendido el porqué…pero lo hace desde hace mucho…es como un imán que la conecta con el firmamento y con su amiga del alma…siente el llamado dentro de su corazón, necesita verla o al menos saber de ella…hay algo que la tiene intranquila, puede percibirlo…es mucho más fuerte que los lazos que tiene con su propia familia que por cierto no es muy numerosa y de la cual casi nunca habla por razones de que nunca fue muy relevante para ella, ya que se crio lejos de sus progenitores y quién se hiciera cargo de pequeña fue su abuela paterna. Por ello siempre estuvo acostumbrada a valerse por sí misma, ya que aprendió a muy temprana edad a ganarse la vida o cuanto ella necesitaba. Si bien su abuela le proporcionaba todo cuanto necesitaba y vivían con cierta comodidad, la joven Milovic siempre mostró un grado de independencia y eso le ayudo muchísimo.

En estos momentos sus pensamientos vuelan hacia la que considera realmente su hermana, Cristina, camina inquieta por los alrededores jugando con su anillo (sin saber que es la sortija gemela a la de su hermana) Esa joya tiene un gran poder que está oculto por el momento pero que unifica los lazos con todos y cada uno de los miembros de la familia lunar, que permite a su portadora cerrar el vinculo y fortalecer el nexo sanguíneo con sus hermanas en especial con su gemela. Mientras Kiara camina sin rumbo, su sortija desprende un brillo muy peculiar y todos sus pensamientos son escuchados por sus 7 hermanas, en especial por la joven de cabellera azabache que con un aire altivo y un claro gesto de desagrado sale de la habitación con rumbo desconocido.

Momentos más tardes e inexplicablemente siente sobre sí una cálida energía,  que va invadiendo todo su ser y suspira aliviada pues con ello descargo toda esa tensión que tiene de tanto pensar en la joven Loren y decide devolver sus pasos hacia la mansión, pues la propiedad es muy grande y no desea extraviarse. Mientras avanza por un camino de los tanto que hay, una ráfaga de viento la estremece hasta el punto de asustarla, pues sintió tétrica esa corriente y detuvo sus pasos para observar unos instantes el lugar y al no hallar nada, prosiguió con su caminar hasta que de súbito fue envuelta en unos brazos que la tuvieron en vilo, dejando su corazón latiendo a mil revoluciones por minuto, pues tampoco pudo apreciar quién  la llevaba alzada tan rápidamente que  en cosas de segundos se encontraban en el camino principal que daba con la mansión y una vez ahí recién la bajo de sus brazos y cuando sus rostros quedaron de frente pudo contemplar a su captor y abrió sus ojos de par en par ante la sorpresa…

-¡Elizabeth!- exclamo Kiara- me asustaste.
-sé puede saber qué hacías tan lejos amor- inquirió ella- aún hay lugares desconocidos para mí y no es aconsejable que salgas sola.
-pensé  que dormías, por ello decidí caminar un poco- expuso Kiara- no pensé que este sitio fuese tan grande y además ¿cómo me encontraste?
-mi vida- menciono Elizabeth tomando por el talle a su esposa- ya te he dicho que siempre hallaré el modo de dar contigo, nunca podrás estar mucho tiempo lejos de mí como yo tampoco puedo vivir sin ti.
-Elizabeth- murmuro Kiara apoyando su cabeza sobre el cuello de ésta.
-¿qué sucede amor?- inquirió preocupada Elizabeth- ¿qué te tiene tan inquieta?
-Es Cristina- menciono Kiara
-¿qué sucede con ella?- indago curiosa Elizabeth.
-no he sabido de ella en varios días- menciono Kiara- no responde su móvil, algo dentro de mí me dice que no está bien.

Elizabeth;  recuerda las palabras de su madre, dónde le explicara los lazos de sangre que tienen  ambas y porque el amor tan fuerte que se profesan ambas, por lo que en esta ocasión lejos de sentir celos por la que antes consideraba su rival ahora la considera más cercana y no tiene esos odiosos sentimientos hacia ella y es por ello que comprende la preocupación de su esposa. Sin embargo presiente que Cristina a estas alturas debe estar junto a su hermana Jamiel y recordando las palabras de Durían está más que segura que ambas jóvenes contrajeron nupcias, por lo tanto su ausencia se debe exclusivamente a ello.

-mi amor tranquilízate- señalo Elizabeth- me ocupare personalmente de llamar a su empresa para saber de ella te lo prometo.
-en verdad no quiero involucrarte- menciono Kiara- ustedes dos han tenido muchas diferencias en el pasado y no quiero obligarte a nada, pues es mi deber ocuparme de ella.
-mi cielo- murmuro ella, acariciando su rostro- no es ninguna molestia para mí, sé lo mucho que quieres a Cristina y no voy a dejar que nada malo le suceda. Amor hay algo que quiero comentarte y tiene relación justamente con ella.
-¿qué sucede con ella?- inquirió Kiara asombrada-no me dirás que vas a cumplir tu promesa que me dijeses la otra vez.
- haber amor, escúchame con mucha atención- acoto Elizabeth- tú sabes que  el consorcio Erlington es muy grande y requiere de mucho tiempo y dedicación para todo ello. Por eso necesito formar un equipo de trabajo independiente que pueda hacerse cargo de todas mis compañías desde Londres, claro está que ellos tendrían trato directo conmigo sin pasar por ningún otro estamento.
 Por este motivo estoy buscando  personal altamente competente para conformar este equipo, hay dos personas que cumplen mis expectativas a cabalidad y es sólo un mero trámite que debo cumplir con ellos al informarles que pasaran a otras instancias. Para completar este grupo me estaría faltando hablar con la tercera persona involucrada y que precisamente es Cristina.
-¡Cristina!- exclamo ella con asombro- ¿deseas que ella trabaje para ti?
-así es- respondió Elizabeth- desde hace mucho tiempo que deseo que trabaje para mí, estoy al tanto de sus capacidades como profesional gracias a uno de los gerentes que es amigo mío y me encantaría que ella formase parte de mi equipo  y que estaría conformado por Jules y tú.
-¿estás hablando en serio?- pregunto ella- ¿en verdad deseas que trabajemos juntas para ti?
-por supuesto que sí- respondió la marquesa-mi compañía siempre se ha caracterizado por tener los mejores profesionales y ustedes dos han de ser las mejores de eso estoy muy segura. Por lo tanto me gustaría saber tu parecer, como bien dije el otro día has dejado de ser mi empleada y quiere ofrecerte a ti y Cristina un trato preferencial que sabrán a su debido tiempo.
-realmente me sorprendes Elizabeth- comento la joven- será interesante estudiar tu propuesta y sí lo que has dicho de proteger a Cristina es cierto, entonces yo te ayudare a convencerla.
-nada me gustará más que demostrártelo vida mía- susurro Elizabeth mientras sus labios se entretenían mordiendo el lóbulo de su oreja.
-basta Elizabeth- exclamo Kiara- me haces cosquillas
-¿segura qué es eso y no otra cosa?-murmuro sensualmente mientras su lengua invadía internamente su oreja.
-¡Mmm! -gimió Kiara apenas audible
-no eres nada honesta mi vida- se mofo Elizabeth-tus labios niegan lo que tu cuerpo grita y ansia, admítelo de una vez soy su dueña y éste  clama sólo por mí. Hazte a la idea que jamás renunciare a tu amor y voy hacer que con el tiempo llegues amarme como nunca antes en tu vida y voy a borrar de tu corazón  cualquier otro nombre que haya existido antes que yo. Soy  y seré por siempre la única  mujer en tu vida, pues me perteneces como yo a ti.
-vaya que posesiva eres Marquesa- bromeo Kiara
-mucho en verdad- provoco ella- en especial cuando se trata de ti
-dime ¿cómo sé yo que hablas en serio?- desafió Kiara- no tengo pruebas concretas de ello que demuestren la veracidad de tus palabras.
-¿estás desafiándome?-pregunto Elizabeth y sus ojos verdes la veían inquisitivamente
-¿qué crees tú?- incito Kiara
-estás jugando con fuego amor- advirtió Elizabeth a su esposa- podrías resultar lastimada, digo yo.
-no me digas- desafió aún más Kiara mientras su mano se perdía bajo la blusa de su novia y comenzaba a hurgar en toda su espalda ciertos puntos que la hacen vulnerable a sus encantos.
-¡Kiara!- chillo temblorosa Elizabeth tras sentir esos dedos sobre su piel y quedar con ello a merced de su esposa que la miraba maliciosamente, continuando su pequeña travesura.
-¿sucede algo?- menciono restándole importancia- o ¿deseas que me detenga Elizabeth?
-no- gruño entre dientes Elizabeth que a su pesar debía reconocer que su esposa había encontrado varias formas de dominarla y neutralizarla.
-eso pensé- musito Kiara, mientras su otra mano abría paso entre los botones de su blusa y dejaba el camino libre para que su lengua explorara vehemente desde su mentón hasta la altura de sus senos y se deleitara mucho tiempo en esa tarea, arrancando gemidos de su pareja a su paso.
-eres un perversa lo sabías- murmuro ahogadamente Elizabeth- te diviertes haciéndome padecer por tu caricias.
-te advertí que no te sería fácil- señalo traviesa Kiara- fue tu culpa no me escucharme, ahora no te lamentes y deja que yo me encargue de todo.
-te has vuelto una gatita traviesa a la que voy a tener que castigar otra vez- amenazo con su voz cargada de lasciva la marquesa.
-inténtalo si puedes-contraataco Kiara- ya lo has hecho antes y sabes  perfectamente cuales fueron los resultados mi querida marquesa.
-no te confíes amor- menciono Elizabeth- puedes haber ganado unas cuantas batallas, pero no la guerra mi vida y esa la ganare yo te lo aseguro, tengo mucha paciencia y resistencia y sabré esperar mi momento. Además no todo está dicho entre tú y yo.
-estás en lo correcto- expuso ella deteniendo sus caricias y luego de reflexionarlo, comenzó abotonar nuevamente la blusa de Elizabeth desconcertándola con sus actos.
-¿qué haces?- inquirió pasmada Elizabeth-¿Por qué te detienes?
-quería probar tu teoría- argumento Kiara con unos ojos un poco burlescos y a la vez inquisitivos-puedo hacerme  a la idea de cuáles son tus puntos vulnerables y cuántas personas que han pasado por tu vida se han percatado de ello y tal vez pueda haber más.

Tras su comentario y al no tener respuesta, Kiara observó con detenimiento esos ojos verdes que están mudos ante  sus palabras y deshace el abrazo que la envuelve y enfila con rumbo hacia la mansión dejando perpleja a Elizabeth, qué no comprende a qué desea llegar con esa pregunta. No puede ser una escena de celos ya que no le ha dado motivos y qué importancia tienen ahora las personas de su pasado.

-Kiara espera- demando Elizabeth que fue tras sus pasos y le dio alcance en cosa de segundos- no entiendo a qué viene tu pregunta
- no tiene importancia Elizabeth- menciono seria Kiara- es mejor que lo olvides
-nada de eso- ordeno Elizabeth- ¿quiero que me digas qué está pasando por tu cabeza?
-está bien- aclaro ella- te diré, tu silencio me hizo recordar a una persona que solía hacer las mismas acciones que tú, son  las paradojas de la vida.
-no vuelvas a compararme con nadie más- demando Elizabeth- nunca dejarás de ser desconfiada conmigo. Te he demostrado una y otra vez cuán importante eres para mí, que no eres un juego en mi vida, te propuesto matrimonio para que veas la seriedad de mis sentimientos y aún así no puedes creer que yo sí te amo, que no tengo la culpa que otra mujer te haya lastimado y jugado con tus sentimientos.
-olvídalo quieres- rabio Kiara- será mejor que te olvides de mí, no debimos involucrarnos, fue un error.
-eso sí que no te lo voy  a permitir- dijo furiosa Elizabeth- no me vas a desechar de tu vida como basura, soy tu pareja  y lo seguiré siendo siempre (la agarra fuertemente del brazo exasperando a  la muchacha)
-suéltame- grito Kiara- déjame ir y olvídate para siempre de mi.
-nunca- adujo seria Elizabeth- jamás renunciare a ti, cómo no te das cuenta que te amo demasiado y que soy incapaz de hacerte daño (envolvió en un abrazo fuerte y cálido el cuerpo de su esposa) por favor no desconfíes de mí.

Kiara; se  dejo llevar por la calidez del abrazo y se aferro a esos brazos que le transmitían esa paz que tanto necesitaba y que requería cada vez que sus temores afloraban como ahora, deseaba confiar pero le estaba costando una enormidad hacerlo. Había quedado expuesta y se sentía vulnerable después de haberse entregado por completo a Elizabeth. Dicen que no es fácil ni difícil el camino de la redención, que requiere de mucha fuerza de voluntad. Sin embargo son los primeros pasos los más duros y dolorosos para una persona y en el plano sentimental la nueva persona que aparece es muchas veces quién paga un cierto precio por las  heridas causadas por otros.

Elizabeth; no es la excepción a este tipo de situación adversa en el plano amoroso y siente en lo más profundo de su corazón que debe poner todo de sí para sanar el corazón de su esposa. Con su amor deberá lograr conquistar, procurar y llenar  ese corazón lastimado, pues está muy consciente de los pensamientos de su mujer y de sus miedos, se convertirá en su soporte cuando momentos desagradables como éste afloren en sus vidas y amenacen con destruir su dicha que recién comienzan a construir como pareja y va cumplir con esa promesa que se hiciera en el jardín de cuidar y proteger a Kiara de cualquiera que ose lastimarla. Por eso mismo ha decido postergar un poco más la conversación que ambas tienen pendiente, en especial el hecho de hacerle saber que ahora se han convertido en esposas, dándole tiempo suficiente para prepararla y esté relativamente tranquila para aceptar que  ella es su legítima esposa.
Kiara;  inundada de ese calor que emana del cuerpo de Elizabeth, se deja avasallar por los sentimientos que ésta despierta cada vez más fuerte dentro de su ser y envuelve su cuello con sus brazos y se abandona  a los labios de la marquesa, que le trasmite por medio de ese beso miles de emociones (cariño, ternura, fidelidad, sinceridad) pues esa caricia puede entrever eso y muchas cosas más cuando nacen de un sentimiento tan hermoso como es el amor. Por mucho tiempo estuvieron embelesadas en su entrega, prodigándose todo lo que guarda un alma enamorada y anhelante de vivir en plenitud ese bello sentimiento para el cual nació y fue destinada.

Con cierta renuencia la marquesa fue separándose de esa boca que la embriagaba y dominaba con tal vehemencia que nublaba su razón convirtiéndola en una dependiente de su joven esposa.  Ya se le hacía insoportable estar apartada mucho tiempo de ella, por ese motivo al despertar y no encontrarla en su cama como costumbre en el transcurso de esos días, puso en guardia sus sentidos hasta localizarla y se vistió raudamente para ir  a su encuentro y cuando la hallo la aferro a ella como si temiera perderla, jamás experimento una sensación como esa en todos los años que ya llevaba en este mundo y eso venía a demostrarle la diferencia que existe cuando se ama verdaderamente, pues el ser amado pasa a ser lo más importante y lo que desea proteger como lo más preciado que existe.

-amor no vuelvas a pedirme nunca más que me olvide de ti- murmuro Elizabeth sobre los labios de su esposa- pues jamás haré tal cosa, prefiero la muerte que obedecerte.
- Elizabeth- susurro Kiara recostando su cabeza en su hombro-no puedo evitarlo, yo de verdad lo siento.
-tranquila mi vida- menciono la marquesa acariciando sus cabellos-sé que no es fácil para ti, pero quiero que entiendas que jamás te lastimaría, pues yo te amo demasiado. Nunca nadie ha significado tanto en mi vida como tú y una muestra de ello es que mi vida ahora está en tus manos y sé que puedo estar tranquila a tu lado, pues eres la persona que siempre he estado esperando.
-¿de verdad nunca habido otra persona antes en tu vida?- inquirió con cierta timidez Kiara
-aunque suene difícil de creer, jamás ha existido nadie en mi vida- aclaro Elizabeth- tú eres y será la única mujer en mi vida, a quién amo con toda mi alma y con quien deseo pasar el resto de mi vida y formar una familia.
-resulta extraño oírte- acoto Kiara- viniendo de una de las mujeres más hermosas que he conocido que podría tener a cualquiera que tu quisieras y te aseguro que habrían filas aguardando por ti.
-Jajaja- bromeo Elizabeth- puede ser, pero a mí eso me tiene sin cuidado, nunca quise relacionarme sentimentalmente con alguien, pues en el fondo esperaba por mi bella doncella que aún no llegaba a mi vida y créeme que la espera valió la pena. Ahora si me disculpas.
-¿Elizabeth qué haces?- inquirió Kiara atónita.
- llevarte a nuestra a casa- repuso Elizabeth, tomando en brazos a su esposa y conduciéndola hasta su alcoba dónde la deposito en esa amplia cama…lentamente le despojo de toda su ropa y también la suya fue arrancada por su esposa…entre caricias y besos la pareja se dejo amar y avasallar por el fuego de la pasión por mucho tiempo hasta dejarlas totalmente exhausta y sin fuerzas…abrazadas una a la otra recuperaban el aliento y la respiración…con cada entrega se reafirmaba más y más su vinculo…y sin darse cuenta kiara estaba despertando un sentimiento muy especial hacia Elizabeth…pues el hecho de aceptar ser su “novia” había dado un paso…pero en ese endurecido corazón un pequeño latido llevaba ya el nombre de Elizabeth…pues reconocía que había comenzado a disfrutar todos los momentos que con ella estaba viviendo y las palabras dichas hace un rato la tenía pensando bastante…
- Elizabeth- dijo Kiara
-dime amor- señalo Elizabeth
-¿en verdad te proyectas conmigo para tener una familia?- pregunto kiara mientras se estrechaba al cuerpo desnudo de Elizabeth.
-por supuesto que sí- dijo con firmeza Elizabeth- es mi más grande sueño tener un hijo contigo, claro está que será una vez que aceptes ser mi esposa como es debido ante la ley.
-¿estás hablando en serio?- indago ésta- pensé que fue sólo por lo de Cristina, que por eso lo hacías.
-estabas equivocada mi vida- explico Elizabeth- mis intenciones de hacerte mi esposa nada tienen que ver con Cristina u otra mujer. Desde que te vi en ese pub no he querido otra cosa más en la vida y te advierto que no renunciare a ello, así que hazte a la idea que será mi esposa tarde o temprano.
-ya veo- suspiro resignada Kiara- como sea, te queda un largo camino para convencerme y acepte tu proposición.
-sabía que dirías una cosa así- menciono risueña Elizabeth- será todo un placer intentarlo y verás que lo conseguiré no te quepa la menor duda, pues tu eres sólo mía y ahora voy a demostrártelo…
-¡Elizabeth!- exclamo Kiara….serían sus últimas palabras en ese momento pues iba a estar muy ocupada en otros menesteres dónde las palabras están demás….lo que importa son los hechos…testigos de un amor eterno….

Mientras en a unos kilómetros más al sur del puerto de Glasgow

En los bosques del Clyde Muirshiel regional Park… James lleva un tiempo en las labores encomendadas por Durían para un nuevo desafió que deberán enfrentar su hija Elizabeth con su esposa en la noche de luna llena…el mayor temor y reto para Enkion….dónde tendrá que enfrentar sus miedos más oscuros…y superar el obstáculos antes que su sombra llegue hasta él y haga estragos en su vida….pues cada miedo alimenta el espíritu de su sombra fortaleciéndolo hasta un nivel peligroso.
Sin embargo hay otros hechos que mantiene inquieta a la chamán y reina de los Dinkaire. Ciertos hechos están alterando el orden de las cosas y es por ello que fue prevenida con antelación de que una desgracia estaba por suceder y debía intervenir…si bien los sucesos deben proseguir con su curso y son las propias protagonistas las que deben encontrar la solución para sus vidas…hay dos escenarios peligrosos al parecer y aún para ella es difícil saber con exactitud cuál será al que se refería la madre de las gemelas…
-esto no es nada bueno- se dijo Durían- ella se está fortaleciendo peligrosamente hasta el punto de querer arriesgarlo todo y por otro lado está él…

FLASH BACK
-pequeño no debes estar aquí- menciono una mujer- deberías estar en casa con tus padres
- no tengo padres señora- dijo el niño- me gano la vida limpiando zapatos
-¿dónde vives entonces?- inquirió la mujer
-junto con otros niños bajo el Támesis cuando no es invierno y si no en una casa abandonada de unas cuadras más alejadas- dijo el mozuelo
-dime pequeño- inquirió ella- ¿cómo te llamas?
-Timothy Loren- menciono el niño
-¿Qué edad tienes Timothy?- inquirió la mujer
-tengo 13 años señora- dijo con orgullo el pequeño Timothy
-escúchame bien Timothy- menciono ésta- en un tiempo más nacerá en el seno de tu familia una niña que traerá dicha y fortuna a toda tu estirpe, será el mayor legado para los tuyos  y conllevara prosperidad para todas tus generaciones que vengan después de ti. Sin embargo nada de esto podrás concretarlo si te quedas acá en Inglaterra debes viajar lejanas, yo te proveeré de los medios necesarios para tu viaje y confiar en mí.
-¿cómo sabré si voy con usted todo estará bien y no me dejara abandonado?- inquirió el pequeño
-tienes mi palabra joven Loren- afirmo la mujer- nunca falto a ella, yo siempre estaré pendiente de ti y los tuyos.
-sí es así, iré con usted- dijo resuelto el joven Loren.
Tiempo más tarde la mujer iba en barco rumbo a tierras del nuevo continente acompañada de su pequeño ahijado Timothy, escribiendo las primeras líneas de una historia que se develaría con el tiempo…

FIN DEL FLASH BACK

En ese momento simultáneamente en tres aeropuertos distintos…

Buenos Aires…aeropuerto de Ezeiza…

-¡Buenas tardes!, su nombre y pasaporte por favor- demando la joven asistente- ¿destino al cuál viaja?
-Alexander Loren- dijo éste- Inglaterra

París…aeropuerto Charles de Gaulle…

-¡Buenas tardes señorita!, permítame su pasaporte  y tenga la bondad de indicarme su nombre y destino al que viaja- inquirió el hombre.
-por supuesto aquí tiene- dijo ella entregando su pasaporte- mi nombre es Mariana Santillán y mi destino es Londres.

Santiago de Chile…aeropuerto Arturo Merino Benitez…

-¡Buenas tardes!, su pasaporte por favor e indíqueme su nombre y dónde viaja- pregunto la mujer.
-Pilar Loren, viajo con destino a Inglaterra y aquí tiene mi pasaporte- dijo la joven.


Tres personas con un mismo destino y con tres razones muy distintas son las que los impulsan a realizar una de las hazañas tal vez más arriesgadas de sus vidas, cuál de los tres conseguirá su objetivo….la ruleta de la vida se cierne peligrosamente sobre alguien…podrá la chamán alcanzar a intervenir o la suerte ya está echada para la víctima…solo el destino lo dirá.

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